Smilax aspera: características, hábitat, beneficios, cultivo, cuidados
Smilax aspera es una especie de arbusto perenne que pertenece a la familia Smilacaceae. Conocida comúnmente como morisca, salsaparrilla, uva de perro, yedra, zarza o zarzaparrilla, es una planta trepadora originaria de Europa, Asia y África.
Se trata de una enredadera de tallos delgados, volubles y espinosos, presenta zarcillos para trepar y alcanza un promedio de 2-30 m de longitud. Las hojas acorazonadas y coriáceas son de color verde brillante, las flores blancas se agrupan en umbelas y el fruto es una pequeña baya roja brillante.
La zarzaparrilla es una planta silvestre que se emplea para cubrir cercas, muros o verjas, además es cultivada como especie ornamental en macetas o jardineras. En herbolaria, sus raíces han sido utilizadas desde la antigüedad para el tratamiento de enfermedades de la piel y calmar dolores reumáticos.
De igual forma, posee propiedades depurativas, diuréticas, estimulantes y sudoríficas, propicias para regular los niveles de colesterol, curar afecciones del sistema urinario y aliviar los síntomas de la gripe. La raíz fue emplea para la elaboración artesanal de una bebida refrescante muy popular a comienzos del siglo XX.
Índice del artículo
- 1 Características generales
- 2 Taxonomía
- 3 Hábitat y distribución
- 4 Beneficios para la salud
- 5 Contraindicaciones
- 6 Cultivo
- 7 Cuidados
- 8 Referencias
Planta perenne de porte arbustivo o rastrero, con finos tallos flexibles provistos de espinas, generalmente alcanza 1-2 metros de largo. Debido a su crecimiento trepador y presencia de zarcillos, tiene la capacidad de sujetarse sobre árboles de mayor tamaño o estructuras artificiales y crecer hasta 30 m de longitud.
Las hojas simples y pecioladas tienen una característica forma acorazonada o triangular, se disponen de manera alterna y miden de 10-12 cm de longitud. El limbo presenta la base hastada y el ápice agudo, son de color verde oscuro brillante y textura áspera.
Es frecuente la presencia de pequeñas espinas a nivel del pecíolo, los márgenes de las hojas y las nerviaciones principales. De igual forma, en la base del peciolo se forman dos zarcillos de sujeción.
La zarzaparrilla es una especia dioica que florece entre verano y otoño, las pequeñas flores blanquecinas y aromáticas se agrupan en inflorescencias axilares. Cada flor está formada por 6 tépalos blancos, y dependiendo del pie, poseen un pistilo o 6 estambres. Es una especie melífera.
El fruto es una baya globosa de 5-8 mm de diámetro y color rojo brillante al madurar. La fructificación se presenta de manera generosa en grandes racimos durante los meses de noviembre y diciembre. En su interior se forman 3 semillas.
Es común confundir los frutos de la zarzaparrilla con la especie Tamus communis (nueza negra) cuyos frutos son venenosos. En esta especie las ramas se enrollan en el sentido de las agujas del reloj, carecen de zarcillos y el fruto contiene 6 semillas.
La especie Smilax aspera presenta un alto contenido de aceites esenciales, sales minerales y la colina, molécula precursora de la acetilcolina. Asimismo, ácidos grasos insaturados como el ácido sarsápico, oleico y palmítico, almidones, glucósidos y saponinas esteroides, como la sarsaponina.
– Reino: Plantae
– División: Magnoliophyta
– Clase: Liliopsida
– Orden: Liliales
– Familia: Smilacaceae
– Género: Smilax
– Especie: Smilax aspera L. 1753
– Smilax aspera subsp. aspera
– Smilax aspera subsp. balearica (Wk.) Malag.
– Smilax: el nombre del género proviene del mito griego de la ninfa «Smilace» y Croco, quien se suicidio por el amor frustrado de la ninfa. El mito narra el suicidio del joven, quien se convierte en una flor, y la transformación de la ninfa en una parra.
– aspera: el adjetivo especifico en latín se traduce como «áspero, rugoso o erizado».
La zarzaparrilla es una planta silvestre que se localiza en las tierras bajas de diversos tipos de bosques, matorrales o zarzales. En efecto, crece bajo alcornocales, bosques de galería, bosques esclerófilos, encinares, robledales y una gran variedad de matorrales desde el nivel del mar hasta los 1.500 msnm.
Es una especie originaria de Europa, Asia y África, aunque en la actualidad se encuentra ampliamente distribuida en ambientes tropicales y templados cálidos alrededor del mundo. De hecho, es común en México y Norteamérica, islas Canarias, península ibérica e itálica, Etiopía, Kenia y República Democrática del Congo en África, Bután, India y Nepal en Asia Central.
La zarzaparrilla es considerada una planta medicinal debido a su alto contenido de geninas, fitoesteroles, saponinas y saponósidos de acción terapéutica. En efecto, estos compuestos químicos le aportan propiedades antibacterianas, antiinflamatorias, antifúngicas, depurativas y diuréticas.
