Epigmenio González: biografía, rol político y de independencia
Epigmenio González (1781-1858) fue conocido por ser uno de los primeros insurrectos que tuvo México durante su lucha por la Independencia. Participó en las conspiraciones previas, específicamente en la conocida como la Conspiración de Querétaro, pero fue descubierto y puesto preso.
Incluso durante su encarcelamiento siguió maquinando a favor de la libertad de México. Se le perdonó la pena de muerte y pasó casi 30 años en prisión, entre México y Filipinas. La mayoría de las personas creyeron que había muerto en cautiverio.
Sólo pudo regresar a México cuando España reconoció la libertad del país norteamericano y ordenó a Filipinas a soltar a todos los presos que estaban en sus cárceles. Se radicó en Guadalajara y rechazó cualquier reconocimiento y la oferta de los gobiernos de turno de regresarle sus propiedades.
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Biografía
José María Ignacio Juan Nepomuceno Aparicio Epigmenio González Flores, mejor conocido solamente como Epigmenio González, fue uno de los primeros conspiradores que tuvo México en su lucha por la independencia. Nació el 22 de marzo de 1781 en Querétaro, ciudad que aún estaba bajo el dominio de la Corona de España.
Sus padres fueron José María González y Rosalía Flores. La pareja tuvo a tres hijos. Rosalía, Epigmenio y Emeterio. Ambos murieron cuando sus hijos eran muy jóvenes. Epigmenio tenía solo cuatro años cuando falleció el padre en 1785 y, meses después, en el mismo año, también perdió a su madre.
Los tres hermanos quedaron al cuidado de su abuelo Manuel, quien murió 13 años más tarde. Los varones, que aún no eran mayores de edad, se fueron a vivir con Carmen Covarrubias, mujer de importante posición económica en el país.
Al morir Covarrubias, Epigmenio recibió como herencia una casa y el negocio en el que trabajó como cajero. Bajo su cuidado, la tienda siempre garantizó los mejores productos para los locales, desde comida como pollo, granos, manteca, hasta pieles de diferentes animales y productos como carbón, leña o licores de fabricación propia.
Se caracterizó por su gran interés en diferentes áreas. Fue hábil con los números y apasionado por la poesía.
Vida en pareja
Conoció a Anastasia Juárez cuando ambos eran jóvenes. Juárez trabajó para una familia de buena posición económica, siendo una india que se hizo cargo de los niños de la familia para la que trabajó.
Se conocieron porque Anastasia Juárez era la encargada de realizar las compras para la familia de españoles y lo hacía en la tienda propiedad de Epigmenio. La unión entre el importante vendedor y Anastasia no fue bien visto por ser ella una india, pero igual ocurrió en 1801.
En tres ocasiones intentaron tener hijos, pero las tres veces los bebés murieron al nacer. El matrimonio duró casi nueve años antes de que Anastasia Juárez muriera afectada por el cólera.
Su rol como conspirador
Algunos meses después de la muerte de su esposa, Epigmenio consigue una nueva motivación en su vida. En 1810 se unió a las reuniones en las que se plantearon las primeras ideas sobre la independencia de México.
En ese entonces, esas reuniones se disfrazaban como juntas para discutir sobre literatura. Además de Epigmenio, entre los conspiradores se encontraron personalidades como Ignacio Allende, Miguel Domínguez y su mujer o Miguel Hidalgo.
El papel de Epigmenio y su hermano Emeterio era de suma importancia para los rebeldes, pues tenía la labor de elaborar y guardar municiones en su casa. No tardó mucho tiempo antes de que fueran descubierto.
El alcalde de Querétaro y un sargento dieron el primer aviso a las autoridades españolas sobre conspiradores en la ciudad. El 13 de septiembre se unió a los denunciantes el español Francisco Buera, quien avisó al religioso Rafael Gil de León.
Un día más tarde empezaron a detener gente, entre ellos a los hermanos González. Algunos conspiradores lograron escapar y empezaron su lucha contra los españoles. Algunos detenidos se arrepintieron de sus acciones y fueron perdonados por la Corona.
Denuncias y encarcelamiento
El relato sobre el encarcelamiento de Epigmenio González quedó para la historia gracias a Francisco Argomaniz. Se encargó de escribir en su diario lo que sucedió aquel 14 de septiembre.
El arresto ocurrió el viernes 14 de septiembre y a los hermanos González, según plasmó Argomaniz en sus escritos, les hallaron en su propiedad una cantidad importante de municiones.
Junto a los hermanos González, cayeron más participantes de la conspiración. Entre ellos, José era el encargado de fabricar la pólvora y las cápsulas en donde se almacenada. Estaba la familia García, responsables de cuidar la casa de Epigmenio y Emeterio.
Epigmenio se encargó de relatar este acontecimiento en sus memorias el que también nombró a un estudiante, a dos jóvenes que habían sido adoptados y a una mujer de edad avanzada.
Los González fueron enviados a una cárcel militar por su importante rol en los movimientos subversivos. Los demás habitantes de la casa que fueron aprehendidos fueron a cárceles reales.
Vida en prisión
Durante la detención de Epigmenio, la lucha por la independencia se seguía llevando a cabo. Incluso otros países del continente americano, dominados por España, se fueron uniendo a la causa libertaria. Los hermanos González mientras tantos eran trasladados a diferentes prisiones.
