Prosopopeya: características y ejemplos
La prosopopeya o personificación es un recurso literario que consiste en darles a los objetos y animales características propias de las personas. En otras palabras, la personificación se puede definir como la atribución de vida a cosas irracionales e inanimadas, o de cualidades humanas a toda especie distinta al hombre.
La finalidad de la prosopopeya es enriquecer y embellecer un texto para darle un sentido fantasioso e imaginario. En algunos casos la personificación se aplica a cosas que no tienen cuerpo o que son imprecisas.
Un ejemplo de mencionado en el párrafo anterior es el siguiente: “Su alma bailó de alegría”; en esta frase se le da a un elemento incorpóreo (el alma) la cualidad de una persona de poder bailar.
La prosopopeya o personificación se usa comúnmente en los cuentos, las fábulas, la poesía y en el lenguaje cotidiano. Si bien esta forma de expresión le da al mensaje un toque de fantasía, con ello se persigue activar el pensamiento, la imaginación, el razonamiento y transformar la manera en que se percibe al mundo.
Índice del artículo
- 1 Cómo elaborar una prosopopeya o personificación
- 2 Lo opuesto a prosopopeya o personificación
- 3 La personificación y las artes escénicas
- 4 Ejemplos de prosopopeya o personificación
- 5 Cuentos infantiles con personificación
- 6 Referencias
Una prosopopeya o personificación se puede elaborar teniendo en cuenta tres pasos, los cuales son:
En primer lugar, para desarrollar una prosopopeya o personificación se debe identificar o tener claro el tipo de texto que se desea escribir, bien sea narrativo o poético. Eso permitirá darle la cualidad humana a un personaje (animal u objeto), o en el caso de la poesía aplicarla de forma descriptiva a través de una metáfora o símil.
La respuesta al porqué se quiere usar la prosopopeya o personificación en un texto debe estar ligada a la intención y finalidad que la cualidad humana tendrá en el animal, objeto o ente abstracto. Esto quiere decir que la personificación no puede ser casual, sino funcional.
La prosopopeya o personificación se debe incluir en la narrativa o la poesía para que cumpla con una función o propósito, de lo contrario solo se verá como un relleno de texto y aislada de lo que se expresa. Por ejemplo, si un escrito se refiere al tiempo, es pertinente dotar a un reloj de la capacidad de hablar.
Así como la prosopopeya o personificación dota a animales o cosas de características humanas, también existen elementos literarios y estilísticos con finalidades opuestas. Uno de ellos es la animalización, que como lo indica la palabra consiste en darle rasgos animales a los seres humanos.
– Daniel tiene los ojos como un gato.
– La cabellera de Julieta se parece a la melena de un león.
– Sus dientes son como los de un ratón.
Por otro lado, en algunos textos puede incluirse la reificación, la cual se trata de dar características de objetos o elementos inanimados a personas o animales.
Ejemplos
– La madrastra de Cenicienta era tan fría como un tempano de hielo.
– El corazón de Manuel se le convirtió en piedra después de que su gato falleció.
– El deportista era tan veloz como un viento huracanado.
La personificación es un recurso que se extiende hacia las artes escénicas, en especial al teatro. En el teatro a los actores le corresponde interpretar a personajes alejados de sí mismos, entonces deben adoptar características y cualidades diferentes. Por ejemplo, un actor puede representar a un personaje histórico o personificar a un animal.
La personificación en el teatro es guiada por un director actoral y las capacidades histriónicas de quien realiza la interpretación.
– El viento susurraba a través del oscuro y sombrío bosque. Se puede observar que el sujeto de la oración, el viento, es personificado a través del verbo susurrar.
– El jardinero añadió amorosamente el estiércol a sus cosechas, creyendo que estaba haciendo flores felices. Las flores son humanizadas al darles la cualidad del sentimiento humano de la felicidad.
– Mientras caminábamos por el ardiente desierto, el sol nos golpeaba. El elemento humanizado es el sol al darle la cualidad de golpear.
– El tiempo se arrastró mientras Tim se sentaba en la sala de detención caliente, observando dolorosamente el reloj. El elemento humanizado es el tiempo al brindársele la cualidad de arrastre.
– El leñador niveló la gran cantidad de árboles en un claro y su motosierra cantó su canción mortal. El elemento humanizado es la motosierra, a la que se le da la cualidad de cantar.
– Cuando Mónica caminó a través de zapatería, cada par brillante de tacones le llamó. La personificación aplica a los tacones, al darle la cualidad de comunicarse.
– Cuando los patriotas derrotaron al ejército británico, la libertad resonó a través de las llanuras frutales. La característica personificada mediante el sonido fue al elemento abstracto de la libertad.
– Mientras Alicia buscaba el lápiz que faltaba, ella dijo sarcásticamente: “bueno, supongo que solo se alejó de mi escritorio”. Ella miró a sus compañeros de manera acusadora. El elemento personificado es el lápiz al dársele la cualidad de caminar.
– El horrible amarillo del papel tapiz en la cocina le gritó a Kelly. El elemento humanizado a través del sonido es el color del papel tapiz.
