Botánica

Solanáceas: características, hábitat, toxicidad, alergias, cultivo


Las solanáceas son una familia taxonómica de angiospermas herbáceas o arbustivas que pertenecen al orden Solanales de la clase Magnoliopsida. Este grupo está integrada por aproximadamente 95 géneros y 2.500 especies de amplia distribución, tanto en regiones tropicales y cálidas como templadas y frías.

Su mayor centro de biodiversidad se encuentra en Sudamérica y Centroamérica, siendo esta región el centro de origen de la mayoría de sus clados. De hecho, más de 65 géneros y 1.575 especies son nativos de América tropical y de allí se han dispersado por Eurasia, África y Australia.

En esta familia se incluyen especies de interés alimenticio como el género Capsicum (ajíes o pimientos) Solanum tuberosum (patata), Solanum lycopersicum (tomate) o Solanum melongena (berenjena). Asimismo, especies de uso ornamental, como los géneros Datura, Salpiglossis, Schizanthus y Petunia.

Otras especies, como Withania somnífera (bufera) tiene uso medicinal debido a su capacidad antibiótica, antigripal y energizante. Las hojas de Nicotiana tabacum (tabaco) contienen nicotina, siendo la materia prima para la elaboración de cigarrillos y puros, además se utilizan como pesticida o remedio casero.

Algunas especies contienen cantidades significativas de alcaloides y compuestos nitrogenados, como atropina, nicotina o solanina, que en algunos casos son empleados como estimulantes. Sin embargo, su consumo puede resultar tóxico en personas o animales, debido a su efecto psicotrópico, razón por la que ciertas especies se consideran venenosas.

Índice del artículo

Características generales

Apariencia

Se trata de plantas de porte herbáceo, arbustivo y arbóreo, hábitos erguidos, rastreros o trepadores, ciclo anual, bienal o perenne. Son comunes las ramificaciones de crecimiento simpódico cubiertas de cerdas firmes, estrelladas o espinosas.

Hojas

Las hojas son simples, ocasionalmente compuestas, dispuestas de manera alterna en la base de la planta y opuestas en la parte superior. El limbo es de consistencia herbácea, coriácea o transformadas en espinas, pecíolos cortos, pero nunca sésiles, nerviaciones poco evidentes y márgenes enteros o lobulados.

Flores

Plantas hermafroditas, dioicas, monoicas o andromonoicas, flores actinomorfas o zigomorfas, dispuestas de manera solitaria o en inflorescencias cimosas, axilares o terminales. Por lo general, las flores son pentámeras, corola unida en la base de forma campanulada, ovario supero bilocular o multilocular, estambres alternos y estilo terminal.

Frutos

El fruto puede ser una baya, una cápsula septicida, nunca loculicida o valvar, o una drupa. Las semillas son oleosas, presentan abundante endosperma, pero no almidonosas, dicotiledóneas y el embrión recto o curvado. La mayoría son especies poliploides.

Composición química

Las solanáceas contienen diferentes tipos de metabolitos secundarios sintetizados a partir de aminoácidos o alcaloides de efecto más o menos tóxico. Entre ellos destacan atropina, escopolamina, hiosciamina o nicotina, comunes en especies como Atropa belladonna (belladona), Datura stramonium (estramonio), Hyoscyamus albus (beleño), Mandragora autumnalis (mandrágora) y Nicotiana tabacum (tabaco).

La capsaicina es una oleorresina de efecto irritante que le aporta el sabor y aroma picante a los frutos del genero Capsicum. La nicotina es un alcaloide de efecto estimulante y es el principal compuesto orgánico presente en la especie Nicotiana tabacum (tabaco).

La solanina es un glicoalcaloide tóxico de sabor amargo que se encuentra de manera natural en hojas, frutos y tubérculos de algunas solanáceas, como berenjena, papa y tomate. La atropina, escopolamina y hiosciamina son alcaloides tropánicos estimulantes del sistema nervioso, se encuentran en diversas especies de solanáceas.

Taxonomía

– Reino: Plantae

– Filo: Magnoliophyta

– Clase: Magnoliopsida

– Orden: Solanales

– Familia: Solanaceae

Subfamilias

Cestroideae (sin. Browallioideae)

Goetzeoideae

Petunioideae

Schizanthoideae

Schwenckioideae

Nicotianoideae

Solanoideae

Hábitat y distribución

Las solanáceas se localizan en una gran diversidad de hábitats, desde condiciones tropicales, secas y calidad, hasta ambientes templados, húmedos y fríos. Crecen sobre suelos fértiles, sueltos y permeables, en ecosistemas de selva tropical montana o bosques secos, incluyendo ambientes desérticos y terrenos antropizados.

Se considera una familia cosmopolita, ampliamente distribuida en las regiones tropicales, subtropicales y templadas, siendo Sudamérica su centro de origen y dispersión. La mayoría de las especies nativas de Sudamérica son endémicas, África y Australia son regiones de gran diversidad genética y se cultiva comercialmente en Asia y Europa.

Toxicidad

El número de solanáceas comestibles, como ají o pimiento, berenjena, patata y tomate son bastantes reducidos. Sin embargo, la cantidad de solanáceas tóxicas, como belladona, beleño, estramonio o mandrágora es muy numeroso, su ingesta puede ocasionar incluso la muerte.

El consumo habitual de solanáceas no provoca ninguna reacción adversa en la mayoría de las personas. No obstante, estados de salud particulares como enfermedades autoinmunes, trastornos intestinales o intolerancia a ciertos alcaloides, puede provocar reacciones tóxicas.

