Qué es Oligarquía:

Como oligarquía se denomina un sistema político o forma de gobierno en que el poder se concentra en un pequeño grupo de personas, por lo general perteneciente a una misma familia, clase social, grupo económico o partido político.

Este pequeño grupo se caracteriza porque tiende a controlar las políticas sociales y económicas del Estado a favor, sobre todo, de sus propios intereses.

La palabra, como tal, proviene del griego ὀλιγαρχία (oligarchía), que se compone de las raíces griegas ὀλίγος (olígos), que significa ‘pocos’, y ἄρχω (arko), que podemos traducir como ‘gobernar’ o ‘comandar’. En síntesis, vendría a significar “gobierno de unos pocos”.

El término también se aplica a los grupos sociales que monopolizan la economía, el poder político y la influencia cultural de un país, independientemente de que la democracia sea el sistema político vigente. No obstante, un régimen oligárquico es más parecido a una dictadura o una tiranía que a una democracia.

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Así, hay distintos tipos de oligarquía: oligarquía financiera, que controla el sistema económico; oligarquía terrateniente, compuesta por los principales latifundistas (como, por ejemplo, la del porfiriato, en México); oligarquía criolla, formada por las familias privilegiadas por el sistema colonial.

Otro ejemplo de oligarquía, muy común en nuestros tiempos, ocurre cuando los militantes del mismo partido político ocupan los más altos cargos del gobierno y copan las plazas de mayor jerarquía en la administración pública.

Estos esquemas sociales oligárquicos se han dado a lo largo de la historia en multitud de civilizaciones, tanto europeas, como africanas, asiáticas o americanas, y continúan vigentes en muchos lugares del mundo.

Vea también Oligarca.

Oligarquía según Platón

En la Antigua Grecia, Platón identificaba en la oligarquía una forma degenerada de aristocracia. Aristocracia, que significa en griego ‘el gobierno de los mejores’, era el sistema político donde un reducido grupo de nobles, respetuoso de las leyes, gobernaba el Estado para el bien común.

La oligarquía, por el contrario, suponía la degeneración de la aristocracia. Estaba compuesta, también, por unos pocos, que eran quienes dirigirían los destinos del Estado, pero, a diferencia de la aristocracia, estos actuaban sin respetar las leyes, y persiguiendo únicamente satisfacer sus ambiciones personales.

Vea también Aristocracia.