Mapuches: historia, características, costumbres, economía
Los mapuches o araucanos, como se les denominó a finales del siglo XVIII, son grupos aborígenes que habitan en territorio chileno o argentino. Suele considerarse que esta etnia es una de las más antiguas ya que, según vestigios históricos, fueron los que iniciaron e impulsaron la cultura pitrén (100-1100 d. C.) y El Vergel (1100-1450 d. C.).
Hasta mediados del siglo XIV los mapuches estaban unificados tanto en lenguaje como en tradiciones religiosas. Vivían entre la isla de Chiloé y el río Copiapó, pero no formaban una homogeneidad cultural ya que algunas castas poseían sus propias reglas, que eran establecidas por el jefe de cada tribu.
Después de la llegada de los españoles en el siglo XVI, todas las poblaciones terminaron vinculándose social y económicamente con el objetivo de crear una identidad colectiva para desarrollar una fortaleza o una hueste que los ayudase a combatir al ejército enemigo. Años más tarde, este suceso ocasionó la disolución grupal y la emigración.
Dicha emigración ocurrió por la pérdida de tierras que fueron usurpadas, ocasionando que los mapuches ya no dependieran de sus recursos sino del Estado. Entonces, optaron por formas de vidas distintas: unos se trasladaron a las ciudades y se adaptaron a la vida urbana, y otros se quedaron en el campo y conservaron sus costumbres rurales.
Índice del artículo
- 1 Agrupaciones
- 2 Origen e historia
- 3 Ubicación geográfica
- 4 Características
- 5 Costumbres y tradiciones
- 6 Economía
- 7 Organización social y política
- 8 Alimentación
- 9 Vestimenta
- 10 Referencias
Agrupaciones
La sociedad mapuche se dividió en un conjunto de liderazgos en los que los caciques tenían el poder total de las acciones y decisiones de los habitantes.
Estas agrupaciones buscaban ser independientes y no relacionarse con la nación. Su ideal era tener una comunidad particular y no vincularse con otros grupos que no fuesen indígenas, aunque esa norma no siempre se siguió.
Por ello proclamaron políticas definidas ante el Estado con la finalidad de que este no invadiera sus territorios.
Sin embargo, en el transcurso del siglo XVIII los caciques comprendieron que la influencia de las actividades españolas —tales como el comercio, la educación y la continua llegada de viajeros europeos— causarían que su potestad se fuese disolviendo.
Por eso motivo las tribus formalizaron un tratado estratégico, que en la actualidad se puede interpretar como uno de los programas políticos más elaborados en torno al pacto con la sociedad fronteriza.
Ese tratado tenía como centro el sentido de pertenencia: los mapuches estaban muy arraigados a sus tierras. Entre los principales grupos de cacicazgos destacan los siguientes:
Abajinos, nagpuleches o lelfunches
Era la población mapuche más numerosa. Sus habitantes ocupaban las llanuras y cordilleras de Nahuelbuta, localizada en el valle central. Dichos campos se caracterizaban por su fertilidad, razón por la cual los abajinos se dedicaron a la ganadería y la agricultura.
A lo largo del tiempo destacaron tres generaciones de nagpuleche o lelfunche, que se pueden apreciar como piezas claves a la hora de determinar el rol de los indígenas en la sociedad.
La primera vivió a principios del siglo XIX: fueron los caciques que lucharon para conquistar la autonomía de Chile. La segunda generación participó en la guerra de 1860, mientras que la tercera estuvo compuesta por los caciques que ocuparon de modo definitivo el espacio de la Araucanía, alrededor de la época de 1880.
Arribanos o huenteches
A diferencia de los abajinos, los arribanos se ubicaron cerca del líder Mariluán, quien era conocido por su valentía y sabiduría. La casta huenteche habitó en las llanuras precordilleranas, donde las tierras se determinaban por ser abundantes; por esto se enfocaron en la labor ganadera.
A pesar de estar unificados, su tradición manifestaba que cada localidad tuviese un cacique. El objetivo era que todo el poder no se enfocara en una persona; además, era la única manera de verificar que los habitantes cumpliesen con las costumbres.
Pehuenches u hombres de la cordillera
A finales del siglo XIV los pehuenches no formaban parte de la etnia mapuche, pues eran una tribu libre que hablaba otro lenguaje. Sin embargo, fue en el transcurso del siglo XVIII cuando los hombres de las cordilleras se “araucanizaron” con el propósito de defender los territorios y el albedrío de los nativos.
Los pehuenches tenían tradiciones distintas a la de los mapuches del valle, aunque sus rasgos físicos se asimilaban.
La diferencia de hábitos no solo se debía al hecho de que ambos grupos derivaban de etnias diversas, sino al medio que ocupaban. Estos indígenas vivieron entre la cordillera de los Andes de Chillán y en el alto Biobío.
