Cultura general

Falacia ad baculum: características, usos, ejemplos


La falacia ad baculum o argumento ad baculum se da cuando una persona apela a la fuerza o a la amenaza de utilizar la fuerza para lograr la aceptación de una conclusión. Es decir, el argumentador amenaza a su oponente de debate con coacción violenta o no violenta, real o amenazada.

Se utiliza un argumento de este tipo cuando se hacen ver las consecuencias negativas de tener una opinión o posición contraria. Por ejemplo; “creer que la Tierra es el centro del universo o seréis castigados”.

falacia ad baculum

La falacia ad baculum abusa de la posición, es decir, “la fuerza hace el derecho”, por eso se le considera una variante de la falacia argumento de autoridad (falacia argumentum ad consequentiam).

La falacia o argumento ad baculum es lo contrario al empleo del recurso de la misericordia como elemento validador, en la que en lugar de defender un argumento con amenazas lo hace apelando a la piedad (ejemplo, robé por hambre).

Se denomina falacia ad baculum por la clásica anécdota de una discusión entre los filósofos Karl Popper y Ludwig Wittgenstein. Este amenazó a Popper con un atizador de chimenea para hacer valer sus argumentos.

Un ejemplo de argumento ad baculum fue la justificación de la invasión a Irak por parte de Estados Unidos, bajo el argumento de la posesión de destrucción masiva por parte del dictador Sadam Hussein. Si no se derrocaba a Hussein el Oriente Medio y Occidente corría peligro.

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Características de la falacia ad baculum

La falacia ad baculum tiene varias características:

  • La falacia ad baculum o argumento ad baculum (al bastón), defiende su posición argumentativa basada en el uso de la fuerza y la amenaza explícita o velada.
  • Intenta influenciar el pensamiento lógico de las personas, introduciendo un elemento amenazante en el debate para que se acepte una situación.
  • Este tipo de argumentación es considerada una variante del argumento ad consequentiam (en latín: “dirigido a las consecuencias”). Es decir, se emplea para responder a un argumento o a una afirmación, apelando a las posibles consecuencias negativas o positivas que un hecho o acción tendrán.
  • En ocasiones se le asocia al argumento de autoridad (argumentum ad verecundiam), también llamado magister dixit. Esta forma de falacia consiste en defender algo como válido o verdadero solo porque quien lo dice tiene autoridad en la materia. Un ejemplo de argumento de autoridad son los comerciales de televisión que promocionan una determinada marca de pasta dental. En estas piezas publicitarias, por lo general aparece un odontólogo recomendando su uso.
  • Aunque pueda mezclarse con los argumentos de consecuencia o autoridad, debido al uso frecuente que se hace en la política y el periodismo, el argumento ad baculum se considera como un tipo de falacia independiente.
  • Es todo lo opuesto a la falacia de la misericordia (argumento ad misericordiam), que intenta generar conmiseración para sostener como válida una conducta, acción o circunstancia de quien lo sostiene.

Origen de la falacia ad baculum

El escritor Mario Vargas Llosa narra una breve disputa entre dos de los más notables filósofos del siglo XX: Wittgenstein y Popper.

Ambos reunidos una noche en el Club de Ciencia Moral de Cambridge, emprendieron una discusión acerca de los problemas filosóficos. Popper confesó en su autobiografía que “ardía de impaciencia por probarle a Wittgenstein que sí existían”.

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A iniciar su exposición, Popper negó que el objetivo de la filosofía fuese “resolver adivinanzas”, por lo que enumeró una serie de temas que en su opinión si constituían verdaderos problemas filosóficos.

Wittgenstein entonces saltó irritado y lo interrumpió a gritos, pero Popper le salió al paso y continuó con su exposición. En ese instante, Wittgenstein tomó el atizador de la chimenea y blandiéndolo quiso enfatizar sus palabras para imponer su criterio.

Entonces la sala quedó en silencio y Bertrand Russell intervino para poner fin a la discusión y detener semejante manifestación violenta por demás inusual. “¡Wittgenstein, suelte usted inmediatamente ese atizador!”, dijo el filófoso británico.

Aun con el atizador en su mano, Wittgenstein encaró a Popper: “¡A ver, deme usted un ejemplo de regla moral!”. Popper enseguida respondió: “No se debe amenazar con un atizador a los conferenciantes”. Los presentes rieron y Wittgenstein molesto arrojó el atizador y se fue.

A partir de allí a los argumentos que apelan al uso de la fuerza se les llama ‘ad baculum’.

Usos de la falacia ad baculum

Este tipo de falacia tiene dos modos de presentarse: la falacia lógica y la falacia no lógica. Cuando es explícita, la falacia ad baculum se puede identificar y neutralizar más fácilmente.

Pero cuando se presenta a través de insinuaciones es menos perceptible. De esta forma sutil, la argumentación tiene menos fuerza aunque no es menos destructiva en el discurso lógico o racional.

