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Las 100 mejores frases de La Bella y la Bestia


La Bella y la Bestia es un cuento de hadas tradicional francés, cuyo origen podría estar en El asno de oro, del escritor romano del siglo II, Apuleyo. La historia ha tenido muchas variantes, y en el siglo XX Disney la adaptó a una película animada.

La primera versión que se publicó en Francia fue la elaborada por la escritora Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve en 1740, y es la que goza de más fama y en la que se basan todas las versiones posteriores. En Europa, de hecho, la historia de la bella y la bestia tiene muchísimas variantes, que dependen del país y de su cultura. Fue adaptada al cine en 2017, protagonizada por Emma Watson, Dan Stevens como Bestia y Luke Evans como Gastón.

A continuación, dejamos una lista con las mejores frases de La Bella y la Bestia, para que refresques la memoria con una historia de amor que puede vencer las apariencias y los obstáculos.

Las mejores frases de La Bella y la Bestia

-Aunque tenía todo lo que su corazón podía desear, el príncipe era amargado, egoísta y arrogante.– Narrador.

-Debe haber algo más que esta vida de provincia.– Bella.

-Este libro es mi favorito. Lugares lejanos, luchas audaces de espadas, hechizos mágicos, un príncipe disfrazado.– Bella.

-Aquí en el pueblo, solo ella es tan hermosa como yo, por eso planeo casarme con Bella.– Gastón.

-Algunas personas usan su imaginación.– Bella.

-Espero que te guste, el castillo es tu nuevo hogar y puedes ir a donde quieras excepto al ala oeste. ¡Está prohibido!– Bestia.

-Maestro, ¿ha pensado por un momento que tal vez esta chica sea la indicada para romper el hechizo?– Lumière.

-La chica ha perdido a su padre y su libertad, todo el mismo día. Por favor, trate de ser paciente.- Sra. Potts.

-Ella es tan hermosa y yo soy… ¡Mírenme!- Bestia.

-Si el maestro no aprende a controlar su temperamento, entonces nunca logrará romper el hechizo.– Sra. Potts.

-No es una prisionera,¡es nuestra invitada! Debemos hacerla sentirse bienvenida.– Lumière.

-Promesa o no promesa, ¡no puedo quedarme otro minuto más en este lugar!– Bella.

-No puedo creerlo, nunca había visto tantos libros en toda mi vida, ¡es maravilloso!– Bella.

-Es obvio que hay una chispa entre ellos, pero no hay nada de malo en avivar un poco la llama.- Cogsworth.

-Nunca hubo una historia tan triste como esta… la historia de Romeo y Julieta.– Bella.

-Claro que me importa, me importa más que nada.– Bestia.

-Si tan solo pudiera ver a mi padre otra vez, solo por un momento… lo extraño tanto.– Bella.

-Deberías ir con él. Te libero, no eres más mi prisionera.– Bestia.

-Tuve que dejarla ir… La amo.– Bestia.

-No permitas que las apariencias te engañen, la verdadera belleza reside dentro de nosotros.– Anciana.

-Esta rosa vivirá hasta tu cumpleaños número 21. Si para entonces puedes aprender a amar a otros y ser capaz de recibir su amor a cambio antes de que el último pétalo caiga, entonces el hechizo se romperá. De lo contrario, serás condenado a permanecer una bestia por el resto de tu vida.- Hechicera.

-Pequeña ciudad es un pueblo tranquilo, cada día como el anterior… cada mañana como la mañana de la que venimos.– Bella.

-La chica es extraña, no hay duda, atolondrada y distraída se puede decir. Nunca es parte de ningún grupo porque su cabeza siempre anda en alguna nube, pero no se puede negar que es una chica divertida la tal Bella.– Anciana.

-¡¿Ese libro?! Pero si ya lo has leído dos veces. Bueno, si tanto te gusta entonces es tuyo, insisto.– Bibliotecario.

-Esa chica es tan peculiar, me pregunto si se siente bien; con ese look soñador y lejano y su nariz metida siempre en un libro. ¡Qué rompecabezas para el resto de nosotros es Bella!– Lugareños.

-Esto es maravilloso, esta es mi parte favorita, ¿ves? Aquí ella conoce al príncipe encantador pero no es sino hasta el capítulo tres cuando descubre quién es realmente.– Bella.

-No es de extrañarse que su nombre signifique belleza, su apariencia no tiene comparación, pero detrás de esa fachada me temo que es bastante rara, muy diferente a nosotros.– Lugareña.  

-¡Wow! No fallas ningún disparo, Gastón, no existe bestia viva que tenga oportunidad contra ti, y tampoco ninguna chica.– Lefou.

