Cultura general

Cultura tolteca: origen, ubicación, características, organización


La cultura tolteca fue una de las civilizaciones que aparecieron durante la época precolombina en Mesoamérica. Su ámbito geográfico fue el centro del actual México y su apogeo se produjo durante los siglos X y XII d. C. La capital estuvo situada en Tula, localidad que muchos historiadores sitúan en el Estado de Hidalgo, a unos 60 kilómetros de la Ciudad de México.

A pesar de que los expertos señalan que los toltecas ejercieron una gran influencia en otras culturas posteriores, la información que es tiene sobre ellos es bastante escasa. Casi toda esa información proviene de los aztecas y de la tradición oral, por lo que, en muchas ocasiones, se mezclan realidades históricas con leyendas y mitos.

Estas leyendas afirman que los toltecas fueron una cultura multiétnica, formada por varios pueblos diferentes que fueron unificándose hasta conformar una sola civilización. Esta estuvo gobernada por una monarquía que duró más de 300 años, con una gran importancia de la religión y de la guerra.

La importancia de la casta guerrera y de los sacerdotes fueron dos de las características más importantes de la cultura tolteca. Sus incursiones bélicas provocaron que sus territorios crecieran, pero también que aumentara el número de sus enemigos. Aunque existe cierto desconocimiento sobre su desaparición, parece que, finalmente, sus rivales acabaron derrotándolos.

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Origen e historia

La falta de información sobre la cultura tolteca ha provocado que exista incluso una corriente de historiadores que afirma que no llegaron a existir realmente, sino que serían una creación mitológica de los aztecas.

Sin embargo, otras corrientes historiográficas sí creen en su existencia. Para estos expertos, los toltecas serían una expresión del pueblo náhuatl.

Etimológicamente, el nombre de la cultura también es objeto de discusión. Algunos autores consideran que tolteca significa “morador de Tula” en lengua náhuatl. Igualmente, también se suele traducir como artesano o artista, algo que haría referencia a la maestría de los toltecas en estas áreas.

Según las leyendas náhuatl, los toltecas serían los creadores de la civilización. Los propios aztecas, posteriormente, se denominaban descendientes de los toltecas para reafirmar su dominio de Mesoamérica.

Nomadismo

En un principio, los toltecas era un pueblo eminentemente nómada. Sobre el 511 d. C., abandonaron Huehuetlapallan, lugar en el que se encontraría la antigua Tollan. Durante su viaje, que duró 104 años, los toltecas fueron gobernados por siete señores: Zacatl, Chalcatzingo, Ehecatzin, Cohualtzin, Tzihuacoatl, Metzotzin y Tlapalmetzotzin.

Su primer destino fue Tollantzinco, donde residieron durante 20 años. Después, los toltecas se asentaron en Tollan o Tula, desde donde crearon su reino.

Fue allí donde, en el 667 d. C., la cultura tolteca se convirtió en una monarquía que duró 384 años, durante los que se sucedieron 8 reyes diferentes.

Leyenda sobre su origen

La leyenda tolteca sobre su origen afirmaba que llegaron a Tollan-Xicocotitlan dirigidos por el rey Mixcoatl. El hijo de este, Topiltzin, quien sí fue un personaje real, se consagró a Quetzalcóatl y reinó con el nombre de ese dios.

Durante el reinado de Topiltzin, la cultura tolteca alcanzó grandes logros y una gran prosperidad. El territorio bajo su mando aumentó considerablemente mediante la conquista de ciudades cercanas. Entre estas destacaron Culhuacán y Otumba, con las que se conformó la denominada Triple Alianza Tolteca.

Topiltzin fue el impulsor de la reforma del calendario e introdujo la metalurgia en su reino. Además, fue la época en la que la cultura tolteca alcanzó su mayor esplendor arquitectónico, con la construcción de palacios y templos en Tollan-Xicocotitlan.

De acuerdo a esta historia, Topiltzin y Quetzalcóatl entraron en conflicto en el siglo X. El vencedor fue este último y el rey tolteca tuvo que huir con sus seguidores hacia el sur. Allí venció a los mayas y conquistó Chichén Itzá, tras lo que pasó a ser conocido con Kukulkán, el dios rey de los mayas.

