Biografías de personajes históricos

Cleopatra: biografía, reinado, Julio César, Marco Antonio


Cleopatra (c. 69 a. C. – 30 a. C) fue una de las reinas egipcias más reconocidas de todos los tiempos. Formó parte de la dinastía griega fundada por Ptolomeo I Sóter, que gobernó Egipto desde la muerte de Alejandro Magno y que terminó tras el deceso de Cleopatra VII.

Fue una soberana muy popular puesto que, aunque sus orígenes eran griegos, forjó una buena relación con sus súbditos y aprendió la lengua nacional, cosa que no había hecho ningún otro miembro de su linaje.

Llegó al trono tras la muerte de su padre, Ptolomeo XII Auletes. Fue corregente de Egipto junto con su hermano, Ptolomeo XIII, quien posiblemente también fue su esposo. Él era un niño rey, ya que ascendió al cargo con 10 años, mientras que Cleopatra VII tenía, aproximadamente, 18 años.

El conflicto entre los hermanos desencadenó una guerra civil interna en Egipto. En esa época Ptolomeo intentó congraciarse con Julio César y ordenó la muerte de Pompeyo. Sin embargo, en lugar de una alianza consiguió el odio del general romano.

César ordenó que Cleopatra fuese reina y asesinó a un aliado importante de Ptolomeo XIII, Potino. Al joven faraón le ofreció gobernar en Chipre, por lo que la querella escaló y llevó a la destrucción de gran parte de Alejandría, incluyendo su famosa biblioteca.

Durante el 47 a. C. Ptolomeo XIII murió ahogado. Después de eso pasaron a reinar en Egipto Cleopatra VII junto con otro hermano: Ptolomeo XIV.

Índice del artículo

Datos importantes

La relación entre el mandatario de Roma y la de Egipto pasó al plano íntimo y se dijo que el hijo de Cleopatra, Cesarión, era de Julio César.

Cleopatra llegó a Roma, donde permaneció junto a Julio César, cerca del 46 a. C., hasta que él fue asesinado dos años más tarde. Después, la reina de Egipto tomó el partido de los antiguos amigos del cónsul: Marco Antonio, Octavio y Lépido.

Cleopatra y Marco Antonio se convirtieron en amantes en el año 41 a. C., y concibieron tres hijos. La soberana egipcia le facilitaba al romano medios económicos para sus campañas y este le garantizaba estabilidad en el trono.

Sin embargo, el triunvirato romano se destrozó cuando Marco Antonio decidió divorciarse de la hermana de Octavio para casarse con Cleopatra VII. En el 32 a. C., se desató un enfrentamiento entre Roma y Egipto en la que la monarca ptolemaica fue derrotada.

Antonio se suicidó tras perder la guerra en el año 30 a. C. Luego Cleopatra, asustada por lo que podría depararle el futuro como prenda de la victoria de Octavio ante Egipto y Marco Antonio, también se quitó la vida.

Biografía

Primeros años

Cleopatra VII Thea Filopátor nació cerca del 69 a. C., en la capital de Egipto, Alejandría. Su padre, Ptolomeo XII Auletes, era el faraón de la dinastía griega que gobernaba la zona tras la muerte de Alejandro Magno y el inicio del helenismo.

Su ascendencia materna no está totalmente esclarecida, algunas fuentes indican que era hija de Cleopatra VI Trifena, que fue expulsada de la corte a finales del año de nacimiento de la princesa. La supuesta madre de Cleopatra había tenido otra hija con Ptolomeo XII, de nombre Berenice IV.

La muchacha creció y fue educada en Alejandría. Filostrato estuvo encargado de enseñar a la futura reina, especialmente, filosofía y oratoria, dos elementos de suma importancia en la educación griega de la época.

Además, Cleopatra fue la primera monarca de su linaje, procedente de Macedonia, que se dio a la tarea de aprender el idioma egipcio. Así mismo, logró dominar el etíope, arameo, árabe, siríaco, latín y otras tantas lenguas relevantes.

Se cree que la joven princesa estuvo interesada en la medicina y que las grandes figuras femeninas de la historia egipcia fueron una fuente de inspiración para Cleopatra VII.

Su nombre era tradicional entre los macedonios. Entre otras mujeres, la hermana de Alejandro Magno también se llamó Cleopatra. Significaba “gloria de su padre”, puesto que era la forma femenina de “Patroclo”. El título Thea Filopátor se puede traducir como “diosa que ama a su padre”.

Familia

El origen de la dinastía Ptolemaica puede rastrearse hasta el primer faraón que llevó este nombre, Ptolomeo I Sóter. Fue uno de los generales, conocidos como diádocos de Alejandro Magno quienes, tras su muerte, se repartieron el Imperio que el comandante macedonio había construido.

