Ramiro de Maeztu: biografía, estilo y obras
Ramiro de Maeztu (1875-1936) fue un importante ensayista, crítico literario, teórico y político español. Destacó como miembro de la llamada Generación del 98, la cual reunió a un grupo de intelectuales con intereses comunes sobre la España derrotada tras la guerra militar.
Maeztu fue reconocido por dedicarse a escribir crónicas, a diferencia de muchos autores de su época que escribieron poesía. Desde muy joven mostró simpatía por el socialismo; cuando llegó a la madurez defendió al gobierno monárquico y abogó por un país fervientemente católico y con poderío.
Ramiro de Maeztu se mostró radical tanto en ideas de izquierda como de derecha; sin embargo, luchó por una España progresista en lo cultural y social. Estuvo muy influenciado por las ideas de Fedor Dostoievski, Henrik Ibsen y Friedrich Nietzsche.
Índice del artículo
Ramiro de Maeztu y Whitney nació en la ciudad de Vitoria el 4 de mayo de 1874. Sus padres fueron Manuel de Maeztu y Rodríguez, quien fue un ingeniero y hacendado de origen cubano; y Juana Whitney, de origen suizo. Fue el mayor de cinco hijos.
Desde muy temprana edad Maeztu recibió buena educación y mostró siempre características de autodidacta.
La familia quedó en bancarrota debido a la independencia de Cuba de España, pues el padre trabajó comercializando de un país a otro.
Cuando Ramiro tenía 19 años de edad murió su padre. Esa situación lo obligó a trasladarse a Cuba para resolver algunos asuntos económicos.
Un tiempo después, la madre y los hijos se mudaron a Bilbao para comenzar de nuevo. La señora Whitney fundó una academia de idiomas, lo que les ayudó a mejorar en el ámbito económico.
Después de haber solventado los problemas económicos de la familia, el joven Maeztu se dedicó al periodismo, oficio que aprendió por sí mismo.
En el año 1897 comenzó a escribir en importantes medios impresos, como el periódico El País y la revista Germinal. En esa época viajó con frecuencia a Francia y Cuba.
Durante el periodo en el que trabajó en los diarios españoles demostró sus ideas y pensamientos socialistas.
En algún momento firmó sus escritos como Rotuney. Junto con los escritores Pío Baroja y José Martínez Ruíz (mejor conocido como Azorín), formó el llamado Grupo de los Tres.
Fue un grupo formado en el año 1901 por los escritores mencionados anteriormente. Dentro de sus objetivos estuvo hacer de España un país que pudiera estar al nivel de los otros países de Europa.
Al no poder concretar todos sus propósitos, cesaron sus actividades tres años más tarde. Tras el rompimiento del equipo, Ramiro Maeztu se dedicó a difundir el conocimiento de hispanidad y, al mismo tiempo, sus nuevas ideas, esta vez de extrema derecha.
El grupo solo llegó a erigir una estatua para conmemorar a los soldados muertos en el conocido Desastre del 98.
El escritor vivió durante un tiempo en Londres, donde se desempeñó como periodista corresponsal de los diarios españoles Nuevo Mundo, El Heraldo de Madrid y La Correspondencia de España. No conforme con eso, también se destacó como reportero durante la Primera Guerra Mundial, entre 1914 y 1915.
Durante el tiempo que pasó en Londres absorbió las ideas liberales de los ingleses y soñó con que su país pudiese igualarse a ese contexto en lo político, cultural, social y filosófico. En el año 1920 publicó La crisis del humanismo; cuatro años antes ya se había publicado en inglés.
Después de casarse con la inglesa Alice Mabel Hill, con quien tuvo un hijo, regresó a España en 1919. Fue esa la época en la que comenzó a apoyar la idea de un país católico y concibió a la fuerza militar como la mayor seguridad de una nación.
Ramiro fue partidario del dictador Primo de Rivera y formó parte de la organización política Unión Patriótica. También participó en la Asamblea Nacional Consultiva, y entre 1928 y 1930 se desempeñó como embajador en Argentina.
