+100 frases de la trilogía de El Señor de los Anillos
Te dejo las mejores frases de El Señor de los Anillos, trilogía cinematográfica basada en las novelas fantásticas y de aventura homónimas del escritor británico J. R. Tolkien, con más de 150 millones de copias vendidas.
Esta saga fue estrenada entre 2001 y 2003 y posteriormente le sucedieron las precuelas de El Hobbit. Algunos personajes que podrás encontrar en las siguientes frases incluyen a Gandalf, Frodo, Gollum, Saruman, Legolas, Gimli, Bilbo, Samuel o Pippin, entre otros.
Índice del artículo
- 1 El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo (2001)
- 2 El Señor de los Anillos: Las dos torres (2002)
- 3 El Señor de los Anillos: El regreso del rey (2003)
El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo (2001)
-Me hubiera gustado que el anillo nunca hubiera llegado a mí. Desearía que nada de esto hubiera pasado.
-El mundo ha cambiado. Lo siento en el agua. Lo siento en la tierra. Lo huelo en el aire. Mucho se ha perdido, ya que ninguno de aquellos que lo recuerda vive. -Galadriel.
-No conozco ni a la mitad de ustedes como debería de conocerlos, y no me caen, la mitad de ustedes, ni la mitad de bien que como debería de serlo. -Bilbo Baggins.
-Incluso la persona más pequeña puede cambiar el curso del futuro. -Galadriel.
-Sé que es lo que tengo que hacer. Simplemente… tengo miedo de hacerlo. -Frodo.
-¡Mi precioso será de nosotros una vez que los Hobbits estén muertos! -Gollum.
-No queda fortaleza en el mundo de los hombres. -Elrond.
-Nueve acompañantes. Que así sea. Ustedes serán la Comunidad del Anillo. -Elrond.
-¡Tonto! ¡A la próxima tírate tú y líbranos de tu estupidez! -Gandalf.
-Creo que debes de dejar el anillo atrás, Bilbo. ¿Es tan difícil hacer eso? -Gandalf.
-La única decisión posible es qué hacer con el tiempo que tenemos. -Gandalf.
-No sé que fuerza contiene mi sangre, pero te juro que no dejaré que la Ciudad Blanca caiga, ni que nuestra gente falle. -Aragorn.
-El poder de Isengard está a su disposición, Sauron, Señor de la Tierra. -Saruman.
-En la tierra de Mordor, en las llamas del Monte del Destino, el Señor Oscuro Sauron forjó en secreto un anillo maestro para controlar a todos los demás. -Galadriel.
-¡No puedes esconderte de mí, puedo verte! No existe vida después de mí, solo la muerte. -Sauron.
-Realmente nunca pensaste que un hobbit podía competir contra Sauron. No existe nadie que pueda hacerlo. -Saruman.
-Si alguien me pregunta mi opinión, que no creo que alguien lo vaya a hacer, creo que estamos tomando el camino largo. -Gimli.
-Es en los hombres sobre quien debemos de poner todas nuestras esperanzas. -Gandalf.
-Cuando tengas dudas, sigue a tu nariz. -Gandalf.
-¡Hice una promesa, Señor Frodo. Una promesa. “No dejes a Samwise Gamgee”. Y de verdad no tengo intención alguna de hacerlo. No tengo intención alguna. -Sam Gamgee.
-Te otorgo la luz de Eärendil, nuestra más valiosa estrella. ¡Que su luz siempre te ilumine en la oscuridad, incluso cuando las demás luces se apaguen! -Galadriel.
-Creo que ya estoy dominando esto. -Sam.
-Un mago nunca llega tarde, Frodo Baggins. Ni llega temprano. Llega precisamente cuando debe hacerlo. -Gandalf.
-Que destino tan extraño el que tengamos que sufrir de tanto miedo y duda a causa de algo tan pequeño. -Boromir.
