Psicología

20 debilidades de una persona en vida y trabajo (comunes)


¿Qué son las debilidades personales?

Las debilidades de una persona son todos aquellos rasgos, hábitos o características que provocan efectos negativos tanto para sí misma como para quienes la rodean. Son estudiadas generalmente en ámbitos como la psicología de la personalidad o la positiva, y habitualmente se considera que es necesario evitarlas para poder llevar una vida lo más satisfactoria posible.

Existen grandes diferencias entre personas, y cada uno de nosotros tenemos tanto rasgos positivos como negativos. De hecho, es prácticamente imposible encontrar a un individuo cuya personalidad sea perfecta. Sin embargo, existen algunas características que son especialmente dañinas tanto para quienes las poseen como para las personas de su entorno.

Normalmente quienes poseen estas debilidades tienden a provocar problemas a su alrededor, y su presencia suele ser muy poco agradable. Debido a ello, tienen dificultades para mantener relaciones personales satisfactorias. A menudo, además, sus propios comportamientos y formas de ver el mundo les provocan un gran malestar.

No se sabe con exactitud qué lleva a un individuo a desarrollar una debilidad específica, aunque se cree que tiene que ver con una combinación de factores genéticos y ambientales. En este artículo veremos algunas de las características de personalidad negativas más comunes y dañinas que existen.

Debilidades de una persona más comunes

1- Envidia

La envidia es una debilidad que se caracteriza por el deseo insano de una persona de poseer lo que otro individuo tiene, ya sea algo material o físico, o un elemento más emocional o psicológico. Se basa en la creencia de que las propias circunstancias son indeseables, y por lo tanto se alberga cierto resentimiento a quienes poseen algo que la persona desea.

La envidia generalmente parte de una baja autoestima, además de la creencia de que existe algún tipo de injusticia que beneficia a otros. Normalmente, la persona envidiosa alberga mucho sufrimiento, además de que este rasgo le imposibilita actuar de las maneras que serían necesarias para alcanzar el objetivo que cree que le hará feliz.

2- Autoritarismo

El autoritarismo tiene que ver con la creencia irracional de que los demás tienen que obedecer nuestras órdenes y cumplir nuestros deseos a toda costa. Quienes poseen este defecto suelen mostrar una tremenda falta de empatía, ya que no les importan en absoluto las necesidades de los demás.

Para las personas autoritarias, ellas son las únicas que saben realmente cómo deben hacerse las cosas. Debido a ello, tienden a dar instrucciones a quienes están a su alrededor y a montar en cólera cuando no estas no se siguen. Debido a que piensan que tienen siempre la razón, no toleran que otros traten de darles argumentos racionales o que les lleven la contraria en lo más mínimo.

El autoritarismo parte tanto de la falta de empatía que hemos mencionado, como de un problema de asertividad. Además, generalmente los individuos con este defecto se comportan así debido a que tienen un ego exageradamente hinchado, además de ser perfeccionistas hasta niveles extremos.

3- Egoísmo

El egoísmo es un defecto que se basa en una preocupación excesiva sobre las propias necesidades, al mismo tiempo que se olvidan las de los demás. En su justa medida, el egoísmo no tiene por qué ser negativo, ya que es fundamental cuidar del propio bienestar antes de tratar de solucionar los problemas del resto.

Sin embargo, cuando las conductas egoístas se llevan hasta un extremo, pueden convertirse en uno de los peores defectos de la personalidad. Quienes caen en esto ven las interacciones con otros como una competición, por lo que siempre intentan ganar algún beneficio mientras hacen que los demás pierdan.

4- Impaciencia

Las personas que sufren de impaciencia se caracterizan por una gran dificultad a la hora de sacrificar el placer del momento presente para conseguir una recompensa mayor en el futuro. Para estos individuos, los resultados de sus acciones deben poder verse de inmediato, o de lo contrario no seguirán esforzándose para obtener lo que desean.

La impaciencia suele traer como consecuencia la dificultad para conseguir el éxito en áreas de la vida donde es necesario realizar un esfuerzo continuado en el tiempo.

