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Ancylostoma duodenale: características, morfología, síntomas


Ancylostoma duodenale es un gusano que pertenece al filo Nematoda (gusanos redondos). Se encuentran ampliamente distribuidos por el mundo, específicamente en los llamados países subdesarrollados en los que las condiciones de salubridad propician su prevalencia.

Fue descrito adecuadamente por el médico italiano Angelo Dubini en 1843. Es considerado el agente causal de una enfermedad conocida como Anquilostomiasis, que afecta al ser humano, generando síntomas principalmente a nivel del sistema digestivo.

La anquilostomiasis es una enfermedad que resulta bastante común en las zonas tropicales. Si no es tratada puede acarrear graves consecuencias derivadas de la anemia ocasionada por los parásitos que se alimentan de la sangre del huésped.

Índice del artículo

Características

Ancylostoma duodenale es un organismo eucariota pluricelular. Esto quiere decir que poseen su material genético encerrado en un organelo denominado núcleo celular, el cual está delimitado por la membrana nuclear. Ese material genético (ADN) está empaquetado de tal manera que conforma a los cromosomas.

Es un organismo pluricelular porque está conformado por tejidos, los cuales están conformados por diferentes tipos de células que cumplen diversas funciones, como por ejemplo la contracción, nutrición y reproducción.

Así mismo, este pertenece al grupo de los animales que son triblásticos, ya que durante su desarrollo embrionario presentan las tres capas germinales: ectodermo, endodermo y mesodermo. Las células que conforman estas tres capas experimentan un proceso de diferenciación para transformarse en los diversos tejidos que conformarán al animal adulto.

Como todos los nematodos, Ancylostoma duodenale es un animal deuterostomado, lo que quiere decir que cuando se está desarrollando, a partir de una estructura llamada blastoporo, se forma el ano y la boca se forma de manera secundaria en otro lugar.

Además, este parásito es pseudocelomado, ya que poseen una cavidad interna conocida como pseudoceloma que no se origina a partir del mesodermo.

Estos parásitos se reproducen de forma sexual, son ovíparos, porque se reproducen mediante huevos y presentan un desarrollo indirecto, puesto que debe atravesar varios estadios larvarios hasta convertirse en adulto.

Son parásitos hematófagos, porque para poder sobrevivir necesitan encontrarse en el interior de algún huésped alimentándose de su sangre. Además son agentes patógenos porque se les considera causales de una enfermedad llamada anquilostomiasis.

Taxonomía

La clasificación taxonómica de Ancylostoma duodenale es la siguiente:

-Dominio: Eukarya

-Reino: Animalia

-Filo: Nematoda

-Clase: Secernentea

-Orden: Strongiloidae

-Familia: Ancylostomatidae

-Género: Ancylostoma

-Especie: Ancylostoma duodenale.

Morfología

Ancylostoma duodenale es un gusano que tiene forma cilíndrica y corto. Su cuerpo es de aspecto y contextura fuerte y resistente. La extremidad que corresponde a la cabeza se denomina cefálica y la opuesta, caudal. Presentan una coloración blanquecina o gris, aunque cuando ha succionado sangre del huésped, adquiere un color rosado calo.

En el extremo cefálico se observa un ensanchamiento que se conoce como cápsula bucal. En esta se pueden apreciar dos pares de dientes o colmillos, a través de los cuales se fija e incrusta en las paredes del intestino de su huésped.

Presentan dimorfismo sexual, puesto que existen ciertos aspectos morfológicos que permiten diferenciar a los ejemplares machos de las hembras. Las hembras son de mayor longitud que los machos. Pueden llegar a medir hasta 2 cm y su cuerpo termina en forma de cono.

Los machos, por el contrario, miden hasta 1 cm y su cuerpo termina expandiéndose en lo que se conoce como bolsa copulatriz. Además presenta una especie de ganchos conocidos como espículas copuladoras. Estas tienen forma alargada y sirven durante el proceso copulatorio.

Ciclo biológico

El ser humano es el principal huésped de este parásito, por lo que parte de su ciclo vital se desarrolla en su interior y el resto al aire libre.

Los huevos son expulsados a través de las heces hacia el medio exterior. Aquí, dependiendo de las condiciones ambientales, el huevo puede eclosionar liberando un tipo de larva que se conoce con el nombre de rabditiforme (L1).

Allí, bajo las diferentes condiciones ambientales, ya sea en el interior de las heces o en el terreno, esa larva experimenta varias mudas y se convierte en larva filariforme (L3), la cual constituye la forma infectante del parásito.

Las larvas filariformes puedes subsistir, siempre y cuando las condiciones ambientales (temperatura, humedad) sean favorables, en espera de que aparezca un huésped humano al cual poder infectar.

Cuando entran en contacto con un ser humano, las larvas tienen la capacidad de penetrar la piel y se adosan al sistema circulatorio para ser transportados mediante el flujo sanguíneo. De esta manera logran llegar a los pulmones y comienzan un camino ascendente por las vías respiratorias hacia la faringe, para poder ser tragada.