Es decir, estaban adaptados a temperaturas más bajas que el resto de las etnias. No cultivaban y su principal alimento era el piñón, con el cual hacían harina para elaborar el pan o la torta. Tampoco comían carne de vaca, sino de yegua.
Pampas y puelches, la población del este
Se denominó hombres de las pampas a los grupos mapuches que a comienzos del siglo XIX consiguieron unificarse bajo el mando del militar Juan Calfucurá.
Este cacique, proveniente de Chile, construyó una nueva comunidad en las zonas rurales de Argentina. Entre estas regiones sobresalieron la Patagonia y Salinas Grandes.
Debido a las trágicas consecuencias que dejó la guerra de emancipación, algunos puelches decidieron trasladarse de un territorio a otro para huir del terror y la decadencia que estaban experimentando.
A partir de ese momento se originó el mestizaje en Argentina, pues las etnias que se encontraban en este espacio se despojaron de la rigurosidad de sus costumbres.
Ese aspecto ocasionó que los aborígenes de las pampas se casaran con personas de otros linajes. Siguiendo sus prácticas, los puelches se dedicaron al trabajo agrario y a la cría de animales.
Origen e historia
El origen de los mapuches, término que en su lengua materna significa “gente de tierra”, sigue siendo desconocido. Sin embargo, se sabe que antes de la llegada de los colonizadores estos grupos indígenas llevaban siglos habitando en estos territorios, que tiempo más tarde se denominaron americanos.
Según hipótesis históricas, estas etnias ya se encontraban en la tierra desde el período del 500 d. C. No obstante, fue durante la invasión hispánica cuando las poblaciones se aunaron social y culturalmente con un propósito común: no permitir la dominación extranjera.
En ese sentido deben recalcarse tres acontecimientos que determinaron el estado actual de los mapuches: la guerra del Arauco, la batalla de Curalaba y la ocupación de la Araucanía.
Guerra de Arauco (1536-1772)
Este conflicto bélico, que se extendió alrededor de 236 años, inició con la rebelión de los mapuches contra el sometimiento de los europeos.
Al llegar a la región de Biobío, los españoles tenían un frágil concepto sobre los indígenas porque habían logrado dominar el Imperio inca. Los ibéricos consideraban que, tras haber “civilizado” un pueblo, los demás serían más sencillos.
Sin embargo, al enterarse de las intenciones que tenían los militares hispánicos, los mapuches incendiaron las viviendas que estos forjaron cerca de río y al sur de la cordillera. A partir de ese instante el reino de Castilla se vio forzado a mantener un ejército profesional que cuidara las fronteras.
Esto fue porque los mapuches utilizaron a su favor el paisaje, y los conquistadores se vieron obligados a retroceder. Otro factor esencial fue la falta de alimentos, ya que la cordillera donde se llevó a cabo la pugna se caracterizaba por ser árida, aunque era poblada.
Por eso motivo, los hispánicos se plantearon detener el proceso de colonización en más de una ocasión. Esto no ocurrió pronto; en la guerra de Arauco hubo un sinfín de muertos, tanto de un bando como de otro.
Batalla de Curalaba (1598)
Esta batalla fue fundamental porque determinó la habilidad defensiva de los mapuches, quienes vencieron a las fuerzas chilenas que combatían por la Corona. Las tropas dirigidas por los indígenas Anganamon, Pelantaru y Hualquimilla atacaron y derrotaron el frente comandado por Martín Ónez de Loyola.
El fallecimiento de este gobernador chileno ocasionó la masiva evasión de los habitantes que se encontraban en las ciudades cercanas a la región de la Araucanía, así como de aquellos que se hallaban en los campamentos españoles.
Este hecho se originó porque las huestes mapuches avanzaron rápidamente con el fin de invadir y aniquilar todo lo que se vinculara con España.
Dicha acción bélica representó el inicio de la rebelión, que generó que los españoles desistieran de colonizar a los nativos.
Ocupación de la Araucanía (1861-1883)
A pesar de la derrota, posteriormente los españoles insistieron en dominar a los mapuches, pero estos continuaron defendiéndose.
El intento de someter a los indígenas cesó en 1882, momento en el cual el ejército de la república de Chile proclamó una ley llamada Pacificación de la Araucanía. La publicación de ese estatuto se realizó debido a intereses políticos.
El gobierno, siguiendo el lema de “eliminación de lo indígena en nombre de la civilización”, se enfocó en crear otra ideología cuya finalidad fue establecer una identidad particular. Para ello era necesario controlar a las etnias; de ahí que haya surgido la idea de no despojarlos de sus territorios.
En 1861, luego de la guerra y aculturación de los mapuches, el Estado firmó un tratado en el que se señalaba que nadie los podía desalojar de sus tierras.
