Historia

¿Cómo era la Vestimenta de la Cultura Teotihuacana?


La información sobre la vestimenta de la cultura teotihuacana es bastante escasa. Esta civilización mesoamericana siempre ha estado sumida en un halo de misterio y todavía los expertos debaten sobre sus fundadores y su repentina decadencia. Los detalles de su lengua y su disposición étnica son desconocidos.

La ciudad Teotihuacán fue una próspera ciudad entre el siglo I a.C. hasta el s. XI d.C. y está ubicada a 40 kilómetros de la capital mexicana. Era un importante centro religioso y de comercio en la región. En ella confluían diferentes culturas y se podría decir que era un estado multiétnico. Además, poseían una estratificación social muy marcada.

Su principal característica son las imponentes edificaciones y templos. Destacan las pirámides del sol y de la luna y el templo de Quetzalcóatl.

Esta dedicación a los temas y asuntos rituales, hacía pensar en que la sociedad teotihuacana estaba orientada a sus líderes religiosos. Se imaginaba como un complejo ceremonial y lugar de peregrinaje. El mismo nombre de Teotihuacán significa en náhuatl “dónde nacieron los dioses”.

Fray Bernardino de Sahagún, en su Historia general de las cosas de la Nueva España, recoge así la leyenda de la fundación de la ciudad:

Antes de que hubiera luz en el mundo se juntaron todos los dioses en el lugar de Teotihuacán. Allí decidieron que el más rico –Tecuciztecatl- se encargaría de alumbrar el mundo, mientras que el más débil –Nanauatzin- le ayudaría, quedando ambos como en penitencia a la luz de una hoguera a la que se habrían de arrojar. El rico, Tecuciztecatl, no osó echarse dejando a Nanauatzin ser el primero en entrar en la hoguera, cuyo ejemplo siguió a continuación. Con ambos quemados, los dioses esperaron sin saber por dónde aparecerían hasta que vieron salir a la par al Sol, el dios débil, y a la Luna, el dios rico. Ambos lucían implacables e inertes en el firmamento, la Luna sería oscurecida, pero para moverlos se sirvieron del viento, que los separó creando el día y la noche, siendo necesario también que murieran todos los dioses allí congregados.

Sin embargo, investigaciones recientes han descubierto a través de murales y esculturas, un entramado militar que parece fuertemente afianzado en la cotidianidad de la ciudad y que tomaba decisiones políticas fundamentales como las invasiones y las guerras.

Esta escalada militarista explicaría en parte el abandono de la ciudad de manera súbita. Solo se puede inferir que hubo un suceso catastrófico que hizo que hizo huir a los pobladores como alguna guerra o la erupción de un volcán.

También pudo haber sido tras el paulatino agotamiento de los recursos naturales de la zona y la hiperpoblación.

Todavía no hay una respuesta concluyente a estos misterios. No obstante, las evidencias sí nos pueden dar ciertos indicios sobre cómo era esta cultura y en especial cómo era su vestimenta.

La vestimenta de la cultura teotihuacana

Gracias a la pintura mural teotihuacana, se consiguen las primeras pistas sobre cómo vestían los hombres de esta cultura. Estos murales han ido apareciendo en diferentes excavaciones y son una fuente importante de información sobre las personas y entorno de los que los hicieron.

Como todas las sociedades mesoamericanas, la sociedad teotihuacana era altamente estratificada y marcó las diferencias de la posición social a través de la vestimenta y la ornamentación.

Materiales

El principal material para confeccionar los vestidos de los teotihuacanos era las fibras que extraían del maguey o agave.

Llegaron a utilizar telares rudimentarios y pudieron experimentar con otras materias primas como el algodón, el henequén y el pelo de conejo. Esta predilección por materiales orgánicos y biodegradables explica por qué no queda ningún vestigio de las formas de vestir de la época. 

La policromía era fundamental en la elaboración de las prendas de ropa y teñían los hilos con colorantes naturales y los adornaban con plumas multicolores que combinaban para hacer capas, túnicas, abanicos y hasta escudos.

Hombres de clases bajas

Los hombres de las clases más bajas usaban el máxtlatl o taparrabos, que se utilizaba para cubrir los genitales y un enredo, que era una tela que se amarraba a la cintura para tapar las nalgas. Iban descalzos y con el torso desnudo.

Las mujeres vestían el tradicional huipil con adornos geométricos, una falda y las sandalias o huaraches.

Sacerdotes

En el caso de los sacerdotes, se agregaban camisas o xicolli, capas adornadas o tilmatli y faldillas masculinas o cueitl. Todo esto adornado con grandes tocados de plumas y otros materiales o cascos de piel.

Militares

Las castas militares, como se observa en los códices y los murales, podían ir vestidos de pieles de animales y portar una máscara que imitara los rasgos agresivos del jaguar, el águila o el coyote.

También se pueden observar trajes enteros o tlahuiztli que se coloreaban con diseños y se acompañaba de gorros con forma de cono.

Un elemento fundamental para la indumentaria militar era el disco de espejo, que consistía en una piedra negra pulida que se ataba en la espalda y que podían agregarles plumas en la circunferencia. Esta pieza se podía usar de escudo.

Un accesorio que llama mucho la atención de estos guerreros son las “anteojeras serpentinas de Tlaloc”. Consistían en unas estructuras circulares que rodeaban los ojos como unos anteojos modernos. Otros accesorios utilizados eran pulseras, orejeras y huaraches adornados.

Para hacer mucha más temible el aspecto los guerreros se limaban los dientes, se perforaban el lóbulo y el tabique nasal y se rapaban la cabeza.

Este inventario detallado de la indumentaria militar que se aprecia en los murales de Teotihuacán, son un claro ejemplo de la importancia de la élite guerrera para la sociedad.

Si bien es cierto que la ciudad se fundó como una ciudad sagrada, sus gobernantes optaron por instituirse como señores de la guerra que sometieron, invadieron y conquistaron otros territorios y defendieron ferozmente sus tierras.

Esta evolución no solo afectó a la cultura teotihuacana. Otras civilizaciones mesoamericanas también padecieron esa escalada belicosa que significó el cambio de una sociedad religiosa a una marcial.

Referencias

  1. Ehecatl Quetzalcoatl (2013). “Vestimenta masculina prehispánica”. Recuperado el 02 de junio de 2017 en 4nahui.blogspot.mx.
  2. Ehecatl Quetzalcoatl (2013). “Vestimenta Femenina Antigua y Actual”. Recuperado el 02 de junio de 2017 en 4nahui.blogspot.mx.
  3. Florescano, Enrique (2009). “Nueva imagen del Estado teotihuacano”. Recuperado el 03 de junio de 2017 en revistadelauniversidad.unam.mx.
  4. Tempo Ameríndio (2013). “Teotihuacan Warfare – 300 – 700 AD”. Recuperado el 03 de junio de 2017 en ancientamerindia.wordpress.com.
  5. Teotihuacán (2011). “Sociedad”. Recuperado el 03 de junio de 2017 en culturateotihuacan.wordpress.com.