Anatomía y fisiología

Vesícula seminal: características, funciones, histología


Las vesículas seminales, también conocidas bajo el nombre de glándulas seminales, son las estructuras encargadas de la producción de aproximadamente la mitad del volumen del líquido seminal en los hombres. Estas consisten en un tubo plegado y enrollado sobre sí mismo.

Anatómicamente, se ubica en una región denominada excavación pélvica. Esta se localiza detrás de la vejiga urinaria y delante del recto. Se une a la próstata por medio del extremo inferior.

El conducto eyaculador está formado por el conducto excretor de la vesícula seminal y el conducto deferente. Ambos confluyen  en la uretra. Es un órgano único del sexo masculino y no existe un equivalente u estructura homóloga en las hembras.

Índice del artículo

Características

Morfología general de la vesícula seminal

La vesícula normal de un adulto promedio es piriforme y se ubica en el rango de 5 hasta 10 cm de largo, y un diámetro de 3 a 5 centímetros. Sin embargo, las vesículas disminuyen de tamaño con el paso de los años.

La vesícula puede almacenar un volumen medio de hasta 13 mL. Se ha determinado cierto patrón en el cual algunos hombres exhiben la glándula derecha un poco más grande que la izquierda.

Composición de la vesícula seminal

La vesícula está compuesta por un tubo que se enrolla múltiples veces sobre sí mismo, triplicando la longitud de la vesícula seminal. Si observamos un corte de la vesícula, veremos un número importante de cavidades que parecieran comunicarse entre sí.

La extremidad superior se encuentra ensanchada y de la extremidad inferior o cuello sale un conducto excretor, que se acopla con el conducto eyaculador.

El conducto eyaculador es la unión de un conducto deferente, que sale de un testículo, y se une a un conducto secretor de la vesícula seminal. Los conductos deferentes son un par de tubos formados por músculo liso y pueden llegar a medir unos 45 cm.

En estos tubos se transportan a los espermatozoides maduros a otro conducto donde se mezclan con otros líquidos adicionales y finalmente saldrán del cuerpo masculino durante el evento de la eyaculación.

La pared está formada de músculo liso y se encuentra tapizado por células mucosas que secretan una sustancia viscosa. Este producto participará en la constitución del semen.

Histología

Cada vesícula seminal es una evaginación del conducto eferente. La vesícula es una acumulación de tubos muy enrollados.

Histológicamente, los cortes de la estructuras exhiben un número importante de luces o agujeros. Sin embargo, todo lo que se observa es la imagen de una sola luz tubular que es continua – intentemos visualizar cómo se vería si cortáramos un tubo enrollado múltiples veces.

Como mencionamos, la vesícula seminal se encuentra tapizada por un epitelio pseudoestratificado del tipo cilíndrico que es similar al que encontramos en la glándula prostática.

La mucosa de las glándulas seminales se caracteriza por estar arrugadas. Estos pliegues difieren en cuento a sus tamaños y generalmente se encuentran ramificados y conectados unos con otros.

Los pliegues que son más grandes pueden formar recesos  con los pliegues más pequeños. Así, cuando se les secciona se observa una especie de arcos o vellosidades, dependiendo del plano del corte. En ciertas secciones, particularmente en la periferia de la luz, los pliegues de la mucosa alcanzan  una configuración de alvéolos.

Funciones

Actualmente, no se ha dilucidado con total precisión todas las funciones fisiológicas que llevan a cabo las vesículas seminales.

Sin embargo, lo que sí se conoce, es que el líquido que es secretado por estas glándulas masculinas es de importancia vital para la motilidad y el metabolismo de los espermatozoides transportados en el evento de la eyaculación.

Estas secreciones contribuyen del 50 al 80% de todo el volumen total eyaculado – en promedio serían unos 2,5 mL. A continuación describiremos en detalle la composición de las secreciones de estas importantes glándulas.

Secreciones de la vesícula seminal

Es una secreción de textura viscosa y de tonalidad blanca o amarillenta. La composición química de este producto está conformada por:

Fructosa y otros azúcares

Químicamente, la secreción de la vesícula seminal está compuesta cantidades importantes de fructosa y otros azúcares simples.

Estos carbohidratos son muy importantes para promover la movilidad espermática, ya que les sirve de fuente nutritiva. Los espermatozoides usarán estos azúcares hasta que uno de ellos logre fecundar el óvulo.

Prostaglandinas

La secreción de la glándula seminal es rica en prostaglandinas E, A, B y F. Las prostaglandinas son moléculas de naturaleza lipídica formados por 20 átomos de carbono y contienen en su estructura un anillo de ciclopentano.

Estas moléculas tienen la capacidad de afectar distintos sistemas, incluyendo el sistema nervioso y reproductor. También intervienen en la presión y en la coagulación de la sangre.