Ptolomeo XII era uno de los hijos ilegítimos de Ptolomeo IX. Llegó al poder gracias a la intervención de Roma tras la muerte de Ptolomeo XI Alejandro II. En ese momento a su hermano, también llamado Ptolomeo, se le asignó la gobernanza de Chipre.

Tras permanecer silente ante el hecho de que Chipre fuese anexionado a los territorios romanos y su hermano despojado de su cargo, Ptolomeo XII decidió exiliarse de su reino y buscó refugio en Rodas. Allí se piensa que estuvo acompañado por Cleopatra que tenía, aproximadamente, 11 años.

Entonces la hija mayor de Ptolomeo XII, Berenice IV, parece haber tomado las riendas del reino. En el 55 a. C., el faraón acompañado por Aulo Gabinio recuperó su trono.

Uno de los oficiales romanos que les acompañaba era Marco Antonio, quien por esa época conoció a Cleopatra y se enamoró.

El mandato de Ptolomeo XII Auteles estuvo cargado de derroche, corrupción y grandes fiestas. Antes de morir asignó a dos de sus hijos como corregentes: Cleopatra VII y Ptolomeo XIII. Se cree que entonces los hermanos contrajeron matrimonio.

Ascenso al trono

Cleopatra fue nombrada corregente por su padre en el 51 a. C., cargo que debía compartir con su medio hermano, nacido durante el exilio de su madre. Ptolomeo XIII era apenas un niño de 10 años, mientras que ella había cumplido los 18 y había experimentado el exilio junto con su padre.

Durante el tiempo que estuvo en el territorio romano, Cleopatra logró aprender las formas de su gente, además de ciertas estrategias políticas que le indicaban el modo en que debía conducirse para lograr tener un reinado exitoso.

Cleopatra inmediatamente asumió las tareas que demandaba el reino, entre ellas las religiosas con su viaje a Hermontis, y las administrativas, cuyo mayor exponente fue una hambruna provocada por una sequía que afectó los niveles del Nilo, que era la principal fuente de alimentos del reino.

La joven monarca encontró no solo un estado en bancarota, por la naturaleza derrochadora de su padre: también halló problemas de seguridad por el comportamiento de las tropas que recuperaron para Ptolomeo XII el reino y luego fueron expulsadas de Roma, lo que les obligó a permanecer en Egipto.

Se piensa que desde finales del mismo 51 a. C., Cleopatra había hecho a un lado al joven Ptolomeo XIII para tomar las riendas del reino por sí misma. Sin embargo, su hermano también tenía influyentes asesores, como Potino, quienes le ayudaron a conservar el poder y a enfrentarse a Cleopatra.

Vida política

Cleopatra y Ptolomeo XIII tuvieron que recurrir a las armas para intentar resolver su conflicto. Ambos buscaban la asistencia de Roma para poder prevalecer, pero fue un error de Potino y Ptolomeo XIII lo que consolidó el control de Cleopatra VII en Egipto.

En la época, Cleopatra había tenido que huir de Alejandría con rumbo a Tebas, luego a Siria y, nuevamente, a Egipto. Al tiempo que los faraones estaban enfrentados, en Roma también ocurría una guerra civil, entre el bando de Pompeyo y el de Julio César.

Ptolomeo XIII creyó que asesinar al enemigo del cónsul romano le garantizaría su amistad y agradecimiento, pero provocó lo contrario en el jefe de Roma.

César solicitó que los gobernantes egipcios hicieran las paces y volvieran a asumir el reinado en calidad de iguales. Ptolomeo se negó y envió sus fuerzas contra Alejandría, donde se encontraban Cleopatra y Julio César.

César arrestó al joven faraón y mostró al Consejo de Alejandría el testamento de Ptolomeo XII en el que declaró que ambos hermanos debían gobernar juntos. Potino envió a los hombres de Ptolomeo a sitiar Alejandría.

Finalmente, Potino fue ejecutado y llegaron los refuerzos de César a asistirle en la batalla del Nilo. Mientras Ptolomeo XIII intentaba huir, se ahogó. De esa forma Cleopatra quedó asegurada en su puesto como faraona.

Últimos años

Cleopatra tuvo un hijo en el 47 a. C., presuntamente de Julio César. Después de un tiempo visitó Roma y se alojó en la villa del César. Ella permaneció en la ciudad desde entonces hasta un corto lapso después del asesinato de su aliado y amante.

Se cree que pensaba que su hijo sería nombrado heredero, pero quien recibió ese legado fue Octavio. Entonces, Cleopatra regresó a su reino y, al morir Ptolomeo XIV, Cesarión fue impuesto como corregente.

El triunvirato entre Lépido (África), Octavio (occidente) y Marco Antonio (oriente) ya había derrotado a los liberatores, Casio y Bruto, cuando Cleopatra asistió a un encuentro con Antonio. Después del encuentro en Tarso, Antonio visitó Alejandría en el 41 a. C., y desde entonces mantuvieron una relación personal en la que Cleopatra, además, halló un aliado militar.

