Biología

Merychippus: características, reproducción, nutrición, taxonomía


Merychippus es un género extinto de antepasados del caballo actual. De hecho, constituye el tercer eslabón en la evolución del caballo, entre el Mesohippus y el Pliohippus. Este género de animales vivió en la época del Mioceno, la cual pertenecía al período Neógeno de la Era Cenozoica.

Fue descrito en 1856 por el reconocido paleontólogo estadounidense Joseph Leidy, quien además estableció la especie tipo de este género, Merychippus insignis. Los representantes de este género habitaron ecosistemas con praderas y sabanas en las que había abundantes arbustos que le servían de alimento. Estos animales se desplazaban por estas praderas en grupos constituyendo manadas muy bien establecidas.

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Características

Merychippus estaba conformado por animales que, como mamíferos, poseían las características de los animales superiores, tales como células eucariotas, con la consiguiente presencia de ADN encerrado en el núcleo celular conformando a los cromosomas.

Así mismo, eran animales con un elevado nivel de complejidad. Eran triblásticos, lo que implicaba que los tejidos y órganos que los integraban se formaban a partir de las conocidas capas germinativas: ectodermo, mesodermo y endodermo. Además de esto, eran celomados, es decir, con una cavidad interna denominada celoma y deuterostomados.

Estos animales se reproducían de forma sexual, con fecundación interna y desarrollo directo. Igualmente eran vivíparos, ya que el embrión se desarrollaba en el interior del cuerpo de la madre.

Como todos los mamíferos, los miembros de este género eran homeotermos. Esto quiere decir que tenían la capacidad de mantener su temperatura interna constante, a pesar de los cambios de temperatura ambientales. Así mismo, eran animales heterótrofos y herbívoros.

Taxonomía

La clasificación taxonómica de Merychippus es la siguiente:

-Dominio: Eukarya

-Reino: Animalia

-Filo: Chordata

-Clase: Mammalia

-Orden: Perissodactyla

-Familia: Equidae

-Género: Merychippus.

Morfología

En lo que respecta a su apariencia, el Merychippus era muy similar a los actuales caballos. Tenían una estatura promedio de entre 90 cm y 120 cm. Se reconoce a este género como el primero que comenzó a desarrollar la forma característica de los caballos, con su hocico alargado.

Así mismo, tenían ojos bastante voluminosos y grandes. Sus dientes también eran grandes y presentaban una serie de protuberancias denominadas crestas. Además tenían coronas amplias. Esto les permitió poder alimentarse exitosamente de plantas un poco más resistentes.

Estos animales, como es bien sabido, eran cuadrúpedos. Sus extremidades tenían tres dedos, siendo el de medio el más desarrollado, con una pezuña. En algunas especies se cree que los dedos laterales también se encontraban muy desarrollados.

Además de esto, los científicos han planteado que la capacidad craneal del Merychippus era superior a la de sus predecesores, por lo que, aparentemente tenían un cerebro más grande que los hacía más ágiles e inteligentes.

Reproducción

Los miembros del género Merychippus eran dioicos, lo que quiere decir que había individuos de sexo femenino y sexo masculino. En lo que respecta a la reproducción, los científicos y especialistas solo pueden hacer conjeturas, ya que los elementos de los que disponen son registros fósiles que, en ocasiones, ni siquiera se encuentran completos.

Sin embargo, tomando en cuenta la clasificación taxonómica y la ubicación de estos animales dentro del filo Chordata y la clase Mammalia, es posible establecer cómo habría sido su reproducción.

Fecundación

Los caballos primitivos, miembros del género Merychippus, se reproducían de forma sexual. Esto implicaba que debía haber la fusión o unión de gametos o células sexuales. En este caso, los gametos que se unían eran el óvulo y el espermatozoide, para así generar a un nuevo individuo.

Gracias a la similitud que estos animales tenían con los actuales caballos, es factible afirmar que la fecundación era de tipo interna, es decir, el macho depositaba el esperma en el interior de la hembra haciendo uso de un órgano copulador.

Al igual que ocurre con muchos de los mamíferos grandes actuales, los científicos coinciden en afirmar que cada hembra producía un solo óvulo por cada ovulación. De manera tal que en cada fecundación solo se formaría un solo individuo o máximo dos, en caso de que se diera un embarazo múltiple.

