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Cultura Trincheras: origen, características, religión, cultura


La cultura Trincheras es la civilización prehispánica que entre los años 200 a 1450 d. C., habitó en el noroeste de Sonora en México. Se trata de una región tan extensa como Suiza, siendo hoy en día un gran complejo arqueológico.

Gran parte de los historiadores la vinculan con la cultura Paquimé, también llamada Mogollón, grupo amerindio que habitó en el suroeste de Estados Unidos. Otros destacan la posible influencia de la cultura Hohokam, otro de los grupos indígenas de la antigua Oasisamérica.

El nombre Trincheras fue asignado por los arqueólogos para hacer referencia a las terrazas artificiales construidas sobre los cerros, a las que misioneros y militares les atribuyeron una función defensiva. Sin embargo, numerosas investigaciones han demostrado otros usos de estas terrazas como el agrícola, el habitacional y el ceremonial.

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Origen

Aunque sus orígenes parecen remontarse al año 200 d. C. extendiéndose a 1450 d. C., se considera que el apogeo de la cultura Trincheras se registró entre los años 800 y 1200 d. C. En este periodo se detectaron las primeras cerámicas y rústicos utensilios en piedra y concha de mar, así como indicios de los primeros asentamientos.

Es muy probable que sus descendientes sean los Tohono o’odham, que suelen llamarse Pápagos y que hoy día viven en Sonora y Arizona.

Las investigaciones arqueológicas consideran que esta civilización muestra una fuerte relación con la cultura de Paquimé en el área de Mogollón, más que con el grupo de Hohokam, cuyo asentamiento estaba más cerca.

Ubicación geográfica

El desarrollo de la cultura Trincheras puede detectarse dentro de cuatro sistemas ecológicos diferentes: el fluvial (ríos Magdalena-Altar-Asunción-Concepción), el costero, la región de la desembocadura del río Concepción y el interior (lejano de los ríos y la costa).

En esta llanura desértica, que media entre la Sierra Madre Occidental y el Golfo de California, se destacan dos factores que determinaron el lugar de los asentamientos: las cuencas hidrológicas y los cerros de origen volcánico. La combinación de ambos permitía optimizar el recurso del agua y marcaba las rutas para obtener otros recursos y establecer asentamientos temporales o permanentes.

Algunos investigadores sostienen que la cultura Trincheras llegó hasta los estados de Arizona y Nuevo México al norte y al río San Miguel al sur.

Características

Se trató de un grupo dedicado a la agricultura, que practicaba el cultivo del maíz, el frijol, el algodón y el magüey. Aunque nunca abandonó del todo la caza y la recolección según las evidencias.

La cultura Trincheras se asentó en pleno desierto de Sonora, pero mostró una preferencia por establecerse en las lomas bajas de origen volcánico, que se encontraban en la zona y que le permitiría aprovechar mejor el agua.

Estos cerros también facilitaron el acceso a la materia prima para la elaboración de herramientas de piedra.

Las particulares estructuras que desarrollaron en la zona eran multifuncionales. Se encontraron indicios de que pudieron ser desde áreas residenciales de élites, recintos rituales y observatorios astronómicos hasta estructuras de defensa y terrazas de cultivo.

Se considera que en su época de apogeo también se dedicaron al comercio en gran escala de la concha marina. Esto suponía la recolección en la costa, en donde se daban las primeras fases de acabado y en las aldeas se convertían en piezas de ornato para luego comercializarlas en otras zonas.

Religión

Si se toma como premisa el valor espiritual que diversos grupos amerindios le daban a los cerros, puede inferirse que ocurría algo similar con trincheras. Los cerros servían como casas de seres sobrenaturales, espacios para depositar o proteger objetos sagrados, así como el origen de las nubes, el viento y el agua, tan importante en estos sitios áridos.

En el complejo arqueológico que rodea el cerro Trincheras, varias fueron las estructuras de uso ceremonial: la Plaza del Caracol, La Cancha, El Caracolito y las que incluyen muros de piedra con formas geométricas regulares y de patrón repetitivo.

Observación astronómica

La representación de astros como el Sol, la Luna, Venus y las estrellas en los petrograbados de los cerros de la Proveedora y San José, se considera un indicador de una atenta observación de los fenómenos astronómicos. De esto se derivaba un calendario preciso, asociado a los ciclos de agricultura, la caza y la recolección.

Los arqueólogos consideran que las prácticas rituales atadas a ese calendario buscaban asegurar las lluvias suficientes para los cultivos y eran una petición de abundancia, orden y armonía.

La forma espiral es un elemento recurrente en los cerros de Trincheras, que remite a la concha marina y que para los estudiosos representa la fertilidad y el mar. Este es otro factor que sustenta la práctica ritual al ciclo del agua y las lluvias, parte esencial de su sistema de creencias.

Culto a Tláloc

Considerando la importancia ritual de la lluvia como garantía de subsistencia o del agua en general, algo típico de las civilizaciones agrícolas, no es extraño que se presente el culto a Tláloc.

