Religión teotihuacana: deidades, rituales, sacrificios
La religión teotihuacana fue una de las referencias culturales de una de las ciudades más grandes e influyente del Nuevo Mundo. Esta se encontraba en la cuenca de México y su sociedad surgió en la era dorada de Mesoamérica, durante el primer milenio de la Era cristiana.
La civilización teotihuacana se desarrolló al mismo tiempo que la cultura maya (250 d.C. 900 d.C) y precedió a la civilización tolteca. Los elementos de esta civilización, arquitectura, arte y religión, influenciaron a todas las demás culturas mesoamericanas.
Las deidades de la religión teotihuacana
Los habitantes de la ciudad Teotihuacán practicaban el politeísmo, lo que quiere decir que creían en varios dioses. La deidad más importante de Teotihuacán era femenina: la Mujer Araña de Teotihuacán, también conocida como la Gran Diosa de Teotihuacán.
El hecho de que la Gran Diosa de Teotihuacán sea la deidad más relevante de esta sociedad representa un elemento inusual, puesto que gran parte de las deidades mayores de Mesoamérica eran de sexo masculino.
La Mujer Araña de Teotihuacán era adorada como la deidad creadora; asimismo, era la diosa del inframundo, de la oscuridad, de la tierra y del agua (de hecho, es por su relación con el agua que se le atribuye la condición de “creadora”). Esta diosa era representada en los murales y las esculturas con una máscara que se asemeja a la boca de una araña.
Otros dioses relevantes para la civilización teotihuacana son: la diosa del Agua, también llamada Chalchiuhtlicue, quien es representada con una estatua de tres metros, esculpida en piedra; y el dios Tlaloc, quien representa la lluvia y la guerra.
Estos dos dioses se relacionan por el hecho de que fueron tomados por las culturas que surgieron después de la teotihuacana; además, ambos dioses destacan la importancia del agua, elemento más que esencial en las tierras áridas de Teotihuacán y que constituía el “dador de vida”.
Asimismo, Quetzalcoalt, la serpiente emplumada; Xipe Totec, el dios de la agricultura y del maíz; y el dios del Fuego, deidad creadora son deidades adoradas por la civilización de Teotihuacán y que fueron tomadas posteriormente por los aztecas.
El calendario y los rituales
Los edificios se alinean perfectamente con eventos astronómicos, tales como equinocios, solsticios y eclipses. Estos eventos eran considerados mensajes sagrados provenientes de los dioses.
La posición de los templos y de las pirámides construidos en Teotihuacán, los cuales se alinean con el sol de solsticio (en junio) y con las Pléyades, da a entender que las fechas del calendario tenían cierta relevancia al momento de efectuar los rituales religiosos.
Los sacrificios humanos
Los teotihuacanos practicaban el sacrificio humano. En las excavaciones de las construcciones se han encontrado restos humanos y animales, los cuales fueron ofrecidos en sacrificio.
Algunos estudiosos consideran que estos eran sacrificados para demostrar la dedicación y el compromiso al expandir o edificar una pirámide.
Asimismo, se considera que las víctimas eran guerreros enemigos que fueron capturados durante batallas y que eran sometidos a rituales de sacrificio para asegurar la prosperidad de la ciudad.
Los métodos aplicados variaban de ritual en ritual: algunos hombres eran decapitados, a otros se les extirpaba el corazón, algunos eran golpeados en la cabeza y, por último, algunos eran enterrados vivos.
Con respecto a los animales, aquellos que eran sagrados para los aborígenes y los que representaban poderes místicos eran enterrados vivos o enjaulados. Algunos de estos animales eran el lobo, el águila, el halcón, la lechuza, el jaguar y algunas serpientes venenosas.
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La arquitectura y la religión
Gran parte de las construcciones arquitectónicas tenían carácter religioso, puesto que se empleaban para adorar a los dioses.
Las dos pirámides principales de la ciudad eran la Pirámide del Sol y la Pirámide de la Luna, que representaban monumentos en honor a estos astros. También destaca el templo de Quetzalcoalt.
La Pirámide del Sol
La Pirámide del Sol tiene cinco niveles y fue construida sobre un túnel sagrado. En la parte superior de esta, antiguamente existía un pequeño templo. Dentro de la pirámide, se encuentra un túnel de 100 metros que lleva a una cámara de entierro.
La pirámide de la Luna
Esta pirámide es similar a la del Sol, sin embargo, no presenta cámaras interiores. A pesar de esto, en las bases de la pirámide se encuentran ofrendas para los dioses, entre las que destacan piedras de obsidiana y felinos y águilas esculpidos en rocas verdes.
Asimismo, esta construcción es el lugar de reposo de sacrificios humanos, entre los que destacan tres hombres mayas nobles. Por su parte, también se hallan los restos de animales sacrificados, tales como pumas, serpientes de cascabel y aves rapaces.
El templo de Quetzalcoalt
El templo de Quetzalcoalt está decorado con esculturas de la serpiente emplumada y del dios Tlaloc.
En esta pirámide, descansa más de 200 hombres y mujeres que fueron sacrificados para celebrar que la obra fue completada. Asimismo, dentro de este templo se encuentran cuchillos de obsidiana y objetos de carácter religioso.
Centro religioso
Se cree que la ciudad de Teotihuacán se comenzó a construir en el año 100 a.C. Sin embargo, no fue sino hasta el año 250 d.C. que se completaron las principales edificaciones de la ciudad.
Fue en esta misma época que Teotihuacán se transformó en un centro religioso de las zonas altas de México, gracias a las múltiples edificaciones de carácter religioso; de hecho, la palabra “Teotihuacán” significa en azteca “el lugar de los dioses”.
Referencias
- Teotihuacan: Ancient City of Pyramids. Recuperado el 27 de abril de 2017, de livescience.com.
- Teotihuacán. Recuperado el 27 de abril de 2017, de britannica.com.
- Cartwright, Mark (2015). Teotihuacan. Recuperado el 27 de abril de 2017, de ancient.eu.