Tras un conflicto que provocó Fulvia, la esposa de Marco Antonio, ella fue asesinada. Entonces, Octavio y Antonio conciliaron sus diferencias, con la condición de que el último desposara a una hermana del primero llamada Octavia la Menor.

El enfrentamiento final entre Marco Antonio y Octavio tuvo lugar después de una serie de maniobras emprendidas por Cleopatra y Antonio con las que buscaban establecer a sus hijos como la nueva realeza de oriente, según los romanos, a costa de su Imperio.

Muerte

Cleopatra VII Thea Filopátor se quitó la vida el 10 o el 12 de Agosto del 30 a. C. En ese momento se convirtió en la última monarca de la dinastía Ptolemaica en regir Egipto y sentó el fin del período helénico, durante el cual la cultura griega dominó el Mediterráneo.

Su suicidio ha sido narrado bajo diversas circunstancias. No se sabe si ocurrió en el Palacio o en su mausoleo.

Además, algunas versiones afirman que se quitó la vida dejando que una cobra venenosa la mordiera, mientras que otras exponen que utilizó una aguja u objeto punzante, o un ungüento.

Cleopatra había intentado quitarse la vida un tiempo antes, cuando se supo derrotada por Octavio. Envió un mensaje a Marco Antonio en el que aseguraba que se había retirado a su tumba para suicidarse. Cuando el romano leyó estas palabras él hundió una espada en su pecho y murió.

Pero la reina egipcia no concretó sus intenciones en esa ocasión y fue detenida por los hombres de Octavio. Ella le expresó al romano que no sería mostrada como premio en un triunfo.

Su hijo Cesarión, convertido en Ptolomeo XV logró huir, pero solo por un corto lapso de tiempo, ya que a los 18 días fue hallado por los hombres de Octavio y ejecutado el 29 de agosto del 30 a. C.

De ese modo se afianzó el dominio romano en Egipto, convirtiendo al reino en una provincia más.

Relación con Julio César

La relación de Cleopatra con Julio César surgió durante el Asedio a Alejandría en el período en que el gobernante romano decidió favorecerla sobre su hermano Ptolomeo XIII en la lucha por el trono de Egipto.

El primer hijo de Cleopatra VII Thea Filopátor nació en el 47 a. C. Fue bautizado Cesarión en honor a quien, según la propia Cleopatra, fue el padre del niño: Julio César, aunque él nunca reconoció públicamente la filiación con el hijo de su aliada y amante.

No obstante, Cleopatra vivió en Roma, en la villa del César, del 46 a. C., hasta el 44 a. C. Días después de la muerte del dictador romano, la reina de Egipto volvió a su tierra al darse cuenta de que su hijo Cesarión no sería quien heredaría Roma, sino Octavio.

Relación con Marco Antonio

Después de la muerte de Julio César, Cleopatra volvió a sus dominios. Allí consideró que debía aliarse con quienes fueron en vida cercanos a su antiguo amante y colaborador.

Visitó a Marco Antonio en Tarso y allí surgió la relación entre ellos, que se mantuvo hasta que ambos se suicidaron tras perder la guerra contra Octavio.

Cleopatra tuvo un par de gemelos con Marco Antonio, uno de los miembros del Segundo Triunvirato que tomó el poder romano tras la muerte de César. Los infantes fueron llamados Alejandro Helios y Cleopatra Selene II, sus apellidos significaban “sol” y “luna”, respectivamente.

Luego nació un tercer hijo de la pareja, Ptolomeo Filadelfo, en el 36 a. C. A cada uno de ellos les proporcionaron grandes títulos: en el caso de Alejandro Helios, recibió el de rey de Armenia, Media y Partia, y a Ptolomeo Filadelfo le nombraron rey de Siria y Cilicia.

Cleopatra Selene II fue asignada como reina de Cirene y Creta. Su hermano mayor, Cesarión, recibió el título de “Rey de reyes” y su madre “Reina de reyes”.

Reinado

Como sus antecesores, Cleopatra fue una reina absoluta. Tomó el control tanto de los aspectos legales y administrativos del reino, como de lo espiritual, ámbito en el que también era la principal autoridad del territorio.

Lo acostumbrado durante la dinastía ptolemaica era que los descendientes de griegos o macedonios ocuparan los principales cargos públicos. Existía segregación racial legal, es decir, los griegos y los egipcios no podían mezclarse, no solo en cuanto a uniones matrimoniales, sino que vivían separados.

Cabe destacar que eso solo se daba en las grandes urbes, ya que en el interior eran comunes las uniones entre distintas razas. Además, se permitía que las otras etnias se asimilaran a la cultura griega al educarse en ese sistema, aceptar sus dioses y costumbres.

