Abraham Ortelius: quién fue, biografía, teorías, aportes
¿Quién fue Abraham Ortelius?
Abraham Ortelius (1527-1598) fue un matemático, geógrafo, cartógrafo y cosmógrafo flamenco. Su importante trabajo le otorgó el título de “el Ptolomeo del siglo XVI”, apodo que le dieron sus propios colegas en referencia a Claudio Ptolomeo, considerado uno de los padres de la astronomía.
Su obra no tuvo comparación con nada en su tiempo y significó un gran avance en la cartografía mundial. Por esa razón se le conoció como el padre de la cartografía flamenca.
Su publicación más importante es Theatrum Orbis Terrarum, reconocido por ser el primer atlas moderno.
Esta creación originalmente estaba compuesta por 70 cartografías, la mayoría del continente europeo. Sin embargo, fue tanto el éxito de este manual que se modernizó infinidad de veces y se le fueron anexando nuevos mapas hasta 1612.
Una de las más grandes innovaciones de este atlas fue la más clara aparición de Norteamérica hasta la fecha, a pesar de que la costa más allá de California eran solo trazos.
Fue el cartógrafo de Felipe II a partir de 1575, lo cual le dio acceso a la información acumulada de exploradores españoles y portugueses.
Biografía de Abraham Ortelius
Nacimiento y estudios
Ortelius nació en Amberes, Flandes (actual Bélgica), el 14 de abril de 1527.
Parte de su vida fue marcada por los cambios, movimientos y el miedo a la persecución debido a que su familia fue acusada de protestante, hecho que los obligó a trasladarse constantemente.
Sin embargo, lo pudiente de su familia le permitió tener una buena educación y formación. Estudió griego, latín y matemáticas en buenas escuelas, y desde entonces destacó en sociedades científicas y por sus labores humanistas.
Primeros trabajos
Después de estudiar, volvió a su ciudad natal en donde se radicó por un largo tiempo. Allí realizó varios trabajos: fue grabador y seguidamente ejerció la función de iluminador de mapas, función que lo convenció de dedicarse a la cartografía.
A los 27 años, Ortelius se dedicó al comercio. En principio, se dedicó solo a la venta de mapas, monedas y artículos antiguos, y más que una ocupación, esta labor se convirtió en una pasión.
Gracias a sus negocios viajó por diferentes partes del mundo, en especial por varias zonas de Europa. En estas travesías se relacionó con personajes importantes, académicos y eruditos, entre los que destacaron el escritor e historiador inglés Richard Hakluyt y el matemático John Dee.
Asimismo, consiguió denso material cartográfico, el cual fue su inspiración para los siguientes años y le permitió regalarle a la sociedad del siglo XVI una visión más amplia de lo que era la Tierra en ese tiempo.
También recogió parte de las creencias y los miedos que trajeron los descubrimientos, en especial de América, llamada el Nuevo Mundo.
En medio de este contexto, en varias ocasiones de su vida visitó Francia, los Países Bajos, Inglaterra y la península itálica, entre otros países.
Introducción a la cartografía
Desde 1560 Ortelius se dedicó al dibujo y al esbozo de mapas. Encontró cartografías de Egipto, Asia y del Imperio romano que luego calcó y coloreó, y a los que añadió nuevos datos e información.
Esta incursión le trajo ganancias rápidamente, ya que se trató de una época en la que el descubrimiento de nuevas tierras abrió el apetito por novedosas rutas comerciales marítimas y terrestres. Por esto, tener planos de las zonas era fundamental para reinventar negocios.
La clave del éxito de este flamenco llegó al darse cuenta de que los hallazgos del continente americano y del océano Pacífico dejaron atrás a todos los mapas que se habían creado hasta el momento.
Fue entonces cuando Ortelius, junto al matemático, cartógrafo y geógrafo flamenco Gerardus Mercator, se dedicó a actualizar las cartas, con información detallada y certera de la representación gráfica del planeta.
