Historia

Tzompantli: origen, función, construcción, ejemplos


Tzompantli era el nombre de un altar en el que algunos pueblos mesoamericanos empalaban las cabezas de las víctimas de los sacrificios humanos, sobre todo las de los prisioneros de guerra. Estos cráneos se mantenía a la vista de toda la población. La práctica tenía como propósito principal honrar a los dioses.

La palabra tzompantli es de origen náhuatl y puede traducirse como “hilera o fila de cráneos”. Estos se colocaban en una serie de postes verticales, unidos entre sí mediante varas horizontales. Habitualmente, se realizaba un agujero en las sienes de los cráneos para poder ensartarlos. Algunos habían sido totalmente descarnados, mientras que otros conservaban la piel y el pelo.

Una de las hipótesis sobre su origen mantiene que fueron los chichimecas quienes la introdujeron en Mesoamérica. Allí, la primera ciudad que contó con uno fue Tula, la capital tolteca. La instalación de este tipo de estructura se extendió por la región, tal y como dejaron recogido los cronistas españoles tras la conquista.

Además del tzompantli de Tula, los arqueólogos han encontrado otros en Chichén Itzá o en Oaxaca. En la capital mexica, Tenochtitlán, existieron al menos siete de estas estructuras. El más conocido de ellos era el situado en el Templo Mayor, cuyo descubrimiento en 2015 ha aportado datos importantes para entender esta tradición.

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Tzompantli: definición y etimología

Exhibir las cabezas de los enemigos o de los ejecutados por cualquier motivo ha sido frecuente en muchas culturas del mundo. En el caso de Mesoamérica, esta práctica se suele asociar con los mexicas y sus aliados. Sin embargo, también se han encontrado ejemplos de esta tradición en La Coyotera, Oaxaca, o en Chakán Putum, Guatemala.

Los mesoamericanos exhibían esos cráneos en una especie de altar denominado tzompantli. En estas estructuras, a la vista del pueblo, se insertaban los restos de las cabezas de los enemigos y de los prisioneros que habían sido sacrificados en las ceremonias para honrar a los dioses.

Estos tzompantlis tenían diferentes tamaños. En algunos códices fueron representados con solo dos varas y un cráneo, lo que puede significar que la mayoría eran pequeños o que esa era la manera simplificada de representarlos.

El término tzompantli deriva de las palabras nahuas “tzontli”, que significa cráneo o cabeza, y “pantli”, que se traduce como fila o hilera.

Origen

El uso del tzompantli parece haber sido introducida en Mesoamérica por los chichimecas, un pueblo que llegó desde el norte hasta ese territorio.

Este pueblo también dejó su influencia en Tula, la ciudad mesoamericana en la que se levantó el primer tzompantli. Los aztecas, más tarde, asimilaron parte de la cultura tolteca, incluida la práctica de colocar los cráneos en esas estructuras.

Honrar a los dioses

Los cráneos que se exhibían en los tzompantlis pertenecían a prisioneros y a individuos sacrificados a los dioses. Entre ellos, según se ha encontrado en el Templo Mayor de Tenochtitlán, también había mujeres y niños.

El propósito principal de esa exhibición de cráneos era demostrar a los dioses su veneración, además de asegurar que concedían buenas cosechas. El principal destinatario era Huitzilopochtli, el dios del fuego, la guerra y la celebración de la muerte.

Este tipo de celebración de la muerte estaba relacionada directamente con el sentido religioso de los pueblos mesoamericanos. Otra de las motivaciones de la construcción de tzompantlis era atemorizar a los posibles enemigos que pretendieran atacar la ciudad.

Construcción

Las víctimas cuyas cabezas acababan en el tzompantli eran seleccionadas. El siguiente paso era sacar el corazón con un cuchillo y depositarlo en una caja de piedra para, después, comérselo.

Después, los cadáveres eran decapitados y las cabezas se cocían para facilitar el descarnamiento. En ocasiones, sin embargo, se dejaba la piel y el cabello, tal y como se puede comprobar en algunas ilustraciones.

Después, se perforaban los cráneos por la sien y se ensartaban a través del agujero resultante. Por último, se alineaban en el tzompantli.

Además de los prisioneros de las guerras con otros pueblos indígenas y de las víctimas de los sacrificios rituales, existen evidencias de que algunos españoles sufrieron el mismo destino y sus cabezas fueron colocadas como trofeos en el tzompantli.

