Cactáceas: características, hábitat, cultivo, usos
Las cactáceas (Cactaceae) conocidas comúnmente como cactus, son una familia taxonómica de plantas suculentas y espinosas pertenecientes al orden Caryophyllales. Nativas de América, se distribuyen ampliamente a lo largo del continente, desde el sur de Argentina y Chile hasta el norte de Canadá.
Estas plantas constituyen un grupo muy diverso de aproximadamente 1.900 especies distribuidas entre los más de 125 géneros descritos. De hecho, se localizan principalmente en ecosistemas áridos y semiáridos a niveles altitudinales desde el nivel del mar hasta los 4.000 msnm.
Los cactus se caracterizan por su consistencia carnosa, la presencia de espinas y flores solitarias de gran tamaño y vivos colores. Existe una gran diversidad de formas y tamaños, cultivadas como ornamentales, para uso industrial y para consumo humano o animal.
La presencia de determinadas características morfológicas y fisiológicas hacen de estas plantas excelentes colonizadores de ambientes cálidos y áridos. En efecto, poseen tallos suculentos para almacenar agua y hojas modificadas en espinas que además de protección favorecen la reflexión directa de la radiación solar.
Además, han desarrollado el metabolismo CAM «metabolismo ácido de las crasuláceas» que regula el proceso fotosintético y la fotorrespiración. De esta manera evitan la apertura de los estomas durante el día, disminuyendo la pérdida de agua a través de la transpiración.
Índice del artículo
- 1 Características generales
- 2 Taxonomía
- 3 Hábitat y distribución
- 4 Propagación
- 5 Cultivo
- 6 Enfermedades
- 7 Usos
- 8 Especies representativas
- 9 Referencias
Las cactáceas son plantas herbáceas o arbustivas, trepadoras o epifitas, perennes y crasas de apariencia cilíndrica, globosa o columnar. Frecuentemente presentan espinas y areolas, además las especies arbustivas son de porte erecto o a menudo rastrero.
Las raíces tuberosas por lo general son altamente especializadas para favorecer el almacenamiento y conservación de agua o elementos nutritivos. Por otra parte, en algunas especies se despliegan raíces adventicias, epifitas o trepadoras que facilitan el soporte de la planta.
El tallo grueso y suculento de las cactáceas constituye esencialmente el cuerpo de la planta, siendo de color verde debido a su capacidad fotosintética. Pueden ser simples o ramificados, con la superficie lisa, tuberculada o dividida en costillas, con segmentos en artejos cilíndricos o aplanados.
Las areolas son estructuras vegetativas características de los cactus, semejantes a las yemas presentes en tallos y ramas de las dicotiledóneas. Son órganos de apariencia lanosa donde emergen ramas, espinas, cerdas, gloquidios o «espinas foliares delgadas», pelusas, flores o frutos.
Las hojas típicas se encuentran ausentes en las cactáceas, ya que en la mayoría de estas especies se han modificado en espinas. En efecto, ambas estructuras se desarrollan a partir de los mismos puntos vegetativos y presentan un desarrollo filogenético similar.
Las espinas se disponen en forma de fascículos sobre cada aréola o almohadillas afines a las yemas vegetativas. Estas estructuras presentan dos puntos de desarrollo meristemático, donde se originan de manera alterna espinas, brotes o flores.
Las flores se presentan solitarias y raramente agrupadas; son de condición hermafroditas o unisexuales; la mayoría actinomorfas aunque, algunas son zigomorfas; frecuentemente, fugaces nocturnas o diurnas.; sésiles o pedunculadas; compuestas por numerosos tépalos externos de aspecto sepaloide, llamativos, perfumados, de colores blanco, amarillo, naranja, rosado, rojo o purpúreo.
Los frutos generalmente carnosos, de apariencia baciforme, dehiscente o indehiscente. En algunos géneros son huecos y se presentan resecos en la madurez.Se componen de un pericarpo carnoso de pulpa jugosa, con la superficie cubierta de cerdas, espinas, gloquídeos, escamas o tubérculos.
Las pequeñas semillas de forma irregular son ovoides, circulares, elípticas u oblongas. Regularmente miden entre 0,5-100 mm de diámetro, carecen de endospermo y algunas veces presentan perisperma.
– Reino: Plantae
– División: Magnoliophyta
– Clase: Magnoliopsida
– Orden: Caryophyllales
– Familia: Cactaceae Juss., 1789
El nombre «cactus» proviene del griego «Κάκτος káktos», utilizado inicialmente por el filósofo Teofrasto para identificar un tipo de cardo espinoso. Este cardo localizado en la isla de Sicilia, posiblemente se trata del cardo Cynara cardunculus.
