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Clasicismo en México: qué es, origen, características, autores, obras


El clasicismo en México es una corriente artística y cultural que tuvo su momento álgido en los siglos XVIII y XIX, concretamente entre 1730 y 1820. Su base ideológica estaba relacionada con las ideas de la ilustración aparecidas en Europa y que fueron fundamentales para el estallido de las revoluciones francesas y estadounidense.

En México, al igual que en el resto de las colonias españolas en Latinoamérica, el clasicismo tuvo su apogeo en las décadas anteriores a las guerras de independencia. Esto marcó buena parte de su contenido, ya que era frecuente encontrar temáticas relacionadas con los movimientos de emancipación.

En general, el clasicismo buscaba recuperar los patrones filosóficos y estéticos de las culturas griega y romanas. Abundaban así las obras realistas que, en muchas ocasiones, reflejaban acontecimientos o personajes históricos.

El clasicismo mexicano tuvo su reflejo en todo tipo de géneros artísticos. De esta forma, surgieron literatos como Francisco Javier Alegre o Servando Teresa de Mier o músicos como José Mariano Elízaga.

Por otra parte, este estilo fue utilizado en la construcción de algunas grandes catedrales, aunque mezclado con otros. Por último, algunos autores ven en el urbanismo de algunas ciudades mexicanas un claro antecedente del clasicismo.

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Origen y contexto histórico

El clasicismo apareció en Europa occidental en el siglo XVII y se prolongó hasta el siglo XVIII. Se trataba de una corriente artística, cultural e ideológica que buscaba recuperar los patrones de la Antigüedad clásica, en concreto los presentes en la Grecia clásica y en Roma.

Este movimiento artístico afectó a todos los campos, desde la música hasta la literatura, pasando por la arquitectura o las artes decorativas.

Este intento de vuelta a la estética de la Antigüedad clásica fue una continuación del estilo imperante en el Renacimiento.

Años finales de la época colonial

El clasicismo en México, entonces Nueva España, fue introducido desde Europa en los años finales de la época colonial. Este estilo ya se había dejado notar en la planificación urbanística de las grandes ciudades del virreinato y, más adelante, se manifestó con fuerza en todas las artes.

En esos momentos, las ideas de la Ilustración se habían convertido en una de las mayores influencias para los intelectuales de la época e influyeron de manera notable en la aparición del movimiento independentista. Por ese motivo no es extraño que muchos escritores estuvieran comprometidos con la vida política del país.

Características del clasicismo mexicano

Una de las características principales del clasicismo en la búsqueda de la perfección del ser humano. Para ello, los autores se inspiraron en modelos de la antigüedad, además de dar prioridad absoluta al racionalismo y eliminar las ideas imaginativas.

Las obras realizadas durante este periodo tendían a la sencillez. La búsqueda de un equilibrio armónico, sin estridencias, era una constante. Igualmente, también destacaba la intención pedagógica en el arte, con temáticas que reflejaban momentos históricos importantes o personajes históricos.

En la pintura

La pintura del clasicismo solía reflejar escenas históricas, aunque también mitológicas. El estilo era sobrio y llevando la atención del espectador hacia un mensaje.

En la literatura

El contexto histórico en Nueva España provocó ciertas diferencias con las temáticas más comunes del clasicismo europeo. Así, muchos de los escritores del virreinato publicaron obras con un gran contenido político.

En estos escritos influyeron las ideas ilustradas, en general relacionadas con los incipientes movimientos independentistas.

En la música

Uno de los campos artísticos en los que más se dejó notar el clasicismo fue en la música. Al igual que en Europa, en México las composiciones fueron haciéndose más refinadas, con armonías simples y estructuras muy ordenadas.

Los compositores e intérpretes buscaban controlar conscientemente el desarrollo de los temas y otorgaban a sus creaciones proporción formal y un orden racional.

Representantes y obras

Francisco Javier Alegre

Francisco Javier Alegre fue, entre otras cosas, un teólogo, geógrafo, filósofo y escritor nacido en Puerto de Veracruz en noviembre de 1729.

Tras estudiar en un seminario en Puebla, Alegra ingresó en la Compañía de Jesús en 1747. Su formación englobó numerosas materias, muchas de ellas relacionadas con la cultura clásica. Además, aprendió varios idiomas, incluido el náhuatl.

