Historia

Homo ergaster: qué es, características, alimentación, cráneo, herramientas


¿Qué es el Homo ergaster?

El Homo ergaster es un homínido que apareció en el continente africano hace unos 2 millones de años. Desde el descubrimiento de los primeros restos ha existido una gran controversia entre los expertos. Algunos consideran que el ergaster y el Homo erectus son, en realidad, la misma especie, mientras que otros afirman que son diferentes.

La teoría predominante en la actualidad es que el Homo ergaster fue el antecesor directo del Homo erectus, y que a su vez le antecedería el H. habilis. Dado que se considera que fue el primer homínido que salió de África, se denomina Homo ergaster a los ejemplares africanos y Homo erectus a sus descendientes en otras zonas del planeta.

La anatomía del Homo ergaster representa un salto evolutivo sobre las especies anteriores. Así, destaca la estatura que tenía, que podía alcanzar 1,8 metros. Igualmente, es especialmente relevante su capacidad craneal, muy por encima de la de sus ancestros. Muchos autores consideran que el mayor consumo de carne explica ese incremento.

El Homo ergaster, que significa “hombre trabajador”, trajo consigo una gran mejora en la elaboración de herramientas. Sus utensilios comenzaron a ser más complejos y de más calidad, favoreciendo la caza y el resto de las actividades sociales.

Características generales del Homo ergaster

Los estudios realizados de los restos de H. ergaster hacen que los expertos lo consideren como el sucesor del Homo habilis. Por otra parte, muchos autores lo describen como el antecesor del H. erectus. Sobre este asunto no existe un consenso absoluto, ya que parte de los paleoantropólogos piensan que ambas pueden haber sido una única especie.

Los primeros hallazgos de H. ergaster fueron realizados en 1975, en Koobi Fora (Kenia). Una expedición encontró allí dos cráneos, uno posiblemente femenino, el KNM-ER 3733, y otro masculino, el KNM-ER 3883. La datación de los restos arrojó que tenían una antigüedad de 1,75 millones de años.

Sin embargo, el descubrimiento más importante tuvo lugar años después, en 1984. En el lago Turkana, también en Kenia, se desenterró el esqueleto de un niño de unos 11 años de edad. Conocido como el Niño de Turkana, permitió un estudio pormenorizado de su anatomía.

Entre los rasgos más destacados se encontraba su altura, 1,60. Dada la edad del individuo en la fecha de su muerte, esto significa que podría haber llegado a medir 1,80 metros. Su capacidad craneal era de 880 centímetros cúbicos y su cuerpo tenía una estructura ósea similar a la del humano moderno.

Datación y ámbito geográfico

El Homo ergaster habitó durante el Pleistoceno Medio, hace entre 1,9 y 1,4 millones de años. Los yacimientos encontrados hasta el momento indican que su hábitat se encontraba en Etiopía, Kenya, Tanzania y Eritrea. En esa zona, el clima de la época era muy árido, con una sequía que se prolongó durante unos 100.000 años.

Los expertos afirman que el H. ergaster fue el primer homínido que abandonó el continente africano y se adaptó a otras áreas del planeta.

En un principio, se expandió por el resto de África, dando el salto al Oriente Medio asiático hace entre 1,8 y 1,4 millones de años. Siguiendo hacia el este, llegó a ocupar zonas del Cáucaso.

Por el oeste, se sabe que llegó a la actual Italia hace unos 1,4 millones de años. Aparte, se han encontrado restos en España, concretamente en Atapuerca y en Sima Elefante.

Hay que apuntar, como dicen los expertos, que el H.ergaster dio paso enseguida al H. erectus. Algunos científicos incluso afirman que es la misma especie, variando solo por su ámbito geográfico.

Características físicas

El cráneo del H. ergaster tenía una visera supraorbital, la zona de las cejas, bastante menor que la de sus antepasados, aunque aún más grande que la del ser humano actual.

Los restos encontrados permiten afirmar que eran muy robustos, con una estatura que iba de los 1,48 a los 1,85 metros. El peso estimado oscilaba entre los 52 y los 68 kilos. Eran totalmente bípedos, con las piernas alargadas.

Frente a otros homínidos previos, no existen evidencias de dimorfismo sexual marcado. Esto implica que no había enormes diferencias anatómicas entre los dos sexos, pudiendo realizar casi las mismas tareas.

El aspecto de la cara estaba marcado por su nariz protuberante, similar a la del H. sapiens. La mandíbula, y los dientes, era más reducida que la del H. habilis, dándole un aspecto más actual.

Otro aspecto físico fundamental fue el crecimiento cerebral y del neocórtex, propiciado, seguramente, por los cambios en la alimentación. Igualmente, su sistema de regulación térmica era más avanzado que el del H. habilis.

El pecho se iba estrechando hacia los hombros, mientras que los huesos del muslo eran alargados, compensando el pequeño canal de parto.

Otros aspectos físicos

Como se apuntaba antes, en esta especie se produjo un cambio importante en su manera de regular la temperatura interna. El desarrollo de la sudoración provocó a medio plazo que el H. ergaster perdiera el pelo corporal, mientras que apareció el de la cabeza.

De igual forma, también los pulmones se desarrollaron. Al desarrollar actividades más complejas, este homínido necesitaba más energía y oxigenarse con una frecuencia mayor.

A esto hay que sumarle que su respiración deja de ser únicamente oral. El H. ergaster comenzó también a respirar por la nariz. Estos aspectos ayudaron al homínido a sobrevivir en la sabana abierta, donde un aumento de la movilidad era esencial para cazar y escapar de los depredadores.