– Guillermo se comió la última galleta de chocolate antes de que su padre regresara a casa, la culpa se asomó y lo masticó. El elemento humanizado a través de asomarse y masticar es la culpa.
– Gotas de rocío cantan a las piedras del jardín. El elemento personificado es gotas de rocío al brindársele la cualidad de cantar.
– El hogar me llamó en el amanecer y el rocío. El elemento personificado es el hogar al cual se le atribuye la cualidad de llamar.
– El viento gimió en voz alta. Se personifica al viento a tener la cualidad de gemir.
– Al bailar el agua, allí permaneció un tiempo cantando y 3 hombres junto a él de oyentes. El elemento personificado es el agua por asignársele la característica de bailar.
– Un árbol se curva oscuro donde la pared se alza, con sus ramas torturadas como una mano espantosa. Los elementos personificados son las ramas del árbol al asignársele la cualidad de sufrir torturas.
– La nieve susurró al caer al suelo. La humanización fue aplicada a la nieve al darle la cualidad de susurrar.
– Los pájaros expresaron su alegría. Se personificó a los pájaros al atribuírsele la cualidad de sentir alegría.
– La marmota flotó indecisa. Se le otorgó la cualidad humana de discernir a la marmota.
– La computadora me odia. Se le asignó la cualidad humana de odiar a la computadora.
– Las luces parpadeaban en la distancia. Se le asignó la cualidad humana del sentido de la vista a las luces.
– La luna es una amante dura. El elemento humanizado fue la luna por ser considerada una amante.
– El sol guiñó buenas noches mientras desaparecía detrás de la montaña. La cualidad del sentido de la vista se le asigna al sol.
– La gran luna llena me condujo con confianza a través del bosque. La cualidad personificada de la confianza se le asignó a la luna.
– La montaña cacareó ante los retumbos bajo su superficie. La cualidad personificada del sentido del oído fue asignada a la montaña.
– Mientras la lluvia corría al suelo, todos corrieron a cubrirse. La cualidad humanizada de correr fue atribuida a la lluvia.
– El viejo coche resopló y se estremeció cuando el hombre arrancó el motor. Se le da la cualidad humana de respiración al coche.
– El viento aulló un grito triste mientras soplaba a través de las viejas ventanas. La cualidad humana asignada al viento es la de gritar.
– Las hojas bailaban en el suelo mientras los niños jugaban alrededor del viejo árbol. La cualidad personificada del baile se le asignó a las hojas.
– Cuando el chico empezó su prueba de matemáticas, su lápiz pasó la página. Se le asignó la cualidad personificada de discernir al lápiz para que este pase de página.
– El tornado devoró todo a su paso. Al tornado se le atribuye la cualidad personificada de devorarlo todo.
– Las olas del mar bailaban al son del viento y las gaviotas revoloteaban sonrientes.
– La muerte corría tras ella, aunque muchas veces logró esquivarla, finalmente se la llevó a su estancia oscura.
– El lucero de la mañana lo guió durante su caminata solitaria.
– A lo lejos se escuchó el murmullo del viento y los gritos agudos de los perros callejeros.
– Don Gato supo de la llegada de su amada Gatina porque leyó en el periódico sobre su presentación en el Teatro de Bellas Gartes.
– El viento enfurecido arrasó con los tristes árboles que quedaban en el bosque.
– La ciudad le sonríe a los turistas y le regala sus mejores escenarios.
– Las flores despertaron apenas el rocío mañanero les acarició los pétalos.
– Las cigarras entonaron sus notas más agudas para darle la bienvenida al sombrío invierno.
– La montaña se vistió de verde y engalanó al pueblo con su imponente altura.
– Las olas abrazan la arena y las piedras aprovechan de bañarse.
– El caracol le pidió a las hormigas que limpiarán su casa.
– La soledad no le hizo caso al despechado y le subió el volumen al silencio.
– La noche se quedó en silencio y le hizo compañía a las tímidas mariposas.
– La luna le sonrió y su corazón saltó de alegría.
– El viento y el sol de Esopo.
– El gato con botas de Charles Perrault.
– La oruga muy hambrienta de Eric Carle.
– El topo que quería saber quien había hecho eso en su cabeza de Werner Holzwarth.
– Abran paso a los patitos de Robert McCloskey.
– Siete ratones ciegos de Ed Young.
– El conejo Pedro de Beatrix Potter.
– La ratoncita presumida de Aquiles Nazoa.
– La zorra y el viejo león de Esopo.
– La cigarra y la hormiga de Esopo.
– “… Había entre los ratones que allí nacieron después una ratica más linda que la rosa y el clavel. Su nombre no era ratona como tal vez supondréis, pues la llamaban Hortensia que es un nombre de mujer…
– “Pero era muy orgullosa y así ocurrió que una vez se le acercó un ratoncito que allí vivía también y que alzándose en dos patas, temblando como un papel le pidió a la ratoncita que se casara con él…
– “… Y saliendo a la pradera le habló al sol gritando: ¡Jeeey! usted que es tan importante porque del mundo es el rey, venga a casarse conmigo pues yo soy digna de ser la esposa de un personaje de la importancia de usted…”.
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