Definición de golosina
Una golosina es un dulce que se consume por placer y no para obtener sustento. Estos productos no suelen destacarse por sus aportes nutricionales e incluso pueden resultar perjudiciales para la salud si se los ingiere en exceso.
Un placer popular
No hay, por lo tanto, otro fin más que el disfrute a la hora de comer golosinas. De todas maneras es posible hallar varias opciones saludables en este grupo.
Es posible comprar golosinas a granel o en paquetes
Entre las golosinas más populares encontramos a los caramelos, los chicles (gomas de mascar), las paletas (también conocidas como chupetines o piruletas) y los chocolates. Por lo general los principales consumidores de golosinas son los niños, aunque también muchos adultos se sienten atraídos por este tipo de productos.
En este marco podemos hablar del adjetivo goloso, que hace referencia precisamente a las personas que sienten una especial atracción por los productos alimenticios dulces.
Exceso de azúcar
Pese a que existe una amplia diversidad de opciones, corrientemente las golosinas no aportan nutrientes valiosos. Por el contrario, incluyen grandes cantidades de azúcar y otras sustancias que pueden resultar dañinas para el organismo.
Esta característica hace el consumo excesivo de golosinas pueda provocar diabetes y obesidad, entre otros trastornos. También es habitual que incida en el desarrollo de caries. Un problema adicional que pueden causar las golosinas es que la persona que las come se sacia y luego no incorpora los alimentos que su cuerpo necesita en cuanto a la nutrición.
Esto último es muy común en los niños más pequeños, en particular aquéllos que no hayan recibido una educación adecuada en cuanto a su alimentación. Por esta razón, entre otras, no se aconseja dejar golosinas al alcance de los niños, como ser en la cocina o en el salón, donde ellos puedan comerlas sin control; por el contrario, lo mejor es usarlas como premios o complementos ocasionales, de ser posible pocas veces a la semana.
Volviendo al tema de las caries, sabemos que las golosinas son una de sus principales fuentes, y por eso debemos estar atentos a nuestra higiene bucal si sentimos una especial debilidad por ellas. De acuerdo con las recomendaciones de los odontólogos, todos los días deberíamos cepillar nuestros dientes con dentífrico al menos tres veces, después de cada comida. Sin embargo, para potenciar la protección deberíamos hacerlo inmediatamente después de comer golosinas, sin importar de qué momento del día se trate, para evitar que los residuos de azúcar se alojen durante horas en los dientes.
Golosinas caseras
Es frecuente que la gente adquiera golosinas producidas a nivel industrial en tiendas, almacenes, supermercados, etc. Hay marcas famosas en todo el mundo y compañías multinacionales que se dedican a su elaboración. Sin embargo, también se pueden preparar golosinas caseras con frutas, cereales y muchos otros ingredientes.
Las golosinas pueden ser tan tentadoras como nocivas
De hecho, dado que no existe una definición muy estricta de golosina, en la práctica podemos llamar de esta manera a cualquier alimento que se compre o se prepare con el mero objetivo de generar mucho placer en el comensal. Por ejemplo, los huesos y las galletas que les damos a los perros y gatos también se pueden considerar golosinas aunque claramente no contengan azúcar, ya que para ellos es nocivo.
La barrera entre golosina y postre, por otro lado, es relativamente fácil de trazar, porque este último sí puede ser nutritivo a la vez que dulce y delicioso. Tomemos el caso del pan dulce, muy popular sobre todo en la época de la Navidad: se trata de una especie de pastel con frutos secos y frutas confitadas, entre otros ingredientes, que no igualan el poder alimenticio de una ensalada completa pero tampoco son una fuente ineludible de caries como un caramelo industrial.