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Disonancia cognitiva: teoría, Festinger y ejemplos


La disonancia cognitiva es un tipo de estrés psicológico que se produce cuando una persona mantiene creencias, ideas o valores contradictorios, o bien cuando actúa en contra de sus propias ideas. Este efecto, que puede provocar niveles muy altos de malestar, fue descubierto por primera vez por Leon Festinger en los años 50.

La disonancia cognitiva se produce cuando una persona es expuesta a nueva información que contradice algunas de sus ideas, creencias o valores. Al producirse este estrés, el individuo tratará de resolver la contradicción de alguna manera, con la intención de reducir lo antes posible su malestar psicológico.

Festinger creía que los humanos necesitamos mantener un alto nivel de coherencia psicológica para poder funcionar correctamente en el mundo real. Debido a ello, cuando algo contradice nuestras ideas, sentimos un gran malestar y tratamos de resolver la contradicción de la manera más rápida posible.

Existen varias formas posibles de resolver un caso de disonancia cognitiva. En función de su personalidad y la situación en la que aparezca, cada individuo optará por una diferente. Es importante recordar que este fenómeno psicológico se da en todas las personas, y que no tiene por qué ser un indicativo de un problema más grave.

Índice del artículo

Teoría de Festinger

En 1957, en su libro A Theory of Cognitive Dissonance, Leon Festinger propuso la idea de que las personas necesitamos mantener un alto nivel de consistencia entre nuestros pensamientos y los hechos del mundo real para poder funcionar correctamente en nuestro día a día.

Según el autor, las personas tenemos una serie de ideas, creencias y pensamientos sobre cómo funciona el mundo o cómo debería ser. Cuando nos encontramos con datos que contradicen lo que pensamos, sentimos cierta ansiedad, que nos llevaría a intentar resolver la contradicción de diferentes maneras.

Estos niveles de ansiedad serán más o menos elevados en función de cómo de importante sea para cada individuo la creencia que se está poniendo en duda, y cómo de contradictorios sean los datos que se han recibido. Para eliminar la disonancia, se pueden seguir cuatro estrategias diferentes, que veremos a continuación.

Estrategias para reducir la disonancia cognitiva

Cuando una persona tiene que enfrentarse a información o hechos que contradicen su visión de la realidad, inconscientemente escogerá una de cuatro estrategias para resolver la disonancia y reducir su malestar psicológico. Es importante recalcar que a menudo estas estrategias no se utilizan a propósito.

La estrategia más sencilla es la de simplemente ignorar o negar la información que contradice la creencia que se estaba manteniendo. Por ejemplo, una persona que piense que tomar alcohol es malo podría decirse que “la cerveza no cuenta como bebida alcóholica” para evitar sentirse mal al ingerirla.

Una segunda estrategia consiste en buscar una justificación para la aparente contradicción, a menudo añadiendo condiciones o explicaciones alternativas. Por ejemplo, un joven que se ha propuesto estudiar varias horas pero no tiene ganas de hacerlo podría justificarse pensando que al día siguiente puede recuperar el tiempo perdido sin problemas.

La tercera estrategia se basa en modificar superficialmente el pensamiento o creencia con el que ha ocurrido el conflicto, sin llegar a abandonarlo del todo. Por ejemplo, alguien que quiera mantener su dieta pero acabe de comer un trozo de tarta podría pensar que no pasa nada por hacer una comida trampa de vez en cuando.

Por último, la estrategia más difícil a nivel cognitivo es la de cambiar el propio comportamiento para que se ajuste a la idea de base, o bien cambiar por completo la creencia que se mantenía. Por ejemplo, alguien que cree que es imposible aprender inglés cambiaría su idea al descubrir que otra persona en su misma situación lo ha conseguido.

Áreas en las que influye la disonancia cognitiva

Los efectos de la disonancia cognitiva pueden observarse en una gran cantidad de situaciones diferentes. Sin embargo, las investigaciones al respecto se han centrado tradicionalmente en tres áreas: en relación con la obediencia forzada, toma de decisiones, y esfuerzo.

Obediencia forzada

Algunas de las primeras investigaciones que se realizaron sobre la disonancia cognitiva se dirigían a situaciones en las que una persona se veía obligada a hacer algo que internamente no querían hacer en realidad. Así, se producía un choque entre sus pensamientos y su comportamiento.

Debido a que el comportamiento está marcado externamente, la única manera que tienen estas personas de reducir su disonancia cognitiva será modificando sus pensamientos. Así, debido a un efecto conocido como “lógica retroactiva”, cuando esto ocurre tendemos a convencernos de que en realidad sí queríamos llevar a cabo lo que hemos hecho.

Por ejemplo, según esta teoría una persona que se vea obligada a estudiar una carrera a pesar de no querer hacerlo podría acabar convenciéndose de que en realidad sí quería hacerla.

Toma de decisiones

La vida está llena de decisiones, y en general tomar una de ellas provoca disonancia cognitiva. Esto se debe a que normalmente todas las alternativas entre las que tenemos que elegir tienen tanto puntos a favor como en contra, por lo que siempre tendremos que renunciar a algo que nos atrae.