-Creo que existe más dentro de este hobbit que lo que las apariencias nos dejan ver. -Gandalf.
-Dime, amigo mío, ¿cuándo fue que Saruman El Sabio abandonó la razón por la locura? -Gandalf.
-Mi querido Frodo. Los hobbits son criaturas maravillosas. Puedes aprenderlo todo acerca de ellos en un mes, y aún así cien años después pueden sorprenderte. -Gandalf.
-Debemos unirnos a Él, Gandalf. Debemos de unirnos a Sauron. Eso sería lo sabio, amigo mío. -Saruman.
-La muerte de Gandalf no fue en vano. No hubiera querido que abandonaras la esperanza. Cargas con una pesada carga, Frodo, no cargues también el peso de los muertos. -Boromir.
-Antes de que llegaras, se pensaba bien de nosotros los Baggins. -Frodo.
-Mantenlo en secreto. Mantenlo seguro. -Gandalf.
-Contra el poder de Mordor, no puede existir victoria alguna. -Saruman.
-Permanezcan alertas. Existen criaturas más antiguas e infames que los ogros en las profundidades del mundo. -Gandalf.
-Existen otras fuerzas en este mundo, Frodo, además de la voluntad del mal. Bilbo debía de encontrar el anillo. Por lo tanto, tu debías de tenerlo. -Gandalf.
-¿Los hombres? Los hombres son débiles. -Elrond.
-Pronto llegará el momento en el que los hobbits determinarán el futuro de todos. -Galadriel.
-Un anillo para gobernarlos a todos, un anillo para encontrarlos, un anillo para atraerlos y en la oscuridad unirlos. -Gandalf.
-¡Bilbo Baggins! ¡No me confundas con un hechicero de trucos baratos! No estoy tratando de robarte nada. Estoy tratando de ayudarte. -Gandalf.
-¡Tú no puedes pasar! Soy un sirviente del Fuego Secreto, portador de la Flama de Anor. ¡El fuego oscuro no se servirá, Flama de Udún! Vuelve a las sombras. ¡No lograrás pasar! -Gandalf.
-Uno simplemente no entra a Mordor. Sus puertas están protegidas por más que Ogros. Ahí yace una maldad que no duerme, y el Gran Ojo siempre vigilante. […] Es una locura. -Boromir.
-Muchos que viven merecen morir. Y algunos que mueren, merecen vivir. ¿Puedes darles esto Frodo? No te apresures a juzgar quien debe morir. Ni siquiera los sabios saben todo. -Gandalf.
-No osaré tomarlo. Ni siquiera para mantenerlo seguro. Entiende Frodo, usaría el anillo con el deseo de hacer bien. Pero a través de mí, tendría un poder muy grande y temible. -Gandalf.
-Extraños de tierras lejanas, viejos amigos, han sido llamados aquí para responder ante la amenaza de Mordor. La tierra media está al borde de la destrucción […]. Únanse o caerán. -Elrond.
-El anillo no puede ser destruido, Gimli, hijo de Gloin, bajo ningún método o habilidad que poseamos. El anillo fue forjado con el fuego del Monte del Destino. Solo ahí puede destruirse. -Elrond.
-Isildur tenía el anillo. Todo debió de haberse acabado ese día, pero se le permitió al mal perdurar. No existe voluntad en el mundo de los hombres. Están dispersos, divididos y sin líder. -Elrond.
-No abandonaremos a Merry y a Pippin a merced de la muerte y el sufrimiento. No mientras tengamos fuerzas. Dejemos todo lo prescindible. Viajemos ligero. A cazar ogros. -Aragorn.
-El espíritu de Sauron vivió. Su fuerza vital está unida al anillo, y este sobrevivió. […] Solo necesita este anillo para cubrir todo con una segunda oscuridad. Nunca debe encontrarlo. -Gandalf.