-Tengo la mira puesta en esa chica, ella es la afortunada que va a casarse conmigo. Ella es la chica más bella del pueblo, ¡eso la convierte en la mejor! ¿Y no me merezco yo lo mejor?– Gastón.

-Mírala, ahí va, una chica que es extraña y hermosa a la vez, la dama más peculiar; es una pena y un pecado que no encaje entre nosotros porque en verdad es divertida y hermosa esa tal Bella.– Bella.

-¡Voy a hacer de Bella mi esposa!– Gastón.

-¿Cómo puedes leer algo así, no tiene fotos?– Gastón.

-No es correcto que una mujer lea, pronto comienza a tener ideas y a pensar.– Gastón.

-No hables así de mi padre, mi padre no está loco, es un genio.– Bella.

-¿¡Tú rara!? ¿De dónde sacaste una idea descabellada como esa?– Maurice.

-Es apuesto, sí. Apuesto, rudo, engreído y… y no es para mí.– Bella.

-Este invento va a ser el comienzo de una nueva vida para los dos.– Maurice.

-Oh, Cogsworth, te un poco de piedad.– Lumière.

-¡Exijo que te detengas ahora mismo!– Cogsworth.

-¿Así que has venido a contemplar a la bestia, no?– Bestia.

-Les agradezco a todos por haber venido a mi boda, pero primero… debo ir a proponerle matrimonio a la chica.– Gastón.

-¿Qué sabes tú de mis sueños?– Bella.

-Imagina esto: una rústica cabaña, mi última presa de cacería rostizándose en el fuego y mi pequeña esposa masajeando mis pies; mientras los pequeños juegan en el piso con los perros. Tendremos seis o siete.– Gastón.

-Bella será mi esposa, no te atrevas a ponerlo en duda.– Gastón.

-No, señor, no yo. Yo quiero más que esta vida de provincia.– Bella.

-¿No lo ves? Ella es la indicada, la que hemos estado esperando. ¡Ella es quien podrán fin al hechizo!– Lumière.

-No hay nada que puedas hacer, él es mi prisionero.– Bestia.

-Lo dejaré ir, pero debes prometer que te quedarás aquí para siempre.– Bestia.

-Ni siquiera me dejaste decirle adiós, y ahora nunca más lo volveré a ver.– Bella.

-Te me unirás para la cena, ¡y no es una petición!– Bestia.

-Esa chica se metió con el hombre equivocado, ¡nadie le dice que no a Gastón!– Gastón.

-No hay hombre en el pueblo que sea más admirado que tú, tú eres el chico favorito de todos.– Lefou.

-¡Nadie es tan listo como Gastón, nadie es tan rápido como Gastón, nadie tiene el cuello tan fuerte como Gaston!– Lefou.

-Cuando era un muchacho comía cuatro docenas de huevos cada mañana para ayudarme a crecer grande. Ahora que he crecido, como cinco docenas de huevos, así que soy más o menos del tamaño de una barcaza.– Gastón.

-Perdí a mi padre, mis sueños… perdí todo.– Bella.

-Puede comenzar por lucir más presentable, párese derecho, intente actuar como un caballero y sí, cuando ella venga, trate de regalarle una hermosa sonrisa.– Lumière y Sra. Potts.

-¡O vienes o romperé la puerta!– Bestia.

-Amo, puede que esté equivocado pero tal vez esa no sea la mejor forma de ganarse el amor de una chica.- Lumière.

-¡Entonces muérete de hambre! Si no comes conmigo, entonces no comerás nada.– Bestia.

-Me estaba engañando a mí mismo. Ella nunca me verá como otra cosa salvo como un monstruo.– Bestia.

-Le invitamos a relajarse, acomódese en su silla mientras que los del comedor le presentamos… su cena.– Lumière.

-Si no me cree, ¡pregunte a la vajilla! Pueden cantar, pueden bailar después de todo, señorita, esto es Francia, y aquí una cena nunca es la segunda mejor.– Lumière.

-Estás sola y asustada pero la mesa ya está echada, nadie es melancólico o doliente, mientras la cubertería entretiene… si estás bajo estrés tomar la cena es lo que el chef sugiere. ¡Te invitamos, te invitamos, nosotros te invitamos!– Lumière.

-Durante 10 años nos hemos estado oxidando sin más necesidad que solo quitar el polvo.– Lumière.

-No hay manera de que vaya a la cama ahora, es mi primera vez en un castillo encantado. Lo deduje por mí misma. Me gustaría echar un vistazo alrededor, claro, si está bien.– Bella.

-No hay nada, absolutamente nada interesante en el ala oeste; polvorienta, descuidada, ¡muy aburrida!- Cogsworth.