Así, las personas impacientes normalmente tienen problemas para mantener relaciones satisfactorias, conseguir un buen puesto de trabajo o cuidar de su salud física correctamente.

5- Apatía

La apatía, también conocida como falta de motivación, es un rasgo de personalidad que comparten las personas que tienen problemas a la hora de emocionarse en presencia de una situación positiva. Generalmente, también se encuentran con dificultades para regular sus emociones, que tienden a ser negativas.

La principal consecuencia de la apatía es la falta de objetivos en la vida de la persona. Debido a que nada les parece especialmente atractivo o interesante, estos individuos tienden a dejarse llevar por sus circunstancias, por lo que normalmente acaban desarrollando dificultades en todas las áreas importantes de su existencia.

6- Perfeccionismo

Generalmente, el perfeccionismo se ve como una característica positiva, ya que supuestamente ayuda a las personas a conseguir mejores resultados en aquello que se propongan y a destacar por encima del resto.

Sin embargo, la necesidad de hacerlo todo perfecto en general suele tener un lado negativo que puede traer todo tipo de consecuencias indeseables.

Las personas muy perfeccionistas normalmente tienen problemas para aceptar sus propios errores y los de los demás. Como consecuencia, cualquier pequeño fallo que cometan puede suponer un duro golpe para su autoestima; y tienden a ser muy autoritarias y exigentes con los individuos de su entorno.

7- Intolerancia

La intolerancia es la incapacidad para aceptar o tratar con respeto a aquellas personas que sean diferentes de uno mismo. Estas diferencias pueden darse en muchos ámbitos distintos, desde la orientación sexual o la nacionalidad hasta la forma de comportarse, las creencias y los pensamientos.

Las personas intolerantes suelen ser también agresivas con aquellos a quienes consideran distintos, por lo que normalmente tienen muchos problemas en todos los ámbitos de su vida.

8- Neuroticismo

Este rasgo de personalidad se define como la presencia frecuente de emociones negativas incontrolables. Los individuos neuróticos tienen muchas dificultades para mantener un punto de vista positivo, y generalmente sufren más de lo normal cuando se les presenta cualquier pequeña dificultad o revés.

9- Mal humor

El mal humor es la tendencia a ver siempre el lado negativo de cada situación y a mantener un estado emocional agresivo, triste o desagradable de alguna otra manera.

Las personas que se encuentran frecuentemente de mal humor tienden a generar malestar en quienes les rodean, por lo que normalmente se encuentran con muchas dificultades en el ámbito social.

10- Dependencia emocional

Las personas con dependencia emocional tienen la creencia de que necesitan el apoyo constante de otros individuos para poder sentirse bien. Debido a ello, suelen ser muy posesivas, y se olvidan de sus propias necesidades para intentar satisfacer las de otros con el objetivo de que no les abandonen.

La dependencia emocional es especialmente problemática en el ámbito de la pareja, donde puede llevar a comportamientos y situaciones de riesgo. Generalmente este rasgo de la personalidad parte de una baja autoestima y de la incapacidad para gestionar los propios estados emocionales.

11- Maquiavelismo

El maquiavelismo es uno de los tres rasgos de personalidad que forman parte de lo que se conoce como la “triada oscura”. Se trata de una característica que comparten las personas que se centran exclusivamente en conseguir sus objetivos sin preocuparse por las consecuencias que esto pueda tener para los demás.

A menudo, los individuos maquiavélicos utilizan recursos como la manipulación y el chantaje para conseguir lo que quieren, por lo que provocan todo tipo de efectos nocivos en aquellos que les rodean.

12- Psicoticismo

El psicoticismo es la incapacidad para ponerse en el lugar de los demás, empatizar con sus sentimientos y comprender su manera de pensar. Junto con el maquiavelismo y el narcisismo, conforma la triada oscura de la personalidad.

Algunos de los trastornos mentales más peligrosos que existen tienen que ver con niveles extremadamente altos de psicoticismo. Quienes comparten este rasgo suelen ser agresivos, dominantes, intolerantes y manipuladores; pero también pueden tener un gran carisma y conseguir todo lo que quieren debido a ello.

