Definición de realidad aumentada

Realidad social, realidad nacional, realidad objetiva, realidad virtual… existen múltiples tipos de realidad, según la forma en la que uno analice los acontecimientos y realice el recorte que determina qué es lo real.

Puede decirse que lo real es aquello que tiene existencia auténtica o verdadera, a diferencia de lo perteneciente al terreno de la imaginación o de la fantasía. La realidad, por lo tanto, es el conjunto de los sucesos reales. Aunque, como decíamos líneas arriba, ese conjunto puede “constituirse” de distintas maneras.

La idea de realidad aumentada, en concreto, se refiere a la inclusión, en tiempo real, de elementos virtuales dentro del universo físico. Utilizando unas gafas u otros dispositivos especiales, una persona puede observar el mundo real con ciertos elementos agregados, que aparecen en sus lentes o pantalla a modo de información digital.

El origen de este tipo de realidad podemos establecer que se encuentra en los comienzos de la segunda mitad del siglo XX. Y es que fue, en concreto, en el año 1962 cuando un director de fotografía llamado Morton Heilig dio forma a un simulador que incluía no sólo imágenes y sonido sino también olores y vibraciones. Se trataba del Sensorama.

De la misma manera, no podemos pasar por alto que habría que esperar hasta la década de los años 90 para que se acuñara ese término. Exactamente eso sucedió en el año 1992 de manos de Tom Caudell.

Las gafas o anteojos de realidad aumentada combinan una cámara, una pantalla y distintas clases de sensores. Así, cuando una persona dirige su mirada (y las gafas) hacia un hotel, por ejemplo, aparecen ante sus ojos diversos datos que llegan a través de Internet: comentarios de huéspedes acerca del establecimiento, tarifas, etc. Esto es posible ya que la cámara capta el hotel y el sistema de realidad aumentada lo “reconoce”, ofreciendo información vinculada que se considera de interés para el usuario.

El concepto de realidad aumentada, por lo tanto, refiere a un incremento de la información que un ser humano puede obtener por sí mismo al interactuar con el mundo físico. El sistema aporta más datos de aquellos que pueden registrarse a través de los sentidos.

Aunque aún le queda mucho por avanzar y mejorar, no podemos pasar por alto que ya se le está dando mucha utilidad a la realidad aumentada en distintos ámbitos del mundo actual. En concreto, ya está presente de un modo u otro en campos tales como la educación, los servicios de emergencia sanitarios, la televisión, la simulación, los servicios militares, las prospecciones, las aplicaciones industriales o incluso el turismo. Precisamente en este último caso hay que decir que ya son diversos los proyectos, aplicaciones y software a los que se les ha dado forma para conseguir que los visitantes que lleguen a una ciudad o a un monumento determinado puedan conocer mediante la realidad aumentada un sinfín de datos de interés sobre los mismos e incluso puedan obtener información de utilidad para moverse por la urbe en cuestión.

Asimismo, también la citada realidad aumentada se está empleando en el ámbito de la arquitectura e incluso en sistemas de navegación.

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