Embarazo y nacimiento

Debido a que estos animales se ubicaban dentro del grupo de los mamíferos, se afirma que su desarrollo embrionario debía ser similar al de los mamíferos actuales. En este sentido, una vez que ocurría la fecundación, se formaba una única célula que se conoce como cigoto.

Posteriormente esta comenzaba a experimentar una serie de transformaciones hasta que aparecían tres capas de células indiferenciadas conocidas como ectodermo, mesodermo y endodermo. Cada una de estas capas daba origen a los tejidos y órganos que formaban al individuo completo.

El feto se desarrollaba en el interior del cuerpo de la hembra, por lo que podían considerarse vivíparos. Durante la gestación, el feto recibía todos los nutrientes provenientes del cuerpo de la madre directamente a través de una estructura que se conoce con el nombre de placenta, así como ocurre con todos los mamíferos.

Aún no está esclarecido el tiempo que duraba la gestación. Sin embargo, como guarda algo de similitud con los caballos actuales, se puede afirmar que podría tener una duración de unos 11 meses aproximadamente.

Al cabo de este tiempo, la hembra entraba en trabajo de parto, en el cual daba a luz a un potro que aún debía permanecer bajo el cuidado de la madre durante algún tiempo.

Finalmente, el potro podía alcanzar la madurez unos cuantos años después de su nacimiento. En promedio, unos tres – cuatro años después es que estaba listo para reproducirse.

Nutrición

Así como ocurre con los caballos actuales y como ocurría con los antepasados de estos, los caballos del género Merychippus eran animales herbívoros. Esto quiere decir que se alimentaban de plantas.

Debido a que el hábitat en el que se desarrollaron eran praderas y grandes extensiones de llanuras, se alimentaban principalmente de arbustos pequeños que poseían hojas suculentas y muy nutritivas. Las características de su dentadura, especialmente de sus incisivos le permitieron una masticación más eficiente de la hierba y por lo tanto un mejor procesamiento de las fuentes de alimento.

Digestión

Tomando en cuenta el parecido que estos especímenes debían tener con los caballos actuales y el hecho de que estaban clasificados dentro de la clase Mammalia, es correcto afirmar que su sistema digestivo era muy similar al de los mamíferos herbívoros actuales, específicamente los caballos.

En vista de esto, se puede inferir el tránsito de los alimentos por el tracto digestivo del animal. En primer lugar, en la cavidad bucal, los alimentos eran cortados y triturados por los dientes especializados para tal fin. Aquí también eran sometidos a la acción de las diversas enzimas digestivas propias de la saliva, las cuales comenzaban a procesarlos, preparándolos para la posterior absorción.

Posteriormente, el bolo alimenticio pasaba al esófago, desde donde se dirigía al estómago. Allí, gracias a la acción de los jugos gástricos, los nutrientes eran fragmentados para poder facilitar el posterior proceso de absorción.

Ya en el intestino, era donde se llevaba a cabo la absorción de los nutrientes, es decir, el paso de estos hacia el torrente sanguíneo. Sin embargo, era posible que el organismo de estos animales no se encontrara apto para digerir y absorber todos los componentes de las plantas. Es por esto que, seguramente, en su tracto digestivo habría microorganismos, más específicamente bacterias que contribuyeran en la degradación de dichos componentes.

Finalmente, los componentes que no eran asimilados, pasaban al recto y eran expulsados a través del ano en forma de heces.

Referencias

  1. Bravo, V. y Ferrusquia, I. (2006). Merychippus (Mammalia, Perissodactyla) from the middle Miocene off state of Oaxaca, southeastern Mexico. Geobios 39 (6).
  2. Evolution of the horse. Tomado de: britannica.com
  3. Hooker, J.J. (1994). «The beginning of the equoid radiation». Zoological Journal of the Linnean Society112 (1–2): 29-63
  4. Horse evolution over 55 million years. Tomado de: chem.tufts.edu
  5. L. Carroll. 1988. Vertebrate Paleontology and Evolution. W. H. Freeman and Company, New York