Se cree que las prostaglandinas contribuyen en la fecundación, ya que pueden reaccionar con el moco cervical de la hembra y hacen el movimiento de los espermatozoides más fluidos.

Del mismo modo, puede estimular contracciones en el aparato reproductor femenino que favorecerían el movimiento de los espermatozoides para llegar hasta los ovarios y promover así la fecundación.

Aunque las prostaglandinas fueron moléculas encontradas por primera vez en la próstata (por esta razón se conocen como prostaglandinas), son sintetizadas dentro de las vesículas seminales en cantidades importantes.

Semenogelina 1

Se encontró que el producto de la vesícula seminal contiene una proteína de peso molecular de 52 kDa, denominada semenogelina 1. Se especula que esta proteína interrumpe la movilidad de los espermatozoides.

Durante la eyaculación, la proteína es escindida por una enzima proteolítica, denominada antígeno prostático específico. Posteriormente, los espermatozoides recuperan su motilidad.

Otros compuestos

Además, la secreción contiene aminoácidos (los bloques estructurares de las proteínas), ácido ascórbico, y factores de coagulación.

Enfermedades

En las vesículas seminales, las patologías primarias son muy poco comunes. Sin embargo, las lesiones secundarias a las estructuras son frecuentes.

Gracias a las tecnologías actuales de diagnóstico (ecografías, resonancias magnéticas, entre otros) se puede establecer con precisión el origen de la lesión estudiada. Las patologías más importantes son:

Anormalidades embriológicas

Las patologías de la vesícula seminal a nivel embrionario se presentan al ocurrir errores en el desarrollo del individuo. Errores en la zona de nacimiento del brote uretral causa la reabsorción tardía de la estructura – las vesículas seminales se empiezan a formar aproximadamente en la semana 12 de la embriogénesis.

Según los estudios, en la mitad de los hombres los uréteres ectópicos ingresan en la uretra posterior, mientras que en el 30% de los casos se unen en la vesícula seminal. El restante ingresa en el conducto deferente o en los conductos eyaculatorios.

Infecciones

La vía seminal es una región propensa a las infecciones producto de las presencia de microorganismos. Estos pueden llevar a un proceso inflamatorio, obstruyendo los conductos.

También pueden afectar negativamente la movilidad de los espermatozoides. Estas infecciones pueden ser fácilmente detectadas realizando un cultivo de la orina.

Sobrecarga de la vesícula seminal

Aunque no es una enfermedad o una patología como tal, es una condición que puede producir incomodidad en los hombres. Recordemos que la vesícula es la responsable de generar más de la mitad del líquido seminal, por lo que una sobrecarga se traduce en hinchazón, sensibilidad y en algunos casos, en dolor prolongado.

Es una situación común ante la poca frecuencia o abstinencia al momento de mantener relaciones sexuales o masturbarse. La manera de aliviarlo es liberando la carga seminal extra por medio de la eyaculación.

La prolongación de la sobrecarga puede acarrear consecuencias graves a largo plazo, como el rompimiento de los conductos seminales y la esterilidad.

Quistes de la vesícula

La vesícula seminal es propensa al desarrollo de quistes. Estos no presentan síntomas – si su tamaño es pequeño, menor a los 5 centímetros – y generalmente se identifican de manera incidental, ya que el paciente recurre a la realización del estudio por algún otro motivo médico. Esta condición no es frecuente entre los hombre.

Cuando el quiste es más grande, los síntomas más comunes son dolor al momento de orinar y dificultad para ejecutar esta acción, dolor en el escroto y dolor durante la eyaculación.

Dependiendo del tamaño del quiste, los conductos urinarios se pueden obstruir. Una manera de retirarlo es mediante una intervención quirúrgica.

Tumores

Según los datos disponibles en la literatura médica, los tumores más comunes en la vesícula seminal son – además de los benignos – los carcinomas y los sarcomas. El primero se reporta con una incidencia cercana al 70%, y el restante se atribuye a la presencia de sarcomas.

La presencia de tumores en la vesícula seminal es mucho más frecuente por invasión secundaria, comparado con la aparición de tumores primarios en la zona. Además, en la mayoría de los casos, los tumores primarios son detectados a una etapa bastante avanzada, lo que dificulta el tratamiento.

Dicho diagnostico puede ser realizado por medios clínicos y radiológicos. Posteriormente se realiza un estudio histológico de la región para corroborar el resultado. El tratamiento de dicha patología incluye la extirpación quirúrgica y radioterapias.

En el caso de los tumores benignos, sólo se procederá a la intervención quirúrgica cuando el volumen del tumor sea considerado como peligroso o bien si existen dudas histológicas.

Referencias

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