Después de que Rivera fue derrocado, Maeztu regresó a España. Junto con el político Eugenio Vega Latapie creó la asociación cultural Acción Española, y el 15 de diciembre de 1931 se publicó una revista con el mismo nombre que exponía ideas y pensamientos políticos.
El estallido de la guerra civil española en 1936 fue el fin de los días de Ramiro Maeztu. Se encontraba trabajando en la revista Acción Española y debió protegerse en la casa del periodista y ensayista José Luis Vásquez, quien era su pasante.
De nada le valió el esfuerzo por esconderse, porque fue detenido por las fuerzas policiales el último día de julio, en el año en que inició la guerra. No tuvo derecho a juicio sino que, después de ser encarcelado, lo fusilaron el 29 de octubre de 1936 en el cementerio del municipio Aravaca.
El periodista ha sido homenajeado de muchas formas. Tres años después de su muerte se le dio su nombre al Instituto Escuela y en 1974 se le otorgó el título de conde de Maeztu.
El estilo de escritura de Maeztu se caracterizó por ser crudo y directo, además de bien descriptivo. Su manejo del lenguaje fue magistral, ni hablar del manejo de las formas literarias en cada uno de os géneros que abarcó.
Es de hacer notar que sus tendencias filosóficas y políticas repercutían notablemente en su manera de escribir, por lo que cada obra, según el periodo de la vida del escritor, está impregnada de las vivencias y dogmas que para ese momento comandaban su pensamiento.
Otro aspecto interesante de su estilo de escribir fue lo crítico y mordaz que resultaba el autor. Cada uno de sus manuscritos refleja una visión amplia y concisa del objeto que es estudiado, por lo que el escribir, para él, era un acto resultante de la contemplación continua de aquello que se deseaba describir.
Maeztu se dedicó a escribir en prosa; eso lo diferenció de muchos escritores de su época. Entre los géneros en los que destacó estuvieron el ensayo, artículos periodísticos y la narrativa. Aprovechó cada uno de sus trabajos como periodista para expresar su línea de pensamiento.
Aunque sus obras son consideradas por muchos estudiosos de poca calidad literaria, otros le dan mérito a su alta capacidad intelectual. A cada uno de sus libros le imprimió emoción, verdad e ímpetu. Las obras más importantes de este escritor y periodista español fueron las siguientes:
– Hacia otra España (1899).
– La guerra de Transvaal (1900-1901).
– La revolución y los intelectuales (1910).
– Obreros e intelectuales (1911).
– La crisis del humanismo (1920).
– Don Quijote, don Juan y la Celestina (1926).
– La brevedad de la vida en la poesía lírica española (1935).
– Norteamérica desde dentro (1926).
– Defensa de la hispanidad (1934).
– El sindicato de las esmeraldas (s. f.).
Hacia otra España (1899)
Con esta obra el entonces joven Ramiro Maeztu expresó con rebeldía su posición ante la España que había perdido el territorio cubano.
Con este trabajo el autor denunció la venida abajo del país, donde no había oportunidades ni nuevos proyectos, y también describió la falsedad de la sociedad.
Fragmento
“Este país de obispos gordos, de generales tontos, de políticos usureros, enredadores y analfabetos, no quiere verse en esas yermas llanuras… donde viven vida animal, doce millones de gusanos, que doblan el cuerpo, al surcar la tierra con aquel arado que importaron los árabes…”.
La crisis del humanismo (1920)
Es considerada una de las obras más importantes y representativas de Ramiro Maeztu. No se trata de una antología de trabajos periodísticos, sino que recoge la originalidad del pensamiento y la ideología del autor a través de lo contrarrevolucionario, lo filosófico y social.
En este libro Maeztu realizó una crítica totalmente tajante a la modernidad, dirigida principalmente hacia el humanismo y el Renacimiento. Consideró que esta última corriente le permitió al hombre vivir constantemente en pecado, debido a que dejó de creer en el pecado de Adán y Eva.
