Definición de lesa humanidad
El vocablo latino laedĕre, que puede traducirse como “dañar”, derivó en laesus. Este término llegó a nuestro idioma como lesa, un adjetivo que permite aludir a aquel o aquello que recibió un daño.
La idea de humanidad, por otra parte, refiere al género humano o a la naturaleza humana, entre otras acepciones. La humanidad, por lo tanto, se forma con la totalidad de los seres humanos.
Con estos conceptos en claro, podemos centrarnos en la expresión lesa humanidad: así se califica a lo que lastima u ofende a todas las personas. Un crimen de lesa humanidad, de este modo, es un atentado contra la dignidad humana que viola los principios fundamentales del derecho internacional.
El exterminio, la desaparición forzada, la esclavitud y la tortura son considerados crímenes de lesa humanidad por su carácter inhumano cuando estas acciones lesionan la integridad mental o física o provocan la eliminación de un gran número de personas.
El Estatuto de Roma, cuyo carácter es internacional, señala los siguientes once actos como constituyentes de un crimen de lesa humanidad:
* asesinato: un homicidio llevado a cabo con intención;
* exterminio: la imposición de ciertas condiciones que impidan la supervivencia de un grupo de gente;
* esclavitud: tratar a una persona como un bien material, como un recurso;
* deportación: expulsar a una persona de una zona en la que se encuentra de manera legal sin la autorización del derecho internacional;
* encarcelamiento: privar a una persona de su libertad física, violando normas del derecho que se consideran fundamentales;
* tortura: sometimiento de otro individuo al dolor y al sufrimiento, tanto físico como mental. En este apartado se incluyen los experimentos médicos realizados en seres humanos contra su voluntad;
* violación: cualquier acto sexual que obligue a la víctima a hacer algo contra su voluntad, dejándoles secuelas físicas y mentales, o incluso conduciéndola a la muerte;
* persecución: la privación de derechos fundamentales por cuestiones ideológicas a un grupo o una colectividad;
* desaparición forzada: secuestro o detención de una persona y posterior ocultamiento de las pruebas del delito;
* crimen de apartheid: actos de opresión y dominación por parte de una raza contra otra;
* otros actos intencionales: siempre que causen un gran sufrimiento o que atenten contra la integridad o la salud de la víctima.
La Corte Penal Internacional entiende que, para que un crimen sea considerado de lesa humanidad, tiene que tratarse de un ataque sistemático o generalizado contra la sociedad civil: es decir, con multiplicidad de víctimas. Estos actos suponen un agravio para la humanidad en su conjunto.
Es importante tener en cuenta que, por su gravedad, los crímenes de lesa humanidad son imprescriptibles. De esta manera, no existe un plazo que marque el final de la persecución, sino que sus responsables pueden ser juzgados en cualquier momento, independientemente de la cantidad de años que hayan pasado desde los hechos. Por otro lado, los autores de los crímenes de lesa humanidad no son solamente quienes los hayan ejecutado materialmente, sino también sus impulsores y aquellos que hayan posibilitado su desarrollo.
Todos los otros tipos de delitos son susceptibles de prescripción, el instituto jurídico que establece el derecho penal para que sea posible extinguir la persecución de los criminales en razón del paso del tiempo.
Las Naciones Unidas cuentan con un organismo llamado Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (cuya sigla es ACNUDH) y se especializa en la promoción y la protección de los derechos humanos a nivel internacional. En el año 1991, elaboró la primera versión del llamado Protocolo de Minnesota para la investigación de crímenes de lesa humanidad.
El objetivo principal del Protocolo de Minnesota son las ejecuciones ilegales, muy comunes en casos de este tipo antes de que los funcionarios del Estado tuvieran algún tipo de supervisión para evitar que influyeran o actuaran en las investigaciones criminales. Por recomendación del protocolo, comenzaron a formarse comisiones investigadoras independientes con todas las facultades necesarias para proceder antes de tomar una decisión tan drástica.