-Oculto en su fortaleza, el Señor de Mordor lo ve todo. Su mirada penetra las nubes, las sombras, la tierra y la carne. Sabes lo que digo, Gandalf, un gran ojo envuelto en llamas. -Saruman.
El Señor de los Anillos: Las dos torres (2002)
-La batalla del abismo de Helm se ha acabado; la batalla por la Tierra Media está a punto de comenzar. -Gandalf.
-La ira de Sauron será terrible, y su venganza expedita. -Gandalf.
-¡Legolas! ¡Ya maté dos! -Gimli.
-¡Yo llevo diecisiete! -Legolas.
-Tenías razón, Sam. El anillo me está guiando. Si me lo pongo, él me encontrará. -Frodo.
-Está hablando, Merry. El árbol está hablando. -Pippin.
-¡Se están llevando a los Hobbits a Isengard! -Legolas.
-No tienes poder aquí, Gandalf el Gris. -Saruman.
-Estúpido y gordo hobbit. -Gollum.
-El destino del mundo ahora será decidido. -Gandalf.
-Vamos con destino a cumplir una misión secreta. Aquellos que dicen oponerse al enemigo harían bien al no obstaculizarnos. -Frodo Baggins.
-El sol se alza rojo… se ha vertido sangre esta noche. -Legolas.
-Demasiada muerte. ¿Qué pueden hacer los hombres contra tal odio tan despiadado? -Théoden.
-Todas nuestras esperanzas ahora yacen con dos pequeños hobbits que se encuentran por ahí en algún lugar en medio de la naturaleza. -Gandalf.
-Hay cosas buenas en este mundo, Señor Frodo… y por esas cosas vale la pena pelear. -Sam Gamgee.
-Esta es una daga. Te has topado con ella anteriormente, ¿o no Gollum? Libéralo o te cortaré la garganta. -Frodo Baggins.
-Me pregunto si alguna vez seremos protagonistas de canciones o historias. -Sam Gamgee.
-Busca a tus amigos, pero no confíes en la esperanza, ya que ha abandonado estas tierras. -Eomer.
-No le temo ni a la muerte ni al dolor. -Éowyn.
-Los sirvientes de Sauron son llamados a Mordor. El Oscuro está reuniendo todos los ejércitos para él. No demorará mucho. Pronto estará listo. -Gollum.
-¿Qué asuntos tienen un elfo, un hombre y un enano en Riddlemark? ¡Contesten rápido! -Éomer.
-¡Saruman, te sacaré así como se saca el veneno de una mordedura! -Gandalf.
-Creo que al fin nos entendemos el uno al otro, Frodo Baggins. -Faramir.
-Que el cuerno de Helm Mano de Hierro suene en el abismo. Una última vez. -Théoden.
-¡Nosotros los enanos somos corredores natos! Somos muy peligrosos a cortas distancias. -Gimli.
-Un nuevo poder emerge. Su victoria se encuentra próxima. La oscuridad de la noche se manchará de la sangre de Rohan. Marchen hacia el abismo de Helm. No dejen a nadie vivo. -Saruman.
-He caminado sobre esta tierra durante 300 vidas humanas, y ahora no tengo tiempo. Con suerte mi búsqueda no será en vano. Espérenme al amanecer del quinto día; miren al este. -Gandalf.
-Si nos vamos por el sur podremos pasar desapercibidos para Saruman. Entre más cerca estemos del peligro, más lejos estaremos de que nos hagan daño. Esto es lo que menos espera. -Pippin.
-El viejo mundo arderá. Los bosques caerán y una nueva orden surgirá. Seremos el motor de la guerra con la espada, la lanza y el puño de hierro. Solo falta abatir a los opositores. -Saruman.
-¿Por qué llenas tu mente, ya de por sí afligida con tantos problemas, con estos problemas? ¿A caso no puedes ver que tu tío está cansado de tu descontento y belicismo? -Grima Wormtongue.