13- Narcisismo

El narcisismo es el último de los tres componentes de la triada oscura. Se trata de una visión distorsionada de uno mismo que se caracteriza por un exceso de autoconfianza y la creencia de que el individuo es muy superior al resto en todos los sentidos.

Las personas narcisistas tienden a vivir en una realidad paralela, y evitan situaciones en las que su desmesurada autoestima pueda verse en peligro. Secretamente, le tienen un gran pánico a la posibilidad de fallar. Además, tratan de quedar por encima de otros individuos constantemente, por lo que suelen ser muy desagradables de tratar.

14- Codependencia

La codependencia es un rasgo que caracteriza a las personas que obtienen placer cuando otros les necesitan para sentirse bien. Suele provocar que estos individuos traten de bajar la autoestima de quienes les rodean, con el objetivo de utilizar sus emociones negativas para mejorar sus propios sentimientos.

15- Deshonestidad

Las personas deshonestas se caracterizan por su tendencia a mentir y a ocultar partes de la verdad que no las dejan en buen lugar. Generalmente este impulso se debe a una autoestima frágil, y a la creencia de que si otros les conocieran realmente les acabarían dando de lado.

La deshonestidad puede producir problemas de todo tipo, y generalmente suele provocar que el resto no conozcan realmente a la persona con esta característica. Como consecuencia, sus relaciones tenderán a ser muy superficiales, lo que empeorará aún más su autoestima y normalmente desemboca en dificultades más serias a largo plazo.

16- Culpa tóxica

La culpa tóxica es una emoción negativa que tiene que ver con la creencia que tienen algunas personas de que no son válidas y por lo tanto deben ocultar su verdadera naturaleza para que los demás les acepten. Generalmente, quienes tienen culpa tóxica suelen dejar sus propias necesidades de lado, ya que piensan que no se merecen conseguir aquello que desean.

La culpa tóxica provoca todo tipo de comportamientos y consecuencias desagradables, entre los que destacan la deshonestidad, la dependencia emocional, la manipulación y la envidia. Algunas corrientes psicológicas consideran que este rasgo está en la base de la mayoría de trastornos mentales y comportamientos poco funcionales.

17- Baja resiliencia

La resiliencia es la capacidad para actuar de manera adecuada en situaciones de alto estrés o en las que existen muchas exigencias externas. Las personas que tienen un nivel muy bajo de esta capacidad tienden a sentirse saturadas con mucha facilidad, por lo que tienen problemas para desenvolverse correctamente en ámbitos como el laboral o el de las relaciones personales.

La falta de resiliencia suele venir provocada o bien por la presencia de niveles muy bajos de autoestima, o por una serie de creencias irracionales que reducen la resistencia al estrés. Como consecuencia, estos individuos suelen desarrollar patologías como la depresión o la ansiedad con mayor frecuencia que la media.

18- Pereza

La pereza se define como la dificultad para actuar en base a los propios criterios, creencias y valores debido a la falta de motivación. Las personas muy perezosas tienden a ser incapaces de conseguir alcanzar sus objetivos, de tal manera que a menudo tienen problemas para desarrollar su carrera profesional y sus relaciones personales.

19- Fanatismo

Otra de las debilidades de una persona más perjudiciales es el fanatismo. Se trata de una serie de comportamientos, creencias, ideas y emociones totalmente irracionales que suelen ir en defensa de un elemento determinado.

El fanatismo puede darse a muchos niveles, como por ejemplo la política, los deportes de equipos, la nacionalidad o la religión. Quienes comparten este rasgo generalmente suelen ser muy intolerantes con aquellos que consideran como “enemigos”. Además, habitualmente caen en conductas de agresión con mucha facilidad.

20- Sadismo

El sadismo es una tendencia de personalidad que caracteriza a las personas que disfrutan haciendo daño a los individuos de su entorno. Generalmente este daño es emocional, y se realiza mediante insultos, técnicas de manipulación o ataques directos.

Sin embargo, en algunas ocasiones las personas sádicas pueden disfrutar también de ejercer la violencia física contra quienes les rodean. Debido a estas tendencias agresivas, quienes muestras esta característica pueden llegar a ser peligrosos para la gente de su entorno.