Wuchereria bancrofti: características, transmisión, síntomas
Wuchereria bancrofti es un gusano que pertenece al filo Nematoda, por lo que tiene la forma cilíndrica característica. Son de pequeño tamaño y se alojan en el interior de los vasos linfáticos del huésped.
Recibe su nombre en honor a dos científicos muy reconocidos: Joseph Bancroft y Otto Wucherer. Es un patógeno común que ocasiona en el ser humano la enfermedad conocida como filariasis linfática.
Esta enfermedad afecta a millones de personas cada año, especialmente en regiones tropicales, donde las temperaturas son cálidas y húmedas, como Suramérica y África. La filariasis linfática es una enfermedad que afecta a las personas no solo a nivel físico, sino también a nivel psicológico, debido a la deformidad corporal que ocasiona.
Índice del artículo
- 1 Características
- 2 Taxonomía
- 3 Morfología
- 4 Ciclo biológico
- 5 Transmisión
- 6 Enfermedad
- 7 Síntomas de infección
- 8 Diagnóstico
- 9 Tratamiento
- 10 Referencias
Características
Wuchereria bancrofti es un organismo que pertenece al grupo seres vivos cuyo ADN se encuentra dentro del núcleo celular, delimitado por la membrana nuclear. El ADN conforma a los cromosomas. Por esto se denominan eucariotas.
Además, están conformados por diferentes tipos de células, lo que los convierte en organismos pluricelulares. Esas células se originan a partir de tres capas germinativas que hacen su aparición durante el desarrollo embrionario: mesodermo, endodermo y ectodermo. Gracias a esto, se conocen como organismos triblásticos.
Siguiendo con el desarrollo embrionario, este parásito es deuterostomado, ya que a partir del blastoporo (estructura embrionaria) se desarrolla el ano en primer lugar y la boca se desarrolla después a partir de otra estructura.
Este parásito presenta simetría bilateral. Esto quiere decir que está constituido por dos mitades exactamente iguales. Al trazar una línea imaginaria por el eje longitudinal del cuerpo del animal esto queda en evidencia.
Son organismos dioicos, ya que los sexos se encuentran separados. Hay individuos de sexo masculino e individuos de sexo femenino. También presentan dimorfismo sexual.
Para subsistir, Wuchereria bancrofti requiere obligatoriamente estar en el interior de un huésped (ser humano). De otra forma no pueda desarrollarse. Es un conocido agente patógeno que ocasiona en los seres humanos una enfermedad llamada filariasis linfática.
Su reproducción es de tipo sexual, son ovovivíparos y tienen desarrollo indirecto.
Taxonomía
La clasificación taxonómica de Wuchereria bancrofti es la siguiente:
-Dominio: Eukarya
-Reino: Animalia
-Filo: Nematoda
-Clase: Secernentea
-Orden: Spirurida
-Familia: Filarioidea
-Género: Wuchereria
-Especie: Wuchereria bancrofti.
Morfología
Wuchereria bancrofti es un parásito que, al igual que muchos gusanos parásitos, tienen una coloración blanquecina. Son muy pálidos.
Tienen un cuerpo cilíndrico sin ningún tipo de segmentación. Presentan en el extremo cefálico la boca, que no tiene labios y se encuentra rodeada de papilas.
Hembra
Es de mucho mayor tamaño que el macho. Miden entre 7 y 10 cm, con un promedio de 0,3 mm de grosor. Su extremo caudal termina de manera recta. Presenta a nivel del esófago la vulva.
Macho
Es de menor tamaño. Mide aproximadamente entre 4 y 5 cm con 0,1 de grosor. Su cola termina con una curvatura ventral característica. Además presenta un par de estructuras llamadas espículas, las cuales son utilizadas para el proceso de copulación.
Ciclo biológico
Para que su ciclo de vida se desarrolle de manera exitosa, este parásito requiere de un vector y un huésped. En el interior de cada uno ocurre parte del desarrollo del parásito.
Vector
El vector de Wuchereria baancrofti es un mosquito. Sin embargo, no es solo una especie de mosquito la que puede llevar a cabo esta función, sino que son muchas las especies que pueden hacerlo. Esas especies pertenecen a cinco géneros de la familia Culicidae.
Esos géneros son los siguientes: Anopheles (10 especies), Aedes (11 especies), Mansonia (2 especies), Coquillettidia (1 especie) y Culex (4 especies). Los vectores dependen de la región geográfica, ya que algunos se encuentran en unas y en otras no.
Huésped
El huésped definitivo de este parásito es el ser humano, ya que es en este en donde se desarrolla su forma adulta y además es el que padece la patología que causa.
En el interior del vector
Los parásitos adultos, que se alojan específicamente dentro de los canales linfáticos, producen las larvas microfilarias, las cuales se desplazan libremente a través del sistema linfático y en los vasos sanguíneos.
En ellas se observa un fenómeno bastante curioso, y es que su desplazamiento está determinado por el momento del día. Esto quiere decir que son particularmente abundantes en la sangre durante unas horas específicas, entre las 10 de la noche y las 2 de la madrugada. Esto se conoce como periodicidad de las microfilarias y también se ha observado en otros parásitos.
Pues bien, cuando un mosquito pica a un ser humano infectado, especialmente durante el periodo de tiempo mencionado, absorbe conjuntamente con la sangre a las microfilarias que se encuentran circulando en ella.
Dentro del mosquito, la larva pierde su vaina protectora y se traslada desde el sistema digestivo hasta alcanzar los músculos torácicos. Allí experimentan la primera muda y pasan al estadio larvario L1. Posteriormente, luego de un período de tiempo pequeño (8 días), sufre otra muda y se convierte en larva L2.
