Psicología educativa

Economía de fichas: para qué sirve, procedimiento, ejemplo


La economía de fichas es un sistema de modificación de conducta que se basa en el principio del refuerzo sistemático. Al utilizarla con una persona, cuando esta muestra un comportamiento deseable, se le otorgan premios (las fichas) que más tarde podrán ser intercambiados por otros más atractivos para ella.

La economía de fichas está basada en los principios del conductismo y de la economía comportamental. Se utiliza principalmente para disminuir la frecuencia con la que un individuo lleva a cabo comportamientos poco deseables, a la vez que se aumenta la frecuencia de veces con las que actúa de la forma que se quiere.

El sistema de economía de fichas puede utilizarse tanto con niños como adultos, y funciona con individuos sanos y con aquellos que muestran algún tipo de trastorno del comportamiento. Por lo tanto, puede observarse en situaciones tan variadas como la educación de un niño dentro del hogar, y el tratamiento de los pacientes de un psiquiátrico.

Diversos estudios han demostrado que el uso del sistema de economía de fichas es una de las maneras más rápidas de cambiar el comportamiento de una persona. De hecho, sus principios son universales; y se ha conseguido incluso emplearlo con palomas en entornos de laboratorio.

Índice del artículo

¿Para qué sirve la economía de fichas?

La economía de fichas se utiliza dentro de cualquier contexto en el que se requiera modificar la conducta de un individuo, ya sea para mejorar su rendimiento en un área concreta o para evitar que lleve a cabo acciones perjudiciales. Para lograrlo, utiliza uno de los principios básicos de la psicología conductista, conocido como refuerzo positivo.

Las economías de fichas se usan como un método para fortalecer un comportamiento o aumentar la frecuencia con la que este se da. Esto puede conseguirse porque se usan elementos sin un valor intrínseco, que más tarde el individuo que está siendo sometido al proceso puede intercambiar por un premio que sí es importante para él.

Uno de los contextos en los que más se utiliza la economía de fichas es en la educación de niños pequeños. A menudo, los padres y profesores se encuentran con que no pueden razonar con aquellos a los que tienen que educar o cuidar. Por lo tanto, es necesario buscar maneras alternativas para que los pequeños se comporten de manera adecuada.

Así, por ejemplo, si un niño es agresivo con quienes están a su alrededor y los padres quieren cambiar esto, el uso de una economía de fichas puede ser una buena alternativa a los castigos tradicionales. Mediante la aplicación de este sistema de refuerzo, el pequeño puede aprender de manera positiva a utilizar estrategias alternativas para conseguir lo que quiere.

Sin embargo, este no es el único contexto en el que se puede aplicar el método de la economía de fichas. Incluso cuando la persona está enterada de lo que está sucediendo, el uso de este sistema de refuerzos puede servir como aliciente para modificar conductas problemáticas y construir nuevos hábitos de vida más saludables. Debido a ello, es muy frecuente ver esta técnica utilizada dentro de procesos de terapia.

Por qué funciona la economía de fichas

Uno de los principios básicos del condicionamiento operante es el del refuerzo. La idea principal detrás del mismo es que, cuando una conducta determinada es premiada adecuadamente, la probabilidad de que vuelva a producirse en el futuro será más elevada.

El problema es que si el premio es demasiado alto, el proceso de refuerzo puede no funcionar como estaba previsto. Algo similar ocurre si el refuerzo no es lo suficientemente atractivo para la persona. Por lo tanto, al utilizar un método de condicionamiento clásico es muy importante ajustar el peso del refuerzo en función de lo que se quiere conseguir y el punto de partida inicial del individuo.

La economía de fichas soluciona estos dos problemas al utilizar como refuerzo elementos que realmente no tienen un valor intrínseco; pero que más tarde la persona podrá intercambiar por un premio que sí sea atractivo para ella.

Así, cada vez que se produzca la conducta que interesa reforzar la persona recibirá un pequeño premio; pero este no será lo suficientemente grande como para desanimarla a realizar de nuevo esa acción. Al mismo tiempo, la promesa de una gran recompensa futura ayudará a mantener la motivación para cambiar a lo largo del proceso.

Procedimiento

Como ya hemos visto, el sistema de economía de fichas puede ser muy útil para modificar conductas problemáticas en niños o para conseguir que estos adquieran nuevos hábitos o capacidades que vayan a ser positivos para ellos.

Para que puedas aplicar este método en tu propia familia, a continuación veremos detalladamente cuáles son los pasos que hay que dar para utilizarlo correctamente.

1- Escoge los comportamientos que quieres modificar

Lo primero que hay que hacer para empezar a utilizar un sistema de economía de fichas es seleccionar qué comportamientos se quieren modificar, ya sea porque interesa que se repitan más a menudo o porque crees que es necesario eliminarlos. Definir concretamente qué es deseable y qué se va a reforzar es fundamental para que el proceso funcione correctamente.

