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Pez ballesta: características, hábitat, alimentación, comportamiento


Pez ballesta es el nombre común que recibe cualquiera de las especies de peces que forman la familia Balistidae. Entre sus rasgos más representativos se encuentran sus ojos, que pueden girarlos de forma independiente.

Además, tiene dos aletas dorsales, estando la anterior reducida a tres espinas. La primera de estas, que es la más grande de todas, se eleva y es sostenida por la segunda. De esta manera, el pez luce más agresivo, por lo que los depredadores huyen o se ven imposibilitados de atraparlo.

Su dieta es muy diversa, donde se incluyen erizos de mar, crustáceos y moluscos. Para moler las conchas y las espinas, el pez ballesta cuenta con una fuerte mandíbula y con dientes especializados.

Con relación a su distribución, el pez gatillo, como también es conocida esta especie, habitan en los océanos tropicales y subtropicales a nivel mundial. Sin embargo, la mayor riqueza de especies ocurre en los arrecifes de corales del Indo-Pacífico.

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Características del pez ballesta

Piel

La piel es muy gruesa y de gran dureza. Está cubierta de escamas grandes, ásperas y no superpuestas, formando así una fuerte armadura que protege al organismo. Con relación a la coloración, es muy variada. Generalmente, el pez ballesta puede ser marrón, negro, verdoso o gris, con llamativos patrones de colores brillantes.

Tamaño

Esta especie puede medir entre 20 y 50 centímetros. No obstante, existen peces de gran tamaño, como el pez piedra (Pseudobalistes naufragium), que alcanza la longitud de un metro.

Cabeza

La cabeza es de gran tamaño y en su extremo se encuentra la boca. Esta es pequeña y contiene dos fuertes mandíbulas. Cada una de estas estructuras ósea tiene a cada lado una fila de cuatro dientes. Sin embargo, en la mandíbula superior existe un conjunto de dientes faríngeos, que forman una placa.

Dichas piezas dentales están adaptadas para moler las presas de caparazón duro. En cuanto a los ojos, son pequeños, con relación al cuerpo, y están ubicados en el área superior de la cabeza. Una particularidad de esta especie es que tiene la capacidad de girar de manera independiente cada globo ocular.

Aletas

El pez ballesta tiene dos aletas dorsales. La primera está reducida a tres espinas, siendo la primera la más larga y robusta de todas. De este grupo de espinas, las dos primeras pueden levantarse. La primera se mantiene erguida firmemente, debido a que la segunda espina, cuando se erecta, la bloquea, sosteniéndola así con fuerza.

Dicha acción es un mecanismo de protección, que impide que el depredador pueda ingerirlo. Además, contribuye a que su apariencia luzca más amenazadora.

La gran mayoría de los radios que conforman las aletas pectoral, anal y dorsal están ramificados. Con relación a las dos aletas pélvicas son rudimentarias. Estas se encuentran fusionadas a una columna, representadas por cuatro pares de escamas grandes, que recubren a la pelvis en su extremo posterior.

En cuanto a la aleta caudal, tiene forma de hoz y está formada por un total de doce rayos principales y carece de espinas.

Placas branquiales

El grupo de especies que conforman la familia Balistidae poseen opérculo, conocido como placas branquiales. Dicha estructura es la encargada de proteger a las branquias, cuya única abertura está ubicada frente a la base de la aleta pectoral.

En el pez ballesta, las placas branquiales son poco visible, ya que se encuentran superpuestas por la dura piel del animal.

El nado

Este grupo de peces generalmente nadan ondulando simultáneamente sus aletas anales y la segunda aleta dorsal. En estas especies, dichas aletas están levemente inclinadas entre sí, por lo que las odas producen un empuje hacia adelante. Dicho movimiento ondulatorio proporciona un desplazamiento lento y constituye su principal modo de propulsión.

Cuando necesita escapar de una amenaza, el pez utiliza la aleta caudal, que puede extenderse hasta 2,5 veces su ancho, formando una especie de abanico. De esta manera, proporciona fuertes golpes propulsores, que generan un impulso rápido y con mucha fuerza.

Algunas especies tienen nados muy particulares. Tal es el caso del Balistapus aculeatus, que tiene la capacidad de nadar hacia atrás, al invertir la dirección habitual de las ondulaciones en ambas aletas.

Además, puede desplazarse hacia abajo en el agua, ya que las aletas anales generan ondas hacia atrás y la dorsal lo hace hacia adelante. Cuando desea desplazarse hacia arriba, esta especie cambia ambas direcciones de onda. En este video se puede observar un pez ballesta atacando una langosta:

Hábitat y distribución

Los pejepuercos, como se le nombra comúnmente a los miembros de esta familia, se encuentran ampliamente distribuidos en aguas tropicales y subtropicales a nivel mundial. Sin embargo, la mayor densidad de población ocurre en la región Indo-Pacífico tropical.

