¿Cuáles son los tipos de respiración?
La respiración es el proceso de intercambio de gases entre los seres vivos y el ambiente. En el caso de los seres humanos y los animales, la respiración implica el reemplazo del dióxido de carbono en los pulmones por oxígeno del aire.
En términos generales, existen dos tipos de respiración: respiración celular y respiración externa.
Respiración celular
También conocida como respiración interna, es el proceso de transformar energía química en formas de energía utilizables por la célula.
Este proceso se lleva a cabo por medio de la oxidación, degradando compuestos orgánicos para convertirlos en compuestos inorgánicos. La respiración celular, a su vez, se clasifica en dos tipos: respiración anaeróbica y respiración aeróbica.
En la respiración celular, la glucosa se degrada en un proceso que consta de dos etapas: la glucólisis y la respiración. La glucólisis se produce en el citoplasma de las células y no requiere de oxígeno; consiste en la degradación de glucosa (6 carbonos) por una serie de reacciones bioquímicas hasta llegar a dos moléculas de piruvato (3 carbonos).
La respiración se produce en la mitocondria y comprende dos etapas: el ciclo de Krebs y la cadena transportadora de electrones.
Es en esta última etapa, la cadena transportadora de electrones, donde el oxígeno (en la respiración aeróbica) capta los electrones y se forma agua. Si otro compuesto como los sulfatos o nitratos captan los electrones, se habla de respiración anaeróbica.
Respiración aeróbica
Es un proceso de metabolización de la energía caracterizado por la oxidación de moléculas orgánicas por la acción del oxígeno, que es tomado del aire. El resultado final es agua y dióxido de carbono.
Respiración anaeróbica
Es un tipo de respiración en el que se prescinde del oxígeno, y en cambio, se utiliza sulfato o nitrato, que son los que actúan como aceptores finales de la cadena de transporte de electrones responsable de la síntesis de ATP (adenosín trifosfato, un nucleótido esencial para la obtención de energía celular).
El resultado final del proceso es dióxido de carbono y etanol.
Ver también Ciclo de Krebs
Respiración externa
Es el proceso de intercambio de oxígeno y dióxido de carbono con el medio ambiente. Se clasifica en respiración pulmonar, branquial, traqueal y cutánea.
Respiración pulmonar
Es el tipo de respiración predominante en los vertebrados terrestres, incluyendo al ser humano. En este caso, el oxígeno es tomado del aire por la nariz y la boca, y llegará a la tráquea a través de la garganta, a través de movimientos de inhalación y exhalación.
La tráquea se ramifica en dos tubos llamados bronquios que entran en los pulmones, y a su vez se ramifican en bronquiolos. Estos terminan en unas estructuras con forma de saco llamados alveolos, que es donde se lleva a cabo el intercambio de oxígeno por dióxido de carbono.
Una vez que se obtiene el dióxido de carbono, este es enviado de vuelta a los pulmones a través del sistema sanguíneo, para ser expulsado al ambiente.
Respiración traqueal
La respiración traqueal, como su nombre lo indica, ocurre en la tráquea, que es una estructura conformada por ductos o canales por los que pasa el aire. Todos los insectos tienen tráqueas que pasan a lo largo de su cuerpo y tienen contacto con el exterior a través de unas aberturas llamadas espiráculos.
En la respiración traqueal, los espiráculos se abren para tomar el oxígeno del aire, y cuando los insectos están en estado de reposo, la presión osmótica celular permite que el oxígeno se disuelva con el líquido traqueal y que el dióxido de carbono se libere al exterior.
Una vez que el insecto sale de su estado de reposo, el líquido traqueal es absorbido por los tejidos, se completa el proceso de respiración y los espiráculos se abren para comenzar el ciclo.
Respiración branquial
Es un tipo de respiración propia de la mayoría de los animales acuáticos y se lleva a cabo en las branquias, unas estructuras con forma de láminas que contienen vasos sanguíneos.
En este caso, el intercambio de gases ocurre en el agua, de donde los animales toman el oxígeno.
Una vez que el agua ha pasado por las branquias, pasa directamente al torrente sanguíneo o a la hemolinfa, un líquido lleno de nutrientes que es producido por los animales invertebrados. El oxígeno es transportado hasta las mitocondrias, en donde ocurre el proceso de respiración aeróbica que culmina con la expulsión del dióxido de carbono que se ha generado como resultado del intercambio de gases.
Respiración cutánea
En este caso, el proceso de respiración se lleva a cabo a través de la epidermis. Para que esto ocurra de manera eficiente la piel debe mantenerse húmeda, de allí que muchos animales hayan desarrollado características como piel blanda, con múltiples pliegues o glándulas mucosas para mantener la humedad.
Los anélidos (gusanos marinos), los equinodermos y los anfibios tienen este tipo de respiración. Estos últimos (en algunos casos), combinan la respiración cutánea y la pulmonar, como por ejemplo, los sapos. Sin embargo, es a través de la piel donde se lleva a cabo la mayor parte del proceso.
La piel de los animales con respiración cutánea está altamente vascularizada, lo que permite la entrada de oxígeno de manera óptima hacia los vasos sanguíneos, y la eliminación del dióxido de carbono desde los vasos sanguíneos hacia la piel.
Respiración en las plantas
Aunque con frecuencia la respiración vegetal es confundida con la fotosíntesis, son procesos complementarios: en la respiración, las plantas toman oxígeno y liberan dióxido de carbono. Mientras que en la fotosíntesis, la planta toma dióxido de carbono del ambiente y libera oxígeno.
En las plantas, la respiración externa se lleva a cabo a través de unas estructuras llamadas estomas, que se encuentran en las raíces, y en las lenticelas, que se ubican en la corteza de tallos y raíces.
Por su parte, la respiración celular de las plantas es de tipo aeróbico, de allí que se lleve a cabo según los procesos descritos anteriormente.
Ver también