En los siguientes ocho días, la larva L2 se transforma en larva L3, que es su forma infectante. Esas larvas L3 migran hacia el área bucal del mosquito, en espera de ser inoculadas a un nuevo huésped.
En el interior del ser humano
Cuando el mosquito pica a un ser humano sano, las larvas L3 aprovechan para ingresar a través de la herida ocasionada por la picadura hacia el torrente sanguíneo. De este pasan hacia el sistema linfático y se alojan en los grandes vasos, específicamente en los que se encuentran en la mitad inferior del cuerpo.
Allí experimentan su transformación de larvas L3 a adultos. Las hembras adultas son capaces ya de aparearse. En un periodo aproximado de 6 a 12 meses ya la hembra está en capacidad de generar microfilarias que circulen por el torrente sanguíneo.
Transmisión
Debido a que Wuchereria bancrofti requiere de un vector para desarrollar ciertos estadios larvarios, su transmisión se da cuando ese vector, que es un mosquito de la familia Culicidae, pica a un ser humano infectado y posteriormente pica a un individuo sano.
Por supuesto, entre una picadura y otra debe transcurrir un periodo de tiempo prudencial en el cual la larva del parásito experimenta ciertas transformaciones hasta adquirir la capacidad de infectar a otro huésped.
Enfermedad
Wuchereria bancrofti es un patógeno y como tal causa en su huésped definitivo, que es el ser humano una enfermedad conocida como filariasis linfática. El nombre común con el que se le conoce es elefantiasis.
Este parásito no es el único causante de dicha patología, sin embargo es responsable por el 90% de los casos aproximadamente. Los otros parásitos que pueden causar la enfermedad son Brugia malayi y Brugia timori.
Tiene la particularidad de ser una enfermedad silenciosa, ya que los signos y síntomas no aparecen de manera inmediata a la infección, sino que incluso pueden tardar años en hacerlo. Los especialistas plantean que el parásito se adquiere generalmente durante la infancia, pero es durante la adultez temprana que se manifiestan los síntomas más alarmantes.
Lo que ocurre cuando una persona padece la enfermedad es que los gusanos adultos, que se encuentran en el interior de los vasos linfáticos, trastornan el buen funcionamiento de este.
Entre las consecuencias directas de esto está la obstrucción total o parcial de los conductos linfáticos por los cuales circula la linfa.
Síntomas de infección
Es importante destacar que no todas las personas que están infectadas por Wuchereria bancrofti manifiestan signos y síntomas de la patología. Por eso se dice que esta es una enfermedad que por su evolución silenciosa constituye un grave peligro para la vida de quienes la padecen.
El que un individuo infectado no manifieste síntomas no quiere decir que el parásito o sus larvas no estén generando daños en estructuras como los riñones o el sistema linfático.
Cuando la infección es sintomática, los síntomas que se presentan con más frecuencia son los siguientes:
– Fiebre elevada.
– Ganglios linfáticos inflamados.
– Mucho dolor. En especial a nivel de las articulaciones.
– Hinchazón en alguna parte del cuerpo, preferiblemente en miembros inferiores y superiores o mamas. Los tejidos sufren tumefacción, endureciéndose.
– Piel engrosada.
– Un signo característico en los hombres es la tumefacción escrotal. Aquí lo que ocurre es que el escroto crece hasta alcanzar un tamaño descomunal.
Diagnóstico
El diagnóstico de la filariasis linfática puede hacerse a través de dos procedimientos: mediante un examen de sangre o bien a través de una ecografía.
A través de un examen de sangre periférica es posible la identificación de microfilarias. Sin embargo, es importante tener en cuenta que uno de los limitantes para la realización de este examen es la periodicidad nocturna de este parásito.
Así mismo, con la realización de una ecografía el médico podría identificar a los parásitos dentro de los vasos linfáticos ensanchados y deformados. Este es un examen en el que quizás no puedan identificarse si se encuentran en vasos sanguíneos muy profundos.
Tratamiento
El tratamiento de la filariasis linfática depende de si se encuentra en su fase aguda o si ya se ha cronificado.
El médico lo primero que piensa cuando diagnostica a algún paciente con esta enfermedad es eliminar las microfilarias que pueden estar circulando por su torrente sanguíneo, así como también eliminar a los gusanos adultos.
Para lograr esto, el medicamento que recetan es dietilcarbamicina, el cual tiene un efecto negativo en las microfilarias matándolas. También se ha comprobado que es capaz de eliminar en cierta medida a gusanos adultos.
Otra vía de tratamiento muy utilizada es el empleo de algún medicamento antihelmíntico, como el albendazol. Este no debe administrarse solo, sino que se combina con otro medicamento como la dietilcarbamicina o la ivermectina. Esta combinación contribuye a reducir en gran medida y en un periodo corto de tiempo el número de microfilarias en la sangre del paciente infectado.
El fármaco más utilizado para eliminar a los parásitos adultos es a través de un medicamento denominado doxiciclina. Este es un antibiótico que tiene como objetivo eliminar a las bacterias que residen en el interior de los parásitos. Al matarlas, el gusano adulto muere, ya que esas bacterias lo ayudan en diversos procesos metabólicos indispensables para él.
Cuando la enfermedad se ha hecho crónica, ocasionando deformidad en alguna parte del cuerpo, el tratamiento se orienta más hacia el cuidado de la piel lastimada y erosionada. En ocasiones el médico decide acudir a una intervención quirúrgica, con la finalidad de mejorar y optimizar la circulación de la linfa.
Referencias
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