Geógrafo oficial de Felipe II
Este fue un título que se le otorgó en 1575. El humanista español Arias Montano fue quien tuvo la idea de nombrar a Ortelius el geógrafo oficial de Felipe II. Testigos señalan que la relación entre el rey y el matemático fue muy estrecha.
Esta relación le permitió al flamenco tener acceso a diversa información privilegiada recogida en archivos de españoles y portugueses, entre otros países europeos.
Además, fue tanta la confianza que existía entre el monarca y el cartógrafo que incluso le confió varias tareas que no tenían relación directa con su labor como geógrafo.
Vale acotar que Ortelius no se codeó solo con la realeza. También creó vínculos con notables comerciantes, pensadores, científicos y humanistas, hecho que ayudó a crear interés en su obra.
Fallecimiento
Abraham Ortelius falleció en Amberes el 28 de junio de 1598. La noticia devastó a sus allegados, amigos y a toda la localidad, ya que este geógrafo tenía gran reconocimiento debido a su trabajo.
La cartografía y las antigüedades le permitieron a Abraham Ortelius acumular una fortuna que le hicieron disfrutar de viajes, cumplir sueños y metas, y dejar una huella en la historia del mundo y su concepción dentro de la sociedad.
Teorías
Sus conocimientos por propia experiencia y vivencia, sumados al estudio de otros, le permitieron crear una visión bastante fiable de lo que era el mundo en ese entonces, mucho más conocido en Europa y Asia que en otras zonas como América.
No obstante, los mapas de Ortelius recibieron diversas críticas por parte de sus colegas y otros estudiosos.
Algunos destacaron la inexactitud, especialmente en las líneas que demarcaban el continente americano, y la utilización de escalas erradas en diversas zonas, tales como Australia, México y la Antártida.
Pese a las quejas y opiniones encontradas, la obra de este flamenco demostró varios elementos novedosos para su época y eso se evidencia en sus mapas.
Deriva continental
Su atlas fue la primera prueba de lo que posteriormente se llamó la deriva continental. Este cartógrafo creía fielmente en la teoría que asegura que, en su estado primitivo, la Tierra estaba compuesta por una sola masa; es decir, por un supercontinente llamado Pangea.
Este pensamiento surgió por la observación de que los bordes de los distintos continentes coincidían y encajaban.
Si bien esta hipótesis fue desarrollada posteriormente, específicamente en 1912 por el alemán Alfred Wegener, Ortelius sugería que América se separó de Europa y África por movimientos de tierra, como terremotos, inundaciones y otros fenómenos naturales.
Cada vez que se le preguntaba al flamenco por esta creencia, su respuesta aludía al dibujo de los continentes, verificando la sincronía entre las líneas de uno y otro. Para él, el resultado era obvio y no necesitaba de mayores explicaciones ni demostraciones.
Este argumento no caló en varios de los eruditos europeos de su tiempo, pero el tiempo le dio a Ortelius una oportunidad de comprobar sus concepciones.
Creencias y mitos
Un dato curioso, también expuesto en la obra más reconocida de este cartógrafo, fue la creencia en la existencia de animales mitológicos, criaturas y monstruos que habitaban en el fondo de los océanos; este hecho se evidenció en los dibujos que sirvieron para identificar el mar dentro de sus mapas.
Igualmente, expresó parte de los dogmas de la época. Por ejemplo, en la zona de la Patagonia, en Sudamérica, escribió en latín la inscripción Patagonum regio ubi incole sunt gigantes, cuya traducción en español es “Patagonia, una región donde los habitantes eran gigantes”.
Esta frase expresó cómo el europeo se imaginó al humano que habitó en una de las regiones más frías de América del Sur.
Otro apunte interesante es que especialistas destacaron en su momento la cautela del “Ptolomeo del siglo XVI”, y esta afirmación la hicieron tras ver que colocó que “las regiones más al norte aún son desconocidas”, en referencia al continente americano.
Por ello, presumieron que no se aventuró en zonas de las que no tenía ningún tipo de información.
Lo que Ortelius sí tomó como cierto fue el relato de la existencia de las ciudades de Cibola y Quivira, civilizaciones de oro que se identificaron en California, región que por primera vez se mostró como una península en su parte más baja.
