El Nuevo Colonialismo en África y Asia (Siglo XIX)
El nuevo colonialismo en África y Asia comenzó en las últimas décadas del siglo XIX, cuando naciones europeas establecieron vastos imperios en estos continentes. Durante casi medio siglo (1870-1914), los Estados de Europa Occidental expandieron sus posesiones imperiales alrededor del mundo.
Más tarde, Estados Unidos y Japón se unieron a esta agresiva política de expansión, se repartieron África y reclamaron partes de Asia. Ahora bien, la expansión europea no comenzó en 1870; a finales del siglo XV, España y Portugal habían establecido colonias en el Nuevo Mundo.
Además, la dominación de Rusia sobre Siberia en el norte asiático data del siglo XVII. Sin embargo, durante el período del nuevo colonialismo en África y Asia, la dominación europea del mundo alcanzó su punto más alto. En este tiempo potencias europeas rivales competían para asegurar colonias.
Por extensión, explotaron la mano de obra y los recursos naturales dentro de esas colonias. Gran Bretaña fue la potencia líder en ese impulso imperial: en 1914 era el mayor imperio que el mundo haya conocido.
Índice del artículo
- 1 Causas de la colinización en África y Asia
- 2 Justificación científica
- 3 Consecuencias
- 4 Artículos de interés
- 5 Referencias
Causas de la colinización en África y Asia
A principios del siglo XIX el impulso colonialista europeo casi se había extinguido. En algunos aspectos, colonizar demostró ser una tarea poco grata: proteger, gobernar y mantener las colonias era costoso.
Las rivalidades coloniales a menudo llevaron a guerras entre las potencias europeas. Estas guerras a veces resultaban en la pérdida de sus colonias, y de vez en cuando los súbditos coloniales se rebelaban.
Pero en 1870 se encendió la llama por un nuevo colonialismo en Asia y África. Hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914, varias potencias europeas participaron en una carrera para establecer vastos sistemas coloniales en el extranjero.
Las principales potencias fueron Gran Bretaña, Francia y Alemania, aunque Bélgica, Portugal, los Países Bajos e Italia también reclamaron su cuota de poder. A continuación se describen las razones del nuevo colonialismo en África y Asia:
Económicas
A finales del siglo XIX las grandes potencias de Europa impulsaban su industrialización. En esta medida, desarrollaron una necesidad de mayores mercados en el extranjero.
Los comerciantes y banqueros disponían de un exceso de capital para invertir. En este sentido, las inversiones extranjeras ofrecían el incentivo de mayores ganancias a pesar de los riesgos.
Por otro lado, a mayor producción industrial, más necesidad de materia prima y mano de obra barata. Hasta ese momento, las áreas inexploradas podían suplir petróleo, caucho y manganeso para el acero, así como otros materiales.
De este modo, estas razones económicas dieron origen al nuevo colonialismo en África y Asia. Las potencias europeas consideraban que solo estableciendo colonias estrictamente controladas podía funcionar esta economía industrial.
Políticas
El nacionalismo llevó a que cada país demostrara su grandeza controlando tantas colonias como fuese posible. Las principales naciones europeas consideraron que el nuevo colonialismo en África y Asia los ayudaría en su consolidación como potencia.
Además, para lograr este propósito eran necesarias unas fuerzas armadas poderosas que protegieran sus intereses estratégicos; por lo tanto, se requerían bases militares alrededor del mundo.
Las colonias proporcionaban puertos seguros para los comerciantes, así como para los buques de guerra. De igual modo, las bases militares se podían convertir en estaciones de abastecimiento de carbón en tiempos de guerra.
Culturales
Muchos occidentales tenía prejuicios eurocéntricos: pensaban que su raza era superior a la de las personas no europeas. Según su concepción, eran las personas más aptas y, por tanto, estaban destinadas a gobernar sobre los menos aptos; la civilización de los incivilizados era una obligación moral.
