Historia

Cultura purépecha: origen, ubicación, características, tradiciones


¿Qué es la cultura purépecha?

La cultura purépecha, también conocida como cultura tarasca, fue una cultura precolombina que habitó principalmente en la zona noroeste del estado de Michoacán, en el actual México. Dado que, a diferencia de los aztecas, no dejaron registros documentales, su origen sigue siendo objeto de debate entre los expertos.

Esa falta de documentos propios ha hecho que sus características e historia hayan tenido que ser estudiadas a través de las obras de los cronistas españoles. Entre estas, la Relación de Michoacán, escrita por el franciscano Jerónimo de Alcalá, es la que más información ha aportado a la hora de conocer esta cultura.

Se estima que la cultura purépecha se desarrolló entre el 1200 y el 1521 d. C. Durante su etapa de máximo esplendor, llegaron a dominar un territorio de unos 75 000 kilómetros cuadrados. Su capital era Tzintzuntzan, cuyo nombre puede traducirse como “lugar de los colibríes”.

Cuando llegaron los conquistadores españoles, los purépechas eran el segundo imperio más grande de Mesoamérica. Durante su historia, habían sido capaces de resistir los esfuerzos militares mexicas por conquistarlos. Esta enemistad fue la causa por la que se aliaron con los españoles en su campaña para derrotar al Imperio mexica.

Origen

Los orígenes de la cultura purépecha no han podido ser esclarecidos dada la falta de evidencias sobre el mismo.

Estudios sobre su origen

Algunos historiadores han encontrado parecidos con algunos pueblos sudamericanos, sobre todo en su lengua y en su cultura material. De estas similitudes surge la hipótesis sobre un supuesto origen en esa zona del continente.

Según la teoría, los purépechas habrían llegado a Mesoamérica en una migración que siguió las costas del Pacífico hasta recorrer el río Balsas y alcanzar Michoacán.

Los estudios realizados han mostrado similitudes entre la lengua de los purépecha y el quechua sudamericano. Igualmente, se han encontrado estilos parecidos en la cerámica y la metalurgia.

El momento en el que la cultura purépecha floreció es también objeto de debate. Algunos expertos consideran que debió ser sobre el 1100 d.C., mientras que otros mantienen que la fecha más probable fue sobre el 1200.

Relación con los aztecas y españoles

El Imperio azteca intentó en varias ocasiones conquistar el territorio controlado por los purépechas. A pesar de su poderío, nunca lo consiguieron.

Cuando los españoles llegaron a la zona consiguieron derrotar a los tarascos sin encontrar demasiada resistencia. La Corona encargó a Vasco de Quiroga el gobierno de las aldeas purépechas y este las organizó por su tipo de artesanía.

La enemistad entre tarascos y mexicas provocó que los primeros ayudaran a los conquistadores en su lucha para conquistar el Imperio azteca.

Ubicación geográfica

Antes de la llegada de los españoles, los tarascos habitaban en el estado mexicano de Michoacán. Además, también existían asentamientos en los valles inferiores de Jalisco y Guanajuato.

Periodo precolombino

El imperio creado por los purépechas llegó a tener una extensión de más de 75 000 kilómetros cuadrados, con capital en Tzintzuntzan.

Esta capital era la población con mayor número de habitantes. Estaba situada en el noreste del lago de Pátzcuaro. En las costas de ese lago se levantaron unas 90 ciudades más.

Para 1522, la población que residía en los alrededores del lago era de unas 80 000 personas. Solo la capital contaba con unos 35 000 habitantes.

Purépechas actuales

La mayoría de los purépechas actuales siguen viviendo en el estado de Michoacán, aunque existen grupos numerosos en Guanajuato y Guerrero.

Ciudad de México, Baja California y Colima son otros estados en los que residen miembros de esta cultura. Además, la emigración ha provocado que algunos tarascos se trasladaran, principalmente, a Estados Unidos.