También realizó la cartografía de Islandia en 1585, donde igualmente colocó abundantes monstruos y osos polares sobre los icebergs.
Otros aportes
Sin duda alguna, el aporte más importante que dejó Abraham Ortelius fue el considerado primer atlas moderno, Theatrum Orbis Terrarum. En 1570, año de su publicación, fue una importante innovación.
Se trató de una colección compilada en 53 hojas compuesta por una introducción, un índice de tablas y un nomenclátor que tradujo nombres propios de lugares.
Esta publicación también tenía un catálogo de autores que agrupó una serie de mapas de distintos creadores. Fue la primera vez que 87 estudiosos en esta materia tuvieron crédito en una misma pieza.
Tuvo 31 ediciones en las seis lenguas más importantes del momento: inglés, español, francés, alemán, holandés e italiano.
Cada año se le agregaron más datos y se perfeccionó la información. También se corrigieron errores que, debido a la falta de conocimiento, no estaban especificados en los mapas de este cartógrafo.
Actualmente, esta obra se puede conseguir en muchos idiomas y son innumerables las versiones que se han hecho. Tan solo en 1612, este atlas estaba compuesto por 167 mapas.
Deorum dearumque capita e veteribus numismatibus, Italiae antiquae specimen, Sintagma herbarum encomiasticum, ex Museo Ortelii
Los viajes realizados por Ortelius le dejaron nueva información y una pasión aumentada por la cartografía. También le permitieron adquirir antigüedades y piezas artísticas, entre estas una gran cantidad de monedas.
La obra Deorum dearumque capita e veteribus numismatibus, Italiae antiquae specimen, Sintagma herbarum encomiasticum, ex Museo Ortelii se centró en el estudio de estas herramientas usadas como unidad de cuenta.
En aquella época, muchas de las monedas eran elaboradas en metales preciosos y contenían símbolos que se relacionaban con la mitología y los dioses.
Synonymia geographica
Fue un texto publicado en 1578. Este documento escrito en latín, como la mayoría de sus obras, es un análisis y una crítica de la geografía antigua.
En sus páginas se estudiaron pueblos, regiones, islas, ciudades y hasta nombres de la topografía correspondientes al inicio de las civilizaciones.
Itinerarium per nonnullas Galliae Belgicae partes
En 1584 Ortelius utilizó su experiencia vivida en un viaje hecho nueve años antes a la zona del Rhin, al noroeste de Europa, para editar este trabajo.
Se trató de un conjunto de mapas que mostraron la historia antigua desde dos puntos de vista: la vida sagrada y la existencia de lo profano.
Thesaurus geographicus
Este aporte fue la reedición de Synonymia geographica. Se basó en la historia de África, América y Asia reflejada en cartografías.
Consistió en la descripción detallada de estos continentes a través de la narración y la representación cartográfica.
Epítome
La traducción al español del título completo de este libro es Epítome del teatro del mundo. Se imprimió en 1588 y compiló por primera vez y de forma cabal más de 94 cartografías del mundo. Cada mapa estaba acompañado por una reseña con datos sobre dicha región.
Parergon
Es considerada la última obra de peso de Ortelius y une dos de sus aficiones: la cartografía y las monedas. Esta obra está compuesta por 38 mapas de la época antigua relacionados con distintos papeles moneda.
Este trabajo también es reconocido por algunos expertos como un apéndice de la investigación principal de este flamenco, con la diferencia de que no se trata de esbozos adquiridos de otros investigadores, sino que fueron originales del propio Ortelius.
Referencias
- Cartographica Neerlandica. Recuperado de orteliusmaps.com
- Abraham Ortelius. Recuperado de biografiasyvidas.com
- López, A. Abraham Ortelius, el cartógrafo del primer atlas mundial en el siglo XVI (2018). Recuperado de elpais.com
- Abraham Ortelius. Recuperado de geoinstitutos.com
- Abraham Ortelius. Recuperado de ecured.cu