Definición de sismógrafo
Antes de entrar a determinar el significado del término sismógrafo, se hace necesario proceder a conocer lo que es su origen etimológico. En este sentido, podemos establecer que es una palabra de origen griego, que es fruto de la suma de dos componentes de dicha lengua:
-La palabra “seismos”, que puede traducirse como “terremoto”.
-El verbo “graphein”, que es sinónimo de “grabar”.
Un sismógrafo es un dispositivo que se emplea para la medición de las ondas sísmicas que provocan los terremotos. Gracias a esta máquina que se utiliza en el ámbito de la sismología, es posible registrar la amplitud de las ondas y su propagación. Cabe destacar que las ondas sísmicas son las ondas elásticas provocadas por la liberación de energía que producen los movimientos de las placas tectónicas.
También conocido como sismómetro, el sismógrafo es una creación de James David Forbes (1809–1868), un científico escocés que lo presentó en 1842. En sus orígenes, el sismógrafo disponía de un péndulo que, debido a su masa, se quedaba quieto durante los temblores. Al contar con un punzón en su extremo, el sismógrafo grababa las vibraciones en un rollo de papel, que sí se movía por el sismo. De este modo, el resultado era un registro gráfico que se denominaba sismograma.
No obstante, es interesante conocer que el primer sismógrafo de la historia data en realidad del año 130 d.C y fue inventado y desarrollado por el chino Chan-Heng. Como es de imaginar era bastante rudimentario y se componía de una vasija de bronce, en cuyo interior había seis bolas en equilibrio sobre seis bocas de dragones. Se consideraba que si una de esas bolas caía dentro de las fauces del animal se podía conocer que se había producido una onda sísmica.
Con los años, la tecnología fue evolucionando. En la actualidad los sismógrafos son electrónicos: mediante un circuito, se mantiene la masa fija mientras la Tierra tiembla. Lo que se registra, de esta manera, es la cantidad de fuerza que se ejerce.
Los sismógrafos de hoy pueden analizar la propagación de las ondas sísmicas y registrar el epicentro del sismo. Además, a través de los sensores llamados geófonos (que son transductores electromagnéticos), es posible establecer mapas internos del globo terráqueo.
Otra clase de sensor, denominada hidrófono, permite a los sismógrafos estudiar la propagación de las ondas en el agua. De esta manera permiten analizar los maremotos que provocan tsunamis.
Además del dato curioso del primero que se creó, hay otros que también merece la pena conocer acerca de dicho artilugio:
-Puede llegar a detectar hasta terremotos que son tan excesivamente pequeños que ni siquiera los seres humanos podemos sentirlos.
-En los modelos más modernos y dotados de la última tecnología, tienen la particularidad de que giran en torno a varios elementos fundamentales como son la pesa, la base y el correspondiente ordenador. De esta manera, se olvidan de las piezas claves en otros más antiguos como eran el tambor y el marcador.
-Otra de sus notables características es que tienen la capacidad para poder registrar movimientos en todas las direcciones.