Discapacidad auditiva: características, tipos y causas
¿Qué es la discapacidad auditiva?
La discapacidad auditiva es cualquier tipo de condición que produzca una disminución de la capacidad de percepción del sonido, lo cual a su vez genera dificultad para la comunicación verbal.
La discapacidad auditiva no es una enfermedad en sí misma. Este tipo de discapacidad más bien se trata de la consecuencia de distintas condiciones médicas que generan daños permanentes o transitorios a las distintas estructuras del oído. Las personas con discapacidad auditiva pueden llegar a tener una vida totalmente normal.
Dentro de esta vida normal se incluye el desarrollo profesional, las tareas en el hogar, la práctica de deportes y cualquier otro tipo de actividad de la vida cotidiana, aun cuando para lograr dicho objetivo sea necesario en muchos casos que cuenten con ayudas especiales.
Características de la discapacidad auditiva
-Ocurre cuando se pierde parte o la totalidad de la capacidad de escuchar. Otros términos que se utilizan para referirse a la discapacidad auditiva es sordera o problemas de audición.
-Las discapacidades auditivas se clasifican en términos de la gravedad y el tipo de discapacidad auditiva. La gravedad se categoriza en función del sonido mínimo que se puede escuchar con el mejor oído. Cuanto más alto es el decibelio (dB), más fuerte es el sonido.
-Una pérdida de audición superior a 90 decibelios generalmente se considera sordera. Una pérdida de audición inferior a 90 decibelios se clasifica como discapacidad auditiva.
-Existen obstáculos comunicativos y educativos relacionados con las deficiencias auditivas surgen en torno a la comunicación. Un estudiante con una discapacidad auditiva puede experimentar dificultades en: gramática, ortografía y vocabulario, tomar notas, participar en discusiones, ver vídeos o presentar informes orales.
-Es importante que los padres y maestros de un niño con discapacidad auditiva no subestimen su inteligencia. La mayoría de los niños con esta discapacidad adquieren y desarrollan el lenguaje de forma más lenta y por esto se puede suponer incorrectamente que la inteligencia es baja.
-Aunque el sentido del oído ha quedado afectado, la persona puede llevar una vida normal.
Tipos de discapacidad auditiva
Clasificar la discapacidad auditiva es sumamente complejo, ya que es difícil englobar todas las aristas de un problema tan complejo en una sola clasificación. Así pues, se pueden distinguir varios tipos de discapacidad auditiva según sus características, no siendo necesariamente excluyentes entre sí.
Según el momento de aparición
Congénita
La persona nace con la discapacidad, bien sea por malformación de las estructuras que componen el oído o por un funcionamiento anormal en el ámbito celular e incluso molecular.
En este punto es importante destacar que no todas las sorderas congénitas se detectan temprano; de hecho, se dividen en dos grandes grupos: la discapacidad auditiva que aparece entre el nacimiento y los 3 años, y aquella que se presenta posterior a los 3 años de vida.
Adquirida
La discapacidad se desarrolla a lo largo de la vida debido a múltiples factores que pueden ser genéticos, traumáticos, tóxicos (medicamentos y drogas) y degenerativos (envejecimiento).
En algunos casos de discapacidad auditiva adquirida puede que a lo largo de la vida se sumen dos factores diferentes, los cuales se potencian aumentando la severidad de la situación.
Por ejemplo, una persona tuvo un trauma acústico durante la juventud generando discapacidad auditiva, aunque conservando cierto grado de audición.
Más tarde en su vida recibe tratamiento prolongado con un medicamento ototóxico (como lo son ciertos antibióticos del grupo de los aminoglucósidos), el cual puede producir más daño sobre un oído ya enfermo; en este caso se suman ambas causas.
Según la severidad
Se entiende por discapacidad auditiva a cualquier grado de la disminución de la audición que interfiera con los procesos de percepción del sonido a un nivel tal que se requiere el uso de ayudas especiales para lograr una audición adecuada (si esto fuera posible).
En este sentido, según su severidad la discapacidad auditiva se puede clasificar en:
Cofosis
Es también conocida como sordera profunda. La persona es incapaz de percibir ningún tipo de sonido.
Sordera
Se necesitan sonidos por encima de los 75 dB para lograr audición. Técnicamente la persona es sorda, pero no se trata de una sordera profunda (como en el caso de la cofosis), ya que con sonidos amplificados mediante dispositivos diseñados para tal fin, puede lograr una audición relativamente aceptable.
Hipoacusia
Se pueden percibir sonidos por debajo de los 75 dB pero no en el rango completo de audición normal. Para poder realizar el diagnóstico de cualquier de estas condiciones se debe realizar una audiometría, la cual arrojará alguno de los siguientes resultados:
- Audición normal, que implica que logra percibir sonidos en el rango de 20 dB o menor.
- Pérdida auditiva leve, en la cual el rango mínimo de sonido detectable se ubica entre 20 y 40 dB.
- Pérdida auditiva media, que implica que puede detectar sonidos a partir de los 40-70 dB (hipoacusia).
- Pérdida auditiva severa, con la que solo es capaz de detectar sonidos entre 70 y 90 dB (sordera).
- Pérdida auditiva profunda, con la que, en el mejor de los casos, logra detectar sonidos por encima de los 90 dB (sordera profunda) o no detecta sonidos para nada (cofosis).
Es importante destacar que las distintas condiciones que producen disminución de la percepción del sonido pueden ser unilaterales o bilaterales.