Durante la época de Cleopatra se realizaron devaluaciones y se estableció nuevamente el uso corriente de monedas de bronce.

Además, Cleopatra fue la primera reina de la dinastía ptolemaica en aprender el idioma egipcio, lo que le dio popularidad entre sus súbditos. Sin embargo, con su muerte finalizó el período helenístico de dominio cultural sobre el Mediterráneo.

Guerra Civil

El inicio del mandato de Cleopatra VII estuvo marcado por los enfrentamientos que mantuvo contra su medio hermano Ptolomeo XIII, ambos herederos al trono de Egipto, según había testado su padre antes de morir.

La brecha de edad entre ambos pudo motivar a Cleopatra para tomar sola el control del reino. No se sabe si los hermanos se casaron, pero al poco tiempo Cleopatra firmaba documentos oficiales como única reina, por lo que se cree que lo repudió.

Ella había estado un tiempo fuera de Egipto junto con su padre. En ese período aprendió la forma en la que el destino de su tierra se encontraba a merced de los romanos, por la superioridad militar que los últimos poseían.

Los Gabiniani causaban estragos en el territorio, y el nivel del Nilo bajó y Egipto se encontró desprovisto de reservas, lo que condujo a una hambruna. A pesar de esos problemas, Cleopatra incrementó los ingresos anuales de las arcas nacionales.

Potino había sido uno de los tutores del joven Ptolomeo XIII, era su consejero principal y movía los hilos tras las acciones del niño rey. Al ver que Cleopatra lo había apartado del cargo, el muchacho también comenzó a ejercer su autoridad y a dictar decretos en solitario.

La muerte de Pompeyo

Mientras los hermanos egipcios se desgastaban en una guerra intestina, el Senado romano y Julio César también comenzaron una serie de hostilidades que llevaron a Pompeyo a refugiarse en Grecia.

Cleopatra VII y Ptolomeo XIII decidieron apoyar a Pompeyo. Supuestamente, después de eso, el último designó al muchacho como único rey, lo que obligó a Cleopatra a huir de Alejandría. Acompañada por Arsinoe IV, llegó a Siria y retornó con refuerzos militares.

Después se libró la batalla de Farsalia, y cuando se vio vencido, Pompeyo buscó refugio en Egipto. Los hombres de Ptolomeo le advirtieron que esa visita podría prolongarse durante un tiempo indeseado, con lo que Egipto sería el campo de la guerra romana. Además, podría restar fuerza a los números de Ptolomeo XIII en su enfrentamiento contra Cleopatra VII.

Todo eso llevó a la decisión, algunos afirman que tomada por Potino, de asesinar a Pompeyo y ofrecerle su cabeza embalsamada a Julio César como prenda de buena voluntad.

Lo que no pensaron fue que César se disgustaría por esa acción, tornándose entonces favorable a los enemigos de Ptolomeo, en este caso Cleopatra. Sin embargo, primero les solicitó a ambos cesar las hostilidades y volver a reinar en conjunto como había decidido su padre, Ptolomeo XII.

Asedio de Alejandría

César se encontraba en Alejandría cuando solicitó el pago de la deuda que tenía Egipto con Roma. No solo obtuvo una respuesta negativa, sino que los soldados de Ptolomeo se apostaron fuera de la ciudad en la que se hallaba el romano refugiado con solo 4.000 hombres.

Cleopatra VII decidió ir al encuentro de Julio César personalmente y así lo hizo, pero cuando su hermano descubrió lo que ocurría intentó provocar un alzamiento que no llegó a concretarse. Por el contrario, Ptolomeo XIII quedó como prisionero de César en Alejandría.

Potino pensó que con un sitio sería suficiente para derrotar a César y reunió a los hombres de Aquilas. Los romanos resistieron, aunque la suerte del consejero de Ptolomeo no fue muy buena, ya que al poco tiempo fue capturado por los hombres de César y asesinado.

En medio de la confusión y el vacío de poder, Arsínoe IV decidió que ella debía reinar. Junto con Ganímedes, que había asumido el mando de las tropas de Aquilas, intentaron mantener la presión contra Cleopatra y César. Además, lograron recuperar a Ptolomeo XIII.

Entonces, los refuerzos de César llegaron y se midieron con las fuerzas de los egipcios en el Nilo, batalla que no solo ganaron, sino en la cual falleció Ptolomeo XIII intentando escapar.

De ese modo se consolidó el gobierno de Cleopatra, que pasó a ejercer junto con Ptolomeo XIV, su otro hermano.

Consolidación y viaje a Roma

Tras el éxito que Cleopatra y su nuevo aliado consiguieron en la batalla del Nilo, el general romano decidió permanecer en Egipto durante un tiempo. Sin embargo, cuando el embarazo de la monarca egipcia comenzó a ser evidente, César decidió a atender otros asuntos en el extranjero.

