Volcán Paricutín: ¿De qué Sistema Montañoso Forma Parte?
El volcán Paricutín es un volcán ubicado en la región de Michoacán, México, que pertenece a un sistema montañoso llamado el Eje Neovolcánico. Es considerado un volcán joven, cuyo nacimiento como cuerpo volcánico se remonta al año 1943, siendo conocido como el volcán más joven de América. Este volcán se mantuvo activo durante nueve años, sepultando dos pueblos (Paricutín y San Juan Parangaricutiru) durante sus erupciones.
El volcán Paricutín pertenece a una cordillera montañosa/volcánica conocida como el Eje Neovolcánico, el cual se extiende entre 900 y 1000 kilometros del Océano Pacífico al Atlántico (desde las Islas Revillagigedo hasta el Golfo de México), atravesando más de 12 estados y estando compuesto por más de nueve volcanes.
Aunque antes conocida simplemente como Cordillera Volcánica de México, la reciente aparición y actividad del volcán Paricutín en el siglo XX sentó la base para que se le acuñara el prefijo “neo” y toda la cadena volcánica volviese a adoptar una significante importancia física y geológicamente.
Origen de la actividad volcánica del volcán Paricutín
La formación física y geológica del Eje Neovolcánico tuvo lugar a lo largo de distintas etapas.
Ubicado entre las placas norteamericana, caribeña, y de cocos, los movimientos y separaciones terrestres hace millones de años fueron los catalizadores necesarios para comenzar a generar actividad volcánica.
- Un primer período durante el jurásico-cretácico, creó un volcanismo de mar marginal, a causa de la subdivisión del paleo-pacífico
- Un segundo período, como un volcanismo oligo-miocénico de tipo activo, a causa de la subducción de la Placad de Farallón, que abarca la Sierra Madre y gran parte del altiplano
- Un tercer y más complejo período, con la expansión de la zona del Golfo de California, y la cadena andesítica que sigue del Pacífico hasta el Atlántico.
La causas más determinantes a la que se atribuye la formación del Eje Neovolcánico mantienen el incidente geológico como principal factor de origen: la apertura de la Fosa de Acapulco durante el Oligoceno, en relación con el desplazamiento hacia el oeste de la Placa Norteamericana.
Las modificaciones sufridas en el Mioceno tardío en la Cordillera del Pacífico Oriental, junto con el cambio inducido en la Placa de Cocos.
El eje Neovolcánico mantiene notables diferencias entre su bloque occidental y oriental, debido a las distintas formaciones de origen, llevadas a cabo en momentos y condiciones muy diferentes.
La parte occidental presenta un mayor dinamismo eruptivo en los volcanes que lo conforman, cuyas estructuras internas presentan cámaras para el continuo movimiento magmático, lo cual les permite despedir una variedad de lava mucho más variada.
Esta evolución ha permitido considerar la edad del Eje Neovolcánico como relativamente reciente en algunas de sus regiones, en comparación con otras manifestaciones tectónicas prevalecientes en México.
Características volcánicas del Eje del Paricutín
Como parte de las manifestaciones volcánicas del eje, se pueden diferenciar algunos grupos:
1- Estratovolcanes
Grandes formaciones de vida larga y con un alto volumen de lava. Son escasos a lo largo del Eje Neovolcánico, aunque constituyen las cimas más elevadas del país. Representan la imagen clásica de un volcán.
Estos son: el Nevado de Colima, el Volcán de Colima, el Nevado de Toluca, el Popocatépetl, el Iztaccíhuatl y La Malinche. Cada uno representa más de 100 kilómeetros cúbicos de material.
2- Volcanes pequeños o monogenéticos
Caracterizados por derrames de lava de poca extensión y eyecciones piroclásticas alrededor del conjunto.
El volcán Paricutín entra dentro de esta categoría, después de la erupción ocurrida entre 1943 y 1952, y que ha sido una de las más estudiadas en el mundo.
Estos volcanes suelen tener la particularidad de, en ocasiones, formarse al pie de los estratovolcanes, aunque no parezcan tener ninguna relación con ellos.
3- Los productos riolíticos
Son escasos y constituyen una de las características importantes del Eje Neovolcánico. Se encuentran en pequeños domos distribuidos de forma aleatoria.
Estudios recientes señalan que son las formaciones más jóvenes de todo el eje (100.000 años aprox.), y ocupan una superficie de 400 kilómetros cuadrados.
Distribución de volcanes
La posición de cada cuerpo volcánico está influenciada por los rasgos tectónicos sobre los cuales se formó.
Hay quienes consideran que no se debe definir el Eje Neolvolcánico como una zona volcánica continua, sino como un conjunto de diferentes áreas volcánicas.
1- Fosa tectónica de Tepic-Chapala: se extiende en dirección noroeste-sudeste; incluye los volcanes San Juan, Ceboruco, Tequila y Sanganguey.
2- Fosa tectónica de Colima: se extiende en dirección norte-sur, y los cuerpos volcánicos principales son el Nevado de Colima y Volcán de Colima.
3- Fosa de Michoacán: con una dirección noreste-sudoeste, es la región con más cuerpos volcánicos cuaternarios de México, limitada tan solo por la falla de San Andrés de Allende-Taxco. Es aquí donde se encuentra el volcán Paricutín.
4- Valles de Toluca, México y Puebla: cuentan con la presencia de los siete estratovolcanes principales del Eje, separados ampliamente uno del otro.
5- Más allá de Puebla se encuentra la parte más oriental de Eje Neovolcánico, limitada por el Pico de Orizaba-Cofre de perote.
Influencia ambiental
Los cuerpos volcánicos ubicados en el Eje Neovolcánico, como el Paricutín, al encontrarse activos, y al momento de hacer erupción, se convierten en unos poderosos agentes de cambio para la vegetación y el ecosistema inmediato.
La diversidad materiales ígneos que despide un volcán afectan la fisionomía del relieve, los suelos, la vegetación y la fauna.
Los residuos de magma dejan depositados en la tierra nuevos elementos que químicos que accionaran en el reacondicionamiento de los elementos y las condiciones ambientales, vegetales y animales, a medio y largo plazo.
Estos cambios pueden ser considerados como reinicios, ya que vuelve a comenzar un proceso de establecimiento y adaptación por parte de nuevas generaciones de especies.
El estudio de la actividad volcánica no ha adquirido importancia solo para buscar pronosticar y prevenir eventuales eventos que puedan causar alguna tragedia, sino también para intentar dilucidar cómo la formación de estos cuerpos y sus funciones internas, pueden afectar y condicionar su entorno según se movilicen y desarrollen los elementos geológicos que dan forma a la Tierra.
Referencias
- Cornide, J. G., & Weinmann, M. E. (1997). FITOSOCIOLOGIA Y SUCESION EN EL VOLCAN PPARICUTIN (MICHOACAN, MEXICO). Caldasia, 487-505.
- Demant, A. (1978). CARACTERISTICAS DEL EJE NEOVOLCANICO TRANSMEXICANO Y SUS PROBLEMAS DE INTERPRETACION. Universidad Nacional Autónoma de México, Instituo de Geología, Revista, 172-187.
- Demant, A. (1979). VULCANOLOGIA Y PETROGRAFIA DEL SECTOR OCCIDENTAL DEL EJE NEOVOLCANICO. Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Geología, Revista, 39-57.