Generalmente, suele ser muy útil empezar seleccionando un único comportamiento. Sin embargo, si crees que podría ser beneficioso para ti y para tu hijo realizar cambios más rápidamente, puedes escoger hasta tres maneras de actuar del niño sobre las que quieras trabajar.

Para comprobar todo el poder del proceso, puedes elegir uno en que ya consideres posoitivo, uno que requiera un poco de trabajo, y uno que vaya a suponer un reto.

2- Encuentra una alternativa positiva para los comportamientos elegidos

La clave de utilizar refuerzos para modificar la conducta de una persona es comprender que con este método tan solo se puede aumentar la frecuencia con la que se realiza una acción determinada. Esto quiere decir que para eliminar un comportamiento indeseable, la única posibilidad es encontrar una alternativa constructiva al mismo.

Por ejemplo, si un niño tiende a ponerse agresivo cuando tiene hambre, no es posible trabajar directamente sobre esta agresividad con un sistema de economía de fichas.

Por el contrario, se le podría reforzar para pedir amablemente comida cuando se sienta hambriento, y premiarle cuando escoja esta nueva conducta frente a la violenta que presentaba antes.

3- Escoge las fichas que se van a utilizar como refuerzo

El siguiente paso una vez que has seleccionado las conductas que quieres premiar es decidir qué tipo de fichas vas a utilizar para reforzarlas. En general, tiene que tratarse de objetos que no tengan un gran valor por sí mismos. Además, deben ser pequeños y fáciles de transportar.

Existen muchas opciones a la hora de escoger las fichas para utilizar con este sistema. Algunas de las más populares son el uso de monedas de 1 céntimo, canicas, fichas de póker o guijarros. Normalmente es recomendable llevarlas encima en todo momento, para poder reforzar la conducta deseada siempre que esta se presente.

4- Elige los premios

El último paso antes de poder empezar a utilizar la economía de fichas es seleccionar los premios que va a recibir el niño una vez que se haya comportado adecuadamente un número determinado de veces. Puedes hacerlo por tu cuenta, o bien contar con la colaboración del pequeño para que este elija qué le gustaría conseguir.

En este sentido, suele ser muy interesante usar una mezcla de premios que cuesten dinero y otros que no. Por ejemplo, al llegar a cierto número de fichas se podría regalar al niño un juguete que quiere desde hace tiempo; y al alcanzar una cantidad superior, llevarle a pasar un día al campo o realizar con él cualquier actividad que le resulte atractiva.

El poder del sistema de economía de fichas dependerá en gran medida de lo interesantes que sean los premios para el niño, por lo que la elección de los mismos será determinante. Además, escoger cuándo van a ser entregados también es fundamental para que el refuerzo se produzca correctamente.

Ejemplo de aplicación

Imaginemos una situación en la que un niño de seis años sufre pesadillas todas las noches, y como consecuencia se despierta en medio de la noche y se va a dormir a la cama de sus padres.

Los adultos, a pesar de que quieren ayudarle, sienten que necesitan su propio espacio y que sería más positivo para el pequeño que aprendiera a gestionarse por sí mismo y durmiera en su propia cama.

Para solucionar este problema, los padres deciden utilizar un sistema de economía de fichas. Le comunican al niño que, cada noche que pase en su propia cama incluso si se despierta, le recompensarán con una canica. Cuando el pequeño acumule 25 canicas, podrá canjearlas por un premio de su elección.

Hablando con el niño, los padres establecen que el premio por alcanzar la cantidad de 25 canicas será comprarle un videojuego que el pequeño llevaba bastante tiempo pidiendo. Aunque los primeros días el niño sigue yendo a la cama de sus padres, poco a poco el refuerzo y las ganas de conseguir la recompensa va surtiendo efecto.

Finalmente, tras un periodo de poco más que un mes, el problema acaba solucionándose y el niño aprende a dormir de un tirón en su propia cama.

Referencias

  1. “Token economy system” en: Mind Disorders. Recuperado en: 17 Octubre 2019 de Mind Disorders: minddisorders.com.
  2. “Create a Token Economy System to Improve Your Child’s Behaviors” en: VeryWell Family. Recuperado en: 17 Octubre 2019 de VeryWell Family: verywellfamily.com.
  3. “Token Economy” en: Educate Autism. Recuperado en: 17 Octubre 2019 de Educate Autism: educateautism.com.
  4. “Economía de fichas: ¿cómo se utiliza para motivar cambios?” en: Psicología y Mente. Recuperado en: 17 Octubre 2019 de Psicología y Mente: psicologiaymente.com.
  5. “Token economy” en: Wikipedia. Recuperado en: 17 Octubre 2019 de Wikipedia: en.wikipedia.org.