El 23 de junio del 47 a. C., nació el hijo de Cleopatra y, supuestamente, Julio César. El infante fue llamado Cesarión. Aunque el romano nunca lo reconoció, ni accedió a adoptarlo para que pudiera convertirse en ciudadano romano, Cleopatra siempre le adjudicó la paternidad.

Tanto Cleopatra como su hermano y esposo, Ptolomeo XIV, visitaron Roma en el 46 a. C. eEn ese tiempo César encargó que en el templo de Venus se instalara una estatua que representaba a la gobernante de Egipto.

No se sabe con exactitud si Cleopatra volvió a su país tras el primer viaje, puesto que cuando asesinaron a Julio César en el 44 a. C., ella se encontraba en Roma. Algunas fuentes abogan por un solo viaje, mientras que otras proponen que se trató de dos estadías independientes.

Después del asesinato de César, Cleopatra guardaba las esperanzas de que su vástago fuese el sucesor que tomara el poder en Roma, pero eso no sucedió, puesto que Octavio, sobrino y nieto de Julio César, fue designado por él como su heredero.

En esa misma época se cree que la egipcia se encargó de ordenar que se envenenara a su hermano, con lo que pasó a gobernar junto con su hijo, entonces Ptolomeo XV Cesarión.

Regreso a Egipto y los liberatores

A pesar de que Cleopatra pensó que Cesarión gobernaría Roma, el mando fue asumido por el Segundo Triunvirato. Octavio, Lépido y, uno de los hombres más leales a Julio César, Marco Antonio, tomaron el control por 5 años en noviembre del 43 a. C.

Esos tres hombres emprendieron la tarea de pacificar Roma y dar justicia al asesinato del César, rastreando a sus responsables por doquier.

Entre tanto, Cleopatra, que había vuelto a Egipto, recibió mensajes de uno de los llamado liberatores –los asesinos de su antiguo amante y padre de su hijo– en el que ellos le solicitaban ayuda. Al mismo tiempo le escribió el procónsul en Siria, leal a los triunviros, al que Cleopatra decidió favorecer.

Los soldados que César había apostado en Egipto tiempo atrás fueron enviados por Cleopatra a unirse a las filas del Triunvirato, pero los hombres fueron capturados por Casio, a quién se le unió Serapión, de Chipre.

No obstante, la egipcia envió a su propia flota a Grecia, aunque no llegó a tiempo para poder dar asistencia a quienes intentaban vengar la memoria de Julio César. Además de haber sido retrasados por una tormenta, ese contratiempo destruyó gran parte de las naves.

Reconciliación con el Triunvirato

La situación que involucró el secuestro de las tropas vía a Siria y la ausencia de los hombres de Cleopatra en Grecia durante los conflictos con los liberatores hizo que ella quedara como una traidora ante el Segundo Triunvirato, puesto que no recibieron ayuda de la monarca egipcia.

Marco Antonio logró imponerse en el 42 a. C. Entonces, Casio y Bruto, ambos miembros del complot contra Julio César, decidieron acabar con sus vidas.

En ese momento el poder efectivo estaba dividido entre Octavio y Antonio, aunque muchos daban por sentado que el último era el más fuerte entre ambos. Por eso Cleopatra decidió acercarse a él para aclarar las situaciones acaecidas en el pasado y hacer las paces con Roma.

Durante el año 41 a. C., Cleopatra viajó a Tarso para reunirse con Marco Antonio, aunque el interés inicial de que se produjera la reunión parece haber sido de parte del romano. Se piensa que ella le brindó a Antonio lujos apropiados a la posición de su huésped.

Ese encuentro resultó harto beneficioso para la egipcia puesto que no solo logró limpiar su nombre sino que consiguió que su hermana, Arsínoe IV, fuese ejecutada por órdenes de Marco Antonio.

Se piensa que desde allí pudo haber iniciado la relación íntima entre ambos gobernantes.

La restauración ptolemaica

Así como antaño Cleopatra encontró en Julio César alguien que le sirviera como espada y escudo, con Marco Antonio lo hizo una vez más. Además, en esa ocasión logró definir un plan en el que sus hijos podrían ostentar más poder, incluso, que Alejandro Magno.

Se cree que uno de los primeros territorios en regresar a manos de Egipto de los que tradicionalmente correspondieron a la dinastía ptolemaica fueron Cilicia y Chipre, que según algunos le fueron devueltas a Cleopatra cerca del 40 a. C.

Ese mismo año, Marco Antonio dejó Egipto, aunque se mantuvo en comunicación con Cleopatra, quien le proporcionó medios para sus campañas militares contra el Imperio parto.

En la ausencia del romano nacieron sus gemelos con la soberana egipcia: Alejandro Helios y Cleopatra Selene II.

