Definición de grafeno
La etimología de grafeno nos lleva al inglés graphene. El término alude a un material flexible y duro que se obtiene del grafito.
El grafeno puede conducir la electricidad y el calor. Por sus características, el grafeno puede resultar muy útil en diversos sectores industriales, ya que es conductor, tiene una gran resistencia y es ligero.
Compuesto por carbono, en esta sustancia los átomos se organizan en una estructura hexagonal y se vinculan a través de enlaces covalentes. Gracias a sus estudios sobre el grafeno, los científicos Konstantín Novosiólovo y Andre Geim obtuvieron el Premio Nobel de Física en 2010.
Su conductividad eléctrica y térmica, su flexibilidad y su gran dureza y ligereza no son las únicas propiedades valoradas por los físicos. El grafeno también tiene la capacidad de repararse por sí mismo cuando su estructura se quiebra (ya que genera la atracción de átomos de carbono cercanos a los agujeros), puede soportar una radiación ionizante y genera compuestos de diversas propiedades mediante reacciones químicas con otras sustancias.
Aunque sus aplicaciones aún se encuentran bajo estudio, se estima que el grafeno puede usarse en la desalinización del agua vía ósmosis inversa, en tratamientos contra el cáncer y en la fabricación de pantallas táctiles, baterías y cables de alta velocidad.
Por lo general el grafeno se distribuye como óxido de grafeno. De todos modos, las dificultades para producirlo de forma masiva hacen que su uso, al menos por el momento, no pueda extenderse demasiado. Se dice, por lo tanto, que el grafeno es el “material del futuro” ya que su potencial es enorme.
Si bien en la primera mitad de la década de 2010 el grafeno se convirtió en una gran promesa, como se menciona en el párrafo anterior, hacia comienzos de la siguiente todo pareció esfumarse. Esto no significa que se tratase de una mentira, que el material no tuviera el potencial del cual los científicos hablaron tanto en su momento, sino que todavía no ha sido posible costear su fabricación para masificar su uso en las diferentes industrias.
Este caso no es aislado, sino que va de la mano de muchos otros productos o materiales «milagrosos», que nos muestran una ventana hacia un futuro propio de la ciencia ficción, en la cual tendremos acceso a tecnologías increíbles y nuestras actividades cotidianas estarán prácticamente automatizadas; todo eso será posible algún día, pero por el momento solamente se consigue en prototipos, en pruebas supervisadas por los creadores y con ciertas limitaciones que impiden su introducción en el mercado.
Si tan sólo nos enfocamos en el hecho de que el grafeno está formado por una lámina cuyo grosor es un millón de veces inferior al de una hoja de papel, no es difícil entender que su producción acarree ciertos desafíos, tanto en el plano técnico como en el económico. A esto debemos sumarle las propiedades antes mencionadas, como ser su ligereza: un metro cuadrado de grafeno pesa solamente 0,77 gramos.
Como si todo esto fuera poco, los científicos señalan que su resistencia supera la del acero unas doscientas veces, un logro que nos hace pensar en algunos superhéroes de Marvel y DC, como Rogue y Superman. En el ámbito de la informática, por ejemplo, podría ofrecer un aumento impresionante en la velocidad de conducción, ya que es cien veces más rápido que el silicio de los microchips.
En definitiva, el grafeno es realmente un material de ensueño. Quizás los científicos se apresuraron a hablar de él antes de contar con los medios para masificar su producción, o quizás lo hicieron con el propósito de conseguirlos gracias a la respuesta de la gente y su consiguiente impacto en la visión de los inversores.