Ya dentro del sistema digestivo llega al intestino, el cual su lugar de permanencia dentro del ser humano. Aquí las larvas siguen experimentando metamorfosis hasta alcanzar la adultez.

El parásito adulto se fija a la pared del intestino y se alimenta de la sangre de su huésped. Permanece allí poniendo huevos que son expulsados a través de las heces.

Transmisión

La enfermedad que produce el Ancylostoma duodenale es conocida como Anquilostomiasis. Esta puede transmitirse a través de dos mecanismos.

En primer lugar, la forma más común y frecuente por la que se transmite este parásito es caminar descalzo por el terreno contaminado, en el que hayan larvas infectantes (microfilarias).

La segunda forma de contaminación, menos frecuente, es mediante la ingestión de alimentos contaminados con las larvas. De allí la importancia de mantener una buena higiene a la hora de preparar las comidas.

Síntomas de infección

Los síntomas y signos de la anquilostomiasis van a depender del órgano del cuerpo que se encuentre afectado por el parásito o sus larvas. Como se sabe, durante su ciclo de vida, las larvas de este parásito transitan por varios órganos.

Pues bien, su tránsito no es inocuo, sino que van causando daños a su paso. Estos daños, generalmente son leves. Sin embargo, también pueden llegar a ser muy severos, en especial cuando la infección se convierte en crónica.

A nivel cutáneo

A nivel de la piel, la afección viene dada por los daños que causan las larvas cuando la perforan para ingresar al organismo del huésped. En este sentido, los síntomas y signos más comunes son:

– Erosiones

– Eritema (Enrojecimiento)

– Prurito (Picazón).

– Aparición de pápulas

– Úlceras

A nivel intestinal

Debido a que en el intestino es donde se fijan las formas adultas de los parásitos, el sistema digestivo es uno de los que presenta mayores síntomas. Entre estos se pueden mencionar:

– Diarrea.

– Náuseas.

– Vómitos.

– Incremento de la cantidad de gases y flatulencias.

– Inapetencia.

– Sensación de molestia abdominal.

A nivel pulmonar

Cuando las larvas se encuentran en el pulmón y durante su tránsito por las vías aéreas, pueden generar lesiones e incomodidades, tales como:

– Hemorragias pequeñas.

– Inflamación de la faringe.

– En algunos casos con expectoración sanguinolenta.

– Irritación a nivel de la laringe, lo que interfiere con la emisión de la voz.

A nivel cardiaco

– Aparición de soplo cardiaco.

– Electrocardiograma con resultados anormales.

– Incremento anormal del tamaño del corazón.

A nivel general

Otros síntomas que se pueden presentar como producto de la infección por Ancylostoma duodenale son:

– Anemia, debido a la pérdida de sangre producto de su absorción por parte de los parásitos.

– Debilidad y cansancio, producidos por la anemia.

– Desmayos.

– Posibles ataques de epilepsia.

– Palidez.

Diagnóstico

El diagnóstico de la infección por Ancylostoma duodenale se basa principalmente en la identificación de huevos en las heces de la persona infectada. Sin embargo estudios complementarios como la determinación de anemia y eosinofilia también pueden ayudar a concretar un diagnóstico definitivo.

El médico puede andar a realizar una analítica sanguínea, en la que se especifique el conteo leucocitario. Una persona que está atravesando una infección por este parásito, va a presentar un incremento en su número de eosinófilos.

Estas son las células sanguíneas que se encargan de combatir a los parásitos. Así mismo, también es posible evidenciar una disminución de la hemoglobina, lo que conlleva a pensar en una posible anemia.

Sin embargo, el diagnóstico definitivo de la anquilostomiasis, viene dado por la determinación de la existencia de huevos en las heces de la persona afectada.

Para el examen de las heces, lo que se hace es tomar una muestra de las evacuaciones del paciente. El método más utilizado es el llamado “Método de Willis”, que consiste en mezclar la muestra con una solución de cloruro de sodio saturada.

Este examen se basa en las diferencias de densidad que hay entre distintos materiales. Aquí lo que ocurre es que los huevos, como son menos densos, tienden a flotar y adherirse a un portaobjeto.

Al observar al microscopio, el médico es capaz de identificar los huevos de Ancylostoma duodenale.

Tratamiento

La anquilostomiasis es una enfermedad en la que el tratamiento debe abordarse desde distintos flancos, para así erradicar, tanto la infección como sus consecuencias.

Como es de esperarse, lo primero que hace el médico es recetar un medicamento antihelmíntico. El medicamento que se receta con mayor frecuencia es el albendazol. Si no se receta este, es posible que receten mebendazol. Ambos tienen como función eliminar a los parásitos adultos y sus larvas, a través de diferentes mecanismos.

Igualmente, es posible que el médico recete también algunos suplementos de hierro, con la finalidad de subsanar la anemia subyacente en el cuadro clínico. También puede hacer algunas recomendaciones dietéticas en las que se vea incrementada la cantidad de proteínas que ingiere la persona.

Referencias

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