Definición de libre comercio
Comercio, con origen en el vocablo latino commercium, es un término que alude a la compra y venta de servicios y/o productos. Libre, en tanto, es un adjetivo que puede hacer referencia a aquello que es independiente ya que no está subordinado a una autoridad o a un superior.
La idea de libre comercio se utiliza en el terreno de la economía para hacer mención a la ausencia de trabas o barreras que imposibilitan el acceso a la actividad comercial y su desarrollo. Se trata de uno de los pilares del liberalismo económico.
Para que haya libre comercio, el Estado no tiene que intervenir en la actividad comercial. Tampoco deben imponer condiciones los gremios, los sindicatos ni las organizaciones patronales. Su esencia se basa en que sean los propios comerciantes quienes fijen las reglas a través del funcionamiento del mercado.
El libre comercio aparece tanto en el comercio interior como en el comercio exterior. Según los postulados de este principio, no tienen que existir los aranceles, los cupos, los controles de precios, etc. Por lo tanto el libre comercio se opone al proteccionismo.
Cuando se establece una zona de libre comercio, en este marco, los países que firman el convenio anulan todos los aranceles en frontera. Esto quiere decir que los precios de los bienes son los mismos para todos los miembros de la zona de libre comercio.
Para los defensores del libre comercio, en definitiva, las regulaciones y las restricciones atentan contra el intercambio voluntario y afectan al desarrollo económico. Por eso reclaman la liberalización de los mercados como garantía del respeto de los derechos individuales y como camino al progreso.
La historia del libre comercio nos lleva al siglo XVIII, cuando se vislumbraron sus orígenes en oposición al mercantilismo, un conjunto de ideas extremadamente pragmáticas a favor de que el Estado intervenga en la economía de forma predominante. Los defensores de una nueva forma de comercio creían que cualquier persona tenía derecho a intercambiar sus propiedades con individuos de cualquier región o país del mundo entero.
Como se menciona en párrafos anteriores, la presencia de aranceles se opone a los principios del libre comercio, así como cualquier otra barrera, tal como cuotas de importación, subvenciones para el productor, trabas en la administración e impuestos sobre los servicios relacionados.
Las denominadas «políticas de distorsión del mercado» son otras de las características que deben eliminarse para dar paso al libre comercio ya que les brindan a ciertos grupos productores una ventaja sobre los demás por medio de subsidios, impuestos demasiado altos para la competencia y otras medidas injustas.
El libre comercio no es algo que podamos apreciar en el mundo real con mucha frecuencia. Estamos mucho más acostumbrados a sufrir las tácticas monopólicas de ciertas compañías multinacionales, por ejemplo. Incluso los mercados que en un primer momento parecen apoyar la libertad suelen sorprendernos negativamente con condiciones abusivas a lo largo de su trayectoria.
Esto se relaciona con la existencia de ciertos contratos de libre comercio que, en el largo plazo, crean trabas en el mercado por no responder a los principios antes planteados al cien por ciento. Hay también detractores del libre comercio que lo consideran una táctica para favorecer los intereses de las compañías multinacionales y no de todos los comerciantes.
El nivel de complejidad al que se eleva este tema en los debates internacionales parece realmente excesivo, ya que al cabo de ciertas sesiones la idea de libre comercio parece convertirse en algo negativo y restrictivo. Por ejemplo, hay quienes dicen que no es beneficioso para los países de primer mundo y dudan de su efectividad en los de tercer mundo.