Según el cronista Bernal Díaz del Castillo, incluso se utilizaban las cabezas de los caballos de los conquistadores.

Ejemplos de tzompantlis

Gracias a las diferentes exploraciones arqueológicas, varios tzompantlis han salido a la luz en las últimas décadas. Entre los más importantes se encuentran el hallado en Chichén Itzá en 1951 y el encontrado en Tula, en 1970.

El más conocido de todos ellos es el que estaba situado en el Templo Mayor de la capital del Imperio azteca, Tenochtitlán. Según las estimaciones, contaba con unos 60 000 cráneos cuando llegaron los conquistadores españoles.

Tzompantli de Chichén Itzá

Este tzompantli, considerado como uno de los más antiguos, demuestra que también los mayas siguieron la tradición de presentar los cráneos de sus enemigos como ofrenda a los dioses.

La estructura de este tzompantli estaba compuesta por vigas puntiagudas colocadas en una plataforma. En esas vigas se ensartaban los cabezas sangrantes de sus enemigos, en grupos de cuatro.

El tzompantli de Chichén Itzá tenía forma rectangular y medía unos 60 metros de largo por 12 de ancho. El su centro había una proyección en forma de “T”.

La franja central estaba decorada con cráneos, divididos en tres filas horizontales. En la zona superior había otra franja ligeramente afilada en la que aparecía otra fila de cabezas.

El tzompantli de Tula

Tula, fundada a principios del siglo VII, fue la capital de la cultura tolteca. En su época, estaba considerada como una de las ciudades más importantes del continente y su esplendor se mantuvo durante cuatro siglos.

Eduardo Matos Moctezuma encontró en 1970 los restos de un impresionante tzompantli. Este se encontraba situado cerca del juego de pelota, al oeste de la plaza principal.

Durante las excavaciones se encontraron un gran número de cráneos humanos, así como varios de los denominados cuchillos de sacrificios.

Tenochtitlan

Tenochtitlán, capital del Imperio mexica, contaba con al menos siete tzompantlis, cada uno de ellos de diferente tamaño y asociado a un dios concreto.

Entre ellos se encontraban el que honraba a Yacatecuhtli, donde se colocaban las cabezas de las imágenes de las divinidades de los mercaderes sacrificados durante el mes de xocohuetzi, así como el huey tzompantli, donde se situaban las cabezas de los esclavos que se ofrendaban en panquetzaliztli, el mes dedicado a Huitzilopochtli.

Gran tzompantli del Templo Mayor

La existencia de este tzompantli era conocida gracias a las crónicas dejadas por los conquistadores. El propio Hernán Cortés lo había mencionado en sus escritos, al igual que Bernal Díaz del Castillo, fray Bernardino de Sahagún o Francisco López de Gómara. Además, también había quedado registrado en códices como el Ramírez y el Florentino.

A pesar de esas evidencias, no fue hasta el 20 de agosto de 2015 cuando un grupo de arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia encontró sus restos en el centro de Ciudad de México.

La estructura que encontraron está compuesta por unos 35 cráneos humanos, supuestamente ofrendas al dios Huitzilopochtli.

A partir de la fecha del hallazgo, las investigaciones han sacado a la luz los restos de dos torres formadas por varios cientos de cráneos. Entre ellos, además de los pertenecientes a hombres, los de mujeres y niños. Estos huesos estaban unidos por una argamasa de gravilla, arena y cal.

El hecho de haber encontrado cráneos de mujeres y niños, que no iban a la guerra, ha llevado a pensar a los investigadores que no solo los guerreros cautivos eran sacrificados para construir los tzompantli.

Referencias

  1. Instituto Nacional de Antropología e Historia. Descubren el gran Tzompantli de México-Tenochtitlan. Obtenido de inah.gob.mx
  2. Carrasco Cara, María Isabel. What Does A Massive Wall Of Human Skulls Tell Us About The Aztec’s Views On Death?. Obtenido de culturacolectiva.com
  3. Tetrault, Sam. How Was Tzompantli Used in Mesoamerican Civilization?. Obtenido de joincake.com
  4. Famous wonders. Tzompantli at Chichen Itza. Obtenido de famouswonders.com
  5. Wade, Lizzie. Feeding the gods: Hundreds of skulls reveal massive scale of human sacrifice in Aztec capital. Obtenido de sciencemag.org