Esta expresión pasó posteriormente al latín como «carduss», que finalmente derivó en la palabra española «cardo». A la postre, la palabra «cactus» fue empleada por Carlos Lineo para designar un género que agrupaba a 22 especies pertenecientes a la familia Cactaceae.
Las cactáceas son plantas suculentas que se localizan en ambientes desérticos y ecosistemas áridos, así mismo habitan de forma epifita en selvas tropicales. Naturales de las regiones tropicales, subtropicales y templadas del continente americano, desde Canadá hasta la Patagonia, y desde las Galápagos hasta la isla Fernando de Noronha.
Se localizan dispersos en diversos ecosistemas, predominantemente ambientes áridos, serranías y montañas, desde el nivel del mar hasta los 4.500 msnm en los Andes. La mayoría son especies semidesérticas adaptadas a las condiciones cálidas americanas, asilvestradas en regiones como Madagascar, Ceilán y Sri Lanka.
El hábitat ideal de la mayoría de las cactáceas está regido por lluvias ocasionales con períodos intermedios de sequía prolongada. No obstante, se requiere abundante rocío matinal al momento de disminuir los valores promedio de temperatura diurna y nocturna.
Su distribución geográfica se ubica principalmente en Suramérica y Norteamérica. En África se distribuye solo el género Rhipsalis. La mayor diversidad se presenta en el desierto de México, el sureste de los EE.UU., la región central de los Andes y el sureste de Suramérica.
Las cetáceas pueden ser reproducidas comercialmente de forma sexual por semillas, o de forma vegetativa a través de esquejes y por injertos. En efecto, cada método presenta sus ventajas e inconvenientes pero el éxito de su propagación depende del manejo durante el proceso.
A través de la propagación por semilla se obtienen plantas con las características genéticas provenientes de ambos progenitores. Este es un proceso lento empleado para propagar híbridos o variedades, obtener plantas libres de virus y con diversidad genotípica.
La siembra se realiza a principios de primavera a partir de semillas de origen conocido, libres de plagas o enfermedades y con alto grado de viabilidad. Además, es necesario mantener las condiciones ambientales: temperaturas entre 20-30 ºC para la mayoría de especies y humedad constante durante el proceso de germinación.
Por otra parte, debido al pequeño tamaño de las semillas, se debe seleccionar un sustrato ligero y colocar las semillas a nivel superficial. Dependiendo de las condiciones ambientales y la disposición de humedad, a los 10-20 días se inicia la germinación de las semillas.
Durante la fase de germinación se debe facilitar la aireación de las plántulas y evitar la incidencia directa de los rayos solares. Si se requiere acelerar el proceso, se puede emplear un invernadero, donde es más fácil controlar los diferentes factores que influyen en la germinación.
El uso de esquejes es una técnica de propagación vegetativa que permite la obtención de un mayor número de plantas en un menor tiempo posible. De hecho, las nuevas plantas tienen las mismas características genotípicas de la planta madre, aunque pueden diferir fenotípicamente de las plantas obtenidas por semillas.
La mejor época para realizar la multiplicación por esquejes es durante la primavera o verano, o bajo condiciones de clima fresco. Los esquejes se obtienen directamente de la planta por medio de un corte limpio, empleando herramientas afiladas y desinfectadas.
Es conveniente dejar que cicatrice el lugar del corte, manteniendo en un sitio ventilado e iluminado, donde incida la luz solar de forma directa. Tras 12-18 días, una vez que la herida haya cicatrizado se procede a sembrar sobre un sustrato húmedo.
Se recomienda un sustrato del tipo franco-arenoso que favorezca el drenaje, pero que mantenga la humedad. Mientras el esqueje desarrolla las raíces se recomiendan los riegos moderados, para evitar el encharcamiento y facilitar el desarrollo de la nueva planta.
El injerto de cactus se realiza con el objeto de multiplicar una nueva variedad y obtener plantas con flores de diversos colores. Al momento de realizar el injerto se debe verificar que las dos variedades o especies utilizadas sean compatibles.
El patrón o portainjerto debe provenir de una planta vigorosa adaptada a las condiciones ambientales donde se va a realizar el cultivo. De hecho, debe estar libre de plagas o enfermedades comunes en su entorno y tener condiciones fisiológicas similares a la especie a injertar.