En los casos en los que el problema es unilateral, el oído sano puede compensar la situación y permitir que la persona tenga una vida relativamente normal sin necesidad de ayudas auditivas, aunque en ocasiones tendrá problemas para evaluar en dónde se originó un sonido.
Por otra parte, cuando el problema es bilateral se considera ya una discapacidad que requiere ayudas y técnicas especiales para permitirle a la persona funcionar con normalidad en su entorno social.
Según el pronóstico
La discapacidad auditiva puede ser permanente o transitoria. En el primer caso la audición no se recupera e incluso puede empeorar con los años hasta llegar a la cofosis.
En el segundo caso la discapacidad auditiva es transitoria y eventualmente la persona afectada puede recuperar una audición normal, o llegar a alcanzar el rango de pérdida leve-moderada de la audición sin que esto implique una discapacidad.
Según el sitio de la lesión
Se dividen en dos grandes grupos:
Sordera de conducción
Cuando el problema es en el oído externo o el oído medio. Suelen ser las que tienen mejor pronóstico.
Sordera sensorineural
En estos casos la lesión está en el oído interno, en los nervios que llevan el impulso auditivo e incluso en la corteza auditiva misma, donde el cerebro interpreta los sonidos.
Causas de discapacidad auditiva
La discapacidad auditiva tiene muchas causas, algunas más comunes que otras. A continuación se hará mención de las más comunes tanto en niños como en adultos.
Causas en niños
Aunque infrecuentes, hay causas congénitas de sordera en los niños. Por lo general, el déficit de audición está asociado a otros rasgos de un complejo sindromático en particular, habiendo sido identificados hasta la fecha más de 400 síndromes en los que la hipoacusia está presente.
Entre estos se puede mencionar al síndrome de Waardenburg, caracterizado por albinismo parcial y sordera; el síndrome de Usher, donde se asocian hipoacusia y defectos visuales; y el síndrome de Alport, caracterizado por sordera y disfunción renal.
En estos, así como en todos los casos de sordera congénita de origen genético, se ha identificado un gen en particular, el cual puede ser heredado a la siguiente generación.
En la mayoría de los casos de sordera congénita el problema es a la altura de la cóclea; es decir, en los receptores ubicados en el oído interno. Sin embargo, hay ciertas condiciones congénitas —como la hipoplasia del conducto auditivo externo o las malformaciones del pabellón auricular— que se relacionan con este tipo de discapacidad.
En estos casos la reconstrucción quirúrgica de las estructuras con problemas puede llevar a la recuperación del potencial auditivo.
Causas perinatales
Más frecuente que la sordera de origen genético es la sordera debida a factores perinatales, entre los que destacan la prematuridad, bajo peso al nacer, infecciones de la madre como la rubeola o la toxoplasmosis, así como el tratamiento de la madre durante la gestación con medicamentos ototóxicos.
Todas estas predisposiciones pueden provocar problemas de audición en el recién nacido. Estos problemas pueden manifestarse desde el momento del nacimiento o más adelante en la vida, incluso más allá de los 3 años.
Durante la primera infancia el bebé es muy vulnerable a elementos externos que puedan lesionar el oído. Infecciones como la meningitis viral, la parotiditis e incluso el sarampión pueden dejar como secuela cierto grado de discapacidad auditiva.
Por otro lado, las otitis a repetición, los traumatismos y el uso de medicamentos ototóxicos durante los primeros años de vida puede generar sordera.
Una causa frecuente de disminución de la capacidad auditiva (más no de discapacidad a menos que no se corrija la causa) es la introducción de cuerpos extraños en el conducto auditivo externo, así como la formación de tapones de cerumen. En estos casos la disminución de la capacidad auditiva se corrige fácilmente eliminando la causa.
Causas en adultos
En los adultos jóvenes las causas más frecuentes de discapacidad auditiva son el uso de medicamentos o fármacos ototóxicos, y el trauma acústico por exposición a sonidos por encima de los 100 dB, como por ejemplo: explosiones, detonación de armas de fuego, ruido de equipos industriales, música a alto volumen, entre otros.
En estos casos la pérdida de la audición puede ser transitoria o permanente, dependiendo de la intensidad del sonido, el tiempo de exposición y la severidad del daño.
Por otra parte, ciertos tumores como el neuriloma del nervio acústico pueden condicionar sordera.
En los adultos mayores pueden darse condiciones como el tapón de cerumen, el cual condiciona una sordera de conducción reversible toda vez que, al retirar el tapón, se recupera la audición.
Envejecimiento
Por otra parte, conforme se envejece puede presentarse una condición conocida como otoesclerosis, en la cual las articulaciones de los huecesillos del oído medio se van haciendo más rígidas, lo cual genera una conducción más pobre del sonido. A la postre, esto genera sordera de conducción progresiva e irreversible.
Algo similar sucede con los receptores del oído medio, los cuales van degenerándose y haciéndose menos efectivos condicionando la pérdida natural de la audición de las personas mayores.
Tratamiento de las deficiencias auditivas
El tratamiento de la discapacidad auditiva debe individualizarse de acuerdo a cada caso. La prioridad es corregir la causa; de no ser posible, se usarán desde microamplificadores hasta implantes cocleares para lograr que el paciente pueda recuperar su audición.
En el caso de la sordera infantil es muy importante el diagnóstico precoz, ya que mientras más temprano se identifique el problema, mejor el pronóstico.
En los casos más severos e irreversibles el tratamiento se centra en proveer a la persona con herramientas que le permitan actuar en su vida cotidiana, como lo es el lenguaje de señas y otras estrategias que le permitirán tener una vida feliz y funcional.
Referencias
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