Es decir, no se expresa la amenaza de manera explícita, como “si no apoyas a X te daré una paliza”. Más bien, “prefiero a X porque nos protege, y yo soy su representante aquí, ¿tú a quién apoyarás?”. La amenaza no se expresa de forma directa en el segundo ejemplo, pero está sobreentendida.

La falacia ad baculum está muy vinculada al argumentum ad terrorem (amenaza). No obstante, hay divergencias sobre su relación. Algunos consideran que el argumento ad terrorem es un subtipo de la falacia o argumento ad baculum.

Otros autores afirman que en realidad las dos variantes son parte de una misma falacia. Pero hay quienes sostienen que se trata de dos tipos de falacias distintas.

La falacia ad baculum como argumento lógico

Este tipo de falacia se expresa así:

Si X decide no apoyar a Y, entonces ocurrirá Z (Z es el elemento amenazante contra X). Mientras que Y es el elemento objetivo de la estrategia de persuasión.

La falacia del argumento es que la coacción o amenaza para nada explican los efectos de apoyar o no una acción. Lo mismo ocurre cuando se trata de una argumentación de verdadero o falso.

Desde la Edad Media se identificó como estrategia de persuasión esta falacia, aunque este tipo de argumentación es igual de antigua al hombre.

La falacia ad baculum como argumento no lógico

La forma no lógica de la falacia ad baculum es:

Si X no acepta que Y es verdad entonces ocurrirá Z (el ataque o coacción contra X).

Según este argumento, X debe aceptar la verdad de Y porque solo así evitara Z.

Es una forma no lógica de falacia porque la conclusión no tiene nada que ver con la validez o invalidez del argumento amenazante Y. Así X debe aceptar como verdad lo que le dice Y para evitar la consecuencia Z.

Ejemplos de falacia ad baculum

Conferencia de Yalta

La figura del baculum (palo o garrote), internacionalmente significa “guerra” o “amenaza de guerra”. Un ejemplo de esta falacia de autoridad, es el que alude al diálogo en Yalta entre Josef Stalin y Winston Churchill, donde también participó Franklin D. Roosevelt.

Los tres discutían sobre las medidas que debían tomarse para poner fin a la Segunda Guerra Mundial. Para apoyar sus argumentos, Churchill apelaba a los consejos expresados por el Papa. Entonces Stalin le respondió: “¿Cuántas divisiones dice usted que tiene el papa para el combate?”.

Posible argumento de un general

“Será mejor que me crean si no quieren encontrarse pudriéndose en una fosa común”.

11 de septiembre

Un ejemplo de este tipo de falacia de carácter internacional que fue muy difundido, se refiere a las acciones emprendidas por Estados Unidos tras el ataque terrorista del 11 de septiembre.

Tras el ataque a las Torres Gemelas del Worl Trade Center en Nueva York, el gobierno estadounidense acusó al gobierno Iraquí de ser una amenaza para el mundo. George Bush, basado en unos supuestos informes secretos, dijo que Sadam Hussein, el líder iraquí, tenía en su poder “armas de destrucción masiva”.

Es decir, se justificaba la Guerra contra Irak debido a la amenaza subyacente. Si no se atacaba a Irak, el régimen de este país atacaría a sus vecinos y a Occidente. Como elemento persuasivo que le daba certeza a la amenaza, estaban las imágenes  del horror vivido en Nueva York.

Energía nuclear en Irán

Un ejemplo más reciente, es el desarrollo de la energía nuclear por parte de Irán, el cual comenzó justamente durante el gobierno radical de Mahmud Ahmadineyad.

“Si Irán sostiene su derecho a usar energía atómica con fines civiles deberá enfrentarse a las decisiones que tome la comunidad internacional”. Se daba por descontado que la energía nuclear en manos del régimen iraní era una amenaza.

No se estaba discutiendo si Irán tenía derecho o no a usar una fuente de energía distinta, además de la petrolera. La discusión se centraba en las consecuencias negativas del uso de ese tipo de energía.

Vida cotidiana

En la vida cotidiana ocurren a diario estas situaciones con la falacia argumental del uso de la fuerza y el abuso de la posición.

-Antonio dice: Los perros no deben dejarse sueltos en la calle porque pueden morder a alguien. Manuel responde: Mi perro es libre de estar donde quiera, no me interesa lo que usted considere.

-Un político podría decir “Mejor paga tus impuestos, porque si no tu sueldo y propiedades serán embargados; para que no quedes en la calle mejor paga”.

-Un policía podría decir: “Debes usar el cinturón de seguridad, porque si no se te multará”. El argumento se emplea no para proteger la vida del conductor y los pasajeros, que es su verdadera función, sino para evitar el castigo.

Referencias

  1. Walton, Douglas: Relevance in Argumentation. Consultado de books.google.com
  2. Juan Caicedo Piedrahíta. Vargas Llosa, Popper y Wittgenstein. Consultado de elpais.com
  3. Argumento ad baculum. Consultado de es.wikipedia.org
  4. Biografía de Ludwig Wittgenstein. Consultado de biografiasyvidas.com
  5. Argumentum ad baculum. Consultado de es.metapedia.org