-¡Así que esta es el ala oeste! Me pregunto qué estará escondiendo allí.– Bella.

-Tal vez prefiera ver la librería, tenemos una librería con miles de libros.– Lumière.

-¿Cómo te atreves a venir aquí? ¡Te advertí que no vinieras a esta parte del castillo! ¡Fuera! ¡Fuera!– Bestia.

-Por favor, perdóname, no era mi intención causarte ningún daño.– Bella.

-Por cierto… gracias por salvarme la vida.– Bella.

-Usualmente no dejo el asilo en medio de la noche, pero su amigo dijo que haría que valiera la pena.– Madman.

-Todo el mundo sabe que su padre es un lunático.– Gastón.

-Así que quieres que encierre al padre de Bella y no lo libere a menos que acceda a casarse contigo… eso es despreciable, ¡me encanta!– Madman.

-Si nadie accede a venir conmigo, entonces iré yo solo. No importa lo que me cueste, voy a encontrar ese castillo y de alguna forma la sacaré de allí.– Maurice.

-Nunca me había sentido de esta manera por alguien… quiero hacer algo por ella.– Bestia.

-Bueno, siempre están las cosas usuales: flores, chocolates, promesas que no serás capaz de cumplir.- Cogsworth.

-Si te gusta, ¡entonces es tuyo!– Bestia.

-Hay algo dulce y casi amable en él. Aunque antes era malvado, cruel y sin modales. Ahora es tan amable e inseguro. No entiendo cómo no pude ver eso antes.– Bella.

-Ella me miró de ese modo… creí haberlo visto, y cuando nos tocamos no se estremeció por mi pata. Pero no puede ser, lo mejor será ignorarlo.– Bestia.

-¿Quién hubiera pensado que esto podría ser verdad? Él no es el príncipe encantador, pero hay algo en él que nunca antes había visto.– Bella.

-Unos días más y tal vez haya algo que antes no había entre ellos.– Lumière, Cogsworth y Sra Potts.

-Muy bien, todos saben por qué estamos aquí. Tenemos exactamente 12 horas, 36 minutos y 15 segundos para crear la más mágica, espontánea y romántica atmósfera que ninguna persona o bestia haya visto jamás.- Cogsworth.

-¿¡En verdad necesito recordarles que si el último pétalo de esta rosa cae, entonces el hechizo jamás podrá ¡romperse!?- Cogsworth.

-Cuando vuelva a ser humano… una chica debajo de cada uno de mis brazos; chicas y deportes otra vez.– Lumière.

-¡No puedo esperar para volver ser humano otra vez!– Objetos encantados.

-Cuando sea humano otra vez, cuando el mundo vuelva a tener sentido, voy a relajarme y disfrutar del cambio.– Objetos encantados.

-Puedo sentirlo, puedo decirlo; puede que alguien sea capaz de romper el hechizo hoy en cualquier momento.– Objetos encantados.

-Enjuga tus ojos de las lágrimas y el polvo y arrójalas lejos, ¡seremos humanos otra vez!– Objetos encantados.

-Esta noche es la noche, no tienes tiempo ya para ser tímido, debes ser audaz y atrevido. Habrá música romántica, luz de vela proporcionada por mí mismo y, cuando sea el momento adecuado, le debes confesar tu amor.– Lumière.

-Su doncella le espera.- Cogsworth.

-Se oye una canción que hace suspirar y una sensación grande como el mar. Algo entre los dos cambia sin querer, nace una ilusión, tiemblan de emoción… Bella y Bestia son.- Sra. Potts.

-Siempre como siempre, siempre una sorpresa, siempre como antes y siempre tan seguro como que el sol se alzará.– Sra Potts.

-Cierto como el sol alzándose en el este, un cuento tan viejo como el tiempo, una canción tan antigua como la rima, Bella y Bestia son.– Sra. Potts.

-Gracias por entender cuánto él me necesita.– Bella.

-Después de todo este tiempo él por fin aprendió a amar.– Sra Potts.

-Es una lástima lo de tu padre, Bella, yo podría ayudarte a aclarar todo este mal entendido si… si te casas conmigo.– Gastón.

-Él nunca lastimaría a nadie, sé que luce cruel pero es realmente amable y gentil, es mi amigo.– Bella.

-¡Ella está tan loca como su padre! La bestia hará pedazos a sus niños, vendrá por ellos en la noche, ¡no estaremos a salvo hasta que su cabeza no cuelgue de una pared! ¡Yo digo que matemos a esa bestia!– Gastón.

-¡Si no estás con nosotros, estás en nuestra contra!– Gastón.