Características de la cultura purépecha

La cultura purépecha tuvo como figura más importante al rey Tariácuri, cuya descripción se asemeja a la del dios Quetzalcóatl.

Según sus leyendas, Tariácuri fue el fundador del estado tarasco junto al lago Pátzcuaro. Este cazonci, palabra en el idioma purépecha que significaba gobernante, extendió el territorio de su imperio, ejerció el poder con justicia e impulsó la ciencia y el arte.

Antes de fallecer, el cazonci creó tres señoríos diferentes dentro de su imperio: Pátzcuaro, Ihuatzio y Tzintzuntzan. Su hijo Huinquingaje se hizo cargo del primero, mientras que los otros dos fueron gobernados por sus sobrinos.

Purépecha o tarascos

El nombre de este pueblo proviene de la palabra p´urhépecha, que significa “lugar en el que viven los p’urhé”. Este último término, a su vez, puede traducirse como persona o gente.

Por otra parte, los españoles dieron a este pueblo el nombre de tarascos. Una de las teorías sobre el origen de esta denominación señala que podría provenir del dios Tharas Úpeme, al que los purépechas rendían culto como deidad de la guerra y la caza.

Lengua

Los especialistas no han encontrado ninguna relación entre la lengua purépecha y otros idiomas hablados en Mesoamérica en la misma época. Sin embargo, algunos expertos mantienen que existen parecidos con el quechua sudamericano.

En la actualidad, hay cuatro variedades idiomáticas de esta lengua. Según datos de 2015, solo unas 140 000 personas continúan hablando este idioma.

Ciudades

Los purépechas organizaron su imperio como una confederación de ciudades. Las que estaban en las orillas del lago Pátzcuaro constituían el centro del poder. Los centros ceremoniales más importantes eran los siguientes:

  • Tzintzuntzan: capital de su cultura, esta ciudad tenía cinco yácatas, el tipo de edificio más emblemático de los purépecha y en los que se encontraban los templos.
  • Pátzcuaro: según sus creencias, esta era la ciudad por la que descendían y ascendían los dioses. Tras la legada de los españoles, Pátzcuaro se convirtió en la capital de los purépechas.
  • Ihuatzio: contaba con tres yácatas y destacaba por su planificación urbana basada en las vías de comunicación.
  • Zacapu: según algunos arqueólogos fue la cuna de la cultura de este pueblo. Los purépecha la consideraban el centro del universo.

La cultura purépecha y las armas

La cultura purépecha daba una gran importancia a la guerra. Posiblemente, su carácter guerrero fuera una obligación ante los continuos intentos aztecas por conquistarlos.

Además de su habilidad para el combate, destacaron por las armas que fabricaban, desde hachas a hondas, pasando por arcos y flechas, lanzas o garrotes. Su dominio de la metalurgia les proporcionaba ventajas en cuanto a la dureza del armamento.

Se sabe que los guerreros purépechas eran especialistas en preparar emboscadas. Para ello, se camuflaban en las mejores zonas y atacaban al enemigo desde varios frentes.

Religión, dioses y creencias

La cultura purépecha tenía una religión politeísta, esto es, con varios dioses a los que rendía culto. Su deidad más importante y antigua era el dios del fuego, Curicaueri.

Como en muchas otras culturas mesoamericanas, la clase sacerdotal acumulaba un gran poder. Al frente de esta se encontraba un sumo sacerdote.

Este pueblo creía que el universo estaba formado por tres mundos: bajo tierra estaba el Cumánchecuaro, el mundo de los muertos; en la Tierra, el de los vivos, llamado Echerendu; por último, en el cielo, donde habitaban los dioses, se ubicaba el Aúandarhu.

Dioses principales

Dentro del panteón de la religión purépecha había tres dioses considerados como más importantes.

El primero era Curicaueri, padre del resto de los dioses. Estaba relacionado con el fuego y envejecía según el recorrido del Sol por el cielo.