Comportamiento

Todos los expertos coinciden en que el H. ergaster dejó de usar los árboles para trasladarse. Así, abandonó por completo la condición arborícola de muchos de sus antepasados, viviendo únicamente en el suelo.

Se trataba de homínidos muy estilizados y su anatomía estaba adaptada para el entorno que habitaba, la sabana. La manera de moverse era, prácticamente, igual a la de los humanos actuales.

En el aspecto social, se considera que pudo ser el primer homínido en establecer relaciones complejas en comunidades. Esto pudo verse favorecido por la aparición del lenguaje oral, aunque no todos los científicos están de acuerdo con esto.

Sí parece que llegaron a desarrollar la capacidad de elaborar abstracciones rudimentarias. El pensamiento abstracto, debido al desarrollo de las áreas corticales del cerebro, es una de las grandes diferencias entre el ser humano y los animales. Esto indica que el H. ergaster tiene una posición muy importante dentro de la escala evolutiva.

Socialización

Dentro de este pensamiento abstracto se engloba un aspecto que pudo favorecer la socialización de la especie. Una teoría afirma que el aumento de la notoriedad de la esclerótica blanca en los H. ergaster pudo darles la capacidad de intuir los estados de ánimo de sus congéneres al mirarles a los ojos.

Pese a este desarrollo mental, se piensa que no eran capaces de elaborar pensamientos a largo plazo o planes de futuro. De hecho, el promedio de vida era bastante bajo y pocos superaban los 20 años de edad.

Lenguaje articulado

Aunque los expertos no lo confirman taxativamente, parte de la comunidad científica piensa que el H. ergaster pudo ser el primer homínido en desarrollar un lenguaje oral articulado.

Para afirmar esto se basan en las estructuras cerebrales, que ciertamente permitían que el homínido se comunicara oralmente. Sin embargo, algunos restos parecen negar tal posibilidad, ya que las vértebras cervicales no se adaptan al lenguaje hablado.

Otra hipótesis apunta que incluso llegó a crear una especie de cántico, más parecido a un ronroneo que a una canción. Este ritmo, que no incluía ninguna palabra, era usado para consolar a los más pequeños.

Alimentación del Homo ergaster

El H. ergaster era omnívoro, con una alimentación basada en los elementos que podía conseguir en su entorno geográfico más cercano. Los elementos principales eran los vegetales y la carne.

Los análisis realizados a la dentadura muestran que su dieta estaba compuesta principalmente por raíces, tubérculos, carne de la caza de animales pequeños y del carroñeo.

Aparte, una expedición de la Universidad Complutense de Madrid ha encontrado restos de elefantes en un asentamiento del H. ergaster, lo que abre la posibilidad de que comieran animales grandes.

No hay consenso acerca de si el H. ergaster sabía manejar el fuego. Sí es seguro que su sucesor, el H. erectus, lo hacía, por lo que muchos piensan que ellos también tenían ese conocimiento.

La introducción de mayores cantidades de carne en la dieta, cocinada o no, fue una de las causas del aumento del cerebro, ya que aportaba una mayor cantidad de proteínas de calidad al organismo.

Capacidad craneal del Homo ergaster

La estructura craneal era bastante parecida a la del H. habilis, pero su capacidad era mucho mayor. Así, la media entre los restos encontrados se sitúa entre los 800 y casi los 1.000 centímetros cúbicos. Sus antecesores, sin embargo, rondaban cifras entre los 600 y los 800 cc.

Parece que la etapa del desarrollo físico e intelectual en las crías era más lento que el de sus antepasados. Esto dio lugar a que se fortalecieran los lazos comunitarios. Al necesitar más tiempo para que las crías se valieran por sí mismas, necesitaban crear comunidades que colaboraran en su supervivencia.

Herramientas

El H. ergaster dio un salto cualitativo en la fabricación de herramientas. Pasó de las más simples, basadas en los cantos rodados, a las pertenecientes al periodo achelense. En este, comienzan a tallar bifaces, conocidas también como hachas alemanas.

Estas piezas tenían como elemento más característico una cabeza con dos filos y una punta. Esa forma las hacía mucho más funcionales que los antiguos cantos tallados.

El H. ergaster comenzó a producir estas herramientas estando todavía en África y, al migrar, trasladó la técnica a Eurasia. La técnica achelense estuvo en vigor durante mucho tiempo debido a sus múltiples usos.

Aparte de esto, el H. ergaster dejó algunos restos de vivienda, herramientas de madera tallada, alguna lanza también de madera, y lo que es considerado como el recipiente más primitivo, un cuenco del mismo material.

Referencias

  1. El Popular. Homo ergaster: sus características. Obtenido de elpopular.pe
  2. Tomás, Daniel. Industria lítica. Obtenido de mclibre.org
  3. Portal Ciencia. Homo Ergaster. Obtenido de portalciencia.net
  4. Lumen Learning. Homo Ergaster (1.8 Mya). Obtenido de courses.lumenlearning.com
  5. New World Encyclopedia. Homo ergaster. Obtenido de newworldencyclopedia.org
  6. Mccarthy, Eugene M. Homo ergaster. Obtenido de macroevolution.net
  7. ScienceDaily. Homo ergaster. Obtenido de sciencedaily.com
  8. Archaeology Info. Homo ergaster. Obtenido de archaeologyinfo.com