Historia

Como se ha señalado, la historia de la cultura tolteca solo se conoce por referencias posteriores que, en la mayoría de los casos, mezclaban hechos reales con mitos y leyendas. En líneas generales se apuntan que Tollan-Xicocotitlan se convirtió en un centro de poder sobre el 950 d. C.

El máximo apogeo de esta cultura se produjo entre los años 900 y 1200 d. C. Sus dominios crecieron hasta alcanzar parte del Yucatán. En ese periodo, los toltecas incorporaron elementos de otras civilizaciones de la zona y su influencia llegó hasta Oaxaca, Chiapas y parte de Centroamérica.

Fue en esos años también cuando comenzaron a cobrar tributos a los pueblos que conquistaban y desarrollaron un sistema político, social y religioso que se mantuvo prácticamente hasta la llegada de los españoles.

La decadencia de la civilización tolteca comenzó sobre el 1150 d. C., después de que trasladaran su capital a Chapultepec. Aunque los datos sobre ese periodo son escasos, la hipótesis que congrega más consensos es que fueron atacados por varios pueblos nómadas, además de sufrir los efectos de largas sequías que provocaron la falta de alimentos.

Algunas leyendas afirman que un grupo tolteca, durante este periodo de decadencia, llegó a Cholula. Allí sobrevivieron hasta que Hernán Cortés saqueó la zona y quemó la localidad.

Relación con los mayas

Como en otros aspectos de la historia de la cultura tolteca, su relación con los mayas ha provocado distintas teorías entre los historiadores.

Muchos expertos afirman que la influencia de los toltecas en la cultura maya es un hecho comprobado, aunque no se puede asegurar que llegaran militarmente al Yucatán. Otros historiadores, en cambio, opinan que fueron los mayas quienes fundaron Tula.

Sí parece comprobado que existió bastante contacto comercial y político-religioso entre ambas culturas, como muestra la arquitectura o la implantación de Quetzalcóatl como dios de los mayas.

Ubicación geográfica y temporal

Después de un periodo descrito por los historiadores como de oscuridad, entre los años 650 y 800 d. C., apareció en Mesoamérica la cultura Tolteca. Esta se desplazó desde el noreste del actual México hasta alcanzar su centro y se asentó en los actuales estados de Morelos, Hidalgo, Puebla, Ciudad de México y Tlaxcala.

Cronológicamente, el dominio de esta cultura se extendió desde el periodo clásico y el postclásico, esto es, desde el 800 al 1200 d. C.

Ubicación geográfica

En sus inicios, los toltecas fueron un pueblo nómada. Su origen parece estar en un lugar denominado Huehuetlapallan (Vieja tierra roja, en náhuatl), desde donde viajaron durante más de 100 años hasta asentarse en el centro del actual México.

Una vez comenzaron a expandirse, los toltecas consiguieron dominar un territorio bastante extenso, incluida la zona sureste de la península del Yucatán.

Teorías sobre Tollan

Las teorías sobre la ubicación de Tollan, la capital de los toltecas, son tan numerosas como las que existen sobre su origen o, incluso, sobre su propia existencia.

Entre las hipótesis más conocidas se encuentra la de un grupo de antropólogos mexicanos que, en 1941, afirmaron que la mítica Tollan estuvo situada en la actual ciudad de Tula, en Hidalgo.

Sin embargo, expertos como Laurette Séjourné, negaron esta conclusión, ya que, según este arqueólogo, las excavaciones efectuadas no habían encontrado nada que permitiera realizar esa afirmación. Séjourné sostenía que el origen de Tollan se encontraba, en realidad, en Teotihuacán y que Tula había sido solo un refugio de los supervivientes de la caída de esa ciudad.

Esta última hipótesis es compartida por Enrique Florescano, un historiador perteneciente al Instituto Nacional de Antropología e Historia. Este experto mexicano estudió algunos escritos mayas que identificaban Tollan con Teotihuacan.

Características generales

Entre las características más destacadas de la cultura tolteca se encontraba su maestría en el ámbito de la arquitectura. De hecho, una de las traducciones de la palabra náhuatl tolteca es “maestro constructor”. En Tollan-Xicocotitlan se podían encontrar múltiples ejemplos de la habilidad de sus artesanos y constructores.