Aparte de su labor creadora, Alegre ejerció como profesor y diversas instituciones educativas. En 1764, recibió el encargo de escribir la Historia de la provincia de la Compañía de Jesús de Nueva España. En esta obra describió con gran profusión de datos la labor evangelizadora realidad por los jesuitas en el territorio.

Alegre sufrió los efectos de la expulsión de los jesuitas del virreinato en 1767. Sus escritos fueron requisados y fue acusado de alta traición a la Corona. Como castigo, fue exiliado a Bolonia, entonces en los Estados Pontificios, donde escribió la mayoría de su obra.

Otras obras importantes fueron la traducción del Arte poética del autor francés Nicolás Boileau, un tratado sobre Arte retórica y una epopeya titulada Alexandriada, sobre Alejandro Magno.

Además, también escribió Homeri illias latino carmines expresa, una versión de la Ilíada, y de la Carta geográfica del hemisferio mexicano.

Servando Teresa de Mier

Servando Teresa de Mier o Fray Servando obtuvo gran reconocimiento por su participación en los movimientos emancipadores en México. Además de esa labor política, este sacerdote liberal fue el autor de muchos tratados sobre filosofía política.

El autor se vio envuelto en serios problemas con la Iglesia por su posición respecto a la virgen de Guadalupe. Así, De Mier afirmó el 12 de diciembre de 1794 en presencia del virrey y de otras autoridades religiosas y civiles lo siguiente:

“Guadalupe no está pintada en la tilma de Juan Diego sino en la capa de Santo Tomé (conocido por los indios como Quetzalcoatl) y apóstol de este reino. Mil setecientos cincuenta años antes del presente, la imagen de Nuestra señora de Guadalupe ya era muy célebre y adorada por los indios aztecas que eran cristianos, en la cima plana de esta sierra del Tenayuca, donde le erigió templo y la colocó Santo Tomé.

Yo haré ver que la historia de Guadalupe incluye y contiene la historia de la antigua Tonantzin, con su pelo y su lana, lo que no se ha advertido por estar su historia dispersa en los escritores de las antigüedades mexicanas”.

De esta forma, Servando Teresa de Mier trataba de demostrar que el culto guadalupano tenía raíces previas a la llegada del cristianismo a México y que estaba relacionado con las antiguas creencias prehispánicas.

Entre sus obras más importantes destacaron Cartas de un americano al español, Historia de la revolución en Nueva España y Memorias, un fraile mexicano desterrado en Europa.

José Mariano Elízaga

En el ámbito de la música en el clasicismo mexicano destacó el nombre de José Mariano Elízaga (Nueva Valladolid, 1786. Este compositor, teórico, pianista y pedagogo ocupó el puesto de maestro de capilla del emperador Agustín I de México tras la independencia del país.

Siendo todavía un niño, Elízaga llamó la atención del virrey Revillagigedo, quien se convirtió en su mecenas y le dio la posibilidad de ingresar en el Colegio de Infantes de la Catedral. Más adelante, además de otros trabajos, se dedicó a enseñar música a la aristocracia de la Ciudad de México. Entre sus alumnas se encontraba la futura esposa de Agustín de Iturbide, Ana María Huarte.

En 1823, Elízaga publicó Elementos de Música en la Ciudad de México. Su carrera continuó incluso después de la caída del Primer Imperio Mexicano y fue uno de los fundadores de la Sociedad Filarmónica mexicana, así como de la Academia Filarmónica. En 1826 creó la primera imprenta musical del país.

Entre sus composiciones de música religiosa se encuentran el Dúo de las siete palabras, Lamentaciones, Miserere o Maitines de la transfiguración. En la música profana destacaron obras como El 16 de septiembre, Seis valses, Inclito gran Morelos y el Vals con variaciones a la memoria de Rossini.

Grandes catedrales

Algunas de las grandes catedrales mexicanas cuentan con elementos que pueden englobarse dentro del estilo del clasicismo. Entre ellas se encuentran las de Puebla, Mérida, Guadalajara o Ciudad de México.

Referencias

  1. Artehistoria. Los ideales del clasicismo en América. Obtenido de artehistoria.com
  2. EcuRed. José Mariano Elízaga Prado. Obtenido de ecured.cu
  3. Khan Academy. Classical Architecture in Viceregal Mexico. Obtenido de khanacademy.org
  4. Los ojos de Hipatia. Barroco y Clasicismo. Obtenido de losojosdehipatia.com
  5. The Editors of Encyclopaedia Britannica. Classicism and Neoclassicism. Obtenido de britannica.com