En el proceso murió Emeterio en 1813 en su celda. Las causas nunca fueron esclarecidas. Epigmenio, por su parte, sigue participando del movimiento de los insurgentes. Se le asoció con Antonio Ferrer, un abogado que buscó la liberación de varios rebeldes e ideó un plan para secuestrar al Virrey de aquel entonces.
Con el paso del tiempo, los españoles consiguieron documentos en posesión de Epigmenio que lo vincularon con estas nuevas conspiraciones. El comerciante se negó a dar información sobre los planes realizados por sus compañeros de lucha.
Se le llegó a ofrecer el perdón por sus delitos a cambio de la información, pero no aceptó ningún trato. El castigo fue el de ser condenado a la pena de muerte, sentencia habitual para la época.
Perdón
La sentencia a muerte nunca se llevó a cabo porque la condena de Epigmenio se cambió por otra. Un oficio de la justicia en Querétaro dejó constancia que al conspirador decidieron sentenciarlo al exilio. El tiempo establecido fue de 10 años de prisión, pero al final cumplió el doble de años tras las rejas.
El sitio elegido para la reclusión de Epigmenio fue en Oceanía, en las islas Marianas, pero finalmente cumplió su condena en Filipinas. que en aquel entonces eran una colonia de España.
El traslado de Epigmenio hasta Filipinas fue toda una aventura. Primero tuvo que ser trasladado hasta la Ciudad de México, trayecto que fue realizado con una mula. De ahí el conspirador fue enviado a Acapulco, donde se encontraba uno de los puertos de mayor importancia. Un viaje por la costa en una embarcación de poco tamaño le permitió llegar a Baja California.
Volvió a cambiar de medio de transporte y de rumbo cuando, acompañado de más prisioneros, fue enviado a cruzar el Pacífico hasta llegar a territorio japonés. El viaje tomó más de seis meses. En suelo asiático fue primero enviado a las islas Marianas, como estaba planificado en primera instancia, y luego arribó a Filipinas.
Independencia y libertad
Se estima que Epigmenio González llegó a Filipinas para seguir cumpliendo su condena en 1817. No pasó mucho tiempo para que México hiciera oficial su independencia de los españoles. La libertad ocurrió finalmente en 1821, pero algunas luchas se siguieron llevando a cabo con el paso de los años.
Hasta 1836 España intentó volver a tener el control de las que habían sido sus colonias en suelo americano, pero sin mayor éxito. Fue entonces cuando decidió reconocer la soberanía de México y dejar en libertad a los prisioneros que tenía bajo su poder para ese entonces. Todo esto gracias a una orden de la reina de España.
Filipinas, que seguía siendo colonia española, cumplió con el mandato de la corona y Epigmenio, después de algunos meses, finalmente fue liberado después de 26 años encarcelado. Aunque con un nuevo problema, seguía en Manila y no tenía recursos ni conocía a nadie que pudiera ayudarlo a volver a México.
Regreso a México
Después de 26 años preso, cerca de 20 lejos de México, todos los que conocieron a Epigmenio González creían que había corrido con la misma suerte que su hermano Emeterio y había muerto. De hecho, cuando aún era prisionero en Filipinas una calle en Querétaro fue nombrada en su honor.
Por su participación en la conspiración para lograr la libertad se le asignó una pensión que se encargaron de cobrar algunos de sus familiares.
No se conoce a ciencia cierta cómo logró volver a México. Algunas historias hablan de un español que lo ayudó en su travesía de regreso a América. No quiso vivir de nuevo en Querétaro, su ciudad de origen, y decidió asentarse en Guadalajara. No aceptó la devolución de sus bienes, ni la pensión que estaban cobrando sus familiares.
Aun así, el gobierno de Guadalajara se interesó por su situación y le ofreció dos viviendas, sin mayores lujos. También le proporcionaron un empleo en la Casa de la Moneda, cargo que aceptó en 1839.
Falleció casi 20 años después de su regreso a México. El 19 de julio de 1858 no pudo sobrevivir al cólera, misma enfermedad que había matado a su mujer muchos años antes. Epigmenio tenía para ese entonces 80 años.
En 1855 su historia fue contada en las páginas de La Revolución. Más de un siglo después, sus restos fueron llevados hasta el Panteón de los Queretanos Ilustres. Aunque la decisión estuvo acompañada de cierta polémica, pues no se ha llegado a comprobar que los restos fueran los suyos.
Referencias
- Alamán, Lucas. Semblanzas E Ideario. Ed. De La Univ. Nacional Autónoma, 1939.
- Bustamante, Carlos María de. Cuadro Histórico De La Revolución Mexicana Iniciada El 15 Sept. De 1810. 2nd ed., [Publisher Not Identified], 1961.
- Hurtado Galves, José Martín. Epigmenio González E Ignacio Pérez, Héroes Queretanos De La Independencia. Fondo Editorial De Querétaro, 2016.
- Ibarra, Ana Carolina. La Independencia En El Sur De México. Universidad Nacional Autónoma De México, 2004.
- Reyes Bustos, Jesús. Epigmenio González. 2013.