Su consumo esta indicado en casos de reumatismo o gota, y enfermedades de la piel como eccemas o psoriasis. De igual forma se emplea en casos de gripe o catarro, problemas de anorexia, trastornos respiratorios, dolores menstruales o infecciones bacterianas como la sífilis.
El consumo de una infusión preparada a base de las raíces de zarzaparrilla favorece los síntomas asociados a la retención de líquidos. De igual forma, se utiliza en caso de trastornos urinarios, mejora la circulación de la sangre y ayuda a eliminar el ácido úrico a través de la orina.
Gracias a sus propiedades antibacterianas se emplea para el tratamiento de algunas enfermedades de transmisión sexual, como la sífilis. En efecto, la sífilis es una enfermedad causada por una bacteria que ocasiona lesiones en los genitales, el recto y la boca.
Se emplea para el tratamiento sintomático de afecciones renales, limpiar la sangre, mejorar el funcionamiento del hígado y revertir posibles daños hepáticos. De manera tópica como cataplasma es efectiva para eliminar impurezas en la piel, como acné, dermatosis, eccemas, forúnculos, psoriasis o urticarias.
Su efecto antiinflamatorio es efectivo para el tratamiento de ciertos dolores articulares como artritis, artrosis reumatoide y gota. Asimismo, es utilizada para aliviar cualquier tipo de inflamaciones, ya sea internas o externas, para limpiar heridas y curar infecciones de sistema urinario, como la cistitis.
La ingesta de una infusión bien caliente de zarzaparrilla permite la limpieza del sistema respiratorio en casos de bronquitis crónica, gripe o catarro. También se consume como tónico digestivo para mitigar problemas intestinales, como mala digestión, o ciertos trastornos relacionados con cólicos y diarreas.
A pesar de que esta indicada para el tratamiento de ciertas afecciones del sistema urinario, su consumo esta contraindicado en pacientes que padecen nefritis intersticial aguda. El consumo de altos niveles de saponinas y glucósidos esteroidales presentes en la zarzaparrilla, tiende a irritar los riñones y el sistema urinario.
Además, su consumo prolongado en dosis muy altas esta contraindicado en pacientes con problemas de hipertensión, diabetes o insuficiencia cardíaca. De la misma manera, se debe limitar su consumo si se está bajo prescripción médica. En cualquier caso, siempre es recomendable contar con asesoramiento facultativo.
La zarzaparrilla es una planta silvestre que se puede cultivar con fines ornamentales o terapéuticos. Su propagación se realiza por medio de semillas recolectadas directamente de la planta, o de forma vegetativa a través de esquejes de raíces.
Las semillas de zarzaparrilla no requieren ningún tratamiento pregerminativo, se siembran al final del verano en bandejas de germinación. Se recomienda emplear un sustrato universal, fértil y bien drenado, proteger de los rayos del sol y mantener la humedad hasta que inicie la germinación.
En caso de utilizar esquejes, se recomienda seleccionar raíces vigorosas y realizar cortes de 10-12 cm de longitud. Estos esquejes se colocan en camas de enraizamiento húmedo hasta que enraícen y broten las nuevas plántulas, momento preciso para trasplantar al lugar definitivo.
El establecimiento de la plantación se debe efectuar durante la primavera o el otoño, procurando sembrar en un terreno profundo, poroso, fértil y permeable. Debido a que es una planta trepadora, se recomienda colocar un soporte de madera que favorezca su crecimiento. Las podas habituales permitirán dar forma a la planta.
– La zarzaparrilla requiere plena exposición solar y protección de los vientos fuertes para desarrollarse y producir abundantes flores. Incluso, se desarrolla bien a media sombra, tolera los ambientes cálidos y soporta bien las heladas.
– Crece sobre cualquier tipo de suelo, de preferencia franco-arenoso o franco-arcilloso, sueltos y bien drenados. Se desarrolla sobre suelos fértiles o pobres, de preferencia alcalinos, de pH 5,5-8 y bajo contenido de nitrógeno.
– Debido a su condición de planta silvestre esta acostumbrada a tolerar largos períodos de sequía. Sin embargo, es recomendable realizar aplicaciones de riego frecuente para mejorar su rendimiento. Durante el verano se puede regar cada 3-4 días y el resto del año 1-2 veces a la semana.
– Al momento de establecer el cultivo es importante incorporar al terreno una buena porción de abono orgánico o compost vegetal. De igual forma, al momento de entrada de lluvias y antes de la floración es recomendable aplicar fertilizantes minerales ricos en fósforo y potasio o algún abono orgánico, como humus, guano o estiércol de ganado.
– La poda de mantenimiento es indispensable durante todo su ciclo productivo para dar forma y controlar su crecimiento. Desde el momento que se establece la plantación, se deben realizar podas de formación para evitar el crecimiento desproporcional de la planta.
– Después del ciclo de producción, se debe realizar la poda de saneamiento con el objeto de estimular la formación de nuevos brotes. De igual forma, es recomendable cortar los tallos apicales para incentivar la formación de brotes laterales, así como eliminar ramas secas o dañadas por el frío.
– La zarzaparrilla es una especie rústica, tolera heladas frecuentes hasta -6 ºC. Además, es resistente al ataque de plagas y la incidencia de enfermedades fúngicas.
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