Medicina

Opsomenorrea: ciclo menstrual, descripción, causas, tratamientos


La opsomenorrea es un trastorno del ciclo menstrual de la mujer que consiste en la presentación de ciclos prolongados con intervalos mayores a 35 días. Normalmente, un ciclo menstrual debe tener una duración de 28 días, con una variabilidad aproximada de ± 3 días.

La palabra “opsomenorrea” deriva del griego opso (demasiado tarde), men (menos) y rheo (flujo) y específicamente significa: menstruación que se presenta a intervalos demasiado largos. Un aumento mayor a 5 días por encima del límite máximo del intervalo normal y no mayor a 90 días se define como opsomenorrea.

Las alteraciones de los ciclos menstruales de la mujer pueden acompañarse de ciclos ovulatorios o anovulatorios. Suelen presentarse como alteraciones de la periodicidad de la menstruación, de la intensidad del flujo menstrual, de la duración del sangrado o una combinación de estos.

A nivel mundial, muchas escuelas de ginecobstetricia han establecido diferentes nomenclaturas para estos trastornos. En el caso de la opsomenorrea, esta también se conoce como oligomenorrea.

Las causas de la opsomenorrea son múltiples y están relacionadas con algunas alteraciones hormonales tales como la hiperprolactinemia (aumento de los niveles de la hormona prolactina), el hipotiroidismo primario (disminución de la función del tiroides) y el hiperandrogenismo (aumento de los niveles de andrógenos).

Opitz, a finales de 1940, fue el primero en acuñar el término “opsomenorrea” para aquellos trastornos menstruales que cursan con ciclos muy prolongados, mayores a 35 días.

Índice del artículo

Ciclo menstrual

Ciclo ovárico

Un ciclo menstrual se inicia el primer día de la menstruación y termina al iniciarse el siguiente sangrado. Este periodo cíclico en el ovario se presenta en tres fases, la fase folicular, la fase ovulatoria y la fase luteínica.

Los óvulos son las células reproductoras femeninas que se forman en los ovarios. Desde el nacimiento, en los ovarios se encuentran muchos folículos primordiales con óvulos inmaduros. Cada mes, algunos de esos folículos crecen, pero uno de ellos se desarrolla y forma un folículo dominante.

El crecimiento y desarrollo del folículo dominante es lo que constituye la fase folicular del ciclo menstrual. En esta fase, este folículo comienza a producir estrógenos, una hormona sexual femenina que es necesaria para la maduración final del folículo.

Alrededor del día 14 del ciclo, el folículo se rompe y el óvulo maduro es expulsado hacia las trompas de Falopio y, a menos que ocurra la fecundación, el óvulo se transporta desde las trompas al útero y se elimina por la vagina; esta es la fase ovulatoria del ciclo.

Al expulsarse el óvulo, el folículo roto se transforma en el cuerpo lúteo y se inicia la fase lútea del ciclo en la que las células lúteas segregan estrógenos y progesterona (hormonas).

Si no hay fecundación, este cuerpo lúteo se degenera unos 4 días antes de la menstruación y es reemplazado por un tejido cicatricial que termina formando lo que se conoce con el nombre de corpus albicans.

Ciclo uterino

A partir del día 5 hasta el día 14 de cada ciclo, el endometrio (mucosa que cubre la superficie interna del útero) prolifera y aumenta rápidamente su espesor, lo que constituye la fase proliferativa o preovulatoria.

Después de la ovulación y por efecto de los estrógenos y la progesterona, el endometrio aumenta su vascularización y sus glándulas comienzan a secretar un líquido transparente. Esto inicia la fase lútea o secretora que representa la fase preparatoria del útero para la implantación del óvulo fecundado.

Al degenerar el cuerpo lúteo, el endometrio pierde el apoyo hormonal y se produce un adelgazamiento de la mucosa con aparición de focos de necrosis (muerte tisular) tanto en el endometrio como en las paredes vasculares que lo nutren.

Los focos de necrosis producen hemorragias circunscritas que luego van confluyendo hasta que se desprende el endometrio y ocurre la menstruación.

Descripción

Los ciclos menstruales pueden ser ovulatorios o anovulatorios. Tres parámetros caracterizan un ciclo menstrual: la periodicidad, la intensidad y la duración.

– La periodicidad se refiere a la fecha de aparición de la menstruación, que normalmente se presenta cada 28 ± 3 días.

– La intensidad corresponde a la cantidad o el volumen de sangre eliminada durante la menstruación que, en promedio, es de 35 a 80 ml por cada menstruación.

– La duración son los días que duran las pérdidas sanguíneas menstruales, normalmente son de 4 ± 2 días.

Los trastornos de los ciclos menstruales pueden suceder con ciclos ovulatorios o con ciclos anovulatorios, es decir, con ciclos en los que hay ovulación o en los que esta no ocurre. Estos trastornos, a su vez, pueden afectar los parámetros del ciclo menstrual.

La periodicidad puede afectarse acortando o alargando los ciclos. Puede alterarse la intensidad aumentando o reduciendo el flujo menstrual y la duración de la menstruación. Muchas alteraciones de los ciclos menstruales incluyen alteraciones de una combinación de varios parámetros.

La opsomenorrea es una alteración del ciclo menstrual que afecta la periodicidad del ciclo, aumentando su duración a períodos mayores a 35 días y hasta cada 90 días. Estas alteraciones frecuentemente se acompañan de ciclos anovulatorios y problemas de fertilidad.

Causas

En la adolescencia, después de la menarquia, son frecuentes las consultas por irregularidades del ciclo menstrual. El motivo de consulta más frecuente es el de la opsomenorrea y la causa se cree que se debe a una falta de desarrollo del eje hormonal hipotálamo-hipófisis-ovario.

La opsomenorrea es causada por una serie de trastornos hormonales. Casi el 80% de las mujeres que padecen el síndrome de ovario poliquístico padecen también de opsomenorrea.

El síndrome de ovario poliquístico se caracteriza por infertilidad, hirsutismo, obesidad, resistencia a la insulina y amenorrea u opsomenorrea. Generalmente, estos pacientes presentan una estimu­lación continua del ovario por la hormona luteinizante (LH), secretada por la hipófisis anterior.

Esta estimulación ovárica continua incrementa la producción de andrógenos ováricos, responsables de las alteraciones tanto de la morfología del ovario como de los ciclos ováricos y de la distribución anormal del vello en la mujer (hirsutismo).

La opsomenorrea también está asociada a hiperprolactinemia o aumento de los niveles sanguíneos de prolactina y a hipotiroidismo primario, es decir, una disminución de la función del tiroides con disminución de los niveles sanguíneos de hormonas tiroideas.

Tratamientos

En la opsomenorrea de la adolescente, que usualmente es transitoria, el tratamiento es conservador. Consiste en la observación del paciente por un periodo de dos a tres años después del cual, en la mayor parte de los casos, se resuelve espontáneamente.

En el caso del síndrome de ovario poliquístico, el tratamiento depende del deseo de la mujer de embarazarse o no. En el primer caso, el tratamiento requiere inducir la ovulación. Para ello generalmente se indica el fármaco clomifeno, con o sin supresión suprarrenal.

Si la paciente tiene síndrome de ovario poliquístico y no quiere gestar puede no requerir tratamiento y, en algunos casos, el tratamiento se utiliza para el hirsutismo, la obesidad y la resistencia a la insulina.

En el caso de las opsomenorreas que acompañan a las hiperprolactinemias, el tratamiento estará dirigido a la corrección de la hiperprolactinemia y lo mismo sucede con el hipotiroidismo primario.

Referencias

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