Entretanto la esposa de Antonio, Fulvia, creó un conflicto con Octavio, con la ayuda de su cuñado, Lucio Antonio. Sin embargo, esa rencilla finalizó con la victoria de Octavio y la muerte de Fulvia.

En la reconciliación entre los miembros del triunvirato, Antonio accedió a desposar a la hermana de Octavio, llamada Octavia la Menor.

Amenaza romana

Durante el tiempo en que Antonio se alejó de Egipto su relación con Cleopatra se volvió muy frágil. Incluso movió su cuartel general Grecia, lo que marcó la distancia entre ambos. Además, acaba de desposar a Octavia, con quien concibió dos hijas.

En esa misma época Cleopatra recibió a Herodes, un gobernante de Judea que había sido nombrado por Antonio, puesto que había problemas políticos en su tierra.

Aunque Cleopatra quiso ganarse su voluntad ofreciéndole posiciones militares, Herodes viajó a Roma y allí le hicieron rey de Judea, cosa que no fue del agrado de la monarca egipcia, que pretendía reunificar bajo su mandato esa zona.

Cleopatra supo que debía actuar rápido, por lo que accedió a reunirse con Marco Antonio en Antioquía. Allí pudo tratar asuntos importantes como la guerra contra los partos, al tiempo que aseguró su posición al presentarle a Antonio los hijos gemelos que este nunca había visto.

Crecimiento de las fronteras

Entonces se produjo un acuerdo muy importante para Egipto, puesto que gracias al tratado entre Cleopatra y Marco Antonio, los territorios ptolemaicos volvieron a expandirse, especialmente en la zona del levante, donde recuperaron gran parte de Fenicia.

También se anexionaron parte del actual Israel, así como la región de Celesiria, una porción de Nabatea, Cirene y otros territorios más. Sin embargo, todas esas zonas permanecieron bajo control efectivo de ciudadanos romanos que estaban establecidos previamente.

Todo eso fue interpretado en Roma como una ofensa por parte de Marco Antonio, de quien Octavio dijo que estaba entregando los territorios conquistados por los romanos. Además, Octavio aprovechó para mostrar que su cuñado había descuidado a su esposa, Octavia la Menor, por una extranjera.

Entre tanto Cleopatra acompañó a Marco Antonio en parte del trayecto hacia la campaña contra los partos, pero regresó a Egipto en el 36 a. C., año en el que dio a luz a Ptolomeo Filadelfo, su tercer vástago con el romano.

La incursión de Marco Antonio en Partia fue un completo fracaso y regresó con grandes pérdidas, tanto en hombres, como en pertrechos. Decidió visitar Alejandría y pasar tiempo con su segundo hijo varón, que tenía muy poco tiempo de nacido.

Donaciones de Alejandría

Se cree que Marco Antonio contrajo matrimonio con Cleopatra en el 36 a. C., lo que significó un insulto para su antiguo aliado y cuñado, Octavio, así como para los romanos. Al año siguiente planeaba emprender una expedición a Armenia, pero la canceló en el último momento.

Se intentó conseguir la unión entre la hija de Artavasdes II y Alejandro Helios, el hijo mayor de Marco Antonio y Cleopatra. Las negociaciones no dieron frutos, por lo que Antonio invadió Armenia y capturó a la familia real, a los que hizo desfilar en una suerte de triunfo en Alejandría.

Otras historias dan fe de que la boda entre el romano y la egipcia se llevó a cabo en el acto que tuvo lugar en el 34 a. C., en el que Cleopatra se declaró a sí misma “reina de reyes”, mientras que su hijo mayor, Cesarión, recibió el título de “rey de reyes” y heredero legítimo e hijo de Julio César.

A Alejandro Helios le fueron entregaron los títulos de rey de Armenia, Partia y Media, al tiempo que su gemela, Cleopatra Selene II fue designada reina de Creta y Cirene. El menor de los hijos de Marco Antonio, Ptolomeo Filadelfo, obtuvo los reinos de Siria y Cilicia.

Esa serie de nombramientos fue conocida como las Donaciones de Alejandría y Marco Antonio solicitó que fueran ratificadas por el Senado romano. Ese fue el detonante de la guerra que luego ocurrió entre Octavio y Antonio.

Enfrentamiento contra Roma

En el momento en que culminó el gobierno conjunto entre Antonio y Octavio, es decir, en el año 33 a. C., la rivalidad entre ambos comenzó a ser un problema para la estabilidad de Roma, que pronto provocó la última guerra civil de la República romana.

Se reveló lo expuesto en las Donaciones de Alejandría y la opinión pública se encontraba dividida. En esa época los partidarios de Marco Antonio en Roma huyeron puesto que la amenaza de Octavio era inminente dentro de sus fronteras.

Aunque Antonio contaba con más hombres a su cargo, muchos de ellos eran inexpertos. Además, todavía dependía en gran medida de la colaboración económica de Cleopatra. Mientras tanto, Octavio tenía a su comando tropas curtidas en batalla y bien entrenadas para el combate.

