Anatomía y fisiología

Hueso esponjoso: qué es, características, funciones, histología


¿Qué es el hueso esponjoso?

El hueso esponjoso, también conocido como hueso trabecular, es uno de los dos tipos de tejido óseo que podemos encontrar en el cuerpo humano. Está en los extremos de los huesos largos (las epífisis), con el hueso compacto más duro que lo rodea. También está dentro de las vértebras, en las costillas, en el cráneo y en los huesos de las articulaciones.

La matriz ósea está organizada en un entramado tridimensional de procesos óseos, llamados trabéculas, dispuestos a lo largo de líneas de tensión. Los espacios entre los mismos generalmente están llenos de médula y vasos sanguíneos. Es de carácter poroso y contiene médula ósea roja, donde se producen las células sanguíneas. 

El hueso esponjoso es más suave y más débil que el hueso compacto, pero también es más flexible. Este hueso también tiene un nivel considerablemente alto de actividad metabólica.

Características del hueso esponjoso

Compuestos por osteocitos

El hueso esponjoso está compuesto de osteocitos, que se encuentran en cavidades pequeñas conocidas como lagunas.

Estos osteocitos son la forma madura de los osteoblastos, que son las células que sintetizan y depositan matriz ósea y hueso trabéculado (los componentes del hueso esponjoso), al igual que mineraliza el hueso compacto externo.

Cuando el osteoblasto se ve rodeado de puro material óseo creado por sí mismo, pasa a llamarse osteocito, y la laguna que le rodea no es más que el hueso creado y depositado por este.

20% del esqueleto

El hueso esponjoso constituye aproximadamente el 20 por ciento del esqueleto humano, proporciona soporte estructural y flexibilidad. Se encuentra en las mayores partes del hueso que no están sometidas a un gran estrés mecánico.

Trabécula

Es formado por una red de matriz llamada trabécula; esta es la responsable de la apariencia esponjosa. En el interior de las trabéculas se encuentran tres tipos de células óseas: osteoblastos, osteocitos y osteoclastos.

Los osteoblastos producen hueso nuevo. Generan capas de tejido duro compuestas de calcio y fosfato hasta que están cubiertas en su totalidad, en cuyo punto se convierten en osteocitos.

Los osteoclastos son células de mayor tamaño. Actúan como una especie de glóbulos blancos del hueso, ya que su función es incorporar y degradar el hueso viejo, dando lugar a los osteoblastos para que puedan depositar hueso nuevo.

Osteoblastos y osteoclastos actúan para regular la densidad ósea, y por un desbalance en esta relación surgen enfermedades degenerativas óseas, como la osteopenia, osteoporosis y osteomalacia.

Composición del tejido

En cuanto al tejido, el hueso esponjoso es un compuesto polimérico cerámico con una composición similar a la del hueso cortical. En masa, el tejido óseo es 65 % mineral (calcio y fósforo), 25 % orgánico y 10 % de agua.

Estas proporciones varían según la edad del individuo y el tiempo que el tejido ha estado presente en el cuerpo.

La estructura abierta ayuda a la amortiguación de tensiones repentinas, como ocurre en la transmisión de carga a través de las articulaciones.

Hay diferentes proporciones de espacio para hueso en diferentes huesos debido a la necesidad de fuerza o flexibilidad. Además, sus fenestraciones dan lugar al crecimiento de la médula ósea, un órgano esencial para el funcionamiento de la sangre.

Funciones

Almacenamiento de médula ósea

La médula ósea es formada cuando la matriz trabecular aglutina los vasos sanguíneos y se condensan. El hueso esponjoso es ideal para formación y almacenamiento de la médula ósea dentro de la red de trabéculas.

El hueso esponjoso, al ser altamente vascular y tener fenestraciones, permite el desarrollo de la médula ósea, órgano que sirve como el nicho perfecto para el desarrollo de células madres en precursores de células sanguíneas, tanto del linaje de glóbulos rojos y plaquetas (eritromegakariocitico) como el linaje de glóbulos blancos especializados (linfocítico).

Una vez que han completado su maduración en este tejido, abandonan el mismo por medio de los vasos sanguíneos, que continúan a través de las trabéculas hacia el extremo del hueso (cuello), por donde salen hacia la circulación sistémica y pueden iniciar sus funciones como células maduras.

Lugar de eritropoyesis

En el interior del hueso esponjoso se producen glóbulos rojos en la médula ósea roja. Esta producción se genera debido a la naturaleza altamente vascularizada del hueso esponjoso, que suministra cantidades adecuadas de glucosa, lípidos, aminoácidos y oligoelementos necesarios para la producción de glóbulos rojos.

Reduce el peso del esqueleto

El hueso esponjoso posee un peso liviano, una baja densidad que equilibra el hueso compacto más pesado y denso, reduciendo el peso total del esqueleto humano.

Esto facilita que los músculos muevan las extremidades, y es ideal para distribuir de forma equitativa el peso del cuerpo sobre los huesos, de manera que no se haga mucha presión sobre el extremo y la diáfisis, zonas particularmente delgadas y delicadas de los huesos largos (como el fémur, la tibia y el peroné en los miembros inferiores).

Agrega fuerza y ​​flexibilidad a los huesos

La fortaleza y flexibilidad del hueso se debe a la formación de las trabéculas a lo largo de las líneas de estrés. De igual manera, el hueso esponjoso se encuentra presente en las articulaciones del cuerpo, sirviendo como un amortiguador al caminar, correr y saltar.

Almacenamiento de minerales

El 99 % del calcio y el 85 % del fósforo del cuerpo se encuentran almacenados en el esqueleto humano. El contenido mineral de la sangre debe estar regulado para lograr el funcionamiento ideal de los músculos y el sistema nervioso.

Histología

La mayor parte del hueso esponjoso esta conformado por proteínas elásticas de la matriz extracelular, como colágeno tipo I y proteínas de adhesión celular, que permiten la interacción entre las células de la médula ósea para su adecuada maduración.

Sin embargo, la matriz extracelular en el hueso esponjoso se deposita en forma de láminas plegables e intercruzadas, dando un aspecto trabeculado del mismo por el cual también se le conoce como hueso trabeculado. La importancia de la presencia de estas trabéculas ya fue discutida anteriormente.

Hacia la periferia se ubican los osteoblastos en columnas, lo cuales sintetizan y depositan una proteína llamada osteoide, que se mineraliza con calcio y fósforo para formar el hueso mineral externo.

También hacia la periferia se encuentran las células madre óseas y los osteoclastos, regulando la actividad de los osteoblastos. Hacia el centro se observan las trabéculas, lagunas y en el centro están los osteocitos.