Qué es Injerencia:
Por injerencia se entiende la acción y efecto de entrometerse en un asunto. Proviene del latín inserere, que quiere decir ‘meter’, ‘insertar’ y hasta ‘sembrar’ una cosa dentro de otra.
Suele usarse para referir aquellos procesos en los cuales una persona o institución se involucra o interfiere en un asunto ajeno, por lo que tiene un carácter negativo. Por ejemplo: “No se puede admitir la injerencia del Estado en la vida privada”.
Aunque la palabra describe diferentes tipos de intervención que van de lo privado a lo público, su uso más frecuente es en el contexto político, en el cual puede tener diferentes aplicaciones. Veamos algunas de ellas.
Injerencia internacional
Se habla de injerencia internacional cuando un Estado interfiere deliberadamente en los asuntos internos de otro Estado a fin de imponer su voluntad. La injerencia así entendida constituye un desafío al principio jurídico de soberanía nacional.
Por ello, la injerencia internacional se asocia conceptualmente a la práctica del intervencionismo. Sin embargo, no toda injerencia puede ser considerada una intervención concreta. La injerencia puede ir desde la presión diplomática hasta la intervención militar.
Cuando un Estado extranjero opina sobre en contra de la acción de un gobierno sobre sus asuntos internos, suele ser acusado de injerencista.
Vea también:
Injerencia humanitaria
Se habla de injerencia humanitaria cuando se justifica la intervención de uno o varios Estados en los asuntos internos de otro, con el fin de ayudar a solucionar un conflicto urgente. En este caso, la injerencia no tiene como propósito doblegar la voluntad de la nación sino actuar ante una emergencia de tipo humanitaria. En este caso, se apela al principio de solidaridad de los pueblos.
Para aplicar la injerencia humanitaria, deben darse algunas condiciones previas. Una de ellas es la comprobación de una amenaza a la paz o un acto de agresión.
Derecho/deber de injerencia
En relación con el punto anterior, el derecho/deber de injerencia es una doctrina que proclama el derecho o deber de un Estado a intervenir en otro cuando existan violaciones graves y flagrantes de los derechos humanos, a fin de suministrar ayuda humanitaria.
Se relaciona con el principio de la “responsabilidad de proteger” a los sectores indefensos frente a los abusos del Estado, establecido en el Documento Mundial de la Cumbre Final de 2005.