Al momento de seleccionar las plantas es conveniente que ambas sean del mismo género botánico o bien que sean especies muy cercanas. Asimismo, convienen que el patrón sea una planta joven, menor de tres años de edad, que esté acondicionada para el proceso.
La mejor época para realizar el injerto es durante la primavera o el verano, momento en que las plantas están en pleno periodo vegetativo. Una vez realizado el injerto, la planta debe mantener condiciones de humedad constantes y protegida de la radiación solar directa.
La cactáceas son especies adaptadas a climas cálidos y secos, es decir, que se adaptan a condiciones xerófilas o de sequía. Sin embargo, como todo ser viviente necesitan agua para sobrevivir, por lo que el cultivo requiere un sustrato que retenga humedad.
Se recomienda es uso de un sustrato, poroso, suelto, franco-arcilloso, con buen drenaje y un pH promedio de 6-7. Es imprescindible que el sustrato no se encharque, ya que puede ocasionar la aparición de enfermedades fúngicas a nivel de las raíces.
Los cactus son plantas adaptadas a las condiciones secas, por lo que se debe tener en cuenta las condiciones de su entorno natural. De hecho, los cactus toleran muy bien la falta de humedad, pero son muy sensibles al exceso de agua.
Generalmente, la deficiencia de humedad puede ser reversible con la aplicación de riegos ocasionales. Sin embargo, los daños causados por exceso de humedad frecuentemente son irreversibles y pueden ocasionar la muerte de la planta.
Para las cactáceas cultivadas comercialmente es recomendable dejar que la tierra se seque antes de aplicar el próximo riego. Igualmente, durante el periodo de reposo invernal se deben suprimir los riegos e iniciarlos a principios de primavera conforme el cactus se va activando.
Los cactus son plantas adaptadas a suelos pobres con bajo contenido de materia orgánica y elementos nutritivos. No obstante, responde favorablemente a la aplicación de abonos orgánicos con crecimiento vigoroso, espinas firmes y excelente floración.
Se recomienda la aplicación de una dosis de fertilizante 1:2:3 durante el periodo de crecimiento. Para promover la floración es favorable incrementar la aplicación de potasio y al iniciarse la formación de capullos florales, es aconsejable aplicar una fórmula fertilizante 1:2:4.
Por lo general, las cactáceas soportan las altas temperaturas del desierto, llegando a tolerar muchas veces más de 40 ºC. Sin embargo, soportan menos las bajas temperaturas, ya que temperaturas muy bajas pueden ocasionar la formación de cristales que romperían los tejidos.
De hecho, durante el invierno las cactáceas entran es un período de reposo, disminuyendo su metabolismo y endureciendo sus tejidos. Por otra parte, las cactáceas epifitas características de las selvas tropicales se han adaptado a variaciones de humedad y temperatura mínimas.
Las cactáceas en su ambiente natural se encuentran expuestas a plena exposición solar, bajo cultivo requiere iluminación plena para su eficiente desarrollo. Sin embargo, en su primera fase de desarrollo requieren protección, ya que toleran menos la plena exposición solar.
La radiación solar, como todo factor de crecimiento influye en el desarrollo de las cactáceas. Una iluminación de baja intensidad provoca el alargamiento de las plantas, plantas frágiles de espinas débiles y más susceptibles a plagas o enfermedades.
Por lo contrario, una alta exposición solar puede ocasionar la quemadura de la superficie externa de la planta. En efecto, la presencia de espinas en los cactus es una modificación de las hojas para protegerse de la radiación directa de luz solar.
Normalmente el trasplante de los cactus se realiza durante la fase de crecimiento vegetativo, preferiblemente durante primavera-verano. En esta fase se recomienda regular los riegos para evitar la penetración de patógenos por las heridas y así proteger la planta de la radiación solar.
El Fusarium es un hongo del suelo que infecta las raíces del cactus debido al exceso de humedad. En caso de incidencia de esta enfermedad se debe descartar la parte infectada y sembrar la parte superior y sana como esqueje.
El principal síntoma de esta enfermedad es la presencia de una decoloración parda o negruzca a nivel de la base del tallo. En efecto, la parte infectada termina pudriéndose, lo que se incrementa por el exceso de humedad del sustrato. Las plantas enfermas se deben eliminar.
Los principales síntomas se manifiestan por la presencia de un moho gris sobre la superficie del cactus y posterior pudrición de la zona afectada. Generalmente, el hongo penetra a través de heridas causadas por daños físicos, por lo que es recomendable la aplicación de fungicidas de amplio espectro.