Además de lo anterior, la civilización tolteca introdujo en Mesoamérica buena parte de las creencias religiosas que después se generalizarían. El ejemplo más importante en este sentido fue la aparición de Quetzalcóatl como su dios principal, algo que se extendió a la mayoría de los pueblos mesoamericanos posteriores.

Economía

El periodo más próspero de la cultura tolteca estuvo caracterizado por su crecimiento económico y por la estabilidad. Sus actividades más importantes eran la artesanía, el comercio, la metalurgia y la agricultura. Además, comenzaron a cobrar tributos a los pueblos conquistados.

La agricultura era la base de la economía tolteca, quienes, para hacer sus campos más productivos, crearon una compleja red de canales que transportaban el agua de riego. Sus cultivos más habituales eran el maíz, el frijol y, sobre todo, el amaranto.

El comercio, como ocurrió con otras civilizaciones mesoamericanas, jugó también un papel importante en la economía tolteca. El intercambio mercantil les servía, también, para conseguir las materias primas que necesitaban y que no encontraban cerca de sus asentamientos.

Al ser un pueblo guerrero y que basó su expansión en la conquista de nuevos territorios, las riquezas de los toltecas aumentaron gracias al cobro de tributos a los pueblos vencidos. Entre lo recaudado destacaban productos como el nácar y otros materiales que utilizaron para sus trabajos artesanales.

Por último, muchos historiadores afirman que fueron la primera civilización de la región en manejar los metales. Sus trabajos, no obstante, eran bastante simples.

Lengua y escritura de la cultura tolteca

La lengua hablada por los toltecas era el náhuatl. Este idioma, que se convirtió en la lengua franca de todas las civilizaciones mesoamericanas, había aparecido en el siglo VII y continuó utilizándose hasta el siglo XIII.

Por otra parte, la cultura tolteca desarrolló un sistema de escritura pictográfico. Este sistema contaba con consonantes y vocales organizadas de tal forma que conformaban palabras sencillas de comprender.

Los textos escritos de los toltecas estaban basados primordialmente en su entorno. Por ese motivo, sus símbolos solían describir los seres y objetos con los que convivían en su día a día.

Vestimenta de los toltecas

La información sobre cómo vestían los toltecas procede de las estatuas y monumentos elaborados en sus ciudades. Gracias a estas representaciones se sabe aquellos que formaban parte de su élite solían vestir cinturones, capas (denominadas tilmatli), una faldilla (llamada cueitl) y un ichcahuipilli, que consistía en una tela gruesa.

Las esposas de los dirigentes se distinguían por usar un vestido de corte rectangular denominado quexquémitl. Este, según los expertos, tenía un simbolismo relacionado con la fertilidad.

Los toltecas de clase baja vestían prendas mucho más simples: una especie de taparrabos, un enredo y no utilizaban zapatos.

Religión

La influencia de la religión tolteca alcanzó a todas las culturas mesoamericanas posteriores, que adaptaron buena parte de su mitología.

La religión de los toltecas era politeísta, aunque existían dos dioses principales. El primero era Quetzalcóatl, que representaba el bien, y el segundo Tezcatlipoca, la deidad del mal. Aparte de estos dos dioses, también adoraban a otros como Tláloc, Itzlacoliuhque y Centéotl, muy vinculados a las fuerzas de la naturaleza.

El aporte más importante de la cultura tolteca a la religión mesoamericana es la introducción del mito de Quetzalcóatl. Este fue después recogido por muchas otras culturas de la zona, aunque con ligeras variaciones. A pesar de estos pequeños cambios, casi todas recogían la caída del dios por haber sucumbido a sus pasiones.

Según la mitología tolteca, Quetzalcóatl tuvo que marchar al exilio tras ser derrotado por Tezcatlipoca. Al partir en su balsa de serpientes, el dios hizo la promesa de volver.

Esa promesa, según algunas historias, fue la que llevó a los aztecas a pensar que el conquistador español Hernán Cortés era el propio Quetzalcóatl regresando a su pueblo.

Viviendas

La mencionada habilidad arquitectónica de los toltecas no se limitó a los templos o palacios. Las viviendas también destacaban por la calidad de sus construcción y por cómo estaban organizadas.