Estudios científicos en mamíferos han permitido relacionar el consumo de solanáceas con el dolor de las articulaciones y la artritis reumatoide. Algunas solanáceas presentan un alto contenido de vitamina D3, cuya síntesis genera metabolitos que impiden la correcta acumulación del calcio en los huesos.

Para el caso de las personas, este estudio es poco concluyente. En los seres humanos la síntesis de la vitamina D3 no se realiza de la misma forma que los mamíferos del estudio.

Sin embargo, la presencia de ciertos alcaloides como capsaicina (pimientos), nicotina (tabaco) y solanina (patatas) puede ocasionar reacciones peligrosas en algunas personas. Estas sustancias son compuestos naturales que actúan como mecanismos de defensa contra depredadores, pero su consumo puede ocasionar dolores, inflamaciones, espasmos o agarrotamiento muscular.

De hecho, las solanáceas desarrollan alcaloides como mecanismos de defensa, en las especies venenosas su concentración es tan alta que pueden ser mortales a las personas. En las especies comestibles, los tallos y hojas tienen una baja concentración, sin embargo, este pequeño contenido puede ocasionar problemas de toxicidad en personas sensibles.

Personas con enfermedades intestinales, colitis ulcerosa, esclerosis, enfermedad celiaca o enfermedad de Crohn presentan una mayor permeabilidad del intestino. Los alcaloides presentes en las solanáceas traspasan fácilmente las paredes del intestino ocasionando reacciones tóxicas.

Alergias

Los tallos y hojas de ciertas solanáceas tienen efectos alérgicos sobre ciertas personas. Los frutos maduros o bayas, como el caso de las berenjenas y tomates, pierden la toxicidad al madurar, aunque persiste en plantas como dulcamara y solano negro.

La mayoría de las intoxicaciones por solanáceas se presentan en niños pequeños que consumen los frutos de dulcamara o solano negro debido a su atractivo aspecto y coloración. Los primeros síntomas de intoxicación o alergias, se presentan durante la primera media hora, el paciente experimenta nauseas, vomito, dolor intestinal y diarrea.

En cuadros más severos, ocurre un enrojecimiento cutáneo, sequedad de la mucosa bucal, descoordinación motriz, debilidad y alteración del sistema nervioso. En casos extremos, puede ocurrir convulsiones, baja de presión arterial y depresión respiratoria. Su tratamiento consiste en la aplicación de fármacos anticolinérgicos, como fisostigmina o eserina.

Cultivo

Requerimientos

Las solanáceas son plantas que requieren plena exposición solar, de preferencias radiación directa del sol para favorecer la pigmentación de sus frutos. Se trata de plantas de origen tropical, por lo que se desarrollan en ambientes con temperaturas superiores a los 12-15 ºC.

Se deben ubicar en áreas frescas y bien aireadas, son sensibles a las bajas temperaturas por lo que se deben proteger de las corrientes de aire frío. Durante la estación cálida es recomendable realizar nebulizaciones frecuentes para mantener la alta humedad ambiental, indispensable para los procesos de floración y fructificación.

Propagación

La mayoría de las especies de la familia Solanaceae se propagan por medio de semillas. En el caso de tubérculos comestibles como Solanum tuberosum, la propagación se realiza de forma vegetativa.

En el caso de siembra por semillas, el establecimiento del cultivo se realiza sobre bandejas de germinación al comienzo de la primavera. Las semillas se esparcen al voleo sobre un sustrato fértil a base de arena gruesa y material compostado, procurando cubrir con una capa fina de sustrato.

Las bandejas de germinación se mantienen a media sombra, humedad frecuente y temperatura constante entre 18-22 ºC. Dependiendo de la especie, las semillas inician el proceso de germinación a los 25-35 días después de la siembra.

Cuando las plántulas han alcanzado 8-10 cm de altura y presentan 4-6 hojas verdaderas se procuran 2-3 horas diarias de luz directa para ir acondicionando antes de trasplantar. Una vez se muestren fuertes y vigorosas se procede al trasplante al lugar definitivo realizando el manejo agronómico oportuno de acuerdo a cada especie.

Cuidados

– Las solanáceas requieren humedad abundante durante todo el período productivo, procurando que el terreno se mantenga húmedo sin llegar a producir anegamiento.

– Luego de la fructificación, se debe reducir la frecuencia del riego para evitar la aparición de algún tipo de enfermedades fúngicas, procurando no dejar secar el terreno.

– Crecen sobre suelos francos, sueltos, bien drenados y fértiles. Al momento de establecer el semillero se recomienda utilizar un sustrato a base de compost, turba y arena gruesa a partes iguales.

– Es oportuno realizar enmiendas de abono orgánico cada 15-20 días durante todo el ciclo productivo. Los fertilizantes minerales son efectivos para favorecer el proceso de floración y fructificación.

– Algunas especies de ciclo bienal o perenne requieren podas de mantenimiento al final del primer ciclo, realizando una poda drástica que favorezca la proliferación de nuevos brotes.

– Igualmente, dependiendo de la especie se puede realizar la práctica de despunte. Esta consiste en eliminar los ápices vegetativos con el objeto de favorecer el crecimiento de los brotes laterales, la floración y la fructificación.

Referencias

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  4. Gutiérrez Jiménez, J., Luna-Cazáres, L. M. & Verdugo Valdez, A. G. (2008) Usos de las Solanáceas. Recursos fitogenéticos y sustentabilidad en Chiapas. ISBN: 978-968-5149-81-5
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