Hipotrofia: renal, muscular, testicular, uterina, cerebral
La hipotrofia se puede definir como un retardo del desarrollo de un tejido o de un órgano sin alterar su estructura. Puede ocurrir, en algunos casos, como un proceso involutivo por reducir el uso, el trabajo, la estimulación nerviosa, hormonal, sanguínea o por envejecimiento.
También puede definirse como la degeneración en el funcionamiento de un órgano por la reducción en el tamaño de sus células o por pérdida del número de células. Algunos autores consideran la hipotrofia como un sinónimo de atrofia, mientras que otros consideran la atrofia como el grado máximo de la hipotrofia.
El conocimiento relacionado con las reacciones funcionales y estructurales de las células y tejidos a los agentes capaces de generar injurias, incluyendo los defectos genéticos, es la clave para entender los procesos patológicos.
Las enfermedades actualmente se definen e interpretan en términos moleculares y no solamente como una descripción general de alteraciones estructurales. Las alteraciones celulares y de los tejidos biológicos pueden ser el resultado de adaptaciones, lesiones, neoplasias, la edad o la muerte.
Índice del artículo
- 1 Alteraciones celulares por adaptación
- 2 ¿En qué consiste la hipotrofia?
- 3 Hipotrofia renal
- 4 Hipotrofia muscular
- 5 Hipotrofia testicular
- 6 Hipotrofia uterina
- 7 Hipotrofia cerebral
- 8 Referencias
Alteraciones celulares por adaptación
Las adaptaciones pueden ocurrir como una respuesta normal o fisiológica, o como consecuencia de una situación adversa o patológica. Los cambios celulares o tisulares adaptativos más significativos incluyen la:
-hipotrofia o atrofia, que consiste en una disminución del tamaño de las células.
-hipertrofia o incremento en el tamaño de las células.
-hiperplasia o incremento en el número de las células.
-metaplasia, que consiste en el reemplazo reversible de una célula madura por otro tipo inmaduro.
-displasia, que es un crecimiento desordenado y se considera más que una adaptación celular, una hiperplasia atípica.
La hipotrofia o atrofia es, pues, un proceso de adaptación celular y en este texto se considerarán los dos términos como sinónimos.
¿En qué consiste la hipotrofia?
La atrofia o hipotrofia consiste en una disminución o contracción del tamaño celular. Si el proceso ocurre en un número importante de células de un órgano, el órgano completo se reduce y se vuelve “hipotrófico” o “atrófico”, reduciendo su función.
Si bien este proceso puede afectar a cualquier órgano, es mucho más frecuente en los músculos esqueléticos y el corazón y, secundariamente, en los órganos sexuales y el cerebro.
La hipotrofia puede clasificarse en fisiológica o patológica. La fisiológica puede ocurrir temprano durante el desarrollo. Por ejemplo, el timo se atrofia tempranamente en la infancia. La patológica ocurre como resultado de la disminución en la carga de trabajo, en el uso, en la presión, en el suministro de sangre, en la nutrición y en la estimulación hormonal o nerviosa.
Las personas que se encuentran inmovilizadas en cama sufren de atrofia por desuso, la edad produce atrofia de las neuronas y de los órganos endocrinos, etc. En cualquiera de los casos, ya sea fisiológico o no, las células hipotróficas exhiben los mismos cambios básicos.
Hipotrofia renal
En la hipotrofia o atrofia renal, el riñón afectado es más pequeño que el riñón normal. Esto implica una disfunción renal, es decir, una enfermedad renal que puede tener diferentes causas. Entre las causas más frecuentes están los problemas vasculares y los relacionados con el aparato urinario.
Una de las causas vasculares más importantes es la isquemia renal, cuando los riñones reciben una cantidad insuficiente de sangre. La reducción del flujo puede deberse a la presencia de un coágulo que obstruye la luz de la arteria, puede ser un problema de la pared arterial o compresiones externas por quistes o tumores.
En el caso del sistema urinario puede ocurrir una obstrucción importante en la eliminación de la orina, lo que provoca una acumulación retrógrada al sitio de obstrucción y un aumento de la presión con disminución de la función renal. La causa más frecuente son los cálculos.