Un aspecto importante en estas viviendas era la importancia que se le otorgaba a la religión. Por ese motivo, esas casas contaban con un altar, colocado en la zona central de la vivienda. A su alrededor se ubicaban las habitaciones, incluida la cocina. Esta estancia estaba equipada con un horno de cerámica y también servía para almacenar los alimentos.

Para construir las viviendas los toltecas usaron varios materiales. El principal era el adobe, aunque también era frecuente el uso de piedras, madera o cemento. Las diferencias sociales eran el factor fundamental del que dependía el material elegido, ya que cuanto más rica fuera la familia, mejores materiales utilizaba.

Organización política

La manera tolteca de organizarse políticamente estuvo basada en dos factores diferentes: sus orígenes como pueblo nómada y la importancia de la guerra en su cultura. Ambos aspectos resultaron fundamentales para definir la estructura política de su civilización.

De esta forma, la búsqueda de un liderazgo fuerte fue prioritaria, especialmente durante el periodo de conquista de territorios. Estos enfrentamientos provocaron que la organización política estuviera centrada en la guerra y, relacionada con esta, en la religión.

En la cultura tolteca todas las decisiones, ya fueran administrativas o bélicas, tenían que ser apoyadas por los dioses a través de los sacerdotes.

Casta guerrera

La clase social más importante dentro de la cultura tolteca era la de los guerreros. Su rey más famoso, Topiltzin-Quetzalcóatl, fue el que llevó a cabo las campañas militares más importantes para extender sus dominios y crear un imperio.

Así, la importancia de lo militar dentro de la organización política tolteca se prolongó desde el 900 d. C. hasta el siglo XII. De acuerdo a los expertos, toda la edad de oro de esta civilización estuvo basada en una administración militarista.

Sin embargo, según los historiadores, ese mismo carácter guerrero también contribuyó a la caída de la civilización tolteca. Las guerras contra los vecinos y los tributos que tenían que pagar los vencidos provocaron la creación de una coalición en su contra que acabó por derrotarlos.

Sacerdotes

La casta sacerdotal formaba parte de la élite dentro de la cultura tolteca. Su influencia se notaba, especialmente, en los aspectos administrativos. Aunque también tenían cierta participación en el aspecto militar, en este ámbito era la clase guerrera, en la que se incluía el rey, la que ejercía el liderazgo.

En muchas ocasiones, los reyes ocupaban también el cargo de alto sacerdote, con lo que abarcaban todo el poder posible.

Gobernantes

Los toltecas tuvieron diferentes reyes a lo largo de los 300 años que duró su monarquía. Entre ellos destacó Topiltzin, quien adoptó el nombre de Quetzalcoatl para unir, así, el aspecto religioso con el político y militar. Este monarca fue el responsable de expandir su territorio y dotar de prosperidad a su reino.

En monarca que representa el polo opuesto de Topiltzin fue Huemac. Este rey fue uno de los últimos en ocupar el cargo y, según los expertos, llevó a su reino a sufrir penurias. Fue durante su reinado cuando comenzó a debilitarse el poder de los toltecas a causa de los innumerables conflictos externos e internos. Además, se trató de un monarca muy despótico.

Las leyes

El responsable de promulgar las leyes dentro de la civilización tolteca era el rey, mientras que los militares eran los encargados de que se cumplieran.

Entre los castigos más severos para aquellos que incumplieran la legislación se encontraba el sacrificio a los dioses. Otro castigo, más leve, era convertirse en esclavo de las clases altas.

Organización social

La sociedad tolteca estaba dividida en estamentos muy diferenciados: una clase alta formada por el rey, los guerreros y los sacerdotes y una clase baja en la que, aunque con diferencias, estaban todos los demás.

El rey

En la cúspide de la pirámide social se encontraba el rey. Este, en muchas ocasiones, aunaba el poder político con el religioso.

Aunque el uso de la religión como factor legitimador era usado con frecuencia, en la cultura tolteca la popularidad y el poder de los reyes estaba estrechamente relacionado con sus victorias en el campo de batalla.

Guerreros y sacerdotes

Tras el rey, el siguiente nivel en la pirámide social lo ocupaban los militares. Dada la importancia de la guerra en la cultura tolteca, la casta guerrera tenía muchos privilegios y sus miembros eran considerados como los ciudadanos más honorables.