Con relación al hábitat, varía según la especie. Algunas viven y se reproducen en áreas cercanas a los arrecifes de coral, a profundidades entre 50 y más de 100 metros. En esa zona, suelen utilizar las grietas o las rocas para esconderse en la noche, evitando así ser visto por los depredadores.

Otras especies, como las que integran el género Canthidermis, son fundamentalmente pelágicas, habitando en aguas abiertas. Sin embargo, algunos peces ballesta, a pesar de ser pelágicos o bentónicos, pueden vivir a profundidades diferentes en una determinada época de su vida.

Así, el Canthidermis maculata, que es epipelágica durante la gran parte de su vida, el adulto desciende a aguas poco profundas durante la época del desove. En el caso del Balistes polylepis, que se localiza en arrecifes rocosos, en la etapa juvenil es pelágico, mientras que de adulto es demersal.

Estado de conservación

Algunas de las poblaciones que conforman la familia Balistidae están decreciendo. Debido a esto, la UICN las han categorizado dentro del grupo de especies en riesgo de extinguirse. Entre los peces ballestas que integran esta lista roja están el Canthidermis maculata, Balistes capriscus y Xanthichthys mento.

Existen diversos factores que aquejan a dichas comunidades. Entre estos se encuentran la captura incidental, que ocurre durante la pesquería del atún. También, el pez ballesta es sobreexplotado en diversas regiones, especialmente en Brasil, el Golfo de México y en el Golfo de Guinea.

Por otra parte, motivado a que su hábitat preferido son los arrecifes de corales, en varias áreas el ecosistema está degradado por la contaminación del agua, la sobrepesca y el blanqueamiento de los corales.

Alimentación

La familia Balistidae está integrada por más de 40 especies diferentes, por lo que su alimentación es muy variada. No obstante, generalmente su dieta se basa en moluscos, crustáceos, erizos de mar y otros equinodermos.

Otro grupo caza peces pequeños, mientras que algunos, entre los que se encuentran los miembros del género Melichthys, se alimentan básicamente de algas.

También, los hay con dietas especializadas, como es el caso del pejepuerco dentirojo (Odonus niger), que se nutre principalmente del plancton marino.

El pez ballesta tiene varios métodos de caza. Este puede capturar a su presa utilizando sus dientes, asegurando así que no se escape. También, cuando la presa está cubierta de arena, crea una corriente de agua, agitando vigorosamente sus aletas. De esta manera, el animal queda al descubierto y puede capturarlo con facilidad.

Dicha técnica, conocida como chorro de agua, es empleada por el Balistes vetula cuando caza los erizos de mar. La fuerza del agua que este pez genera, vuelca al erizo, haciéndolo vulnerable, ya que en la parte inferior de su cuerpo las espinas son cortas y puede ser depredado fácilmente.

Reproducción

El macho del pez ballesta establece su territorio para el desove y el cuido de los huevos. En este se encuentran entre una y tres hembras. Durante la época reproductiva, este exhibe conductas propias del cortejo. Así, persigue repetidamente a las hembras que pasan cerca de este.

El apareamiento ocurre en el fondo arenoso o en un arrecife. En cuanto al desove, la hembra libera entre 55.000 a 430.000 huevos. Debido a que están en pareja, el macho inmediatamente expulsa los espermatozoides, que fecundan a los huevos. Debido a que estos son adhesivos, se unen a la arena.

En algunas especies, los huevos fecundados están dispersos en el fondo, mientras que en otras forman una especie de masa. Con relación al cuidado parental, en la gran mayoría de los casos, la hembra es la encargada de proteger a los huevos.

Para esto, abanica y sopla agua sobre los huevos fecundados, además de alejar a los intrusos. También, el macho puede participar en estas labores, pero dicha conducta es poco frecuente dentro de las poblaciones de este pez.

Comportamiento

Muchos de los pejepuercos son solitarios. Aunque su apariencia es dócil, algunos se tornan muy agresivos durante la época reproductiva. Esto se debe a que se vuelven territoriales y a que defienden aguerridamente al nido.

En cuanto a la comunicación, las especies de la familia Balistidae son conocidos por su gran capacidad para producir sonidos. Algunos son emitidos durante la alimentación, como producto del choque entre las piezas dentales.

En otras especies, como el B. capriscus, los sonidos resultan cuando la primera espina de la aleta dorsal se eleva. No obstante, estudios recientes señalan que la gran mayoría de los sonidos involucran a las aletas pectorales y a la vejiga natatoria. Este órgano tiene expansiones laterales que unen las aletas pectorales a la pared del cuerpo.

Así, en esa zona, la vejiga natatoria hace las veces de membrana de tambor. La producción del golpeteo viene dada por los movimientos alternantes de barrido de las aletas pectorales, contra la pared de la vejiga natatoria.