Así pues, el nuevo colonialismo en África y Asia les traería solo beneficios. Sus habitantes iban a recibir las bendiciones de la civilización occidental, que incluían la medicina y el derecho.
Asimismo, la colonización permitiría la evangelización de los no cristianos. En este sentido, los misioneros eran partidarios entusiastas de este proceso; ellos creían que el control europeo los ayudaría a difundir el cristianismo, la verdadera religión.
Tecnológicas
Los países industrializados europeos contaban con una tecnología superior. Por ejemplo, la combinación del barco de vapor y el telégrafo les permitió aumentar su movilidad y responder rápidamente a cualquier situación de amenaza.
La ametralladora también les dio una ventaja militar. Esta fue muy útil para convencer a los africanos y asiáticos de que aceptaran el control occidental.
Justificación científica
Los europeos encontraron una justificación para el nuevo colonialismo en África y Asia en la teoría darwinista. Charles Darwin publicó Sobre el origen de las especies en 1859.
En su obra afirmaba que la vida presente era producto de una evolución de millones de años. También presentó la teoría de la selección natural: fuerzas naturales seleccionaban a aquellos con rasgos físicos mejor adaptados a su entorno.
Luego se comenzó a aplicar la tesis de la supervivencia del más apto a las sociedades y naciones humanas. Esto fomentó la idea de que la conquista de personas inferiores era la forma en que la naturaleza mejora a la humanidad. Por lo tanto, era justa y representaba una ley natural.
Por otro lado, los avances de la ciencia en el siglo XIX habían despertado el interés del público. Muchas personas compraban libros y revistas científicas, asistían a conferencias y visitaban museos, zoológicos y jardines botánicos. En este contexto, el imperialismo se concebía como una forma de alcanzar conocimiento.
Así, exploradores y científicos europeos debían iluminar el “continente oscuro” al convertirlo en el objeto del conocimiento. Estos se convirtieron en los “conocedores”, y loos pueblos nativos, los animales y las plantas de sus imperios eran “lo conocido”.
Consecuencias
El nuevo colonialismo en África y Asia trajo consecuencias positivas y negativas:
– Se estableció una economía global.
– La transferencia de bienes, dinero y tecnología se reguló para garantizar un flujo continuo de recursos naturales y mano de obra barata para el mundo industrializado.
– Las culturas nativas fueron destruidas. Se reevaluaron muchas de sus tradiciones y costumbres a la luz de las formas occidentales.
– Los productos importados aniquilaron las industrias artesanales de las colonias.
– Las posibilidades de desarrollo industrial de los territorios colonizados se limitaron.
– Como las nuevas colonias eran demasiado pobres para gastar dinero en bienes europeos, las ganancias económicas del nuevo imperialismo no fueron las esperadas.
– Hubo confrontación entre las culturas.
– Se introdujo la medicina moderna en las colonias y se promovió el uso de vacunas.
– Una mayor higiene sanitaria ayudó a salvar vidas y a aumentar la esperanza de vida en las regiones colonizadas.
– Se desestabilizaron muchas unidades políticas tradicionales, uniendo pueblos rivales bajo gobiernos únicos. Esto trajo muchos conflictos étnicos en las colonias.
– Las tensiones entre las potencias contribuyeron a crear las condiciones hostiles que llevaron a la Primera Guerra Mundial en 1914.
Artículos de interés
Referencias
- Lehmberg, S. E. y Heyck, T. W. (2002). A History of the Peoples of the British Isles. London: Routledge.
- Kidner, F. L.; Bucur, M.; Mathisen, R.; McKee, S. y Weeks, T. R. (2013). Making Europe: The Story of the West, Since 1300. Boston: Wadsworth.
- Ferrante, J. (2014). Sociology: A Global Perspective. Stamford: Cengage Learning.
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- Sammis, K. (2002). Focus on World History: The First Global Age and the Age of Revolution. Portland: Walch Publishing.
- Burns, W. (2016). Knowledge and Power: Science in World History. London: Routledge.