Tafonomía: historia, preservación y alteración de fósiles
La tafonomía es una especialidad de la paleontología que se encarga de estudiar el proceso de fosilización de un organismo después de su muerte. Se plantea la posibilidad de determinar todo lo que sucedió en torno al fósil desde la muerte del animal hasta su posterior descubrimiento.
Se asocia con el estudio de la preservación que determina en qué grado el fósil fue alterado por el entorno y los cambios que ocurrieron hasta ser encontrado. Así, la tafonomía permite responder cuestionamientos en áreas como la paleobiología y la paleoecología.
Hay dos conceptos fundamentales para entender los puntos entre los cuales se desempeña la tafonomía: la fosilización y el estado de conservación. El primero se refiere a la transición de un organismo desde su estado vivo hasta su estado fósil, procedimiento que da pie a la formación de lo que se conoce como yacimientos fósiles. A su vez, el estado de conservación es el punto en el cual se encuentra el fósil al ser descubierto.
Todos los efectos que pudieron haber generado los cambios del entorno en un fósil permiten tener pistas acerca de cómo fueron las condiciones ambientales de su tiempo.
Índice del artículo
- 1 Historia de la tafonomía
- 2 La historia tafonómica de los fósiles
- 3 Alteración de los fósiles
- 4 Formas de preservación
- 5 Nuevos enfoques
- 6 Referencias
Han sido muchos los intentos de describir la tafonomía de forma más concreta, lo que también tiene que ver con su punto de establecimiento como ciencia. La definición más conocida fue aportada por el paleontólogo ruso Efremov en 1940. Él estableció de principio a la tafonomía como “el estudio de la transición de los seres vivos de la biosfera a la litosfera”.
Sin embargo, con el tiempo, la disciplina se fue ampliando con el fin de encontrar explicaciones significativas, más allá de tomar el fósil solo como un elemento de importancia cronológica y de evolución.
Es así como la tafonomía buscaría también explicar todo el proceso de fosilización y formación de un yacimiento fósil y de cómo los cambios afectaron los restos encontrados.
Parte del siglo XIX estuvo en contacto con la tafonomía sin haberse aún definido como especialidad. Existía la tendencia de entender las razones que llevaron a los fósiles a su estado de preservación particular.
Un fósil preservado puede significar una gran fuente de información del pasado de la Tierra. Puede hablar de conductas de los seres vivos, composición de las zonas e incluso detalles sobre el clima y el suelo en el que se encuentran.
Hay algunos conceptos importantes que se toman en cuenta para abordar los cambios generados en un fósil, es decir, su historia tafonómica.
Para hablar de la historia tafonómica de un conjunto de fósiles óseos hay que saber que esto implica a su vez una serie ordenada de acontecimientos:
1- Agente tafonómico: este se refiere a la causa física que pudiese haber generado modificaciones en el fósil.
2- Proceso tafonómico: el cual explicaría la forma en la que el agente provocó la modificación.
3- Efecto tafonómico: siendo el resultado final producido en la modificación.
Son muchos los procesos externos que pueden afectar o modificar a un fósil. La abrasión, los procesos químicos en la tierra e incluso animales carnívoros pudieron haber generado cambios en los restos hallados.
Por ejemplo, en el caso de los animales carnívoros, estos son capaces de haber producido en un fósil perforaciones, fracturas y marcas generadas por los dientes. También podrían ser los causantes de la ausencia de partes en una estructura ósea, puesto que muchos animales suelen transportar sus presas cazadas hacia determinados sitios.
La forma de entierro también es un detalle que puede ayudar a identificar los daños anteriores y posteriores hasta el desentierro. La absorción mineral es otra causante de alteraciones, sobre todo en la coloración del fósil. A través de esta puede conocerse los materiales utilizados para un entierro en caso de que hayan sido hechos por humanos.
La influencia de elementos como el agua o el fuego también pueden ser identificados en un fósil. Con respecto al primero, puede detallarse con rastros de erosión. Por su parte, el fuego es el factor menos común de alteración, sin embargo, puede dar información sobre algún acontecimiento incendiario del pasado.
Los efectos tafonómicos pueden ser observados tanto a nivel macroscópico como a nivel microscópico y dependen del tipo de agente tafonómico que haya estado en contacto con el fósil.
La preservación estudia las alteraciones en materiales fosilizados en distintos niveles. Puede abarcar desde un punto de vista a gran escala hasta un nivel molecular. Funciona como un complemento de estudio que se vincula estrechamente con la tafonomía.
El proceso de fosilización depende en gran medida de la forma en la cual algún resto de un organismo vivo alcanza un estado de preservación después de la muerte. Hay dos formas conocidas de preservación:
Los fósiles inalterados o la preservación excepcional, que son aquellos en los que los cambios han sido mínimos a nivel de la estructura del organismo y su composición. Este tipo de hallazgos puede incluso contener rastros de órganos, tejidos blandos, plumas y más.
En los fósiles alterados es común que no haya más que solo huesos. Aparte, suele haber alteraciones en la estructura del fósil y cambios generados por reacciones químicas.
Algunas alteraciones pueden ser la permineralización (el material queda impregnados de sales) y el reemplazamiento, que ocurre cuando la estructura del fósil es disuelta y reemplazada por un material que permanece en su lugar a modo de molde.
A medida que se desarrolla la paleontología, van creciendo las ramas de estudio y el número de especialidades. Es así como han surgido nuevos enfoques, como el caso de la tafonomía, que permiten el descubrimiento de las formas de vida de la prehistoria y un mejor entendimiento de la evolución del planeta.
La preservación y la historia tafonómica de un fósil aclara el panorama de los posibles cambios que ha atravesado la Tierra a lo largo de las eras.
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