Sin embargo, sí redujeron el espacio, ocasionando la emigración de algunos grupos aborígenes debido a la injusticia del pacto. El único fin de los militares y políticos fue terminar con la enemistad para poder explotar el área de Arauco.
Mapuches en la actualidad
Las consecuencias de las batallas y de la ocupación de la Araucanía fueron la disminución del espacio y la desorganización social, ya que en el transcurso del siglo XX los mapuches continuaban siendo discriminados. Esto se evidencia con las reformas agrarias que han realizado para recuperar sus tierras, pero que el gobierno constantemente ha omitido.
Como consecuencia de la falta de recursos, a principios de del siglo XXI se incrementó la emigración de los grupos indígenas de las zonas rurales a las urbanas, en las que sus penurias no terminan debido a la falta de oportunidades y valoración.
Ubicación geográfica
Los mapuches son pueblos que al principio se establecieron en los valles de Chile; esa zona fue su principal centro de actividades. Sin embargo, con el pasar del tiempo fueron creciendo y se fueron distribuyendo hacia el oeste del río Maullín.
Esta etnia también se localizó en diversos espacios de las importantes regiones de Itata, Toltén, Choapa, Biobío y Chiloé.
Después de emigrar para Argentina, los mapuches ocuparon las provincias de San Luis y Neuquén, así como las zonas de las pampas que se encontraban al sur del río Limay.
Características
Trabajo en equipo
Los mapuches se caracterizan por ser una población que trabajaba en equipo, incluso desde sus inicios, aunque estuviesen en tribus diferentes. Así fue como forjaron el concepto de comunidad y mantuvieron los lazos familiares.
Concepción de la naturaleza
Otro rasgo fundamental es la concepción que han tenido sobre el medio que les rodea. A pesar de que desde siempre han estado muy arraigados a sus tierras, estas etnias consideran que no les pertenecen.
Las tierras son un obsequio de la naturaleza y, por tanto, no son de nadie sino un recurso prestado para vivir. Por ello los mapuches consideran que hay que cuidarlas o, de lo contrario, estas desaparecerán.
Lengua
Estos grupos indígenas tuvieron una lengua propia denominada mapundungún, que varió dependiendo de la región.
Esta lengua fue de tipo aglutinante y formaba parte de la subfamilia araucana. Tenía 27 fonemas: 21 consonantes y 6 vocales. Generalmente no era empleada en la escritura y solía utilizarse de manera oral.
Religión politeísta
Al igual que los incas y los mayas, los mapuches tuvieron una religión politeísta: contaban con numerosos dioses para tener éxito en sus labores cotidianas. Luego de la colonización, muchos nativos no aceptaron el cristianismo porque eso significaba ofender a sus seres creadores, y los que habían sido forzados aún alababan en secreto a sus divinidades.
Costumbres y tradiciones
Los araucanos son grupos aborígenes que, a pesar de formar distintas etnias, tuvieron costumbres y tradiciones similares que se originaron a través de la visión que tenían sobre el hombre y la naturaleza.
El hombre se percibía como un todo, en el que el cuerpo y el espíritu estaban estrechamente relacionados con el cosmos.
Por otro lado, la naturaleza era apreciada como un ente vivo en el que cada elemento existía. De ese modo, el hombre era un ser social y natural.
A continuación se desarrollarán algunas de las principales tradiciones y costumbres que identificaron al pueblo mapuche:
Matrimonio y crianza
La tradición era que el día de la boda el caballero —en compañía de su familia— raptara a la dama seleccionada. Esta ceremonia era alegórica, pues simbolizaba que la mujer renunciaba a su hogar paterno para dedicarse a su vida conyugal. Sin embargo, el casamiento no se formalizaba si el hombre no pagaba la dote.
Era preferible conservar el círculo familiar; por eso los novios tenían que contraer nupcias con sus primas. De igual modo, en las familias más apegadas a las costumbre se permitía que el hombre tuviese la cantidad de esposas que él deseara, dependiendo de sus recursos.
En cuanta a la crianza, los niños mapuches solían ser educados por sus abuelos paternos, quienes los integraban desde temprana edad a la vida social para que aprendieran los quehaceres y se adaptaran a las labores.
Viviendas o ruka
La edificación de una casa mapuche fue un trabajo de carácter colectivo, pues cuando algún individuo estaba interesado en forjar su casa buscaba al hombre sabio de la aldea para que lo guiara en cada movimiento.
La vivienda clásica seguía la siguiente estructura: la única entrada se orientaba hacia el este, no poseía ventanas y tenía aberturas triangulares. El interior estaba constituido por tres áreas: el fondo, donde se almacenaban productos; el centro, en donde se colocaba el fogón; y los sectores laterales, en donde estaban las camas.
Música y juegos
Los mapuches también sobresalieron en el ámbito cultural, pues fue un pueblo que encontró en la música y en el juego un método para animar las ceremonias rituales.
