Historia

Modo de producción asiático: qué es, características, estructura


¿Qué es el modo de producción asiático?

El modo de producción asiático fue el sistema económico y de producción habitual en muchas zonas del mundo cuando tuvo lugar el fin de las comunidades primitivas. También es conocido como régimen despótico-tributario y se desarrolló en zonas de Asia, Egipto, Persia y de la América prehispánica.

Uno de los autores que popularizó este término fue el filósofo Karl Marx. En su obra Formaciones económicas pre-capitalistas (1858) describió los sistemas que dieron lugar al paso de la propiedad comunal de la tierra a la privada. Entre estos sistemas destacaba el despotismo oriental, ligado al modo de producción asiático.

Frente a las estructuras más primitivas, en este modo de producción ya existía la explotación del hombre por el hombre. Además, a pesar de que se trabajaba para cubrir las necesidades de la comunidad, existía una clase dirigente que cobraba un tributo a los trabajadores. La figura principal de esa clase dominante era el déspota.

Para Marx, estas sociedades, aunque no son consideradas esclavistas, sí dan lugar a una “esclavitud general”. Esto se puede observar especialmente cuando las comunidades tenían que trabajar para otras comunidades por razones de conquista.

Marco temporal

El modo de producción asiático fue característico de aquellas comunidades que dejaban atrás sus modelos económicos primitivos. Se trata de un sistema precapitalista, aunque tiene algunos aspectos parecidos.

Fueron algunos autores europeos quienes lo bautizaron con “régimen despótico-tributario”, ya que pretendían que se diferenciara de los sistemas que se establecieron en Europa. En cualquier caso, no solo se dio en Asia, sino también en algunos países africanos o en civilizaciones precolombinas como la azteca.

Cronológicamente se coloca en un amplio periodo que duró 4000 años, acabando en el primer milenio antes de nuestra era.

Características del modo de producción asiático

En este sistema productivo los habitantes de la comunidad trabajaban para conseguir los productos necesarios para ser autosuficientes. Se trataba de explotaciones comunitarias, y cuando existían excedentes se podían intercambiar o vender a otras comunidades.

Por sus propias características, se dice que este modo de producción está unido a otras formas productivas más desarrolladas, como pueden ser la agricultura o la ganadería.

Explotación del hombre por el hombre

Karl Marx fue uno de los primeros pensadores que describió este tipo de modo de producción. Para él daba lugar a una esclavitud general, ya que en definitiva los trabajadores tenían que obedecer a una clase dirigente. Por esta razón Marx argumentaba que había una explotación del hombre por el hombre.

A diferencia de otros sistemas en los que también aparece esa explotación, en el modo asiático no era personal, sino colectiva; es decir toda la comunidad estaba explotada por una clase superior.

Clase dominante

La clase dominante recibía el tributo que los trabajadores de las comunidades tenían que pagar. Este tributo podía ser en especies (parte de lo producido) o en trabajos en beneficio de esa clase dominante. Por ejemplo, era común que los campesinos tuvieran que trabajar en la construcción de palacios, tumbas o templos.

Se puede concluir que esa clase dominante era la forma primitiva de Estado y era formada por la aristocracia de la zona, los militares y los sacerdotes.

En la cúspide del sistema se encontraba el déspota oriental, con un poder absoluto, y a menudo de raíz religiosa. Este máximo dirigente era el que recibía más riquezas de las entregadas por las comunidades.

Explotación entre comunidades

En algunas ocasiones se producía una auténtica explotación entre comunidades. Esto ocurría cuando había una guerra y la comunidad vencedora obligaba a la derrotada a trabajar para ella.

La mayoría de las veces los derrotados debía pagar un tributo o, en otras ocasiones, se convertían en esclavos para trabajar en las tierras de la comunidad vencedora.

Aldeas autosuficientes

Una de las características que diferencia este modo de producción de otros es que las localidades tendían a ser totalmente autosuficientes.

Se cultivaba y producía todo lo necesario para su supervivencia y solo en raras ocasiones se comerciaba con otras comunidades.

Estructura económica

La estructura económica de este tipo de comunidades era bastante simple. Entre los trabajadores no había prácticamente especialización ni diferencias sociales. Todos eran igualmente explotados por las clases dirigentes.

Formalmente, los trabajadores eran libres y se ocupaban de las tierras que eran propiedad de la comunidad. En la práctica, estaban subordinados a los mandatarios.

El Estado y el déspota

Los nobles, los militares, los administradores y los sacerdotes formaban la clase dominante en este tipo de sistema. A pesar de que no se puede considerar un Estado moderno, sí había una estructura semejante a un aparato estatal.

En la cabeza de ese aparato se encontraba el déspota. En muchas ocasiones buscaba una legitimación religiosa para su poder absoluto con la ayuda de la casta sacerdotal. Identificarse con los dioses, o incluso afirmar que era uno de ellos, era fundamental para afianzar su poder frente al pueblo.

Tanto el déspota como el resto de los que formaban la clase dominante eran los que recibían los tributos de los trabajadores, por lo que sus condiciones de vida eran mucho mejores que las del pueblo llano.

Ventajas

Dada la explotación de los trabajadores, no es sencillo mencionar muchas ventajas de este modo de producción. Entre las que se pueden encontrar está la propiedad comunal de los medios de producción.

Aunque debían pagar el tributo correspondiente, el hecho de que las tierras fueran comunales hacía que la distribución de lo producido fuera muy equitativo.

De igual forma, se puede considerar como ventaja la capacidad para autoabastecerse de todo lo necesario para sobrevivir. Por último, cuando se producían excedentes los trabajadores podían comerciar con ellos, enriqueciendo así a la comunidad.

Condiciones igualitarias

Dentro de las comunidades no existían diferencias sociales, aunque sí las había con las clases dirigentes. Los trabajadores tenían los mismos derechos y obligaciones, por lo que no se producían conflictos por ese motivo.

Los historiadores también apuntan a que esa igualdad alcanzaba a las mujeres con respecto a los hombres. Aunque a ellas se les reservaba el papel de madre y cuidadora, estas actividades estaban muy protegidas y consideradas como primordiales.

Desventajas

La primera de las desventajas era la situación de explotación de los trabajadores por parte del aparato dirigente; es lo que Marx describió como “esclavitud general”. Aunque no había una relación personal amo-esclavo, la realidad era que toda la comunidad debía responder ante los dirigentes.

De igual forma, cuando la guerra provocaba que una comunidad explotara a otra, la situación de los vencidos se acercaba mucho al esclavismo.

Igualmente, los expertos consideran como desventaja la obligación de pagar tributos al déspota. Dependiendo de la actitud de este, podían ser más o menos abusivos, pero siempre representaban una gran carga para los trabajadores.

Artículos de interés

Modos de producción.

Modo de producción esclavista.

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Modo de producción capitalista.

Modo de producción socialista.

Comunismo primitivo.

Referencias

  1. Eumed. Modo de producción asiático. Obtenido de eumed.net
  2. San Miguel, Jorge. El modo de producción asiático y el fin del capitalismo. Obtenido de politikon.es
  3. Bob Jessop,Russell Wheatley. Karl Marx’s Social and Political Thought, Volumen 6. Recuperado de books.google.es
  4. International Encyclopedia of the Social Sciences. Asiatic Mode Of Production. Obtenido de encyclopedia.com
  5. Oxfordreference. Asiatic mode of production. Obtenido de oxfordreference.com
  6. Encyclopedia69. Asiatic Mode Of Production. Obtenido de encyclopedia69.com