Valores afectivos: concepto, características y ejemplos
¿Qué son los valores afectivos?
Los valores afectivos son los principios que rigen el comportamiento de las personas en el ámbito de los sentimientos y las emociones. Este tipo de valores persigue satisfacer necesidades básicas para el ser humano, como por ejemplo, amar y sentirse amado.
Las manifestaciones de afecto, sentimientos o emociones permiten al ser humano conseguir agrado y placer, satisfaciendo de este modo sus necesidades afectivas. Por tanto, los valores afectivos derivan de la dimensión afectiva del ser humano y afectan a nuestras reacciones psíquicas que responden al gustar-no gustar.
Estos valores son los principios que nos permiten escoger unas cosas frente a otras. La disciplina que estudia los valores afectivos es la psicología y su estudio es considerado de gran importancia dado que la mayoría de nuestras reacciones ante el entorno que nos rodea responden a nuestro estado afectivo.
Además, las decisiones que tomamos a lo largo de la vida en términos de trabajo, matrimonio y familia, están orientadas por la afectividad. Asimismo, este tipo de valores compite con otros valores que contribuyen a regir el comportamiento humano, como los valores físicos, religiosos, sociales, económicos, morales, estéticos e intelectuales.
Las personas que alcanzan un gran desarrollo de los valores afectivos, o que rigen sus vidas otorgándoles gran importancia a los mismos, son denominadas personas sensibles.
Características de los valores afectivos
Los valores afectivos tienen una serie de características:
Durables
Algunos valores son más permanentes que otros, pero todos son perdurables y su transformación es lenta. Es por ello que se manifiestan a lo largo de toda la vida.
Íntegros
Cada valor es completo en sí mismo, no es divisible.
Flexibles
Aunque lentamente, los valores cambian a lo largo de la vida para adaptarse a las necesidades y a las experiencias vitales de las personas.
Satisfacción
El hecho de guiar la conducta de manera coherente a una escala de valores afectivos genera satisfacción en la persona.
Polares
Todo valor tiene un sentido positivo y uno negativo; por tanto, se dice que cada valor tiene su contravalor. Un ejemplo es la polaridad amor-odio.
Jerárquicos
No todos los valores tienen la misma importancia. Unos responden a necesidades básicas, como recibir afecto durante los primeros años de vida. Esta necesidad es de tal urgencia que su carencia produce individuos con deficiencias en el carácter psíquico.
Otros valores, como la amistad o el enamoramiento, son secundarios; eso quiere decir que los necesitamos, pero su privación conlleva consecuencias de menor gravedad.
Transcendentes
Los valores afectivos trascienden lo concreto, dan sentido y significado a la vida afectiva de las personas.
Dinámicos
Los valores afectivos están influenciados por los esquemas mentales dominantes en la época. Esto provoca que se transformen a lo largo de la historia; entonces, valores como la lealtad puedan sufrir transformaciones en los ámbitos social y personal.
Aplicables
Los valores son abstracciones, pero se reflejan en la vida diaria de las personas a través de acciones prácticas.
Complejos
Los valores afectivos responden a causas diversas y compiten con otro tipo de valores; eso hace que su aplicación esté sujeta a complicados juicios, valoraciones y decisiones.
Ejemplos de valores afectivos
Los valores afectivos son diversos y dan respuesta a distintas necesidades del plano afectivo de la persona. Algunos de estos valores son los siguientes:
Amor
El amor entendido de manera amplia (hacia personas y cosas) es uno de los valores más importantes. El valor nos induce a actuar bien con las personas que amamos.
Este valor está altamente relacionado con otros valores afectivos como la lealtad y la incondicionalidad, entre otros, y rige los vínculos que establecemos en los ámbitos de pareja, amigos, familia, etc.
Amabilidad
Es la capacidad de ser generoso, considerado y amistoso con las demás personas. Alguien es amable cuando trata bien a los demás y se preocupa por que se encuentren bien.
Amistad
La amistad es el valor que nos impulsa a tener sentimientos de afectos hacia personas por el simple hecho de compartir alguna afinidad o característica común. Responde a la necesidad de sentirnos amados más allá de nuestro círculo familiar y nuestra pareja.
Gratitud
Este valor es el que nos permite reconocer a quienes nos han ayudado, ya sea de voluntaria o involuntariamente.
Se expresa a través de acciones concretas o palabras de agradecimiento y se encuentra estrechamente ligado a valores como la lealtad y el amor, entre otros.
Alegría
La alegría es el valor que nos permite mantener una actitud positiva ante la vida, incluso en situaciones negativas. Está asociado a actitudes optimistas o pesimistas frente a la vida.
Respeto
Este valor rige nuestra conducta al momento de relacionarnos con las actitudes y pensamientos de las demás personas, y a la hora de defender nuestras propias convicciones.
Con base en el respeto, las relaciones con las personas que nos rodean y con uno mismo se definen de manera responsable y honesta. Este valor está fuertemente vinculado con el valor de paz.
Empatía
Es la capacidad de comprender los pensamientos y sentimientos ajenos. Este valor nos da la capacidad de entender a otras personas aunque su situación sea completamente diferente de la nuestra.
Cortesía
La cortesía es el valor que nos induce a crear buenas relaciones con las personas que nos rodean y nos agradan. Su función última es satisfacer el deseo de la persona de ser aceptada.
Responsabilidad
Es el valor que nos induce a cumplir con los compromisos personales contraídos y con los establecidos con otras personas. Este valor busca la satisfacción personal y la durabilidad de las relaciones de afecto establecidas.
Lealtad
La lealtad está muy relacionada con la responsabilidad. Es el valor que nos hace actuar de manera responsable ante y con las personas que amamos, o con los grupos a los que pertenecemos.
Confianza
Es uno de los valores más importantes que tenemos. Gran parte de las relaciones que mantenemos —no solo las que pertenecen al plano afectivo, sino también al laboral o social— dependen de este valor.
La confianza es la creencia positiva de que podemos conseguir lo que deseemos y que los demás se comportarán de un determinado modo.
Paciencia
La paciencia es el valor que rige nuestra capacidad de esperar y de comprender las debilidades, tanto ajenas como propias. Este valor esta presente en todos los contextos del ser humano, ya que está en la misma base de la reflexión que guía nuestra conducta.