Por eso desarrollaron instrumentos como el kultrun y la trutuca, artefactos que se parecen a las trompetas y a los elementos de percusión.
En cuanto a los juegos, destacó el pailín, que consiste en peleas de caballeros con espadas de palos. El fin era honrar a los ancestros o a los dioses.
Economía
La economía de los araucanos se basó principalmente en dos sectores. El primero fue el desarrollo de la agricultura, ya que cosechaban productos como las papas, el maíz y las quínoas, los cuales se vendían en las zonas urbanas.
El segundo sector era la cría y venta de animales. Los indígenas eran los encargados de garantizar que estos no tuviesen ningún defecto al momento de competir en los torneos.
También se encargaban de que la alimentación del ganado fuese saludable para que no afectara a ningún individuo que comiera su carne.
Además de estas, los mapuches tuvieron otras ocupaciones labores, como las siguientes la recolección de plantas silvestres, la pesca y la actividad manufacturera.
Organización social y política
La organización social y política del pueblo mapuche estaba sumamente relacionada entre sí. Se encontraba bajo el poder del “lonko”, quien era el líder supremo. Este cacique no solo establecía las reglas que se debían seguir en el campo de batalla, sino también las relativas al hogar; para ello nombraba como jefe de cada familia a los padres o esposos.
Los jefes de familia tenían la función de supervisar si los habitantes cumplían con las ceremonias y normas de construcción, así como observar el progreso de las siembras.
Estos aspectos luego eran debatidos en los cahuines, reuniones que hacían los principales guías. En cuanto al rol de la esposa, se especificaba que, en caso de que hubiese más de una, la autoridad sería de la primera.
“Lov”
Los inconvenientes sociopolíticos se trataban en el “lov” y ante los penates; la idea era que los dioses orientaran las decisiones. El “lov” era una especie de institución a la que podían asistir todos los habitantes de una casa.
En tiempos de guerra los mapuches organizaban un consejo donde solo participaban los hombres con la finalidad de elegir a los dirigentes militares, quienes solían ser aquellos que tuviesen experiencias en batallas, conocimientos y sabiduría.
Alimentación
La alimentación de los mapuches se caracterizaba por ser balanceada: contenía cereales, vegetales, frutos, carbohidratos y pocas carnes. En sus comidas diarias no podían faltar el pan, las tortillas, los aderezos y guisos.
Lo esencial para estos grupos indígenas era la vitalidad del cuerpo, razón por lo que producían sus alimentos. Entre sus recetas destacaron las siguientes:
Mültrün
Era una masa elaborada con trigo entero que primero se cocía y luego se trituraba. Con ello se preparaban pequeños cilindros en forma de huso que se freían y comían con miel.
Ñachi
Era una preparación que se realizaba con la sangre de los animales que acababan de matar. La sangre se recogía en un tazón que tenía cilantro picado y la mezcla se aliñaba con sal, ají y jugo de limón. Una vez condensara, la preparación se comía directamente de la taza.
Diweñ
Corresponde a unos hongos que se preparaban con cilantro y ají sazonado. Esta receta se utilizó como acompañante de las carnes asadas. Lo curioso de esta preparación es que fue comercializada en el centro de la ciudad.
Vestimenta
El modo de vestir de los mapuches se ajustaba a sus labores cotidianas, por eso procuraban que sus ropas fuesen sencillas.
En ningún momento sintieron curiosidad por ampliar sus conocimientos sobre moda, a pesar de que las mujeres dominaban el arte del tejido. Incluso después de la colonización, algunos araucanos no cambiaron su vestimenta.
En la actualidad la vestimenta masculina se ha occidentalizado, ya que llevan pantalones y franelas, conservando algunos pocos rasgos tradicionales, tales como el poncho y el sombrero.
En cambio, el vestuario de las mujeres tiende a mantenerse, especialmente entre las mayores y las niñas que inician su participación en las ceremonias rituales.
El gran cambio en el vestuario femenino está en la incorporación del calzado, porque en décadas anteriores las mujeres mapuches vivían prácticamente descalzas.
Atuendo femenino
El atuendo femenino se caracterizaba por tener escasas prendas, ya que las araucanas le otorgaban mayor valor a las joyas. Su vestuario estaba formado por:
– Küpam (vestido).
– Munulongko (velo).
– Ukülla (chal).
– Ngütrowe (tejido con incrustaciones de plata que se colocaba sobre el cabello).
Atuendo masculino
El atuendo tradicional masculino estaba diseñado para la jornada laboral y la comodidad. Este consistía en lo siguiente:
– Chumpiru (sombrero holgado).
– Ekota (sandalias).
– Makuñ (poncho).
– Sumel (zapatos).
– Trariwe (cinturón elaborado con lana).
Referencias
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