-El mundo está cambiando. ¿Quién puede enfrentarse en contra ambos, Isengard y Mordor? Oponerse contra los grandes Sauron y Saruman y la unión de las dos torres. -Saruman.
El Señor de los Anillos: El regreso del rey (2003)
-¿Es que acaso no reconoces la muerte cuando la ves, viejo? ¡Este es mi momento! -Rey Brujo.
-El más grandioso de los hombres puede ser asesinado por una flecha… y Boromir, fue atravesado por muchas. -Pippin.
-Una cuarta era de la Tierra Media comenzó. Y la comunidad del anillo, aún eternamente unida por amistad y amor, terminó. Después de 13 meses […] llegamos a casa. -Frodo.
-¡Ahora es el momento! ¡Jinetes de Rohan! ¡Cumplan ahora los juramentos que han realizado hacia su señor y su tierra! -Eomer.
-No había mentira alguna en los ojos de Pippin. Es un tonto, pero al menos sigue siendo un tonto honesto. No le dijo nada a Sauron acerca del anillo. Hemos tenido suerte. -Gandalf.
-¿Recuerda la comarca, Señor Frodo? Será primavera pronto; las huertas estarán floreciendo y los árboles pronto estarán anidando en los arbustos de avellanos. -Sam.
-La aventura no termina aquí. La muerte es tan solo otro camino. Uno que todos debemos de tomar. -Gandalf.
-La hora del té debe de estar acercándose, al menos en los lugares decentes donde la hora del té aún existe. -Sam.
-¿Cómo recoges los pedazos de una vieja vida? ¿Cómo sigues adelante cuando en tu corazón comienzas a entender que no hay marcha atrás, que hay cosas sin arreglo? -Frodo.
-Certeza de muerte, mínima esperanza de éxito. ¿A qué esperamos? -Gimli.
-¡Vuelve al abismo! ¡Cae en el vacío e inexistencia que te espera a ti y a tu maestro! -Gandalf.
-Esta es la ciudad de los hombres de Numenor. Daría mi vida con gusto para defender su belleza, su recuerdo y su sabiduría. -Faramir.
-Me alegra estar contigo, Samwise Gamgee, aquí al final de todas las cosas. -Frodo.
-Sam, no puedo recordar el sabor de la comida, ni el sonido del agua, ni la sensación del pasto. Estoy desnudo en la oscuridad, con nada, sin nada con que cubrirme. -Frodo.
-Escucha, Lord Denethor es el padre de Boromir. El contarle de muerte de su hijo no sería sabio. No menciones nada de Frodo, o del anillo, o de Aragorn. De hecho, mejor no hables. -Gandalf.
-Nunca pensé que moriría peleando hombro a hombro con un elfo. -Gimli.
-Las estrellas se encuentras ocultas. Algo se agita en el Este. Una malicia insomne. El ojo del enemigo se está moviendo. Está aquí. -Legolas.
-De las cenizas nacerá una llama. Y de la oscuridad surgirá una luz. Renovada será la espada rota. Y aquel que ya no porta la corona volverá a ser rey. -Arwen.
-¿Acaso no has aprendido nada acerca de la terquedad de los enanos? -Legolas.
-¡Este no es lugar para un hobbit! -Gandalf.
-No le temo a la muerte. -Aragorn.
-Creo que tienes una fortaleza de un tipo diferente. Y un día tu padre la verá -Pippin a Faramir.
-Tengo que destruir el anillo por nuestro bien. -Frodo a Gollum.
-Gandalf no duda en sacrificar a aquellos más cercanos a él, a aquellos que él profesa amar. Dime enano, ¿que palabras de consuelo te dio antes de mandarte a la perdición? -Saruman.
-¡Hijos de Gondor, de Rohan! ¡Hermanos! Veo en ustedes mi miedo. Un día nos quedaremos sin coraje y abandonaremos a nuestros amigos. Pero hoy no es ese día. Hoy luchamos. -Aragorn.