Los soldados estaban divididos en diferentes órdenes militares, casi todas de ellas con nombres de animales, como los jaguares o los coyotes.

Prácticamente al mismo nivel se encontraban los altos cargos religiosos. Estos tenían funciones administrativas, además de actuar como guías para la sociedad.

Clase servil

Aunque el resto de la población estaba incluida en la llamada clase servil, los expertos encuentran algunas diferencias entre sus miembros. Así, existía una especie de clase media formada por los artistas, los comerciantes o los artesanos.

La influencia en la política o la administración de estos profesionales era, prácticamente, nula. Sin embargo, sí contaban con más privilegios que, por ejemplo, los campesinos.

Por otra parte, la parte baja de la pirámide estaba conformada por los obreros y los mencionados campesinos. Por último, sin ningún tipo de derechos, aparecían los esclavos y los prisioneros que se tomaban en la diferentes guerras que libraban los toltecas.

Cultura

Dentro del ámbito cultural, los toltecas dejaron su sello en la arquitectura. Sus técnicas de construcción influyeron notablemente en las civilizaciones posteriores, como se puede comprobar en los restos dejados por los mayas.

Gastronomía

Los expertos afirman que dentro de la alimentación de los toltecas destacó el uso del amaranto. Esta planta era esencial en su gastronomía y parece que fue fundamental para evitar que padecieran hambrunas durante los periodos de sequía.

Igualmente, algunos historiadores señalan que el amaranto también se utilizaba en rituales y con fines comerciales. A esto ayudaba que este producto tardaba más en estropearse si se compara con el maíz y los frijoles.

Tradiciones

La influencia de los toltecas sobre las civilizaciones mesoamericanas posteriores no se limitó a su arquitectura. Así, algunas de sus tradiciones se mantuvieron hasta la llegada de los españoles al continente.

Uno de los medios mediante el que los toltecas extendieron sus tradiciones fue mediante la guerra, ya que llevaron sus creencias religiosas y otras costumbres a los pueblos vencidos.

Dentro de su organización religiosa existía un grupo de sabios denominados Nonoalcas. Estos eran sacerdotes dedicados al dios Quetzalcóatl, la principal deidad tolteca. Con el tiempo, el culto a este dios se extendió por Mesoamérica.

Otra tradición de los toltecas era los sacrificios humanos. Los arqueólogos han encontrado restos de esqueletos que prueban que se trataba de una práctica habitual.

En general, estos sacrificios se realizaban en ofrenda a Tlaloc, el dios de la lluvia como un método para obtener sus favores. Una vez realizado el sacrificio, en la plaza ceremonial de Tula se colocaban las cabezas de las víctimas.

Arte

La mayoría del arte tolteca estaba relacionado con la arquitectura. Se trataba de estatuas y relieves murales en los que representaban personajes y dioses de su cultura. Igualmente, estos temas eran también tratados en la cerámica y la artesanía.

Entre las obras más conocidas se encuentran los atlantes, unos guerreros de piedra que aún se encuentran en Tula. Estos guerreros estaban decorados con plumas y mosaicos.

Igualmente, también se suele atribuir a la cultura tolteca o, al menos, a su influencia, las representaciones de Quetzalcóatl ubicadas en Chichen Itzá.

Dentro del campo de la arquitectura, los toltecas fueron los primeros que añadieron acabados artísticos a las columnas que sostenían los techos. Estos adornos solían tener forma antropomorfa o representar a una serpiente emplumada.

Referencias

  1. Enciclopedia de Historia. Cultura tolteca. Obtenido de enciclopediadehistoria.com
  2. EcuRed. Cultura tolteca. Obtenido de ecured.cu
  3. Ancient Origins. Los toltecas: fieros guerreros que cambiaron el rostro de Mesoamérica para mejor. Obtenido de ancient-origins.es
  4. Cartwright, Mark. Toltec Civilization. Obtenido de ancient.eu
  5. Minster, Christopher. 10 Facts About the Ancient Toltecs. Obtenido de thoughtco.com
  6. The Editors of Encyclopaedia Britannica. Toltec. Obtenido de britannica.com
  7. Crystalinks. Toltec. Obtenido de crystalinks.com