Agricultura olmeca: características, alimentos y técnicas
La agricultura olmeca fue la principal actividad de sustento para la civilización olmeca, una de las más importantes de Mesoamérica durante el preclásico. Considerada la madre de las culturas mesoamericanas, la agricultura olmeca sentó las bases, no solo prácticas, sino organizacionales, para las sociedades que se extenderían desde el periodo preclásico hasta el prehispánico.
Emplazados en el sur de México, los olmecas adaptaron a su favor las distintas condiciones del terreno, inventando y desarrollando distintas técnicas para la producción agrícola durante todo su periodo de existencia (1500 a.C. – 500 a.C. aproximadamente).
La región principal donde se conoció la presencia olmeca corresponde al Golfo de México, siendo las principales regiones de esta cultura San Lorenzo de Teotihuacán, La Venta y Tres Zapotes. Una región que presentaba características naturales de jungla espesa y cuerpos fluviales de gran importancia.
La agricultura olmeca va más allá del cultivo o de la domesticación del entorno; sirvió del impulso para las primeras estructuras organizacionales de las sociedades mesoamericanas, en cuanto a la división del trabajo, el tratamiento de las tierras y las actividades comerciales cuando se trataba de insumos que no podían producir.
Principales productos de la agricultura olmeca
La base de la dieta olmeca era producto de su agricultura, en conjunto con una práctica mixta de pesca y caza. Maíz, frijoles, calabaza, chile y tomate fueron los principales productos cultivados.
Estudios más recientes han arrojado la posibilidad de otros rubros agrícolas como aguacate, tomate y papa.
Otros soportes arqueológicos han manejado la posibilidad de que los olmecas tuvieron contacto, e incluso cultivaron, productos no comestibles como algodón y tabaco, debido al conocimiento que demostraron civilizaciones cercanas, y que permite deducir que los olmecas pudieron marcar el precedente.
Los primeros indicios de cultivo y producción de maíz olmeca se remontan al 1400 a.C.; aunque consumido, en un principio no fue considerado un elemento de peso en la dieta olmeca, pero rápidamente tomó mayor importancia a nivel cultural.
Los olmecas comenzaron a consumir variantes con maíz dentro de su alimentación como el nixtamal, el cual consistía en una mezcla de maíz con cenizas y conchas marinas.
La importancia del maíz fue tal en la civilización olmeca, que contaban con su propia deidad asociada a la agricultura: la serpiente emplumada.
A pesar de las cualidades atribuidas, se ha debatido sobre la importancia de esta deidad frente a otras para la agricultura olmeca.
Adaptabilidad al entorno
Los olmecas se asentaron cerca de cuerpos fluviales, por lo que la caza y la pesca fueron otras actividades de sustento. Moluscos, peces y tortugas eran los principales productos pesqueros, manteniendo un elevado nivel nutricional en la dieta olmeca, a diferencia de otras regiones.
La espesura del entorno terrestre no brindaba las mejores condiciones para la caza, aunque se tiene conocimiento de que en la región habitaron jaguares, jabalíes, venados, tapires, entre otros. Sin embargo, poco se sabe de la importancia que tuvieron en la dieta olmeca.
La mayor parte de los productos cultivados por la civilización olmeca se siguen produciendo hoy en día. Los olmecas también aprovechaban del consumo de plantas locales y hongos propios de la región.
Las regiones que ocuparon los olmecas, presentaban ecosistemas totalmente distintos en el preclásico.
Esta civilización tuvo que generar una agricultura adaptada a la jungla densa en la que se encontraban, con desniveles de terreno y dificultades fluviales que tuvieron que superar.
Técnicas de cultivo
La principal técnica utilizada en los cultivos olmecas fue la de tala y quema, la cual consistía en quemar toda una extensión de plantas y maleza sobre la tierra, dejando asentar la ceniza, que funciona como fertilizante, para luego sembrar el producto requerido. La mayor parte de los terrenos de cultivo olmeca presentan las cualidades resultantes de esta técnica.
Bajo esta técnica, los olmecas trabajaban de forma tradicional dos cosechas al año: milpa del año, que corresponde a la cosecha principal y tonamil, correspondiente al invierno.
La cosecha principal es la más difícil, ya que se debe limpiar por primera vez el terreno virgen.
Según los calendarios estudiados, la limpieza de terreno se llevaba a cabo durante marzo; se quemaba la vegetación durante mayo, el mes más seco, y el cultivo iniciaba en junio. La cosecha solía realizarse entre mediados de noviembre y diciembre.
En cuanto a la cosecha de invierno (tonamil), se iniciaba el cultivo en enero para cosechar entre mayo y junio. Es conocido que la cosecha principal brindaba una mayor cantidad de alimento por hectárea en comparación con la cosecha de invierno.
Para los estudios sobre la civilización olmeca, el hecho de que se llevaran a cabo dos cosechas de gran tamaño dos veces al año es sinónimo de abundancia alimenticia, sin contar los cultivos menos en áreas periféricas o centradas en el cultivo fluvial.
Para el momento en el que los olmecas contaban con este método de trabajo, el maíz ya había adquirido una importancia casi divina, por lo tanto la mayor parte de las extensiones de tierra cultivable eran utilizadas para el cultivo de tal rubro.
Otra técnica agrícola que se afirma fue utilizada por los olmecas, aunque en menor grado, consistía en permitir inundaciones, a través de irrigación y utilizando el sedimento de los ríos como fertilizante, sobre sectores controlados de tierras para permitir nuevos cultivos.
Sin embargo, esta técnica demostró ser desfavorable a largo plazo, ya que erosionaba la tierra, dejándola eventualmente inservible.
Legado histórico de la civilización olmeca
Los olmecas solían emplazar sus viviendas en terrenos de altura, con los cuales quedaban a salvo de eventuales inundaciones, permitiéndoles estar cerca de tierras fértiles.
Los asentamientos olmecas se distribuían por el territorio del sur de México de manera que pudiesen cubrir sus necesidades tanto con el cultivo de tierra adentro como con el de orilla.
Los olmecas, como civilización base mesoamericana, confeccionaron herramientas que les facilitaron la supervivencia y algunas fueron aplicadas, entre otras cosas, en la agricultura.
Piedra, madera y hueso eran los principales materiales de las herramientas y eran utilizados sobre los cultivos donde segaban la vegetación.
La agricultura olmeca permitió no solo un efectivo método de subsistencia, mediante un control relativo sobre el entorno natural en las regiones ocupadas, sino también como un precedente que dio lugar al desarrollo de nuevas tecnologías, nuevos rituales y nuevas estructuras organizacionales que evolucionando continuamente.
Referencias
- Bernal, I. (1969). The Olmec World. Berkeley: University of California Press.
- Clark, J. E. (n.d.). ¿Quiénes fueron los olmecas? 45-55.
- Clark, J. E. (1987). Politics, prismatic blades, and Mesoamerican civilization. In The Organization of Core Technology (pp. 259-284).