Diferentes investigadores han estudiado las estrategias que empleamos habitualmente para reducir la disonancia cognitiva al tomar una decisión. La más común consiste en autoconvencernos de que la alternativa que hemos elegido es mucho más atractiva de lo que realmente es, y de que las demás no nos gustaban tanto en realidad.

Esfuerzo

Otra gran parte de las investigaciones relacionadas con la disonancia cognitiva han sido llevadas a cabo en el campo de las metas y el esfuerzo personal. La idea básica extraída de ellas es que solemos valorar mucho más aquellas metas u objetos que hemos tenido que trabajar duro para conseguir.

El efecto por el que esto se produce se conoce como “justificación del esfuerzo”. Cuando nos esforzamos para conseguir algo, si resulta que no es tan atractivo o beneficioso como pensábamos en un principio, experimentamos disonancia. Al ocurrir esto, tendemos a cambiar nuestros pensamientos sobre lo que hemos logrado para reducirla.

Debido a que nos sentimos mal si nos esforzamos mucho para realizar algo que no es realmente atractivo, nuestra primera estrategia es cambiar lo que pensamos sobre aquello sobre lo que nos hemos esforzado y valorarlo como más positivo de lo que realmente es.

Experimento de Festinger

La disonancia cognitiva fue estudiada por primera vez en 1959 ideado por Leon Festinger. En él, quería experimentar cómo reaccionaban los participantes frente a una tarea repetitiva y monótona en función de la recompensa que recibiesen después de completarla.

En la primera fase del experimento, los participantes tenían que llevar a cabo una tarea extremadamente aburrida durante dos horas, después de haberse presentado voluntarios a la misma. Después, se les dividió en tres grupos distintos, para estudiar cómo afectaban diferentes grados de motivación extrínseca a su opinión sobre lo que habían hecho.

Los participantes del primer grupo no recibieron ningún tipo de recompensa económica. Por el contrario, a los del segundo se les pagó un dólar por el trabajo realizado, y a los del tercero se les entregó veinte dólares. Más tarde, se les pidió realizar un cuestionario en el que tenían que escribir sus opiniones sobre la tarea.

Resultados y conclusiones

El experimento de Festinger reveló que los participantes que habían recibido veinte dólares por su participación en el estudio y aquellos a los que no se les había pagado nada expresaron su descontento con la tarea realizada. Comentaron que la tarea les había parecido poco agradable, y que no querrían volver a realizar ninguna similar.

Por el contrario, los participantes del grupo que había recibido tan solo un dólar expresaron niveles de satisfacción mucho mayores con la tarea, con los experimentadores y con el proceso en general.

Festinger y sus colaboradores extrajeron dos conclusiones de este estudio. La primera es que cuando nos vemos obligados a hacer algo en contra de nuestra voluntad, podemos llegar a cambiar nuestras opiniones para evitar sentir que hemos perdido el tiempo.

Por otro lado, añadir una recompensa externa puede hacer que el cambio de opinión sea más notable; pero esto solo ocurre cuando la recompensa es muy pequeña, y no puede justificar por sí misma el hecho de que la persona haya actuado de una manera en la que en realidad no quería hacerlo.

Ejemplos

La disonancia cognitiva puede aparecer en prácticamente cualquier ámbito de la vida. Sin embargo, es especialmente frecuente cuando una persona actúa por su propia voluntad de una manera que va en contra de alguna de sus creencias.

Cuanto más choque el comportamiento de la persona con sus creencias, y más importantes sean estas para el individuo, más fuerte será la disonancia cognitiva que se produzca. Algunos ejemplos frecuentes de este fenómeno son los siguientes:

– Una persona que está a dieta pero decide comerse un trozo de pastel sentirá disonancia cognitiva. Frente a esta situación, puede por ejemplo decirse a sí misma que en realidad el pastel no es tan calórico, o pensar que tiene derecho a comer mal de vez en cuando.

– Alguien que esté preocupado por el medio ambiente pero se decante por un coche nuevo de gasolina en vez de eléctrico podría decirse a sí mismo que su impacto sobre el bienestar del planeta en realidad no es tan alto, o convencerse de que en realidad un vehículo moderno no es tan contaminante.

Referencias

  1. “Cognitive dissonance” en: Simply Psychology. Recuperado en: 06 Abril 2019 de Simply Psychology: simplypsychology.com.
  2. “What is cognitive dissonance?” en: VeryWell Mind. Recuperado en: 06 Abril 2019 de VeryWell Mind: verywellmind.com.
  3. “Cognitive Dissonance (Leon Festinger)” en: Instructional Design. Recuperado en: 06 Abril 2019 de Instructional Design: instructionaldesign.org.
  4. “What is cognitive dissonance?” en: Psychology Today. Recuperado en: 06 Abril 2019 de Psychology Today: psychologytoday.com.
  5. “Cognitive dissonance” en: Wikipedia. Recuperado en: 06 Abril 2019 de Wikipedia: en.wikipedia.org.