La esposa de Curicaueri, llamada Cuerauáperi, era la siguiente deidad en importancia. Se asociaba con la madre-Tierra y de ella dependía la vida, la muerte, la lluvia y la sequía.

Por último, el trío de dioses principales era completado por Xarátanga, hija de Cuerauáperi. Los purépecha la asociaban a la Luna nueva y realizaban sacrificios humanos en su honor.

La diosa Curicaueri tenía cinco hermanos, los Tiripemencha. Su función era custodiar y gobernar los cuatro puntos cardinales y el centro del universo.

Otros elementos religiosos

Para encender una hoguera en honor de su dios principal, los miembros de este pueblo utilizaban un instrumento con forma de la constelación de Tauro. Esto prueba la importancia que daban los purépechas a la astronomía. Para ellos, la actividad cósmica guardaba una estrecha relación con la vida en la Tierra.

Por otra parte, los sacrificios humanos solían tener lugar en los templos situados en lugares con agua, como manantiales. El motivo era su creencia de que la muerte era fundamental para que el agua renaciera.

Además de los dioses principales, los tarascos adoraron a otras deidades como Pehuame, la parturienta; Nana Cutzi, que representaba a una madre encorvada; y Tata Jurhiata, el padre del Sol.

Organización política y social de los purépechas

Al frente del gobierno purépecha se encontraba un monarca. Su sistema era teocrático, por lo que la casta sacerdotal acumulaba un gran poder. Además, era un sistema rígidamente jerárquico y con una enorme centralización basada en la familia.

Su sociedad reflejaba la misma jerarquización que su gobierno. Así, estaba compuesta por nobles, plebeyos y esclavos, aunque existían subgrupos en cada categoría. La Relación de Michoacán señalaba que la nobleza estaba dividida en tres tipos: la realeza, la nobleza superior y la nobleza inferior.

Realeza

Los miembros de la realeza vivían en la capital y en Ihuatzio, la ciudad sagrada purépecha. Al frente de la misma se encontraba el cazonci o irecha, un monarca con todos los poderes. Los miembros de su familia asumían los gobiernos de los distintos pueblos del imperio. Cuando el cazonci fallecía, el cargo pasaba a su hijo mayor.

Sacerdotes y militares

Aunque el máximo poder religioso era asumido por el cazonci, el sacerdote mayor (llamado petámuti) poseía grandes atribuciones, como la organización de todas las actividades ceremoniales. Igualmente, era el encargado de impartir justicia como representante de los dioses.

Para aconsejar al rey existía el Gran Consejo. Se trataba de un organismo compuesto por un gobernador, el capitán de los ejércitos y los jefes militares a cargo de defender las fronteras.

Nobleza menor

Por debajo de las clases anteriores se encontraba la nobleza menor. En esta aparecían diversos tipos de trabajadores.

El primer grupo era el formado por los ocambecha, funcionarios que se encargaban de cobrar los tributos para el imperio.

Los artesanos formaban un segundo grupo. Este oficio estaba muy bien considerado dentro de la sociedad purépecha y destacaba por sus joyas elaboradas con varios metales y piedras preciosas.

Por último, los comerciantes completaban esta clase social. Gracias al comercio, la cultura purépecha pudo llegar a controlar a los mexicas después de varios intentos de conquista.

Clase baja 

El penúltimo escalón en la pirámide social purépecha estaba formado por los plebeyos. En esta clase se encontraban los campesinos y los pescadores. Por debajo de ellos, solo estaban los esclavos.

Tradiciones de los purépechas

La cultura purépecha ha sido capaz de mantener buena parte de sus tradiciones ancestrales, aunque mezcladas con las costumbres llevadas por los españoles tras la conquista.

A pesar del proceso de evangelización del que fueron objeto por parte de los misioneros cristianos, este pueblo no olvidó sus rituales antiguos y los incorporó a las ceremonias católicas.