Además, Maeztu planteó que con la modernidad nacieron el liberalismo y el despotismo, debido a que cuando la humanidad comenzó a pecar, se creyó soberana. Tal actitud o reacción imposibilitó tanto el desarrollo como la vida en sociedad.
Fragmento
“Pero está en la naturaleza del hombre la tendencia a engañarse con el más peligroso de los engaños. Cuando un hombre hace una cosa buena y se da cuenta clara de que la cosa es buena, si se olvida por un momento que él, el autor de la cosa buena, no cesa por ello de ser un pecador, caerá fácilmente en la tentación de creerse bueno.
Mi obra es buena, luego yo soy bueno. Tal es el sofisma del orgullo, el más grave de cuanto motivo de pecado aflige al género humano”.
Don Quijote, don Juan y la Celestina (1926)
En esta obra, que pertenece al género de ensayo, el autor hizo una representación de los mitos o arquetipos de la España costumbrista. Dio a conocer a don Quijote como el ídolo de un país en declive, mientras que don Juan era la ausencia de la espiritualidad y Celestina era la humillación.
En dicho texto el autor expuso sus ideas sobre la literatura y el arte; pretendió hacer de los mitos y leyendas propias del país un aporte para el rescate de la España que estuvo en regeneración. Además, a través de esta obra afianzó su idea sobre el poder del catolicismo y las altas clases sociales.
Por otro lado, con este trabajo Maeztu dejó claro su pensamiento sobre la literatura y el arte. Consideró que la primera no es simple distracción y que la segunda no se trata de solo belleza y decoración; ambas son expresión del compromiso ante las problemáticas de índole moral.
Fragmento
“Del problema no nos escapamos sino en la medida en que nos escapamos a la tensión artística. Hay una forma de literatura a la que apenas se puede llamar arte: la novela de folletín, la película de cinematógrafo, la comedia compuesta expresamente para distraer al público, pero sin poner en peligro su buena digestión”.
Defensa de la hispanidad (1931)
Con esta obra Ramiro de Maeztu defendió los valores culturales de los países americanos. Además, el autor expuso la actuación de España en la historia y la inminente necesidad de mantener vivo ese orgullo. Dejó de lado la geografía y la raza para unir a los países en un gozo espiritual.
Maeztu propuso recuperar la hispanidad a través de la convergencia y el regreso de la fe, el idioma y la patria. El escritor hizo énfasis en el catolicismo como una fuerza universal para el reencuentro de las culturas y habló también de la economía como el reconocimiento que desea el hombre de sus semejantes.
En Defensa de la hispanidad el autor reveló la carencia de identidad por parte de los españoles hacia su tierra. También se refirió al hecho de que muchos países europeos crearon modelos como una especia de burla hacia las naciones del sur.
A través de este libro Maeztu abogó por una humanidad mejor en la que no se le diga al hombre qué hacer, sino que se le den las condiciones adecuadas para que se supere cada día. Las condiciones sociales y educativas debían estar dadas para que la sociedad lograra avanzar hacia lo bueno.
Fragmento
“… pero cuenta con la esperanza firme de mejorar de posición, al cabo de su largo esfuerzo, y el español de alma previsora prefiere optar por un premio que valga la pena, aunque solo lo obtenga después de muchos años, con lo que sacrifica el día de hoy al de mañana…”.
La brevedad de la vida en la poesía lírica española (1935)
Esta obra de Maeztu constó de dos ensayos de gran envergadura en los que demostró tener un vasto conocimiento sobre la literatura de España. Esta pieza literaria también fue parte del discurso que dio al ingresar en la Real Academia Española en el año 1935.
Fragmento
“Señores académicos: ¿qué está haciendo aquí esta profesión de esperanza y de fe? Todo se va: los amores, la juventud, la vida y hasta el llanto; todo se va. El poeta se conduele de ello y en el instante mismo de condolerse afirma su alba de oro. ¿Con qué derecho? ¿De dónde saca su esperanza?”.
- Ramiro de Maeztu. (2018). España: Wikipedia. Recuperado de: wikipedia.org
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