Cleopatra estaba muy enfocada en la defensa de Egipto, por lo que desoyó algunas propuestas estratégicas de Antonio, lo que tuvo un alto costo posteriormente. Además, la participación de la reina egipcia fue el motivo de deserciones importantes en las filas de los romanos.

Batalla de Accio

Uno de los eventos que definió el futuro de Roma y Egipto fue la batalla de Accio. En esa contienda se cree que Octavio contaba con 400 barcos y 80.000 hombres, mientras que Marco Antonio y Cleopatra contaban con 500 barcos y 120 mil hombres, aunque cerca de la mitad de ellos no eran soldados entrenados.

La presión de la flota romana obligó a Marco Antonio a atacar, mientras que la flota egipcia, conducida por Cleopatra y que se componía principalmente de barcos mercantes cargados del botín de la guerra, se mantuvo en la retaguardia.

El combate fue parejo durante todo el día pero, al final de la tarde, las embarcaciones de Cleopatra aprovecharon una brisa favorable para retirarse sin entrar en combate.

Antonio la siguió pensando que se trataba de una retirada y el pánico se apoderó de su flota.

Según otras fuentes, Marco Antonio se vio acorralado contra la costa y, previendo la derrota, ordenó a una parte de sus barcos dirigirse hacia el norte y a otra parte hacia el sur.

De ese modo los navíos romanos los siguieron y abrieron una brecha por la que él y Cleopatra pudieron huir en embarcaciones separadas, con lo que lograron proteger el botín, pero dejaron atrás a su armada.

Últimos años de reinado

Al llegar a Egipto Marco Antonio y Cleopatra emprendieron rumbos diferentes. El primero se dirigió a reclutar tropas frescas, en tanto ella buscó refugio en su capital, Alejandría.

El gobernador de Cirene, leal a Marco Antonio, decidió tomar el partido de Octavio antes de que su antiguo aliado llegara a la ciudad y entregó al enemigo cuatro legiones romanas frescas.

Luego, tras un conflicto contra Nabatea en el que Cleopatra había favorecido a Herodes, Malicos I decidió quemar toda la flota de Egipto, lo que dejó a la soberana sin posibilidad de escapar de su territorio para fortalecerse lejos de Alejandría.

Eso fue lo que obligó a Cleopatra a permanecer en su capital y comenzar conversaciones con Octavio, cuya victoria parecía inminente. Se cree que la soberana estaba preparando a su hijo mayor, Cesarión, para asumir el mando del Gobierno, por lo que hizo que ingresara en la efebeia.

En esa época la monarca egipcia envió emisarios a Octavio con la esperanza de que sus hijos pudiesen heredar Egipto y que se le permitiera a Marco Antonio permanecer en sus dominios en calidad de exiliado.

Derrota

Octavio envió a un delegado con la esperanza de que convenciera a Cleopatra de asesinar a Antonio para mantener el poder en Egipto, pero esa intención fue descubierta por el mismo Marco Antonio y no se llegó a ningún arreglo.

En el año 30 a. C. Octavio decidió que la única salida era invadir Egipto y así lo hizo entrando por Fenicia, donde Herodes le proporcionó su hospitalidad. Al mismo tiempo otras legiones entraban por Paraitonion tras derrotar a Marco Antonio.

Entonces, el teatro de operaciones restante fue Alejandría, donde Antonio tuvo que rendirse el 1° de agosto del 30 a. C. En ese momento Cleopatra envió un mensaje a su esposo en el que le indicaba que se había suicidado y al él escucharlo se quitó la vida.

Sin embargo, esa no fue la oportunidad en la que la soberana egipcia murió, puesto que su suicidio fue impedido por los hombres de Octavio, al menos por un tiempo, puesto que al poco tiempo ella logró quitarse la vida para evitar la humillación a la que sería sometida por Octavio en Roma.

La dinastía Ptolemaica tras Cleopatra 

Su hijo mayor, Ptolomeo XV Cesarión, murió poco tiempo después de su madre. Este joven representaba una amenaza para la posición de Octavio, cuya legitimidad estaba cimentada en ser el hijo adoptivo y heredero de Julio César.

Los tres hijos que tuvo junto con Marco Antonio: Alejandro Helios, Cleopatra Selene II y Ptolomeo Filadelfo, fueron secuestrados por Octavio antes de que su madre se quitara la vida. Tras los suicidios de Marco Antonio y Cleopatra, los niños fueron enviados a Roma.

Todos estuvieron presentes durante el triunfo de Octavio sobre Egipto en el año 29 a. C. Se ha dicho que los tres infantes pasaron al cuidado de la esposa romana de Antonio, Octavia la Menor. Sin embargo, los dos varones desaparecen de los registros históricos a partir de entonces.

