Asociación libre
La asociación libre es tanto un método como una regla dentro del psicoanálisis, escuela de pensamiento fundada por Sigmund Freud. Sigue siendo utilizada por psicoanalistas actualmente a pesar de su antigüedad, dada su efectividad para sonsacar contenidos inconscientes en los pacientes, sobre todo cuando estos tienen dificultades para articular en palabras aquellos pensamientos reprimidos.
Freud descubrió que los síntomas que tenía un paciente estaban sobredeterminados por diversas causas, recuerdos y vivencias inconscientes. También descubrió que la mera enunciación de dichas memorias traumáticas solo aliviaba el síntoma pero no podía curar la enfermedad.
La asociación libre consiste en que el paciente diga todo lo que se viene a la cabeza, sin intentar filtrarlo de ninguna manera. Por ejemplo, se le podría decir “diga lo que se le ocurre en cada palabra que le menciono”. El paciente tendría que responder lo que se le viene a la mente al decirle diversas palabras como “infancia”, “colegio”, “jugar”, “amor”, etc.
El paciente tiene asegurado un entorno seguro e íntimo como para poder decir lo que quiere sin inhibiciones. A su vez, el terapeuta le asegura que todo lo que diga resultará útil para el análisis.
¿Cómo funciona la asociación libre?
El paciente cae en una especie de “trampa” al creer que lo que dice no guarda relación con sus problemas cuando en realidad ocurre todo lo contrario: lo que dice guarda íntima relación con sus problemas, solo que él no puede darse cuenta porque la conexión entre lo que dice y lo que siente está reprimida.
Esto ocurre porque el material psíquico es multidimensional: está ordenado como una red de recuerdos en distintas dimensiones. Las asociaciones “libres” en verdad remiten a múltiples escenas (las más de las veces traumáticas) relacionadas con el síntoma, es decir que este está sobredeterminado.
Por lo tanto, aunque en un principio suene disparatado lo que el paciente dice, eventualmente llega a hablar del problema en sí. Aquél suele “dar vueltas” sobre el asunto mostrando que la resistencia es concéntrica, y que el problema se encuentra entramado en una multiplicidad de recuerdos y afectos.
Dentro de estas resistencias se ubican los mecanismos de defensa, que operan salvaguardando el olvido del contenido o memoria inconsciente, intentando evitar que el paciente recuerde o diga aquello que le hace sentir mal.
El método catártico ya no funciona más, pues no se trata de que el paciente se desahogue o reviva sus recuerdos para solucionarlos de otra manera. En este nuevo método la importancia la importancia están en poder poner en palabras aquello que hasta ese momento ha sido imposible enunciar.
Con la entrada de esos contenidos en el plano simbólico (es decir, en el plano de las palabras), el paciente puede pensar infinitas maneras de decir lo que piensa o siente y, por lo tanto, infinitas maneras también de interpretar sus propios recuerdos y hacerlos formar parte de su historia de vida.
¿Qué ocurre al momento de asociar libremente?
En la asociación libre trabajan las mismas fuerzas productoras de nuestros sueños, es decir, los mecanismos de condensación y desplazamiento.
Condensación
La condensación es el mecanismo mediante el cual en un solo contenido convergen afectos y recuerdos provenientes desde lugares distintos pero guardando un nexo asociativo entre todos. Aquello que se dice en la asociación lleva contenidos inconscientes condensados. Por lo tanto, los contenidos son superfluos solo a primera vista.
Desplazamiento
El desplazamiento es el mecanismo gracias al cual el afecto de una representación se desprende para ligarse a una representación originalmente poco intensa. Esta representación mantiene un nexo asociativo con la primera.
Este mecanismo se puede observar cuando el sujeto menciona recuerdos o pensamientos traumáticos sintiéndolos como ajenos a él, mientras que puede tener dificultades para hablar de cuestiones aparentemente cotidianas o mundanas.
Ambas fuerzas están íntimamente ligadas y trabajan en conjunto. Así, un recuerdo tiene condensados varios afectos gracias a los distintos desplazamientos de afecto desde otros recuerdos, lo que lleva a esa primer memoria a condensar otras tanta maś como se pueden enlazar en la cadena asociativa.
Método de asociación libre (desde el analista)
Este método nace junto con la nueva técnica del mismo nombre. Mientras el paciente va diciendo lo que se le viene a la mente, sin hacer uso de censura o resistiéndose a decir algo, el analista permanece en un estado de atención flotante.
En este estado el analista también deja de lado sus propias resistencias inconscientes y prejuicios preconscientes, de tal forma que no privilegia ningún contenido sobre otro. Es un contrapunto al trabajo que realiza el paciente en el espacio terapéutico.
Así, el analista deja que sea su Inconsciente el que hilvane la red de conexiones entre afectos y recuerdos que el paciente dice de forma cuasi-incoherente, por lo que la comunicación entre ambos se da de inconsciente a inconsciente.
El paciente otorga un discurso al analista, con ciertas conexiones inconscientes establecidas hacia aquello que le resulta penoso. El analista, por su parte, echa mano de su propio inconsciente para interpretar este discurso y elucidar las conexiones inconscientes que el paciente es incapaz de reconocer por sí mismo.
Al devolverle el analista una interpretación de su discurso, el paciente es capaz de hacer consciente aquellos contenidos reprimidos y, por lo tanto, de reelaborarlos de tal forma que no sean más disruptivos en su psique.
Dado que los contenidos se han logrado poner en palabras, el analista ofrece una interpretación de lo que el paciente ha dicho; ésta le parecerá primero ajena pero disparará una continua reelaboración de dichos recuerdos y afectos de tal forma que pase a formar parte de su consciente y pierda su carácter traumático.
Referencias
- Breuer, J., y Freud, S.: Estudios sobre la histeria, Amorrortu Editores (A.E.), tomo II, Buenos Aires, 1976.
- Freud, S.: La interpretación de los sueños, A.E., XII, ídem.
- Freud, S.: Nota sobre el concepto de lo inconsciente en psicoanálisis, A.E., XII, ídem.