Atole de maíz

Esta bebida tradicional está presente en los momentos más importantes de la vida de los purépechas. Así, se ofrece a las madres como alimento durante el parto y está presente en el momento del bautismo. Igualmente, también se bebe en varias de las etapas del noviazgo y en la boda. No puede faltar tampoco en los velatorios.

La Noche de los Muertos

Durante esta celebración, una de las más importantes de esta cultura, los purépechas recuerdan la vida de sus antepasados. Este pueblo denomina a esta fiesta como Animeecheri K’uinchekua o Fiesta de las Ánimas.

Para sus creencias, la muerte no es el final, sino que los fallecidos dejan el mundo para empezar “la otra vida”. En esta fiesta, tienen la oportunidad de pasar un tiempo con los que ya emprendieron ese viaje, ya que solo en esa fecha se abre la comunicación entre el mundo de los muertos y el terrenal.

Además de la decoración llegan de colores y alegría, los purépecha ambientan esta fiesta con el uso de muchas velas. Con ellas, demuestran a sus antepasados su veneración.

Pirekua

Entre la música tradicional de la cultura purépecha destaca el Pirekua, canción en su idioma. La mayoría de las veces, las canciones están escritas en su propia lengua, aunque también existen algunas piezas en español o en los dos idiomas combinados.

La temática principal del Pirekua es el amor y el desamor. Otro tema muy frecuente es la historia de este pueblo o del estado de Michoacán.

Danza de los Viejitos

El origen de este baile se remonta a la época anterior a la conquista española. En esa época, se utilizaba como una manera de honrar a los dioses.

En la actualidad, continúa bailándose en las comunidades purépecha de Michoacán, especialmente en Pátzcuaro. Los bailarines esconden su cara con máscaras confeccionadas con hojas de maíz y pintadas con rostros de ancianos sonrientes.

Con la Danza de los Viejitos, los purépechas solicitan a sus dioses conservar la salud cuando van envejeciendo.

Economía purépecha

Caza y recolección

En sus primeras etapas, la economía purépecha estaba basada en la caza, sobre todo de tortugas marinas. Otros animales que formaba parte habitual de su alimentación eran las iguanas, culebras, armadillos, venados, conejos o jabalíes.

Otra actividad que realizaban con asiduidad era la recolección de frutos silvestres, muy abundantes en las montañas cercanas a los lagos.

Agricultura

El dominio de la agricultura permitió a los purépechas diversificar su economía y alimentación. Su producto más importante era el maíz, cereal del que cultivaban diversos tipos. Su importancia llegó a ser tan grande que se utilizó como moneda en los intercambios comerciales.

Otros productos que eran cultivados por este pueblo fueron la calabaza, tabaco, frijol y chile.

Pesca

Además de la caza, este pueblo también mostró grandes capacidades para la pesca. Su ubicación geográfica, en las cercanías de lagos y de islas, hizo que esta actividad se convirtiera en muy importante.

Sus pescadores salían en sus canoas tanto al mar como a los lagos, equipados con anzuelos y redes. Sus capturas más habituales consistían en pescado blanco, truchas y charales.

Artesanía y metalurgia

Con el tiempo, la economía purépecha se diversificó. La alfarería se convirtió en una de sus principales industrias, gracias sobre todo a su producción alfarera, textil y de orfebrería.

Por otra parte, este pueblo aprendió a trabajar con oro y cobre, además de con el bronce. Este último material era usado para la fabricación de herramientas para pescar y cazar.

Según los historiadores, es probable que perfeccionaran las técnicas metalúrgicas en Centro América y los Andes, lugares en los que comerciaban con pueblos locales.

Comercio

La escasez de materias primas no fue obstáculo para que esta cultura empezara a comerciar con otros pueblos, tanto mesoamericanos como andinos. A estos últimos, por ejemplo, les ofrecían sus adornos de oro o cobre, así como textiles y elaboraciones con cerámica.