Tláloc es la deidad mesoamericana del agua celeste y es la responsable de la estación lluviosa. Pero además es considerado patrón de los cerros, pues ellos creían que la lluvia procedía de las montañas en cuyas cumbres se engendraban las nubes. Las montañas tenían carácter divino y se les llamaban los tlaloque, pequeños seres servidores del dios Tláloc que producían estos fenómenos climáticos.

Los investigadores de la cultura Trincheras han identificado gran relevancia en las ofrendas de animales marinos y piedras verdes (símbolos también de fertilidad) a Tláloc en el Templo Mayor.

Cultura

Para algunos investigadores la cultura Trincheras es un fenómeno heterogéneo, de larga duración y a veces de información arqueológica ambigua y contradictoria.

Para diferenciar a la cultura Trincheras se han descrito dos grandes rasgos. El primero refiere a las cerámicas pintadas y el segundo el Cerro Trincheras.

Cerámicas pintadas

Las cerámicas de esta cultura eran de color marrón pero estaban decoradas con hematita molida, que a menudo está en forma cristalina, lo que le da al pigmento un efecto brillante. Esto le confiere un color particular por lo que el estilo de esta cerámica se identificó con el nombre de ‘cerámica trincheras púrpura sobre rojo’.

Las pinturas de hematita podían combinarlas con pintura ocre roja para hacer diseños multicolores que ocasionalmente aplicaban sobre un deslizamiento de arcilla blanca.

También se ha detectado otros dos tipos de cerámica que se denominaron como ‘cerámica trincheras lisa’, ‘cerámica trincheras púrpura sobre café’.

Cerro Trincheras

Con respecto al segundo rasgo, el Cerro Trincheras, se encuentra en la parte media del valle del río Magdalena, en el noroeste de Sonora.

El cerro se eleva a más de 150 metros por encima del llano desértico de la zona, que desde lejos tiene un aspecto “rayado” por los 900 muros de piedra que construyó ese grupo prehispánico.

Esos muros van de los 10 a los 15 metros, pero pueden alcanzar los 150 metros de largo. Además carecen de argamasa, es decir, las rocas se colocaron una sobre otra haciendo uso exclusivo de la gravedad, llegando a tener hasta 3 metros de alto.

El Cerro de Trincheras cuenta con tres estructuras destacadas:

– La primera, cercana a la base del cerro, es La Cancha un espacio comunitario ceremonial que pudo haberse usado para danzas, similares a las ceremonias actuales de los indígenas del norte de México.

– La segunda es El Mirador, que según los ornamentos de uso no común que se encontraron debió ser la residencia de la familia dominante de este asentamiento.

– La tercera y la más sobresaliente es la Plaza del Caracol, una peculiar construcción con paredes semicirculares y un pasillo de acceso en forma de espiral. Es un espiral de 13 por 8 metros que tiene la forma de un caracol cortado por la mitad con un pequeño espacio oval anexo en su lado sur. Esta área fue de uso restringido y ritual.

Otras extensiones

Los restos culturales de Trincheras no tienen una distribución uniforme ni una importancia equivalente en toda la zona, sin embargo vale la pena destacar otros dos puntos importantes: Los Círculos de la Cantera y los Petroglifos de la Proveedora.

Los Círculos de la Cantera se ubican a 90 km al noroeste del cerro de Trincheras, en las cercanías de Magdalena de Kino. Se conforma de varios bloques de toba volcánica de unos diez metros de altura.

En el área aplanada hay surcos y agujeros de unos diez centímetros que en conjunto forman círculos y cuadrados de un metro de diámetro. No se ha esclarecido el propósito de esta área, pero se encuentran grabados de posible carácter astronómico o religioso.

A unos 15 km al oeste de Caborca se encuentran el cerro de la Proveedora y montes aledaños en cuyas rocas hay incontables petroglifos. La mayoría son figuras antropomorfas pero también se representan animales en las escenas de caza.

Además abundan los trazos geométricos, grecas y espirales. Algunos consideran que esta es una de las más grandes galerías de arte rupestre de México.

Referencias 

  1. Cultura de Trincheras. (2018, 30 de septiembre). Wikipedia, La enciclopedia libre. Recuperado de es.wikipedia.org
  2. Canchola, M. E. V. (2014). La apertura para visita pública de cerro de trincheras, sonora. Anales De Antropología, 48(2), 97–117. doi: 10.1016/s0185-1225(14)70245-0
  3. México desconocido. (2010, 30 de julio). Los misteriosos vestigios de la cultura Trincheras en Sonora. Recuperado de mexicodesconocido.com.mx
  4. (2018, 15 de enero). Zona Arqueológica Trincheras. Recuperado de inah.gob.mx
  5. Vllalpando Canchola, M. Elisa, “Cerro de Trincheras, Sonora. Muros de piedra que acogen la espiral del mar”, Arqueología Mexicananúm. 97, pp. 39-45.
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