Enfermedad ocasionada por diversos agentes causales como Ascochyta, Macrophoma, Perisporium o Phyllosticta. A los primeros síntomas de la enfermedad se recomienda la aplicación de fungicidas preventivos y curativos de amplio espectro como el Captan.
Los síntomas de la roya se manifiestan como ampollas o pústulas amarillentas a lo largo de la superficie del cactus. En algunas especies, las espinas se desprenden totalmente disminuyendo el valor ornamental de la planta.
Las enfermedades bacterianas pueden iniciar su infección a través de heridas o lesiones que ocasionan una pudrición negra de la parte afectada. Este tipo de infección no tiene cura con productos fúngicos, por lo que se recomienda eliminar y quemar los ejemplares enfermos.
–Ornamental: la mayoría de las cetáceas son cultivadas como plantas ornamentales. Tanto en macetas para interiores, como en parques y jardines, principalmente en regiones cálidas y templadas.
– Protección: algunas especies de cactus de gran porte son empleadas como cercas vivas para proteger sitios determinados.
– Alimento para animales o el hombre: ciertas especies, como la Opuntia streptacantha o las pitayas se emplean con fines alimenticios. De hecho, estas especies producen frutos comestibles usados como suplemento de consumo animal o alimento de consumo humano.
– Medicinal: los cactus poseen determinados metabolitos secundarios que les proporcionan propiedades curativas y terapéuticas. En efecto, diversas especies son empleadas como analgésicos, antiinflamatorios, sanación de úlceras, problemas reumáticos o regulación del colesterol.
– Maderable: el tallo grueso y firme de algunas especies de cactáceas es utilizado para la fabricación de muebles rudimentarios y artesanías típicas.
Cactus columnar de hasta 50 cm de altura de flores color rojo o naranja. Endémicos de Santa Cruz en Bolivia donde se localizan dos subespecies: C. brookeae subsp. brookeae y C. .brookeae subsp. vulpis-cauda.
Especie de cactus de cuerpo globular de color verde y grandes flores tubulares de color blanco. Endémico del Departamento de Paraguarí en Paraguay, siendo muy difícil de conseguir en la actualidad en estado silvestre.
Conocido como asiento de suegra o barril de oro, es una especie perteneciente a la familia Cactaceae. Endémico del centro de México, desde la región de Tamaulipas hasta el Estado de Hidalgo.
Cactus de aspecto denso y agrupado en tallos cilíndricos con diminutas flores blancas, siendo su hábitat natural las áreas desérticas. Endémico de los Estado de Hidalgo, Guanajuato y Querétaro en México.
Especie arbustiva de más de 3 metros de altura, con pencas o cladiolos conocidos como nopal o charola. Crece y se desarrolla en climas templados y secos de la zona central de México, principalmente en la Mesa del Centro y el eje Neovolcánico.
Cactácea de hábitos epifitos natural de Centroamérica, Suramérica, el Caribe y la Florida. Se caracteriza por desarrollar largos tallos colgantes de 1 cm de diámetro y areolas muy pequeñas.
- Arias, S., & Flores, J. (2013). La familia Cactaceae. Biología de Angiospermas. Prensas de la Facultad de Ciencias. UNAM. México, 492-504.
- Arias, S., Gama-López, S., Guzmán-Cruz, L. & Vázquez-Benítez, B. (2012) Flora del Valle de Tehuacán-Cuicatlán. Fascículo 95. Cactaceae Juss. Instituto de Biología. Universidad Nacional Autónoma de México.
- Cactaceae. (2019). Wikipedia, La enciclopedia libre. Recuperado en: es.wikipedia.org
- Ceroni Stuva, A.H. & Castro Crespo, V. (2013) Manual de Cactus. Biblioteca Nacional del Perú. Ministerio del Ambiente. 26 pp. ISBN: 978-612-4174-07-0
- Durán García, R., & Méndez González, M. E. (2010). Biodiversidad: Cactaceas. Biodiversidad y Desarrollo Humano en Yucatán, 191-192.
- El Cultivo de los Cactus (2019) Terralia – Información Agrícola. Recuperado en: terralia.com
- Familia Cactaceae (2018) Diversidad Vegetal- Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y Agrimensura (UNNE).
- Glafiro J., A, & Velazco Macías, C. (2008). Importancia de las cactáceas como recurso natural en el noreste de México. CIENCIA-UANL, 11(1), 1.
- Vázquez-Sánchez, M., Terrazas, T., & Arias, S. (2012). El hábito y la forma de crecimiento en la tribu Cacteae (Cactaceae, Cactoideae). Botanical Sciences, 90(2), 97-108.