Cualquiera que sea la causa de la hipotrofia, debe corregirse rápidamente antes de que el daño renal sea irreversible. Generalmente, estas patologías se acompañan de una sintomatología florida similar a la que ocurre en las infecciones del tracto urinario.
Otras veces son asintomáticas y no se produce una alteración importante en la función final, ya que el riñón sano puede compensar la falla. En estos casos es muy probable que ocurra un daño irreversible y, como consecuencia, la pérdida del riñón afectado.
Hipotrofia muscular
En la hipotrofia muscular, si se comparan las células musculares atróficas con las células musculares normales, las primeras contienen menos retículo sarcoplásmico, menos mitocondrias y se reduce el contenido de miofilamentos.
Si la atrofia fue causada por pérdida de las conexiones nerviosas, el consumo de oxígeno y la captación de aminoácidos se reduce rápidamente.
Aparentemente este proceso se acompaña de una reducción de la síntesis proteica o de un aumento del catabolismo de las proteínas en las células afectadas, o de ambos procesos. La vía de degradación incluye la unión con la ubiquitina y la participación de los proteosomas o complejos citoplasmáticos proteolíticos.
Cuando el músculo permanece acortado a una longitud menor de su longitud normal y esto ocurre de manera continua, los sarcómeros de los extremos de las fibras musculares desaparecen con rapidez. Esto forma parte de un mecanismo de remodelación muscular, que tiene la finalidad de establecer la longitud óptima para la contracción.
Hipotrofia testicular
La hipotrofia testicular puede tener un origen genético, puede ocurrir como consecuencia del envejecimiento o puede tener una causa patológica franca. Se caracteriza por una disminución del tamaño testicular y puede ser unilateral o bilateral.
La cuenta espermática disminuye y ocurre una disminución del tamaño y número de las células de Leydig (productoras de testosterona) y de las células germinales (productoras de esperma).
El síndrome de Klinefelter, que es un síndrome de origen genético que solo afecta a los varones, se acompaña de atrofia testicular, esterilidad, hialinización de los tubos seminíferos y ginecomastia.
La disminución de los niveles de testosterona que ocurre en la vejez genera una disminución del tamaño de los testículos y reducción del impulso sexual.
Entre las causas patológicas más frecuentes se encuentra el varicocele, el cáncer testicular, la orquitis, el consumo crónico y excesivo de alcohol, el uso de hormonas como los esteroides anabolizantes, la administración de estrógenos y la torsión testicular entre otras.
Hipotrofia uterina
La hipotrofia uterina es una característica uterina del periodo post-menopáusico. El útero va reduciéndose de tamaño, se va encogiendo y, alrededor de los 65 años, se puede observar francamente atrófico, concomitantemente ocurre atrofia de los ovarios y de la vagina.
Los cambios en el útero y en la vagina son debidos al descenso de los niveles de estrógenos que ocurre en la menopausia femenina. El uso de medicamentos que bloquean o inhiben las funciones estrogénicas puede provocar atrofia uterina y vaginal.
Hipotrofia cerebral
La hipotrofia cerebral es una condición común en muchas patologías que afectan al tejido cerebral. Consiste en una disminución del tamaño de las células que conlleva a una disminución o reducción del tamaño del órgano. En el caso del tejido cerebral esto implica la pérdida de neuronas y/o de sus conexiones.
Los síntomas incluyen cambios de humor, de la personalidad y de la conducta. Puede presentarse como demencia, desorientación espacial y/o temporal, pérdida de memoria, problemas de aprendizaje, dificultad para pensamientos abstractos, problemas para hablar, leer y comprender, entre otros.
Referencias
- Guzel, O., Aslan, Y., Balci, M., Tuncel, A., Unal, B., & Atan, A. (2015). Los parámetros espermáticos significativos que empeoran están asociados con la hipotrofia testicular en pacientes con varicocele de alto grado. Actas Urológicas Españolas, 39(6), 392-395.
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