Definición de lícito
El vocablo latino licĭtus llegó a nuestro idioma como lícito. Se trata de un adjetivo que permite hacer referencia a aquello que se encuentra autorizado o que es tolerado por las normas vigentes en un determinado ámbito.
Por ejemplo: “Es lícito que me niegue a declarar, según me explicó mi abogado”, “De acuerdo a la mayoría de los analistas deportivos, el primer gol del seleccionado local no fue lícito”, “Ante un acto voluntario lícito, la Justicia no tiene nada que decir”.
En estos ejemplos podemos apreciar algunos de los matices de este concepto, que nos permiten usarlo en diferentes casos. En el primero, vemos que una persona instada a hacer una declaración se niega objetando que su abogado le había explicado que tiene derecho a permanecer en silencio ante las preguntas de su interlocutor.
En el segundo ejemplo estamos ante una situación que tiene lugar en el marco de un partido de fútbol que debe ser analizada por diversos expertos para poder determinar si se trata de un gol o no. Algunos deportes poseen varias capas de complejidad que dan lugar a ciertas dificultades a la hora de interpretar una jugada.
Un acto voluntario lícito no puede ser punible, ya que la propia Justicia lo contempla dentro de la lista de cosas que pueden hacer los ciudadanos. Es importante reconocer los actos lícitos para impedir que una acusación injusta perjudique a alguien.
En los tres casos vemos situaciones diferentes, pero eso no impide que tengan algo en común: existe una serie de reglas de fondo que nos permite identificar los actos lícitos y los ilícitos. De hecho, queda claro que no estamos hablando de leyes de la naturaleza sino de aquellas que creó y continúa creando el ser humano con el objetivo de organizar su vida en sociedad y mantener el orden.
Para que un acto jurídico tenga validez, debe contar con un objeto lícito como componente esencial. Esto quiere decir que el contenido del asunto jurídico tiene que ajustarse a las leyes. Lo contrario al objeto lícito es el objeto ilícito, que no se corresponde con las disposiciones legales.
Como dato interesante, en la Antigua Roma no existía la Teoría del Acto Jurídico como la conocemos hoy en día, ya que esta obra data del pandectismo alemán del siglo XIX, una doctrina que precedió a la codificación y alcanzó su esplendor en el siglo XIX.
Todo contrato, por otra parte, debe estar motivado por una causa lícita. Por lo tanto, solo con una causa lícita nace la obligación legal.
La idea de origen lícito, en tanto, suele usarse respecto a la obtención de recursos mediante alguna acción o mecanismo avalado por la ley. Cuando los fondos son de origen lícito, no son fruto de una actividad ilegal.
Supongamos que una persona desembolsa una suma millonaria para comprar un canal de TV. Si dicho dinero proviene del narcotráfico, no tiene un origen lícito. En cambio, si fue reunido gracias a la actividad ganadera, su origen no es objetable.
En el ámbito del deporte, por último, se menciona como lícito a lo que está permitido por el reglamento. Un gol lícito, en el fútbol, se logra sin cometer ninguna violación de las reglas.
Este término es muy usado, tanto en ámbitos técnicos como en el habla cotidiana. Sobra decir que en muchos casos no se representa de forma absolutamente precisa su significado, sino que se incluye en oraciones informales para expresar aprobación con respecto a a un negocio, un procedimiento o un producto.
Entre los sinónimos más comunes de la palabra «lícito» se encuentran los siguientes: «legítimo, legal, autorizado, permitido» y «justo». Sus antónimos más usados, por otra parte, son «ilegal» e «ilícito».