Paso del nomadismo al sedentarismo: causas, consecuencias
El paso del nomadismo al sedentarismo fue uno de los cambios más importantes en la historia de la humanidad: supuso una modificación epistemológica completa en los ámbitos cultural y social. Gracias al sedentarismo los primeros hombres pudieron dedicarse a otras actividades, lo que los llevó a inventar la escritura y otros aspectos de la humanidad.
Durante los primeros períodos de la Prehistoria el hombre mantenía una actitud nómada, ya que desconocía los métodos de agricultura y de construcción. Sin embargo, esta forma de vida cambió al llegar las primeras herramientas y tecnologías, puesto que estas le permitieron asentarse, practicar la agricultura y formar comunidades más numerosas.
Los nómadas vivían principalmente de la caza y de la recolección de animales y frutos. Sin embargo, este método los obligaba a trasladarse continuamente en la búsqueda de más alimento; al solo recolectar bienes sin reabastecer el lugar, eventualmente las tierras de una determinada región se quedaban sin suministros que ofrecer.
El sedentarismo fue un proceso clave dentro de la evolución del hombre debido a que dicho fenómeno permitió mejorar la calidad de vida de las comunidades incipientes: el sedentarismo permitió el aumento demográfico, así como también nuevas técnicas y recursos para habitar la tierra y la creación de las primeras delimitaciones geográficas.
Teniendo estos últimos factores en cuenta, se puede asegurar que el sedentarismo condujo al nacimiento de las primeras ciudades, que al comienzo fueron muy pequeñas pero fueron expandiéndose con el paso de los años. No obstante, el paso del nomadismo al sedentarismo no ocurrió de forma rápida sino que requirió de muchas décadas.
De hecho, se tienen registros arqueológicos de que hubo contacto entre las comunidades nómadas y las sedentarias; por ende, las comunidades no se asentaron todas al mismo tiempo, sino de forma paulatina. Las relaciones entre sedentarios y nómadas fueron de intercambio comercial, lo que hizo que los últimos dependieran de los primeros.
El primer registro que se tiene de las sociedades sedentarias data del período Neolítico, específicamente en Oriente Medio, hace unos diez mil años. Luego de este primer asentamiento el sedentarismo se fue extendiendo por otras regiones, abarcando China, África y América; también se hallaron registros específicamente en Nueva Guinea.
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El nomadismo es la manera más antigua de poblamiento en todo el mundo y fue utilizada la mayor parte de la Prehistoria; temporalmente, esto abarca desde hace dos millones de años hasta el surgimiento de la revolución agrícola.
Por consiguiente, según estos cálculos el ser humano ha habitado en la Tierra más tiempo como nómada que siguiendo un estilo de vida sedentario.
Aunque el nomadismo en la actualidad es visto como un vestigio de las sociedades primitivas y marginales, fue gracias a este método que se lograron poblar las diferentes regiones del planeta.
Debido a esto las tribus que habitaban las estepas de Siberia atravesaron el puente de Beringia hace aproximadamente unos cincuenta mil años, lo que permitió habitar el continente americano.
De acuerdo con esta teoría el continente americano hubiese permanecido deshabitado hasta 1492, cuando los españoles descubrieron estas tierras.
En la actualidad todavía existen algunas comunidades nómadas. Se cree que estas agrupaciones están conformadas por unos cuarenta millones de personas, quienes deciden trasladarse debido a los climas extremos o a las desfavorables condiciones de vida.
A pesar de los aspectos positivos que trajo consigo el nomadismo (como lo fue la población de los continentes), este sistema se caracterizó por su inestabilidad en términos económicos puesto que implicaba un gasto continuo de los recursos, principalmente vegetación, agua y ganado.
Además, uno de los factores que tenían los nómadas en su contra era el clima, ya que cada zona contaba con sus variaciones y sus particularidades.
Aunque causaban estragos en las comunidades nómadas, los factores o las variaciones climáticas podían solventarse en las comunidades sedentarias puesto que, al permanecer en un solo lugar, los individuos podían conocer y adaptarse a las singularidades ambientales.
Una de principales causas de la aparición del sedentarismo consistió en el descubrimiento de la agricultura, que es considerado como uno de los inventos más importantes en la historia de la humanidad.
En términos arqueológicos existió una fase anterior a la agricultura, en la que algunas tribus consiguieron almacenar los alimentos recolectados con la finalidad de preservarlos.
Así mismo, antes de que se estableciera la agricultura como concepto y actividad humana las comunidades prehistóricas tuvieron que pasar por muchos procesos hasta conseguir establecerse con éxito; incluso se tienen registros de algunas tribus que retomaron el nomadismo como consecuencia de prácticas de cultivo fallidas.
Una de las razones por las cuales fue posible pasar del nomadismo al sedentarismo consistió en el cambio climático. Este ocurrió junto con la última glaciación —hace diez mil años—, cuando la temperatura del planeta se calentó.
Es decir, gracias al calentamiento global que ocurrió en la Tierra hace diez mil años muchas comunidades o tribus decidieron asentarse en determinados lugares porque las condiciones climáticas se lo permitían. Esto dio origen a las conocidas civilizaciones de la antigüedad.
La consecuencia más directa del sedentarismo fue la creación de las primeras ciudades. Como resultado del desarrollo de la agricultura, las tribus pudieron asentarse para dedicarse al proceso de siembra y a la domesticación y cría de animales. Este tipo de actividades no solo implicaba mucho trabajo sino también mucho tiempo de espera.
Durante este tiempo de espera los hombres pudieron dedicarse a la creación de otros conocimientos humanos, como por ejemplo el registro del tiempo, la escritura, las matemáticas y las observaciones astronómicas; también lograron estructurar el comercio interétnico.
Además, la llegada de la agricultura también implicó el comienzo de la existencia de las posesiones, por lo que cada comunidad debía velar por la protección de lo que era suyo. A partir de este momento comenzaron a construirse las murallas y fortalezas.
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