Mientras tanto, Cleopatra Selene II fue ofrecida en matrimonio a Juba II, el rey de Numidia. En el año 25 a. C., Augusto, que fue el nombre adoptado por Octavio durante el Imperio romano, los puso al frente del gobierno de Mauritania.

Legado

Historia

A pesar de que no existe ninguna biografía específicamente sobre Cleopatra entre las obras contemporáneas con su vida, sí fue mencionada en muchos textos históricos de su época, especialmente, por fuentes romanas.

Entre los eventos más conocidos que rodearon su existencia estuvo la batalla de Accio, sus romances con importantes romanos como Julio César y Marco Antonio, al igual que las calumnias que levantaron en torno suyo sus enemigos.

Una de las fuentes más extensas y confiables acerca de la historia de Cleopatra es Plutarco en su obra Vida de Antonio. Aunque el autor no vivió en la época en la que acaecieron los hechos, encontró fuentes cercanas y confiables que mantuvieron trato con Cleopatra.

Otro de los trabajos acerca de su vida es el de Josefo, basado en los relatos de Herodes y de Nicolao de Damasco, quien tras servir a Cleopatra se trasladó a Judea.

Uno de los que coincidió con Cleopatra fue Cicerón. Él creó una descripción de Cleopatra que, probablemente movida por el rencor, la muestra como una mujer con muchas fallas y un tanto malvada.

Con el pasar del tiempo los historiadores fueron rescatando una visión más objetiva de Cleopatra, puesto que tras la visión de una villana, pasó a ser una heroína por cuenta de autores como Virgilio.

Representaciones

La figura de Cleopatra ha inspirado a muchos artistas de diferentes períodos y en los más diversos géneros. En las artes plásticas ha sido centro de pinturas, esculturas y grabados.

También en la literatura a través de la poesía, la novela o los relatos cortos, se encontró una musa en la faraona egipcia.

La danza, la música, el teatro son algunos de los géneros que han tomado a Cleopatra como figura central.

Además, tras el auge de tecnologías como la televisión o el cine, la historia de la monarca alcanzó las pantallas de miles de espectadores en un sinfín de series, películas y documentales.

Artes plásticas

Tanto artistas egipcios, como romanos decidieron realizar esculturas que representaran a Cleopatra VII. Una de las más famosas durante su vida fue la que Julio César ordenó emplazar en el Templo de Venus, en Roma.

También se conservan bustos y relieves que brindaban una visión acerca del físico de una de las reinas egipcias más queridas por la cultura popular.

Se dice que un amigo de Cleopatra pagó al gobierno de Augusto para que conservara las estatuas de la soberana después de su muerte.

Actualmente las representaciones más famosas de Cleopatra se encuentran en museos como el Antikensammlung de Berlín, en el Museo Vaticano y en el Museo Arqueológico de Cherchell en Argelia. En el Museo Británico hay un busto que de igual manera podría representar a la monarca ptolemaica.

Una de las pinturas que se ha relacionado históricamente con Cleopatra es la que data de mediados del siglo I a. C., en la que aparece la diosa Venus (posiblemente la reina egipcia), junto con un Cupido (que representaría a Cesarión).

En los relieves tradicionales egipcios también se encuentra plasmada Cleopatra, aunque en ese caso se la relaciona con la diosa egipcia Isis.

Cine

En el 7mo arte también ha sido explorado el interesante personaje que representó Cleopatra para la historia: como mujer, monarca, estratega y seductora.

Cléopâtre (1899), por Jeanne d’Alcy.

Antony and Cleopatra (1908), por Florence Lawrence.

Cleopatra, Queen of Egypt (1912), por Helen Gardner.

Cleopatra (1917), por Theda Bara.

Antony and Cleopatra (1924), por Ethel Teare.

Cleopatra (1934), por Claudette Colbert.

Dante’s Inferno (1935), por Lorna Low.

Caesar and Cleopatra (1945), por Vivien Leigh.

Serpent of the Nile (1953), por Rhonda Fleming.

Due notti con Cleopatra (1954), por Sophia Loren.

The Story of Mankind (1957), por Virginia Mayo.

A Queen for Caesar (1962), por Pascale Petit.

Cleopatra (1963), por Elizabeth Taylor.

Totò e Cleopatra (1963), por Magali Noël.

Carry On Cleo (1964), por Amanda Barrie.

The Notorious Cleopatra (1970), por Sonora.

Cleopatra (1970), por Chinatsu Nakayama.

Antony and Cleopatra (1972), por Hildegarde Neil.

Cleopatra (1999), por Leonor Varela.

Giulio Cesare (2006), por Danielle de Niese.

Referencias

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  3. Biography.com Editors (2014). Cleopatra VII. [online] The Biography.com / A&E Television Networks. Available at: biography.com. [Accessed 1 Jun. 2019].
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